Partida Rol por web

Lo prudente era regresar pues la lluvia y el viento desembocaban en una fuerte tormenta, así que Verith se encaminó, junto con el resto de las féminas, hacia la cabaña donde Luthor se encontraba.

Nada más entrar encontraron a Luthor mirando hacia una parte de la estancia donde estaba sucediendo algo particularmente extraño, era una escena familiar pero de tonalidad translúcida, determinando la Dama que aquello no era real, quizás una manifestación física de los sucesos acontecidos allí en el pasado, tal y como sus poderes psíquicos le indicaron previamente. Iba a avisar de que tuvieran cautela, pero una sombra apareció provocando el miedo en aquellos entes fantasmagóricos que conformaban la familia.

- Esto es horrible... - dijo la Dama, dando clara muestra de su naturaleza bondadosa - ¿Qué se escucha?...

Un lamento lejano sonó en la sala y un joven que lloraba miraba la escena de manera continuada, sintiendo Verith empatía por el muchacho, el cual se dirigía a ellas, sorprendido de que pudieran verle

- Verte y oírte...- aclaró la pelirroja observándole - Y dispuestos a ayudarte si precisas de nosotros...

Iria hizo varios comentarios y Verith esperó las respuestas oportunas mientras observaba al joven, teniendo ella misma sus propias dudas al respecto.

- Dices que fuiste cobarde y egoísta... ¿Por qué?... Si nos cuentas lo que sucedió, es posible que podamos encontrar la forma de ayudarte y que todo vuelva a la normalidad... ¿Qué hiciste que tanto daño pudo provocar en tu familia?...Sé que escapaste de casa cuando todos estaban aquí dentro... ¿Dónde ibas? ¿Qué encontraste?....

El joven comenzó a narrar su historia. El muchacho aseguraba que escribía en su diario cuando todo se volvió oscuro, algo que chocaba con la información que obtuvo Verith con la psíquica, el hijo más joven había huido por la ventana, lo había visto y no le cabía la menor duda

- Saliste por una ventana... Lo sé... - mantuvo la pelirroja mientras le escuchaba y comprendía que se justificaba y callaba cosas, o al menos eso era lo que intuía inicialmente -...¿Quién es el Guardián de la Montaña?... 

La Dama guardó silencio cuando escuchó lo que le hizo a su hermana, darle una medicina que era propio de un adulto podría haberla matado, pero no quiso decir nada al respecto, enfadar a un fantasma no estaba ahora mismo entre sus prioridades pero dudaba de que las palabras emitidas por el muchacho fueran reales. Callaba información, mentía...¿o acaso es que se estaba volviendo desconfiada?

- Él no puede comunicarse con su familia y parece que al contrario tampoco... Algo les ha separado... ¿Qué ha podido ser?... - miró a Luthor por si sabía la respuesta.

Luthor permanecía pensativo en la escena, había algo que no encajaba, podía percibir como la madre tenía algo que ver, pero no tenía claro que pensar, una vaga idea se formaba en su mente pero quería desecharla. Miró a las recién llegadas con gesto confuso - Creo que lo correcto sería ayudarles a seguir adelante... - luego volvió su mirada seria hacía Iria. - ¿Me dejas el diario? - Por el momento varias ideas surgían en su cabeza, pero parecía que faltaba alguna pieza de información, algo que diera sentido a todo, según el diario decía Iria que el crio había dado la medicina de papa a su hermana, pero ahora decía que era la de mama, y que pasa con la ciudad, por qué ese interés en la ciudad si dice que iba a la montaña... Todo era bastante extraño, quizás fuera el crío un espíritu atormentado y la madre se quedó para poder cuidar de él... demasiadas posibilidades, era necesario reducirlas un poco. 

- Él no puede comunicarse con su familia y parece que al contrario tampoco... Algo les ha separado... ¿Qué ha podido ser?... -

- Creo que ellos han aceptado la muerte y son sólo una representación de lo que fueron... creada... por él o la madre para que no se sienta culpable, pero no lo sé - Susurró tratando de que el crío no le escuchara. Mientras esperaba que Iria le permitiera echar un vistazo al diario. De alguna manera sospechaba que allí encontraría respuestas.

Sonreí con educación, aunque mi cabeza no dejaba de dar vueltas.

Dice que se volvió todo oscuro, que su madre salió y que no regresó, al igual que su padre y su hermano... El guardián de la montaña... ¿Quién podría ser?* 

Le entregué el libro a mi compañero mientras me acercaba al resto.

-¿Y si pasó algo con el arca? -pregunté en un susurro-. Y si, eso que hizo que todo se volviera oscuro, ¿fue causado por el arca? Algún tipo de ataque o algo que salió mal, que enfureció al Guardián y mató a la familia de este chico... ¿Podría cuadrar? 

Sentía un cosquilleo en la cabeza, como si faltase algo. 

Había leído en el diario que le dio la medicina del padre, pero ahora decía que era la de la madre... ¿Era un fallo del "espíritu"? 

El termino Guardián es MUY ambiguo. Si que se sabe de criaturas grandes y antiguas que entran en letargo durante un tiempo y podrían haber despertado con el accidente del arca.

Si el padre guardaba la medicina, es normal que la llamara así, pero tendría más sentido, por lo que has leído en el diario que sea algo que tomaba la madre por su delicada salud.
Si echas un ojo a la botella de licor escondida es un licor hecho a base de adormidera fermentada, que recuerda por el olor y el sabor a un licor flojo, y se usa para tratamientos contra el dolor.

El viento y la lluvia golpeaban con tanta violencia en el exterior que podíais oír como chocaba contra la estructura con violencia; la temperatura había bajado bastante, pero mientras vosotros habláis con fantasmas, la siempre Alice se había puesto manos a la obra y había encendido el hogar, calentando rápidamente la estancia.

Durante un momento todo parece volver a la normalidad. Quizás recuperar ese ambiente hogareño hiciera reaccionar a los fantasmas, que a excepción del chico del diario y la madre parecía que hubieran salido del extraño bucle en el que estaban atrapados. El olor a encima quemada y el calor que ahora desprendía la estancia os hizo olvidar por un momento lo que estabais haciendo y el cansancio del viaje y el hambre os atacó de pronto como una fiera al acecho de entre las sombras de vuestra propia consciencia.

Cuando os queréis dar cuenta, la madre está intentando cocinar algo, con esa sonrisa cansada de una madre que se esfuerza tanto por complacer a sus hijos, pero en su estado espectral es incapaz de alcanzar cacharros de cocina y mucho menos coger algunos de los víveres o especias acinados en las alacenas. A su lado está ahora la hija, un ejemplo de bondad y servidumbre. Si hubiera vivido más tiempo, seguro que habría sido un gran ama de casa. Incluso aunque era incapaz de coger nada, parecía disfrutar de un extraño juego silencioso que solo ellas podían entender.

El anónimo chico del diario mira la escena con una tristeza que os parte el alma, sus puños están cerrados con una mezcla de rabia y frustración. Sentís que quiere acercase, pero le falla el coraje para hacerlo.

El rugido del estómago de Lyra os saca de la ensoñación.

-Perdón- aclara llevándose la mano al abdomen- Pero desde esta mañana no hemos comido y estoy famélica.

Con la mansión cerrada la única forma de enviar un mensaje de cortesía al noble Irion era a través de tu personal no imprescindible. Una carta sencilla, bien escrita en papel de calidad y con el sello de los Bright. Si el chico era la mitad de listo de lo que crees, debería conocerlo de sobra, más aún si tienes en cuenta que eres nada menos que la mano derecha de Arcturus.

Tuviste que esperar todo un día para que llegara la respuesta afirmativa; a altas horas de la noche no era demasiado indicado ir de visita a casas ajenas, así que esperaste al día siguiente para ir a la mansión del noble, después de darte un desayuno bastante escaso teniendo en cuenta que, al parecer, la cocinera se encontraba "indispuesta".

La mansión de Irion era casi de las mismas dimensiones que las mansiones de los Perfectos del Distrito Corona, y obviamente bastante más grande que la tuya, aunque le faltaba la ostentación de riqueza y poder de las que hacían alarde el resto de las casas señoriales. ¿Dónde estaban las majestuosas fuentes? ¿Dónde estaban los exuberantes jardines? Había escolta, un pequeño ejército, pero todos estaban vestidos con el uniforme de la guardia humana, y no parecía incluir ningún Perfecto en sus filas.

El interior era, si cabe, aún más desastre. La decoración justa y necesaria para demostrar algo de buen gusto; la planta superior decorada con los retratos de ilustres del pasado, y algún que otro busto casual... pero nada más. El recibidor era más bien frío, y el hombre que os atiende era un sirviente entrado en años increíblemente parco en palabras. Os recibe con un saludo sencillo y silencioso y solo abre la boca para indicaros que el señor de la casa espera en la biblioteca.

Cuando llegáis a la puerta doble esperabas que el sirviente la abriera por ti, o que al menos tuviera la decencia de anunciar tu llegada. Simplemente os acompaña hasta la puerta y se marcha en silencio, ignorando deliberadamente cualquier protesta que tuvieras. Es una de tus gemelas la que tiene que abrirte la puerta que da paso a una estancia más bien pequeña adornada con una hermosa chimenea y una pequeña cantidad de estanterías donde una colección de libros están cogiendo una ostensible cantidad de polvo.

Irion, a quien conoces de haberte cruzado con él un par de veces, está sentado frente a una mesa donde hay desplegado un mapa del continente, con bellas figuras de madera y piedra que representaban los ejércitos que supones son Puerta Dragón y Nueva Alexandria. Estudia al detalle el mapa cuanto levanta sus brillantes ojos azules hacia ti.

-Señor Bright- el hombre no sabe muy bien que hacer en esas situaciones, duda claramente si acercarse a darte la mano o permanecer donde está con porte vagamente militar. Finalmente se decide por ofrecerte una de las butacas frente a la chimenea apagada. Por el polvo y las telas de araña hace bastante más de una estación que no se la da uso ni que se encargan de ella- Es una inesperada visita la suya. ¿Qué es lo que necesita de mi? Normalmente cuando Maese Arcturus quiere algo de mí viene en persona... no manda a su Emisario... ¿ha pasado algo?

Inmediatamente después que las grandes puertas de la biblioteca se cerraron y me encontré frente a frente con el descendiente real Irion hice una reverencia para luego una vez que el me diese permiso de sentarme lo haría, el sillón que el me indicaba denotaba que no lo habían limpiado durante mucho pero mucho tiempo, aún si sentía asco de sentarme en un lugar así, puse mi mejor cara de póquer para decir: -Buenos días Lord Irion, la verdad es que si,viene pasando mucho, El Consejo de la ciudad a sobrepasado sus limites,y perdieron de vista el objetivo para el cual fue creado en primer lugar, de todo lo que le digo tengo pruebas para demostrar sin lugar a duda de lo que digo, la única persona que puede detener esto es usted. Por lo que a continuación vuelvo a pararme para arrodillarme ante Irion agregando: -Su Majestad, le ruego que tome el lugar que le corresponde por derecho de sangre y detenga esta locura, el consejo esta demostrando que no le importa la vida de sus ciudadanos, solo usted puede detenerlos antes que sea demasiado tarde ,toda mi vida hasta la actualidad luche y derrame sangre y lagrimas para proteger no solo a mi familia sino a los ciudadanos de esta gran y hermosa ciudad soñando que algún día la tiranía del Consejo sería acabada, solo usted puede devolver el orden no solo del Consejo sino de toda la ciudad. No me importa perder la vida,pero considere a sus súbditos Su Majestad, ellos realmente lo necesitan, necesitan que de un paso al frente y detenga esta locura antes que pase a mayores,se lo ruego,si el precio para que usted reclame lo que es suyo por derecho es mi vida,con gusto la daré con tal que los ciudadanos de Puerta Dragón puedan vivir en una ciudad mas pacifica sin la tiranía del Consejo asomando desde las sombras de ellos. Mi intención con lo que decía no era disolver el consejo actual,sino por el contrario llevarlo de nuevo al inicio para lo que realmente se suponía que debía hacer,su función principal antes que se corrompiera y terminase por intentar llevar a una guerra que no era necesaria realizar en estos momentos.

-Pienso en los habitantes de esta ciudad, Emisario- algo en su tono de voz te decía que no habías dado con la tecla adecuada- Precisamente por ellos, y porque personalmente las acciones del Consejo he renunciado a mi derecho de sangre. Les acusáis de corrupción, pero no habéis presentado pruebas, e insinuáis que debe derramarse sangre para una guerra civil.

-No sé si sois conscientes de que ya se está derramando sangre; sangre de humanos y Perfectos valientes que están dando su vida por proteger la ciudad. Y no lo están haciendo por la "corrupción" del Consejo, lo están haciendo por orden del Consejo que queréis derrocar. El mismo que os ha permitido tener las propiedades y servicio que ahora os acompaña.- se aparta y vuelve al mapa estratégico- Salvo que podáis demostrar la corrupción del Consejo, y por lo tanto del Perfecto para el que trabajáis, no solo no creeré ni una sola palabra de cuanto digáis, sino que además os consideraré un enemigo para con esta ciudad.

Dado que no te ha echado del estudio, aunque está enfadado, parece dispuesto y hasta abierto a escuchar lo siguiente que tengas que decir.

Luthor demostraba una vez más lo mucho que se parecía a ella misma cuando indicó que lo correcto sería ayudarles a seguir adelante, recibiendo de Verith una afirmación positiva de cabeza, estaba claro que pensaban de forma parecida, dejándola pensativa con aquella teoría de que lo que veían en la estancia, era una proyección de lo que fueron y por tanto, nada que actualmente pudiera deshacerse.

Iria por su parte entregaba el diario a Luthor mientras no dejaba de dar vueltas en su cabeza a los acontecimientos que se sucedían en la cabaña y que, ciertamente, eran peculiares.

- No sé hasta donde abarca el poder del Arca... - dijo la Dama con prudencia -... No podría asegurar que tuviera la culpa de estos hechos, pero tampoco de quitársela... Ahora eso sí, ¿en qué te basas para relacionar lo del Guardián con nuestra misión?... ¿Hay algo en ese diario que te lo indique, Iria?.... - se muestra curiosa y con cierta dosis de expectación.

La violencia de la tormenta no era algo que a Verith le preocupase. De entrada nada de lo de allí era potencialmente peligroso, así que no tenía pensado salir a la intemperie, aunque no estaba demás haber notado que el frío se hacía mucho más intenso, una suerte que Alice se preocupase del bienestar general.

Quizás fuera por la imagen proyectada del hogar, o puede que estuviera particularmente sensible ante la idea de cómo una familia pudiera sufrir tanto, que la Dama se puso al lado de la madre, intentando averiguar qué era lo que pretendía coger para hacerlo ella y seguir los pasos de lo que la buena mujer hubiera hecho estando en vida.

- No te preocupes Lyra. Intentaré cocinar algo... - dijo Verith cogiendo un caldero, mirando a la mujer intuyendo que lo siguiente era colocarlo en el fuego y poner agua dentro, siguiendo cada uno de sus pasos, mientras que por dentro sentía que algo comenzaba a romperse Era aquella maldita sensibilidad especial suya que se quebraba ante los malestares de los demás y que en ocasiones no podía controlar.

La pelirroja comenzó a llorar, tranquilamente al principio, peor mucho más ruidosa casi al instante, mientras la mirada de madre e hija se clavaban la una en la otra, sintiendo Verith una pena tan grande como para sentir un completo desconsuelo.

- Es..... es.... snifffff..... ¡Una tragedia!.... - ¡quién lo hubiera dicho!... Una Perfecta llorando por sentires ajenos que siquiera le incumbían, la capa de metal que rodeaba a la Dama caía fulminante ante Iria y Alice. Y a todo esto había que sumarle otro factor, el agotamiento que sentía -... Hay que ayudarles, no podemos dejarles así para siempre... snifffffff...... - su rostro era un mar de lágrimas

Asiento lo que su majestad Irion dijo por lo que luego de pensar detenidamente mis palabras para decir:

-Muy bien Su Majestad,le traeré las pruebas de corrupción que me solicita,si me disculpa.

Me levanto de arrodillarme frente a el para hacer una nueva reverencia y retirarme de allí para comenzar a juntar las pruebas.

Tenía que salir de allí,así que una vez que estuviera afuera de esa semejante mansión para volver a la mía mientras pensaba ¨¿Para esto me jugué la vida durante tantos años?,¿para un niño mimado que no puede tomar lo que es suyo por derecho?,¿realmente queremos a este pelele al mando?,básicamente debo de mostrarle en la cara lo que me es obvio¨.

Por lo que una vez que volví a la mansión le dije a Yuri que iba a enviar una nueva misiva a la dirección que ella ya conocía que la enviase a través de alguien de confianza y que no pudiera ser rastreado fácilmente,esta misiva iba hacia R para decir en la misma:-De mi mayor consideración,Estimado R,el sujeto en cuestión demostró no estar tan interesado en reclamar lo que es suyo por derecho y cambiar al Consejo,el sujeto quiere pruebas irrefutables para hacer su jugada,así que si tienen además de las pruebas que yo poseo sobre dicha corrupción para que cambiemos al consejo le agradecería que me las envié.

Solo espero que no corra demasiada sangre antes que el sujeto tenga las que sabe para hacer su movimiento,yo no comparto que se derrame sangre innecesariamente y mucho menos cuando la duda del sujeto conduce a una masacre a gran escala que se puede evitar si hace lo correcto. Sin mas que agregar,y a la espera de su respuesta,suyo Sadalmelik-Al terminar de escribir la misiva puse el sello para que lo recibiera el gran maestre de la Athene Noctua esta misma noche.

Por lo que llame a Yarbis para que a través de un tercero llegase esta misiva a R.

Llame a las gemelas para decir:

-Es probable que volvamos a recibir una visita del psíquico de la otra vez y de su compañero,díganme ¿ya tienen las contra-medidas disponibles para acabar con ellos de ser necesario?,si no es así,la tendrán que ir preparando dentro de la mansión,para defendernos de ellos dos. Y tendré que pensar en un plan alternativo.

No me gustaba para nada que el futuro rey en vez de ver lo que tenía delante suyo se negara a ver,entiendo que pueda tener miedo a equivocarse pero mientras tanto corre sangre del pueblo que se supone que debe de proteger,mientras mas dure su duda peor será.

La jornada había sido larga y ardua, lo único que quería su cuerpo era descansar, pero la escena le impediría descansar así que decidió seguir dando vueltas a la situación. El estallido emocional de Dama Verith, hizo que Luthor la mirara preocupado y Lyra fue a su lado para darle ánimos, centrándose en ese momento el joven en el espíritu del joven. Se acercó despacio, poniéndose a la altura del chaval. - Cuéntame, que es lo que pasó. ¿Por qué dices que fue tu culpa? - Todo era demasiado extraño, había algo que se le escapaba... quizás si que tuviera algo que ver con el arca. 

La respuesta de R tarda dos días en llegar, y durante esa espera no hay noticias de los dos sujetos.

"Estimado Sadalmelik:

Lamento mucho que los emisarios que se te enviaron para una simple tarea te hayan causado más pesar que beneficio, y que por eso se te haya complicado una tarea, a partes igual importante y aparentemente compleja.
Creo recordar, ya que escribí personalmente la última misiva que se te pidió que te ganaras el favor del Heredero, y al parecer has conseguido justo lo contrario, lanzándole en brazos de nuestros enemigos hasta una situación casi imposible de dar la vuelta.
Consideramos que sigues siendo un hombre de amplios recursos y confiamos que hará cuanto esté en su mano para solventar este pequeño inconveniente. Otros miembros han puesto un gran esfuerzo y esperanzas en sus acciones y esperamos no nos decepcione.

Con respecto a las pruebas que nos solicita, actualmente no podemos decir absolutamente nada en contra de ninguno de los miembros del Consejo; salvo que mantienen un gobierno que fomenta la desigualdad, no solo entre extractos sociales sino también entre especies. El Objetivo de la Orden es establecer una base fuerte en esta ciudad y usarla como base principal para derrocar el gobierno corrupto e injusto de los Perfectos por todo Arcadia.

Sabed que podéis contar con nuestro apoyo para sus acciones, pero esperamos que no sea necesario.

Atentamente.

R"

Como es habitual, la carta se convierte en cenizas una vez la has leído, pero si es la primera vez que te la entrega un simple mensajero, un chico sucio de ojos vidriosos que seguramente fuera un mendigo o pordiosero al que tu servicio no ha dudado en echar a patadas una vez completó su misión.

Iria y Luthor empiezan a dar señales de cansancio, pero de momento aguantan despiertos mientras sus mentes intentan encajar las piezas del rompecabezas. Intentan liberar el pesar de aquella familia, pero aparentemente no terminan de encontrar que es lo que les ata a aquel lugar.

Por otro lado, Dama Verith, Alice y Lyra tienen sus fuerzas muy mermadas, y aunque intentan mantenerse despiertas sus ojos se cierran constantemente y se van dejando caer más y más a medida que la noche avanza.

-Si me perdonáis...- Lyra es la primera en retirarse- Creo que estos fantasmas son aparentemente inofensivos, y yo hace mucho que no andaba tanto... Estoy agotada... Necesito dormir y no creo que sea de gran ayuda ahora mismo.

-Con permiso de Lady Iria y el resto de los presentes, creo yo también debería retirame mi señora- Alice siempre tan serena y tan fuerte parece la que más ha sufrido durante el viaje, y las ojeras apenas dejan ver sus brillantes ojos- Me puedo encargar de proteger a la señorita Lyra, soy de sueño bastante ligero, mientras ustedes consiguen dar paz a estas almas...

La noche avanza despacio, y aunque estáis cansados podéis cenar bastante decentemente. La despensa tenía carne de caza en salmuera que podéis aprovechar, e incluso unas hierbas que combinadas os pueden dar algo de energía... Sin embargo, la magia que os permitía ver a los fantasmas casi se ha desvanecido... sus imágenes van poco a poco pareciendo más borrosas... el tiempo para hablar con ellos, la hora de las brujas, parece que está llegando a su fin.

Cuando la imagen desaparece estáis demasiados cansados y vuestro sentido común os dice que matando al Guardián, responsable de las muertes, liberaréis a la familia de su miseria, rompiendo el bucle en el que están encerrados.
Pero eso tendrá que esperar al día siguiente. La oportunidad de dormir en una cama, sin necesidad de hacer guardias, resguardados del frío es una idea que se os antoja mucho más agradable que pelear contra espíritus inofensivos.

Sientes una extraña presión en el pecho.

Todo a tu alrededor es la más completa oscuridad, tan profunda y antinatural que no puede ver ni tu propio cuerpo, como si asistieras en primera persona a aquella pesadilla.

Una luz se enciende al fondo de lo que parece un pasillo, es tenue y fantasmal y apenas aciertas a ver unos extraños barrotes metálicos y una figura al otro lado.

Oyes tus pasos en el eco a tu alrededor mientras palpas una pared fría y lisa a tu izquierda, acercándote con cautela hacia la luz. Cuanto más te acercas, más te das cuenta de que conoces a esa figura, es Danna, encadenada a la pared, con las manos a la espalda, semi desnuda, con los ojos vendados con una tela roja y una mordaza del mismo color.

Cuando la reconoces aceleras el paso, el temor a tropezar queda sustituido por la necesidad de salvarla. Cuando estás en frente de los barrotes, quieres asirlos, pero te das cuenta de que no controlas tus brazos… ni siquiera los sientes.

Como en respuesta a tu súplica, los barrotes se apartan, pero solo aciertas a dar un par de pasos antes de quedarte completamente paralizado a escasos dos metros de ella. Quieres quitarla las cadenas, mirarla a los ojos, abrazarla y besarla, sentir su piel de nuevo, su olor…

La luz cambia de dirección y apunta a la pared tras ella y al cuerpo de la muchacha, permitiéndote ver escrito en rojo “Diviértete”. Escuchas un sonido metálico procedente del techo y todo arsenal de herramientas de tortura queda suspendido frente a ti por finas cadenas negras… Has visto usar esos instrumentos más veces de las que te gustaría, y aunque fuera por instinto sabrías utilizarlas con más o menos eficiencia.

Sientes una sensación de urgencia… como si tuvieras que elegir uno de aquellos macabros instrumentos antes de que un reloj invisible llegue al final. Titubeas, no quieres escoger ninguno, no quieres hacerla daño… no puedes escoger… pero quizás no escoger ninguno es casi peor…

El tiempo corre y te parece una eternidad… revisas la escena, tiene que haber una salida. Algo que se te ha escapado… tiene que haber alguna solución que no pase por la tortura.

Te fijas en el atizador. Es de hierro y bastante resistente, podrías usarlo para romper las cadenas y liberarla en lugar de como elemento de tortura…

En el momento en que tomas la decisión, la luz se apaga y quedas sumido de nuevo en las tinieblas.

Escuchas un sonido húmedo y te llega el olor a sangre.

Cuando la luz vuelve a apuntar a Danna, está con un terrible corte en la garganta, la sangre rojiza recorriendo su cuerpo como un impresionante mar escarlata, sus ojos perdidos tras la venda y un débil hilo de sangre corriendo por la comisura de sus labios.

Miras tus manos, empapadas en su sangre, sujetando el cuchillo que conoces demasiado bien…

Aquello era un misterio interesante y parecía que el guardián tenía algo que ver. ¿Había sido él quien mató a la familia? ¿Pero por qué razón?

Con aquellas y muchas más preguntas, me fui a descansar. Nos quedaba aún para llegar a nuestro destino y, entre todos, deberíamos hablar si, vencer al Guardián, era una prioridad o no.

A pesar de que Verith solía tener más aguante que cualquier humano, comenzaba ya a sentir el agotamiento del viaje, y soportar el tipo despierta, teniendo en cuenta que al día siguiente deberían continuar su camino, no era algo realmente inteligente, así que cuando Lyra comentó que se retiraba a descansar, ella prácticamente la siguió.

- Yo también voy a dormir, todos deberíais... - pero poco le importaba quien lo hiciera o no, ella precisaba cerrar los ojos, así que comió ligero un poco de carne en salmuera y procedió a desconectar del mundo, uno de los momentos más relajantes del día, acomodándose por supuesto, siempre al lado de Lyra.

Os despierta un ruido fuerte y seco en la planta inferior.

Sobresaltados y aun somnolientos os llega el olor a carne a la plancha y especias, junto con el inconfundible olor de la leña al quemarse. De la cocina en la planta inferior se puede oír una suave canción…

Bajáis casi dispuestos a encontraros con más fantasmas, y os sorprende la imagen de Alice, enfrascada en la preparación de un discreto, pero completo desayuno con infusión de café, carne y algo de pan que ha tostado, la sala está empezando a caldearse y la mujer está tan ocupada en sus quehaceres que ni siquiera parece consciente de vuestra presencia. Cuando se gira y os ve asombrados, intenta contener la sorpresa, pero se la escapa un pequeño gritito de sorpresa antes de dedicaros su mejor sonrisa. Al parecer había caído un cacharro de metal contra el suelo que era lo que os había sobresaltado a todos.

-Lamento no haberlos despertado, pero supuse que necesitarían pasar una noche en una cama para recuperar fuerzas- la mujer estaba tan activa y enérgica como antes de iniciar el ascenso por la montaña- He encontrado algunos víveres y he pensado que les vendría bien un buen desayuno.

Os sentáis en torno a la mesa, donde Alice ha desplegado la comida y ha colocado el mapa meticulosamente en el centro de la mesa. Cuando todos estáis sentados, se sienta con vosotros, aunque espera a probar bocado cuando todos habéis empezado a comer. La carne está un poco pasada, bien especiada, pero Alice trabaja con lo que tenía la familia en la despensa, que no era demasiado.

Si os fijáis atentamente en el mapa, solo tenéis que salir por la puerta trasera de la casa para iniciar el descenso. Tal y como os indicaran, un poco más adelante deberíais ver la Base de construcción y el propio arca. Según calculáis, un día más de viaje que debería ser de descenso.

Tardáis un rato en comer, vuestros cuerpos están cansados, y han dormido plácidamente toda la noche y les cuesta un poco volver a ponerse en marcha, pero cuando finalmente habéis dejado la cabaña limpia y recogida estáis lo suficientemente despiertos como para emprender tranquilamente el resto de la marcha.

Nada más cruzar la puerta descubrís un pequeño cobertizo abierto con una mesa en el centro y las paredes cubiertas de toda suerte de cuchillos y herramientas de carnicero. El suelo de la casucha está cubierto por unas hierbas rebeldes y unas flores hermosas de un color rojo intenso que recuerda al color de la sangre.

-Flores Sanguinas- explica Alice- Son la clase de plantas que crecen en los campos de batalla o lugares donde se ha derramado gran cantidad de sangre. Son unas flores fuertes, aunque raras de ver, apreciadas en algunos… “círculos”.

 Pasando el cobertizo donde el cazador debía hacer sus despieces y preparar la caza hay una calzada natural que serpentea por entre las rocas, ofreciendo ocasionales refugios a las fuertes rachas de viento gélido que os obligan a refugiaros entre los pliegues de vuestras capas. El solo cae de plano sobre la montaña, pero el viento arrastra las lluvias heladas de la noche anterior recordándoos que el otoño está cada día más cerca. A pocos metros de que avancéis, Dama Verith se queda paralizada.

Estas en una extensa pradera, siempre surcada por fuertes vientos. Puede que la topografía de la zona tenga algo que ver, pero la dirección del viento es siempre la misma, sin importar la estación del año: de este hacia el oeste.

Debido al viento incesante, los troncos y ramas deformes de los arbustos se inclinan hacia el oeste. Aquí la hierba no crece alto y las plantas que se elevan un poco más terminan doblándose hacia poniente.

Las caravanas y los pastores pasan por el único camino que atraviesa la llanura. Solo viajan en una dirección, ayudados por el impulso del viento. Los viajeros que se desplazan de Oeste a Este siempre siguen la ruta tortuosa que serpentea alrededor de las montañas del sur, así es mucho más largo, pero también mucho más rápido que atravesar la Llanura del Viento.

La primera vez que te encontraste con aquel hombre, eras apenas una niña.

- ¿Mi abuela vivía entonces?

En respuesta a la pregunta despreocupada de la chica, el hombre sonríe y contesta:

-Si. Y era una anciana muy agradable.

Miras atrás y señalas la cordillera que se pierde en la distancia

-Mi abuela atravesó siete montañas cuando hizo el viaje.

- ¿Siete son muchas?

- Ajá. Mi abuela vivió durante mucho tiempo. La mayoría termina el viaje tras cinco montañas. La gente que dejan atrás excava una pequeña tumba donde terminó el viaje y siguen con su andadura- la niña señala el suelo que pisa- Esto es todo lo lejos que he llegado- anuncia con una sonrisa orgullosa y jovial.

La andadura de tu familia la inició tu difunta abuela, quien empezó a caminar desde el extremo oeste del Río del Viento junto a su hijo, que entonces tenía la edad que tienes ahora.

Por el origen de tu familia los aldeanos os miran con recelo.

Según la tradición, tu pueblo solo debe descansar durante el invierno, y reemprender la marcha tras la Calibración. Algunos de los suyos deciden quedarse en los pueblos y así terminar su viaje, mientras que otros, por el contrario, convencen a algún residente para que los acompañe cuando comience su marcha en primavera.

Tu madre fue de los que se unieron por el camino, y tal vez, dentro de unos años, la muchacha se enamoró de alguien al hospedarse en un pueblo. Entonces tendrá que elegir entre establecerse en ese lugar o invitar a su pareja a acompañarla.

A día de hoy no tienes ni idea de lo que te deparará el futuro.

Tu padre te llama.

-El breve descanso ha terminado- lamentas tener que seguir y te levantas a regañadientes- Lo siento. Ojalá pudiera seguir conversando contigo, pero hemos de llegar antes de que caigan las primeras nieves.

Tienes las mejillas coloradas y secas y los labios agrietados debido al castigo continuo del viento, pero tu sonrisa es deslumbrante cuando deseas al hombre un buen viaje.

Es el gesto sereno de quien cree con firmeza en el sentido de la vida, sin albergar la menos duda.

- ¿Nos volveremos a ver?

- Quizás- el hombre se encuentra realizando su propio viaje, largo y cruel que no le ofrecerá nada en lo que creer.

Cuando por el camino se vuelva a encontrar contigo, su sonrisa será incluso más lúgubre que ahora.

Han pasado diez largos años cuando te reencuentras con ese hombre.

Es primavera, y la llanura está moteada de hermosas flores blancas. Ahora eres la joven esposa de un sastre local.

-Es la tercera primavera que paso aquí- dices al tiempo que te pasas con cariño la mano por tu abultada barriga.

- ¿Y tus padres? - te encojes de hombros en respuesta mientras miras al este- Continúan su viaje. Soy la única que se quedó. Pero no te preocupes por mí- añades mirándolo extrañada. No había cambiado nada desde el día que os conocisteis.

- ¿Y no piensas reemprender tu viaje?

- Tal vez quiera vivir para siempre como hasta ahora. O quizás algún día me abandonaré al deseo de conocer la Cuna del Viento.