Partida Rol por web

Aquel invierno en Davos...

Cenizas sobre el manto blanco

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10/06/2010, 16:43
Sir Olaf

Mientras los presentes conversaban, Sir Olaf apareció por la puerta. Su rostro conservaba una expresión seria, quizá algo altiva. Miró alrededor, fijándose en cada uno de los presentes y se dirigió hacia la mesa-buenas noches-dijo, de forma escueta. Entonces tomó asiento al lado de aquella silla que destacaba entre las demás.

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10/06/2010, 21:23
Katherine de Weldevarden
Sólo para el director

 

Abrió los ojos, lentamente. Sin embargo, era igual que si no lo hubiera hecho, así de oscura estaba la habitación. Suspiró, cuando todos los acontecimientos de la noche anterior le vinieron a la memoria. Se llevó una muñeca a los ojos y se los frotó, no porque le molestasen sino por pura costumbre. Era un gesto que solía hacer cuando algo la preocupaba.

Las sábanas eran de un tejido fino y suave. Le recordaban a las de su casa. se quedó allí largo rato, envuelta en oscuridad aterciopelada hasta que con oto suspiro decidió que ya era hora de levantarse. Abandonó el lecho y encenció el candil. Dedicó otro rato a adecentarse un poco y a peinar la masa de rizos oscuros hasta comprimirlos en un moño bajo, como le gustaba llevarlo. Algunos rizos demasiado rebeldes seguían cayéndole algo sobre la cara, pero ya se había resignado a ellos. Tomando el candil con muchísimo cuidado abrió la puerta de su habitación a un pasillo vacío. Cerró la puerta con suavidad tras de ella, y comenzó a caminar por donde creía recordar que se llegaba al salón.

 

 

- Tiradas (1)

Tirada: 1d10
Motivo: reserva de sangre
Resultado: 7

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10/06/2010, 21:41
Director

Al abrir la puerta, el poco calor que quedaba en el interior de la habitación se disipó. Ahora hacía más frío. No es que te fuera a hacer daño, al fin y al cabo, tu sire te había explicado que mientras no fueran extremos, ni el calor ni el frío te perjudicarían, pero lo sentías sobre tu piel.

Caminando por los corredores pudiste observar cómo algunos sirvientes del castillo trabajaban, adecentando las habitaciones de los demás, que estaban ahora desocupadas. Ibas lo suficientemente atenta como para darte cuenta de que unos pasos apresurados se acercaban a ti, desde atrás, acompañados de varios jadeos, y cuando te diste la vuelta para mirar, encontraste a una joven criada acercándose a ti.

Se detuvo a una distancia prudencial, y haciendo una leve inclinación en signo de respeto procedió-mi señora, Sir Wolfram me envía para comunicaros que desea que todos sus invitados acudan al salón de reunión-mira alrededor por un momento, y se sonroja, mirando al suelo, con una expresión temerosa-aunque intuyo que os dirigís hacia el salón, lamento haberos importunado.

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10/06/2010, 21:46
Gabriel

Saludo al recién llegado, para luego ponerme a hablar con la mujer de castaños cabellos que se me acaba de presentar. 

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10/06/2010, 21:47
Gabriel

Mi nombre es Gabriel, sin patria ni tierra, aunque me crié entre estas montañas. Es un placer - digo, extendiendo mi mano, a modo de saludo, mostrando las vendas, de nuevo manchadas de sangre.

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10/06/2010, 21:51
Director

El mendigo habla con Melusine, y aunque no entiendes su lengua, logras adivinar un nombre en medio de la conversació: "Gabriel"

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10/06/2010, 21:54
Katherine de Weldevarden
Sólo para el director

 

Le sonrió con amabilidad. -No me has importunado para nada querida, gracias por avisarme. En realidad no estaba segura de hacia dónde quedaba el salón, tendrías la amabilidad de llevarme allí? No quiero hacer esperar a Sir Wolfram. (alemán)

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10/06/2010, 22:34
Director

Por supuesto, buena señora-dijo, inclinándose de nuevo. La joven te acompañó, guiándote a través de los corredores, hasta el salón principal en el que todos se reunían.

El salón de reunión, o salón central, era una amplia estancia, de cuyas paredes colgaban algunos tapices rojos que mostraban un escudo de armas. Una gran chimenea que presidía la pared frontal, con lumbre encendida, desprendía un agradable calor que llenaba la sala.  En el centro se encontraba una gran mesa redonda, rodeada por varias sillas forradas de cuero entre las que destacaba una, de espaldar más alto y con el mismo escudo de armas grabado en el mismo.

A los lados de la sala habían amplios ventanales, cubiertos ahora por gruesas cortinas color burdeos. A la derecha de la mesa había una mesa rectangular, de baja altura, alrededor de la cual se diponían tres sillones forrados en tela del mismo color rojo que el de las cortinas y los tapices. A la izquierda, se encontraba una mesa alta, inclinada, sobre la que se extendían varios mapas.

Ante ella se encontraban dos figuras que en ese momento te daban la espalda y hablaban en voz baja, observando y señalando uno de los mapas, el cual no lograbas vislumbrar. Sabías quienes eran. Les habías visto alguna vez a lo largo de tu estancia en Davos.

Se trataba de dos de los miembros de la corte de Sir Wolfram. Éstos eran sus guardianes, Isouda y Volker, que se encargaban de vigilar los alrededores y los accesos que permitían llegar al pueblo. 

La mujer, Isouda, tenía el cabello corto, castaño y enmarañado. Su cuerpo estaba cubierto por una amplia camisa que antaño debió ser blanca, bajo la cual se intuye una cota de maya cuyo extremo inferior se vislumbra más allá de la tela clara. Unos pantalones oscuros y unas botas de cuero completaban su indumentaria. Sus rasgos eran rudos y ciertamente poco femeninos.

Volker llevaba la pechera de una armadura que parecía ser pesada, y bajo ella se adivinaban ropajes de gruesas telas y remaches de cuero. Su cargada melena rojiza sólo le daba un aspecto más fiero del que ya tenía. Recordabas por las anteriores ocasiones en las que te lo habías encontrado, que su rostro poseía unos rasgos salvajes, mas propios de animales como un lince o un gato montés que de un humano.

Sentado a la mesa, en una de las sillas de espaldar bajo, estaba Gabriel, y con él conversaban Melusine y Teresa, las damas que anoche había compartido mesa contigo. Al otro lado de la mesa, sentado junto a la silla de espaldar alto, se encontraba Sir Olaf, observando con cierta apatía y gesto altivo la escena.

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10/06/2010, 22:38
Director

Notas de juego

Katherine entra en la habitación

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10/06/2010, 22:40
Director

Caminabas por los corredores del castillo, cuando uno de los sirvientes de Sir Wolfram se acercó a ti, algo apresuradamente-buena señora, Sir Wolfram me envia, desea comunicaros que os espera a vos y a todos sus invitados en el salón principal

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10/06/2010, 22:45
Dana
Sólo para el director

Muchas gracias hermano allí ire-(alemán)

Le digo con una sonrisa en la boca, miro alrededor,tanta ostentación¿para qué? Pienso y sigo andándo a donde me han citado

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10/06/2010, 23:00
Melusine

Su nombre es Gabriel, Teresa. En cuanto a lo que hiciera o no hiciera la bruja, probablemente bailar y dar símbolos paganos a Sir Wolfram no fue la mejor idea —cuando el hombre me tiende la mano, lo saludo.

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10/06/2010, 23:03
Melusine

Al volverme para responder a las preguntas de Teresa, menciono el nombre de Gabriel. Una vez termino una sencilla frase, vuelvo al hombre.

Lo mismo digo —respondo, dándole la mano para devolver el saludo.

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10/06/2010, 21:54
Katherine de Weldevarden
Sólo para el director

 

Le sonrió con amabilidad. -No me has importunado para nada querida, gracias por avisarme. En realidad no estaba segura de hacia dónde quedaba el salón, tendrías la amabilidad de llevarme allí? No quiero hacer esperar a Sir Wolfram. (alemán)

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11/06/2010, 00:08
Teresa de Carrión

Les miro a ambos sin lograr entender nada de lo que dicen. Tras unos segundos decido que será mejor dedicar mi tiempo a otras cosas en vez de quedarme junto a dos personas que hablan una lengua extraña para mí - Os dejo a solas para que sigáis charlando con este buen hombre. Decidle de mi parte que posee un nombre muy bello (Italiano) - digo dedicándole una sonrisa a Gabriel, antes de despedirme de ambos con varios gestos de cabeza. Dirijo mis pasos hacia la mesa redonda donde se encuentra Olaf y tomo asiento a su lado.

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11/06/2010, 00:23
Teresa de Carrión
Sólo para el director

Me acerco a Sir Olaf, sonriéndole y dedicándole una reverencia a modo de saludo - Sir Olaf, me alegra veros - tras el saludo me siento a su lado, tratando de observar desde mi sitio lo que hacen el resto de los presentes en la sala - Me preguntaba si podía haceros una pregunta... (Italiano)

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11/06/2010, 00:29
Sir Olaf

Sir Olaf te observa detenidamente mientras te acercas, sin disimulo. Cuando le saludas, una sonrisa ladeada, de suficiencia, se dibuja en su rostro-por supuesto, ¿qué deseais saber?

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11/06/2010, 00:36
Teresa de Carrión
Sólo para el director

- Vos estuvisteis anoche en la fiesta... quería preguntaros ¿hubo algo que llamara vuestra atención? - pregunto con cara seria, aunque serena - Tras lo acontecido ayer, temo que alguien pudiera usar el fuego como distracción para acercarse a mi señor, vuestro sire, Sir Wolfram, y hacerle daño. Tal vez lo ocurrido solo fuera fruto de las malas acciones un insignificante aldeano, pero viendo tantas caras nuevas en el Dominio de vuestro sire me cuestiono si no deberíamos extremar las precauciones. ¿Deberíamos confiar en todos ellos? 

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11/06/2010, 00:45
Sir Olaf

Si os soy sincero, Teresa, yo considero que no se debe confiar en absolutamente nadie. Hay... algo de maldad en cada uno de nosotros, que puede ser más o menos evidente, y siempre estará ahí-dijo, mirando al frente, con expresión seria. Se mantuvo en silencio unos instantes, y volvió a mirarte, fijamente-Pero además de eso, no he notado nada relevante, y no creo que sospechar sin pruebas tangibles sea buena idea... Aunque si es cierto que deberíamos tomar precauciones, nunca se sabe quién puede traicionarnos.

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11/06/2010, 01:06
Teresa de Carrión
Sólo para el director

- Sois demasiado drástico, Sir Olaf... es cierto que por nuestra condición, aquellos incapaces de controlar a su bestia se vuelven propensos a cometer actos horribles, pero de ahí a no confiar en nadie... ¿qué vida os espera si no sois capaz de tener algo de fe en quienes os rodean? Tarde o temprano os cansaréis de mirar siempre por el rabillo de vuestro ojo... creedme - digo, suspirando con expresión distraída - Con respecto a los invitados, no creo que haga falta pruebas tangibles para mantener los ojos bien abiertos. Apenas sé nada de ellos ¿quién nos garantiza que no han sido enviados como espías? Si vos me juráis que ninguno de ellos pudo haber iniciado el fuego, tal vez sea más flexible en mis sospechas, pero hasta no estar segura no dejaré de desconfiar. Cualquiera pudo haberse tomado un descanso en plena fiesta... - miro al resto de los invitados con los ojos entrecerrados durante unos segundos, aunque enseguida paso a una expresión normal y agradable - Sea como sea... ¿sabes ya que piensa hacer el señor al respecto? ¿sabéis que tiene pensado anunciar?