Partida Rol por web

-Pudo haber sido cualquier cosa, un fallo de alimentación, fantasías por demasiadas guardias. Solo el personal de guardia ha declarado que pasara eso, y es un hecho aislado que bien podría tener que ver con el fallo del Arca, aunque no hay pruebas que apunten hacia ningún lado. Los cristales de luz están bien, no hay signos de quemaduras o de fallos...

-Fue una de las cosas que llamaron la atención y una de las vías de investigación, sobre todo teniendo en cuenta cuando pasó, pero el problema fue que solo llevaba a vías muertas.

Mientras el resto de tus compañeros se dividen en sus propias investigaciones por la base, te diriges hacia el lado sur de la base. Destaca bastante porque hay dos grandes atalayas que rematan una cerca metálica que limita con la playa. La valla no es más que una medida simplemente disuasoria, o eso parece, pero los guardias armados con ballestas es una medida bastante contundente en caso de ataque.

A esas horas la marea aún está un poco alta, pero puede ver un camino en la arena que lleva hasta unos picos oscuros que parecen surgir del propio oleaje, coronados por lo que parece ser el Arca, un edificio de unas dimensiones que superan con creces tus expectativas.

Aunque los guardias te miran con una cierta desconfianza, no hacen nada por cortarte el paso; está claro que saben que estáis allí por una misión oficial, e incluso cuando pasas entre ellos están pendientes de cualquiera de tus movimientos. Un vistazo más de cerca a las armas que llevan te permite ver que las ballestas tienen sofisticados mecanismos de precisión, y algunos añadidos que no habías visto nunca antes, pero que te bastante a tus propias pistolas, aunque no tan refinadas.

Avanzar por la arena mojada es bastante incómodo, y aunque las olas son mínimas, si llegas a mojarte un poco los pies, que se hunden sobre el terreno inestable. Esto hace que el camino sea bastante incómodo, y tardas más de lo que inicialmente habíais pensado. Con todo, las vistas desde la playa son espectaculares: el mar está bastante tranquilo, con olas suaves que rompen sobre picos de roca negra en el horizonte en calas abandonadas, El Arca refleja la luz sobre su brillante superficie metálica que mezcla los colores del bronce con el ocre y el aire se llena del olor a agua salada llevada por ocasionales brisas otoñales.

Consigues llegar sin problemas hasta la cara exterior del cráter donde esta el Arca, y puedes ver una escaleras manufacturadas que ascienden hasta la parte más alta. Está bien construida, y por la situación se diría que es un punto de acceso bastante fácil, pero también muy bien vigilado. El resto del cráter es piedra irregular y traicionera; el material de la roca hace que el agua impregne solo parte de la superficie, por lo que es fácil resbalarse, y en caso de intentar trepar es bastante posible que sufrieras alguna herida por los afilados vértices de la roca. La escalada sería bastante complicada, por lo menos del lado que puedes ver. Intentar bordear desde abajo el cráter para ir hacia el otro lado es una misión harto imposible; la piedra se pierde bajo las olas, incluso durante la marea baja, y con el color negro es imposible saber la profundidad exacta (aparte que ir a nado es peligroso porque puedes ser arrastrado por la resaca) El cráter, hasta donde llegas, está completamente en silencio, salvo por algún ocasional silbido de vapor; casi esperabas poder escuchar el sonido de los caparazones quitinosos entrechocando en frenéticos movimientos, pero aparentemente está todo en calma.

Subes por las escaleras y comienzas a sentir una sensación extraña: es como un murmullo, en el fondo de tu percepción; como si te hablaran a través de un tejido muy pesado y las voces estuvieran muy lejos. Sin embargo, a medida que avanzas hacia el Arca el ruido se hace más intenso, sigues sin percibir con claridad que es lo que es, casi como si fuera un susurro imposible de entender, pero una cosa tienes clara: lo "oyes"

Al llegar a la parte más alta del cráter puede ver el Arca en toda su inmensidad. La estructura es enormes, una verdadera obra de la ingeniería enteramente construida en metal, con la base conectada con cientos de tubos que están medio enterrados en la arena. Algunos de ellos están en un estado bastante lamentable; tienen grietas y los puntos de unión tienen fugas, pero no demasiadas. Con todo, se puede ver que la energía mágica que alimenta la estructura es escapa en pequeñas fugas por donde puedes percibir los fallos. La arena del cráter, por otro lado, está desprovista de vida, sin amenazas visibles ni criaturas enormes; pero sabes que eso es solo una fachada. Puedes ver ocasionales manchas rojizas rompiendo el amarillo pálido de la arena, y lo que deberían ser superficies lisas, aplastadas por el paso de los obreros se muestra como arena removida. Sea lo que fuera lo que atacó a los ingenieros se abrió paso por debajo de la arena, y descender más podría ser peligroso.

Además estaba ese extraño ruido. A esa distancia casi resultaba un estruendo ensordecedor; pero no resultaba molesto. Más bien era tentador. No puedes entender lo que dicen, pero si la emoción que trasmite; esa ansiedad, ese deseo...

Tus entrenados sentidos de espía te dicen que, si intentas llegar más lejos, te pondrías en un riesgo innecesario, por lo que lo más recomendable sería volver a la base y reunir al grupo antes de volver, preferentemente bien preparados para lo que a todas luces puede ser un combate bastante intenso.

Escuche las afirmaciones de Virgilio sobre el viaje bajo el mar levantando mis hombros en respuesta aceptando sus palabras, quizás tenia mucha imaginación pero en este mundo lleno de criaturas fantásticas y magia no parecía tan descabellado, mirando como mis compañeros dialogaban con la Maestra Amara sobre lo que parecían ser registros y política mira la salida, levantándome de mi asiento intentando hacer el menor ruido posible para no llamar la atención de mis compañeros, me encaminaba fuera de aquella enorme tienda con una sonrisa intentando lucir lo mas inocente posible como si fuera un infante, quería explorar un poco el sitio, la cantina que habíamos visto en nuestro breve recorrido seria una buena opción, la gente hablaba mas cuando estaba ebria.

La cantina es una nave alta, con muchísimo ruido de conversaciones que se cortan en el momento en que entras. Puedes sentir todas las miradas posadas sobre ti, algunos sospechan otros simplemente te miran con cierta incredulidad.

El sitio tiene unas dimensiones bastante amplias para que quepan cómodamente unas treinta personas, aunque ahora mismo está a la mitad de su capacidad; ingenieros, soldados y mineros están mezclados en mesas improvisadas, y un par de guardias de aspecto entristecido están ahogando sus penas en algún tipo de bebida espumosa algo grumosa servida en jarras de cristal. El sitio está sorprendentemente limpio y ordenado, mucho más de lo que cabría esperar, y cuando la gente habla, lo hace en un tono de voz bastante correcto, sin alzar demasiado la voz.

Pones tu mejor sonrisa y te diriges a la barra, haciendo que las miradas vuelvan a sus propios asuntos. Siempre que no te metas con ellos, ellos harán como que no estás aquí.

-¿No eres un poco joven para estar aquí?- el hombre de detrás de la barra te recuerda a Harosuki, aunque es de altura moderada, tiene una corpulencia que destaca, y su piel negra está surcada de viejas cicatrices; seguramente ese hombre haya sido soldado o cazafortunas. Lleva una camiseta blanca manchada de todo tipo de porquería sin mangas que expone sus impresionantes brazos y su pelo está peinado en unas prietas trenzas que le dejan al descubierto incluso el cuero cabelludo. Sin que llegues a pronunciar una sola palabra te sirve un vaso de leche templada con canela y vuelve a sus quehaceres.

Durante el rato que estás pendiente de las conversaciones a tu alrededor oyes a un minero hablando con una ingeniera de un sitio llamado "El Lugar Seguro"; deduces que es importante porque miran a su alrededor con cierto recelo, pero parece ser que se encontrarán allí esa noche. Un grupo de soldados habla del impresionante hombre de piel negra que ha llegado con los extranjeros, comparando sus atributos físicos con los del tabernero de forma bastante soez. Al fondo de la cantina puede ver un grupo de mineros bastante bebidos que se quejan de su vida y sus mujeres en la ciudad, y que estarían mejor trabajando en las minas del Este que en una tierra donde bestias voladoras devoran a sus compañeros.

Llama poderosamente la atención que los dos soldados de la barra están completamente callados, encerrados en sus propios pensamientos. El único momento que levantan la vista es para mirarse entre ellos o para hacer señas al camarero para que les sirva otra ronda. Beben despacio, sin propasarse, pero desprenden un aura de pena que es casi palpable.

En mi camino a la taberna lleve mis manos hacia mi espalda dando pasos largos que podrían considerarse una forma de cortar el paso muy infantil tarareando un poco, con mis ojos bien abiertos miraba a los alrededores sin perder un solo detalle cuando entre a la taberna la reacción que obtuve fue la esperada, la gente mirando incrédulos por la edad que aparentaba pero esa era la mejor forma de buscar información si llamar ningún tipo de sospecha, levante bien la mirada en la barra mirando al gran cantinero escuchando los murmullos que se ocultaban entre el bullicio del lugar.

Mientras tomaba mi lugar en la banca frente a la barra mire a dos guardias que resaltaban a mi vista, esa sensación de tratar de olvidar con la bebida era un sentimiento que era muy fácil de ver, sonreí un poco mirando como el tendero me servía un vaso lleno de leche con canela -No creo ser muy joven para beber algo de leche con buena compañía, todos hablan de política y cosas muy complicadas, solo salí a dar una vuelta pero me dio un poco de sed, escuchar buenas historias es mejor- Hable de la forma mas inocente que pude bebiendo la mitad de aquel vaso de leche, al poner nuevamente el vaso sobre la mesa tenia un bigote de espuma de la leche escuchando un poco mas a los demás en las diferentes mesas.

Las diferentes conversaciones que estaban apareciendo por el lugar eran muy sorprendentes, si había algo llamado "Zona Segura" significaba que las personas temían a algo, podría ser a la quimera que habíamos derrotado pero no tendría sentido que unos ingenieros hablaran mas de eso que los mismos mineros que eran los que se lamentaban por la muerte de sus compañeros en las fauces de la bestia, me quede vigilando a aquellos dos guardias esperaban se quedaran un poco mas ya que parecían una gran fuente de información ya que su estado melancólico era el opuesto a los otros que alagaban el musculoso cuerpo de Harosuki, algo de muy poco interés para mi no solo por tener al fortachón mirándome y vigilándome desde que salimos de puerta dragón, si no además que durante mi infancia yo tuve que mantenerme en medio de mesas llenos de militares preguntándose como un debilucho como yo podría ser criado por un militar de tan alta conmemoración.

Tratando de no pensar en ello mire al tendero con una sonrisa -¿Tu vienes de las Islas Del Este?, nunca he ido por allá- Sonreí mirando al caballero como un niño curioso mirando fijamente sus reacciones mientras igual vigilaba que los dos guardias se mantuvieran ahí.

-Nacido, amamantado y criado hasta los quince en Tres Ríos- el hombre pone su mejor sonrisa mientras deja la barra impecable y las vajilla perfectamente limpia, seca y ordenada- Si te refieres al color de mi piel, es más común en el Continente que en las Islas; mi abuela decía que provenimos de legendarios comerciantes de un lugar tan viejo como estas montañas.

-¿Quieres historias? Mira a esos paletos- te señala con el mentón a los hombres que hablaban de él- ninguno sabe muy bien que es lo que hace aquí, y no dudarán en intentar insultar todo lo que les parezca diferente. Los mineros han luchado contra criaturas de piedra y metal para ganarse un jornal, pero no es una historia distinta de la que podría contar cualquiera de esta base.

Hace una pausa que no terminas de entender porque, pero rápidamente recupera la sonrisa.

-Y luego están estos dos tristes caballeros de aquí- ni se molestan en levantar la mirada de las jarras- Estos dos "valientes" que se hicieron mierda porque la Perfecta de este lugar les puso las pilas. No tengo ni idea de que les pasó, pero desde que tuvieron "la charla" se han convertido en mis clientes más fieles. Vienen, piden este meado que se atreven a llamar cerveza, y se pasan bebiendo hasta que se les empieza a subir; duermen la mona y cogen la guardia de noche...

-Una semana así. Un verdadero desperdicio de vida- el hombre sale de detrás de la barra cuando el grupo de mineros deja la mesa, recoge los vasos, limpia la mesa a conciencia y te sirve otro vaso de leche- A esta invita la casa.

Escuchaba lo que me decía el tendero terminándome el vaso de leche, pero en ningún momento deje de mirarlo siempre miraba cuidadosamente sus movimientos pero parecía ser completamente honesto en todo lo que me decía la información era buena también la mayoría de ellos provenían de nómadas mercaderes, era irónico ver como Harosuki era tan estúpidamente honesto cuando los mercaderes eran brillantes para engañar y burlar a los demás -Espero conocer a mercaderes que cuente tan buenas historias como usted- Afirme sonriendo como si fuera un niño maravillado por sus cuentos.

Mire a los otros dos oficiales se veían demacrados escuchar que la culpa aprecia ser de la Maestra Amara me haría sonreír había encontrado un dato muy interesante -¿Esa Perfecta los dejo en ese estado?,¿Me pasara lo mismo a mi me abrazaba mucho?, No entiendo como pudo dejarlos tan mal, todo el mundo le tiene miedo se alejan de ella- Mire a los dos guardias de verdad tenia que mantener un ojo sobre ellos mire al tendero servirme otro vaso de leche abriendo mis ojos y dando una gran sonrisa -¿De verdad?, gracias de verdad que esta muy buena- Me quede bebiendo de a pequeños sorbos intentando volver a hacer el bigote de espuma mirando al tendero hasta recordar algo -¿Alguna vez escuchaste el nombre de alguien llamado Señor Yamamoto?.

Sorprendentemente, uno de los guardias esboza una sonrisa. No es una sonrisa abierta, es más bien un gesto cansado, pero parece que le ha echo gracia algo de lo que has dicho.

-Puede dar la apariencia de que Maestra Amara es una mujer muy agradable, pero como todos los Perfectos, eso es solo fachada- la voz del hombre es tan grave que casi parece irreal, y habla con cuidado de no levantar demasiado la voz, aunque no te resulta agradable que no te miren al hablar, sabes que se dirige a ti- No nos hizo esto con su abrazos, fue peor. Nosotros estábamos de guardia la noche antes del accidente del Arca. Toda la base nos echa la culpa de lo que ha pasado, y ahora- percibes un amago de que va a acercar la mano a su compañero, pero se detiene- Ahora estamos solos.

-No trabajamos aquí por gusto- el otro guardia si te mira, con unos vibrantes ojos verdes un poco congestionados por la falta de sueño y la bebida- Pagan bastante bien y es un sitio bastante tranquilo. Pero hasta que no llegue el relevo el mes que viene, no podremos volver a la ciudad para que nos asignen otro puesto, eso si Maestra Amara nos deja irnos. Creo que dejarnos aquí es parte de su retorcido castigo.

Podrías preguntarles por lo que había pasado la noche antes del accidente, pero tendrás que hacerlo con cuidado; está claro que es algo que les afecta bastante.

Al mencionar el nombre de Yamamoto, el cantinero niega con la cabeza.

Intentar seguir al chiquillo por la base es como intentar contener una gota de mercurio en la mano. Eras consciente de que había salido de la tienda de Maestra Amara, pero poco después le perdiste completamente el rastros, así que decidiste explorar un poco por tu cuenta a ver que tipo de pruebas puedes encontrar.

Al llegar al centro de la base, encuentras a un ingeniero peleando contra lo que parece el mecanismo de un gran reloj de magi-tech que se ha quedado atascado. Por tu trabajo en Puerta Dragón sabes que esos aparatos suelen fallar con bastante facilidad y que se usan para mantener el orden con los turnos de trabajo, al estar situado en un sitio fácilmente visible para todos, es fácil saber cuando empieza y cuando acaba tu turno de trabajo. Te podrías acercar a echar una mano, puesto que los mecanismos te recuerdan mucho a la tecnología de tu hogar, y casi esperas ver uno de esos sellos de la Corporación en su interior.

 -La lista de vivos sería de utilidad, sí... -afirmó el pelirrojo respecto al comentario de Tawslon, escuchando a continuación el resto de sus respuestas y lo que podían significar. -. Si tenemos que ir a hablar con el Jefe de Guardia, significa que ni usted ni la Maestra Amara se enteran de esas cosas si él no se las informa, ¿cierto? -siendo la rubia la encargada de todo el proyecto en general, empezaba a encontrar fallas con que hubiesen cosas que no supiesen: era comprensible que necesitase de personas dirigiendo cada área para repartir el trabajo de manera óptima, pero si llegados a ese punto no sabía los nombres de los más cercanos a uno de los temas que afectan la base…

 Y por supuesto, la afirmación de la mecánica sobre el mal desempeño de los hombres que hicieron la guarida el día de los “eventos inusuales” solo confirmaría las fallas que había en la organización de la base.

 -Entonces, aceptaron colocar de guardia a dos personas que no sabían hacerla solo porque lo pidieron… -nuevamente, Virgilio no contenía sus palabras. -. Creo que es suficiente por ahora, debemos ir a hablar con las demás personas y reunirnos también con el resto de nuestro grupo para sacar conclusiones… -aseguró el hombre, levantándose finalmente de su asiento dispuesto a acabar la charla si ya no tenían nada más que decirle, siendo que se quedaría a escuchar si Maxwell aún tenía cosas para preguntar.

-Diré en mi defensa, caballero, que hasta el día del "accidente" todo estaba funcionando tal y como era de esperar. El proyecto es increíblemente ambicioso, y aunque soy la responsable máxima de la Base, es lógico que tenga que delegar algunas de las funciones. Esta base no solo se ha construido para la creación del Arca, tenemos que vigilar las minas y el desarrollo de I+D. Como en todos los sitios, hay ciertos... recelos sobre mi persona. No todos los humanos están de acuerdo con mi liderazgo, sin contar algunos comportamientos machistas.

-Le puedo asegurar que de haber sido otra persona la responsable de esta base, se dirigiría con un terrible puño de hierro y se tendría que reemplazar al personal por más bajas de las que serían aceptables. Perdón por permitir que los hombres tengan libertad y secretos, tendré que añadir ese dato a mi siguiente informe para Maese Arcturus, explicando que igual los "Humanos"- ahora si que hay verdadero veneno en esa palabra- deben ser adecuadamente controlados.

Incluso estando abiertamente enojada, su tono de voz es relativamente tranquilo, y mantiene bajo control sus emociones como sería de esperar, pero su mirada es de una ira tan profunda que sería capaz de atravesarte.

         - Por favor Virgilio antes de separarnos me gustaría cruzar unas palabras contigo debido a lo que pasó hace un momento con la maestra Amara.      ¿Prefieres que lo hagamos frente al resto del grupo o en privado? -    Le dice Trinity al humano psíquico frente al resto del grupo, una vez que les hayan dejado solos Amara y su asistente

 -No veo necesidad de que el resto esté ausente... -concluyó el pelirrojo mientras guardaba ambas manos en el interior de su gabardina, con su mirada fría e inexpresiva sobre la perfecta que hace minutos aseguró que le reprendería por su invasiva pregunta.

.      - Que bueno, porque preferia decirlo frente a todos para evitar suspicacias y para que todos estén enterados!      No todos los perfectos pensamos y actuamos exactamente de la misma manera guapo, pero por supuesto que se espera que frente a los humanos estemos de acuerdo en no permitir su falta de respeto, como la que burdamente y sin mucho sentido demostraste frente a su propio asistente! -.      Comienza Trinity por explicar le a Virgilio con voz baja, cierta paciencia y la atención de no ser escuchada por Amara, Tawslon u otro de sus hombres, tras una pausa dramática para atraer la atención del grupo termino de decir con menos frialdad que su interlocutor:

.        - Si queremos contar con mejor colaboración de la gente de Amara en nuestras investigaciones era importante mostrarle empatía y respeto, razón por la que comenté lo de reprender te más adelante, pero si vuelves tu o cualquiera de ustedes a molestar la o a mi sin ninguna buena justificación a pesar de sus molestos abrazos incómodos ... Tendré que aparentar estar muy molesta después de haber reprendido en privado a nuestro amigo síquico por su falta de respeto!

 La manera en la que hablaba de los perfectos y los humanos le resultaba a Virgilio cuanto menos curiosa. No era la primera perfecta que escuchaba hablar de las cosas que se esperaban de los de su raza, pero la manera en la que Trinity trataba el tema casi hasta lo hacía sonar como si realmente no fuese algo que le importase a ella más allá de lo que pensase el resto.

 -Aparentar... ¿Entonces realmente no te importa? -preguntó con un ligero tono de curiosidad, intrigado por cuales eran los verdaderos objetivos y convicciones de la perfecta. -. Supongo que he de disculparme, admito que pude ser menos... directo -lejos de lo que pudiese aparentar, Virgilio reconocía sus errores y no se cortaba a la hora de admitirlos. -. Intentaré ser más sutil a partir de ahora: igualmente, si la gente de aquí ha de odiar a alguien mejor que sea a mi, y en ese caso todos deberían ser como Trinity y mostrar que los apoyan; será de utilidad para que se ganen la confianza de las personas en este lugar.

.       - No me importa demasiado porque yo he convivido durante un tiempo con diversos tipos de humanos, pero nos puede convenir tu indiscreción si la sabemos aprovechar, ya que una de las posibilidades de intereses de sabotear el proyecto del Arca aquí podría ser algún grupo terrorista de  humanos en contra de los perfectos, así que podrías actuar junto con alguien que te acompañe quejándose públicamente en un bar de humanos acerca de lo pesado de los perfectos a cargo, para ver si se te acerca alguien de los saboteadores del proyecto! -.     Responde y propone Trinity con voz baja pero suficiente para que el grupo la escuche y espera sus valiosas respuestas

           - Mientras vamos a investigar al arca Harousuki, Tobías y yo para que Amara, su asistente y algún otro interesado vean que estamos avanzando!  Pero crean que estamos divididos!  Les parece bien?

Buscar a Tobias en la mitad de ese inmenso campamento era simplemente irracional. Aunque para un hombre como Harosuki, quien ha estado en persecuciones en ambientes mucho mas ajetreados y grandes, el sabe que buscar a un chico como Tobias es infinitamente mas complicado que buscar a unos delincuentes promedio escapando de el un distrito comercial, así que Harosuki se rindió de encontrar al chico después de buscarlo un rato. Aun estando consciente de eso, fue bastante frustrante para el samurái. Incluso habia salido de la tienda de la Maestra Amara para buscarlo en cuanto se percató de su ausencia, y lo que es aun peor, habia pasado mucho tiempo desde la ultima vez que alguien se le habia escapado, el sentimiento de frustración estaba presente, pero al mismo tiempo Harosuki intentaba ignorarlo. Tobias no era un enemigo al que perseguir por el campamento, era un compañero que salió a dar un par de vueltas, aun así, Harosuki se habia impuesto a si mismo la tarea de vigilar al muchacho para llevarlo por el buen camino, perderlo de esta forma era un error por parte suya como representante de la justicia.

Después de pasar un rato deambulando por el campamento, buscando algo que hacer mientras mantenía un ojo abierto por si Tobias se aparecía por allí, Harosuki vio la típica escena del ingeniero contra el mecanismo, era algo totalmente normal que le ha pasado a todo mecánico e ingeniero en algún punto de su vida incluyendo a Harosuki, por supuesto. Dispuesto a ayudar al mecánico en su labor, Harosuki se acerco a la escena y, después de inspeccionar un poco con la mirada para determinar que era lo que el podía hacer sin molestar al ingeniero, colgo su chaqueta donde pudo y saltó directamente a la acción.

- Permitame ayudarle -Dijo mientras se acercaba al mecanismo y se ponía manos a la obra.

La verdad es que no había que ser ingeniero industrial para saber que el pésimo mantenimiento de la máquina hacía que los mecanismos estuvieran llenos de porquería, polvo mezclado con aceite hace que se forme una masa negruzca bastante desagradable que termina siendo un desastre. Después de un examen a fondo te preguntas como ha sido posible que ese chisme no hubiera explotado lanzando piezas y un líquido negruzco por todas partes.

Con las herramientas adecuadas, un par de paños para limpiarlas y mucha paciencia, consigues que el reloj funcione a las mil maravillas. El trabajo había sido muy fácil, era solo cuestión de paciencia, y saber lo que se estaba haciendo. Si esa gente eran ingenieros, estaba claro que no hacían demasiado bien su trabajo.

-La verdad es que estás hecho todo un manitas- aclama el ingeniero- Si hubiera tenido tiempo y ganas puede que hubiera encontrado el problema, pero la verdad es que desde el ataque del Arca, me he vuelto perezoso.- Te mira como un amigo, y la verdad es que el hombre es de trato bastante agradable- Sabes, pensé que los tipos nuevos como tú ibais a ser unos lameculos de Perfectos, pero está claro que aún quedan buenas gentes. Permíteme que te enseñe una cosa... para recompensarte.

El hombre se aleja del reloj, vigilando cada uno de sus movimientos con todos sus sentidos alerta, siempre atento de que nadie les siga ni vigile sus movimientos; por suerte para vosotros, no llamáis especialmente la atención. Vuestros pasos se encaminan hasta el vertedero, donde uno de los guardias os da el alto al momento.

-Tranquilo, el tío grande viene conmigo. Le debo un favor.- Por un momento recela y te mira con desconfianza, pero finalmente se aparta a un lado vigilando a vuestras espaldas como hiciera el ingeniero antes.

Para ser un "basurero" las cajas y desperdicios están curiosamente bien apilados, como si formaran una barrera improvisada de gran altura que no permite ver por encima de sus muros, pero que curiosamente forma una serie de pasillos por los que podéis pasar sin complicaciones; finalmente llegáis a una trampilla que desciende por una escala incrustada en la pared hasta lo que claramente es un bunker construido por la mano del hombre.

-Bienvenido al Lugar Seguro- el sitio en cuestión te recuerda vagamente a los garitos ilegales de las islas: poca luz, apenas cinco personas que hablan en susurros mientras revisan mercancía, hacen tratos o apuestas a juegos de dados, el aire viciado cargado de olor a metal y soldaduras... cajas y cajas sucias mal apiladas que se amontonan en lugares de penumbra, incluso tiene algunos habitantes de tipo alimaña que se afana por esconderse en algún rincón.

Cuando llegáis todas las miradas se fijan en ti, pero estás acostumbrado a llamar la atención, pero esa atención, sorprendentemente dura apenas unos instantes; es más un acto reflejo por saber quien entra en ese sitio que realmente interés. El ingeniero se acerca al que parece un minero, intercambian unos susurros inaudibles y acto seguido el minero se acerca a unos sacos apilados y llenos de porquería de donde saca una preciosa espada de hoja curva con una empuñadura en forma de dragón. El metal tiene un ligero brillo azulado y aunque la hoja es un poco más ancha de lo que estás acostumbrado a manejar, está perfectamente equilibrada y parece de buena calidad.

-Has hecho en media hora lo que a mi me ha costado tres días; la verdad es que me has salvado el pellejo- el hombre se toma unas confianzas como si fueras un compañero más de trabajo; aunque las costumbres en el continente son extrañas, resultan gratas- Ahora debería volver a mi puesto antes de que alguien me eche de menos. He hablado con el jefe de este sitio; si no causas problemas estará más que dispuesto a hacer tratos contigo. Se discreto y no habrá problemas; este sitio es el único lugar donde podemos hablar con verdadera libertad.

El minero te mira y te dedica una sonrisa al tiempo que te hace un gesto para que te acerques. No estás seguro de donde ha sacado la botella, pero está claro que quiere compartir un trago contigo; una costumbre que seguramente hayan adquirido en las Islas. Sería toda una descortesía rechazarlo.

-Te preguntaría que hace alguien como tú en una base perdida del continente; pero está prohibido en el Lugar Tranquilo. La gente viene para estar relajada y sin los ojos y oídos de la Perfecta que les puedan acusar. Si quieres licor de verdad, comprar alguna cosa, o tienes algo con lo que comerciar, soy tu hombre. Si solo quieres algo de charla insustancial, a mi colega Stun se le da mejor escuchar que a mí- espera a que te bebas el chupito del aguardiente que te ha servido antes de continuar- ¿Qué va a ser?

Para cuando la Perfecta quiere reaccionar, Tobías ya se había escabullido de la tienda, y Harosuki había ido detrás suyo, puesto que había declarado varias veces que no terminaba de confiar en las intenciones del joven, forzando a Trinity a hacer una pequeña excursión ella sola hacia el Arca y recabando algo de información, mientras que sus compañeros Virgilio y Maxwell seguían la pista de los registros de la Perfecta.

Ambos equipos habían abierto nuevas e interesantes líneas de investigación y cuando Trinity volvió a la base, sus compañeros estaban intentando esclarecer lo que habían descubierto.

A su vuelta, Maestra Amara estaba tan centrada en sus propias tareas que ni se había percatado de la presencia de Trinity, aunque parecía mas que les ignoraba deliberadamente que algo accidental; mientras en el resto de la base varios ingenieros se movían de un lado para otro intentando recuperar el tiempo perdido.

Esbozando una sonrisa de al forma mas inocente posible al ver la oportunidad de obtener algún tipo de información deje a un lado de la barra aquel vaso medio lleno de leche y canela, mientras me giraba sobre el asiento con un rostro lleno de entusiasmo mirando fijamente a los guardias, ocasionalmente mía mis ojos o mi rostro para poder ver al tendero pero el principal objeto de mi atención eran aquellos dos guardias, aunque aquella sonrisa un tanto siniestra que vi en el rostro del camarero hace no mucho llamaba mi atención aquellos dos guardias podrían llegar a ser una fuente de información muy valiosa -¿Por que se ven así de agotados?, ¿Acaso La Maestra Amara les ha hecho algo además de obligarlos a montar guardia cada noche?, He escuchado que muchos hablan sobre que algo sucedió en el Arca pero nadie me dice nada porque soy muy joven, ¿Que fue lo que ocurrió?- Intentando no perder la fachada que había construido desde que llegue al arca como un inocente infante, tome de nuevo el vaso aun con algo de leche, bebiendo para dejarme un bigote de espuma mientras miraba fijamente de una forma curiosa a los soldados que se estaban hundiendo en su miseria, quería ver que clase de información podrían darme sobre el incidente y La Perfecta.