Partida Rol por web

Tras vuestra siesta, la cual Vizarro se pasa mirando al horizonte, el pirata os viene a despertar.

-Ya hemos llegado.

Salís a cubierta, todos los tripulantes del navío están ajetreados, cargando bultos de aquí para allá, engrasando el casco o limpiando la cubierta mientras desembarcan.

Ante vuestra vista, una enorme isla casi paradisíaca de montañas irregulares cubiertas de espesa vegetación tropical o selvática, con playas larguísimas de arena blanca y fina, o con abruptas extensiones de piedra negra volcánica y acantilados.

Vosotros os encontráis atracados en lo que parece un puerto natural, protegido por acantilados bajos a ambos lados, donde se ha construído una escueta ciudad portuaria, con una docena mas de barcos atracados en ella.

La ciudad es entre hermosa y salvaje. Con cientos de pequeñas casitas de madera con pasarelas que las unen unas a otras, calles de tierra, burdeles, tabernas de mala muerte de las que salen y entran borrachos, sin tener ninguna preferencia horaria. También hay una pequeña plaza, con una casa bastante grande, aunque hecha de madera también, y una estatua en el centro.

En ella, comerciantes y bribones comercian con sus botines o venden a buen precio las provisiones que traen desde tierra firme.

Está claro que esto es un nido de piratas. Y por si fuera poco, piratas Barachanos. Su aspecto y atuendo los delata tanto como su burdo y basto Argoseo, idioma que parece que es el que rige en esta isla.

Vizarro está bastante acojonado con todo esto, levantándose el cuello de la camisa e intentando pasar desapercibido, pero su tan apreciado bigote es bastante delatador.

-Antes descuartizado en las tripas de un perro que afeitado...

De echo, el mismo ha acuchillado a los hermanos de muchos de los que hay aquí.

El odio que se tienen los Filibusteros y los Barachanos, es tan visceral y recíproco como antiguo.

Sancha viene hacia vosotros.

-Vamos a la posada del Mono Borracho. Ahí hablaremos, tomaremos una buena copa y podréis descansar.

Asiento a las palabras de Sancha y me acerco a Vizarro con una sonrisa

- Vaya lugares a donde nos lleva esta aventura, ¿no te parece? - digo poniéndome a su lado. No importaba como me hubiera caido al principio, ahora era de los míos, y entendía su malestar. Miré a Halgar, esperando que este comprendiera que debíamos ir juntos. Y luego miré a Sancha- Así que el Mono Borracho - dije atusándome el cuidado bigote- ¿crees que tendré que soportar muchos duelos antes de llegar allí? - pregunté con sincera curiosidad y sin aparentemente el menor atisbo de miedo

Se levanta a duras penas y se coloca junto a sus compañeros mientras observa la curiosa ciudad que tienen frente a ellos. La simple idea de encontrar un sitio donde poder continuar descansando es suficientemente alentadora para él.

- No perdamos tiempo. Necesito una buena cama.

-Supongo que duelos, ninguno. Puede que te a alguno os intenten atracar, o acuchillar por la espalda, o simplemente se os echen encima.

Ríe disimuladamente mientras camina prácticamente desnuda por las calles de Tortuga.

Pero no te preocupes, vienes con nosotros. Quién tendría el valor de atacar a un invitado de Amra?

Habéis recorrido poca distancia desde el barco hasta vuestro destino. La ciudad, es tan bella como repugnante, según como se mire.

Es un lugar bucólico y exótico, que acoge a gran cantidad de ladrones, piratas, rajacuellos, asesinos, matones y por supuesto, mujeres de mala vida; llenándolo todo con ese olor tan característico a escoria, que algunos encuentran "hogareño".

-Es aquí.

El capitán Bárbaro os a conducido a vosotros tres, a Sancha y a cinco mas de sus hombres hasta una casa de madera bastante grande, en la puerta de la cual hay un cartel con forma de mono, que sostiene una enorme jarra de madera tan grande como él sobre su cabeza.

Al entrar, el ambiente es Salvaje. Libertinaje, alcohol, broncas, y mas alcohol. No es un lugar terrorífico, como aquel lugar en las catacumbas, pero si que es mas brutal que "El perro mugriento" por que por lo que parece, aquí no hay ningún tipo de ley por parte de ningún dueño.

Amra camina hasta una mesa y tumba una silla de una patada en la que hay sentado un hombre haciendo esfuerzos por no morir ahogado en su propio vómito, compuesto mayormente por bilis y ron.

Hecho esto, se sienta en la silla y espera a que os unáis con él.

Aunque no pasa desapercibido para nadie, todos parecen tener cosas mas importantes que hacer que entrometerse en el camino de "El Leon"

-Tomemos una copa y hablemos. En el piso de arriba hay camas y mujeres para después.

Observa el lugar con cierta repugnancia dibujada en el rostro. Aquello era demasiado, incluso para un bárbaro salvaje del norte. Estaba claro que no podía fiarse de nadie, y menos aún en un lugar como aquel. A partir de ese momento debía vigilar su espalda con más detenimiento.

- Este lugar está condenado - Examina las mesas cercanas mientras se sienta junto al Cimmerio

Si algo se podía decir de Valenso es que no se escondía. Sin disimular una mueca de cívico desagrado al ver tanta violencia desatada (a Valenso le gustaba una violencia más fina, más zingaria, por así decirlo), el noble avanzó junto a Amra hasta llegar a la mesa y una vez allí tomó asiento. Valenso observaba todo con curiosidad, a pesar de su pretendido aspaviento.

No todos los días uno estaba en la guarida de los enemigos ancestrales de tu pueblo. De uno de los enemigos ancestrales de tu pueblo, mas bien.

- Me gusta la idea de para después - reconoció con una medio sonrisa inquietantemente elegante y predadora- Pero decidme, Amra, ¿cual es vuestro plan?

 El hombre de piel negra y arrugada, que lleva una máscara de león sale por la puerta, murmurando alguna cosa en su idioma natal, de las espesas selvas infestadas de bestias y los enormes desiertos.

Valenso puede traduciros sus quejas como algo referente a lo aburrido de su trabajo como sanador en la nave, pero no hay duda que hace bien su trabajo. Ha utilizado unas hierbas que ha mezclado con leche para limpiaros las heridas y coserlas con hilo fino, y ahora os encontráis muchísimo mejor.

Mientras sel por la puerta, podéis oír al capitán afuera como sermonea a los marinos, el viento tensando las velas y acariciando el velamen, y las olas romperse contra la quilla.

No hay duda que estáis ya en alta mar, de vuelta a Zíngara.

 Sancha ha estado frente a vosotros mientras el Kushita os curaba.

Ahora que estáis a solas en el camarote, mientras os vestís de nuevo sancha vuelve a poner la lista sobre la mesa. La había retirado con tal de que Champatu no la viese.

La lista ya la habéis visto, ahora esperáis a que empiece la explicación que os han prometido hace casi ya dos horas.

-El Púas, Presto y su novia Marta, Lucas, Lucía, Rubén, Martín, Íñigo.... Eran filibusteros, de los nuestros.

Olav, Thorberg, eran como vosotros, sel Norte. Maluk era de Kush. No eran Zíngaros, pero también eran filibusteros. Se ganaron ese derecho hace mucho. Ahora se lo han llevado a la tumba.

Supongo que a vosotros dos, os confundirían con ellos, dice a Halgar y a Wúlferic, o preferirían arrestaros simplemente y comprobar mas adelante si erais vosotros o no.

Zarono murió hace años, nadie lo va a echar de menos.

Diego fue quien te inició, si mal no recuerdo, no? dice a Domingo.

Julián y Mariano ya los conocéis según me ha dicho Vizarro, me alegro de que los sacaseis de allí.

Tomás y Pedro el Tuerto trabajan en el Perro Mugriento. No se como no les han cogido todavía. 

Los demás no se donde están. Escondidos supongo, si saben que les buscan.

Hace una pausa y se sienta en la silla del capitán tomando aire.

Nada de lo que os diga aquí podrá salir jamás de esta sala, entendido?

A mi, me dan por muerta, y espero que siga siendo así de momento, así que mas vale que ninguno se vaya de la lengua.

Quien está al timón ahora mismo no es el auténtico Amra. Al auténtico, lo mataron hace años en Shem.

Su nombre es Luug, y también le dan por muerto. Nos pareció una buena idea hacer surgir de nuevo la leyenda de Amra, el terrible pirata invencible, con tal de reunir rápido otra tripulación y hacer que nos tuvieran miedo tanto en Zíngara como en Tortuga.

Mi padre, el duque Villagro se ha vuelto loco hace mucho. Siempre ha ansiado la corona de Zíngara, y nunca ha tenido ningún escrúpulo para 

Cuando la guerra acabó, renegó de los filibusteros. Somos una hermandad aceptada por el pueblo, al menos la mayoría, y siempre estuvimos del lado de nuestra patria, pero no quedaba bien ante los nobles del magistrado admitir que si había ganado el bando republicano fue por que contaron con nuestra ayuda. Y necesitaba a alguien a quien cargarle las culpas por todos los crímenes hechos durante la guerra, por hombres como Ramirez. Así que nos delegó al exilio.

Pero se puso peor.

Por lo que parece, se ha dispuesto a erradicarnos por completo, si es preciso, torturando y desmembrando a las familias de nuestros hombres para clavar sus cabezas en picas junto al puerto.

O como hemos visto ahora, aliándose a Strom, cacique de los Barachanos, perros de Argos que se esconden en Tortuga siempre en guerra con nosotros, y que asolan las costas de Zíngara ahora que no estamos nosotros para hacerles frente. Pero a mi padre eso le da igual, pues no atacan a Kordava, y es la escusa que necesita Villagro para reunificar a todos los nobles y obtener la corona.

Si os preguntáis por que todo ha empezado ahora? Es por esto:

Sancha saca de la mesa que la separa de vosotros una daga y la pone sobre la mesa, junto a la lista de filibusteros. La daga es bastante pequeña, de apenas cuatro pulgadas de filo, pero su mango es largo, pudiéndose coger con comodidad por grande que se tenga la mano, pero no parece estar diseñada para ello, pues en el pomo del arma, al final de la empuñadura, el mango toma forma de una cabeza de cobra, grande y dorada, con la boca abierta, dejando ver dos grandes colmillos plateados. La aleta de la cobra recorre el mango de la daga, haciendo que cogerla sea bastante incómodo, y haciendo su uso como arma o instrumento ceremonioso bastante nefasto. Pese a ello, el filo parece estar en muy buen estado y muy afilado.

Quedáis asombrados por la daga, cautivados por su brillo dorado y un poco saturados por la explicación rápida y brusca de Sancha.

- Vayamos por partes - dice tras un instante de silencio Valenso- En cuanto a la nefanda alianza de Strom y tu maldito padre, yo digo: cojamos un prisionero o una prueba que pueda dar fe de eso, y presentemosla al pueblo mientras hacemos una revolución contra Villagro*. Si pretende unir a los nobles puede encontrarse con otras fuerzas deseosas de unir a los nobles, solo que en una dirección contraria. Y sí, por supuesto, estoy con vosotros. Hagámoslo y hagámoslo ya. En cuanto a por qué ha empezado esto ahora... reconozco que esa daga no me dice nada. Explícate Sancha

 Domingo presta toda la atención que los pechos de Sancha le permiten para escuchar sus palabras.

Asiente alguna que otra vez, reconociendo a las personas que ella nombra.

Cuando al final desvela el secreto de Luug, a Domingo le recorre al mismo tiempo un escalofrío por la espalda mientras se le escapa un soplido de alivio.

"Por una parte me alegro que lo del retorno de Amra sea una farsa. Por otro lado, sigue siendo Luug. El único hasta el momento que ha podido..."

Se cruza de brazos instintivamente, intentando ocultar su gran cicatriz sin mucho éxito.

A su vez, Sancha continúa con su explicación de la situación. Domingo suelta un pequeño gruñido de desaprobación cuando la mujer comenta que su padre se ha aliado con los Barachanos.

Sin embargo, toda la conversación parece esfumarse cuando la bella pirata saca una daga y la deposita en la mesa.

La mera presencia de ésta llama a Domingo la atención. A primera vista parecía una daga de decoración, más que una arma. Quizá de poco valor. Pero a medida que reparaba en los detalles, el pirata iba cogiendo curiosidad con esa daga de serpenteo acabado.

Su instinto, a parte de su lógica, le decía que esa arma debía valer muuuucho dinero. Sin embargo, el pomo en forma de serpiente le daba mala espina.

Mientras Valenso expone su postura, Domingo casi no le presta atención. Casi sin darse cuenta, su mano se extiende para coger la daga. A algo menos de un palmo de distancia, el pirata reacciona y se para en seco. "Que estoy haciendo! Podría ser cosa de brujos estigios!"

Retira la mano a toda prisa y mira a Sancha directamente a los ojos.(Sí, a los ojos, nada de tetas por el medio)

-Qué... qué hace esta daga? Es de manufactura estigia? Pregunta temeroso de la respuesta, Domingo. Algo especial debe hacer para que se estén cometiendo todos estos asesinatos por ella.

Tenía más preguntas, pero de momento se conformaba con respuestas a esas preguntas.

Tirada de tasación! (Son mil eurus eh! xD)

Vaya kakita de tirada...

Para mi que vale como 3 Carracas Zíngaras... XD (Incluyendo la tripulación y el ron, obiusli)

Me quedo mirando a la mujer, esperando su respuesta

Efectivamente, tiene algo más.

La mujer vuelve a guardar la daga bajo la mesa una vez la habéis visto todos.

Mi padre estaba esperando esta daga. Se la mandaban desde Estigia. Quién, o para qué, no lo sabemos.

Luug estuvo en el barco que la traía. Una nave de argos que atracó en Tortuga, donde debían entregársela a alguno de los hombres de mi padre.

Toda esa tripulación está ahora muerta. Si escapó alguien, no se ha dejado ver. Si quereis saber algo mas sobre eso, preguntádselo a Luug. Pero recordad. Nadie sabe en esta nave que se llama así a parte de nosotros.

Lo importante es que Villagro quiere recuperar la daga, y nosotros no vamos a dársela. Le daremos fin a su ducado, y a su estúpida obsesion por la corona.

Una voz grita desde fuera, parece que es uno de los piratas Kushitas.

hmm Creo que ya hemos llegado. Salgamos.

Sancha se incorpora y camina hasta la puerta contoneando sutil mente su cuerpo solo vestido por joyas.

Y Valenso, si consigues capturar a alguien que dispuesto a confesar ante el magistrado, o alguna prueba... Traelo.

Al salir a la cubierta, volvéis a ver tierra firme.

Os encontráis en el puerto costero de una pequeña villa de pescadores, unas millas al sureste de Kordava.

Sancha es recivida en el puerto por un hombre de aspecto descuidado, alguien que sin duda alguna ha tenido un pasado sangriento en el mar, al lado de los Filibusteros. Tras unas palabras y alagos viciosos, el hombre desaparece del puerto, dejándolo desierto, salvo por vosotros.

Ya pronto va a oscurecer y todos los hombres de Amra están descargando víveres según las órdenes de su capitán.

Parece que planéan quedarse uno o dos días allí, con todo listo para zarpar otra vez a toda prisa cuando regreséis.

Que hacéis?

Asiste a las explicaciones de la mujer en silencio, sin llegar a comprender demasiado. Realmente todo aquello es demasiado extraño para él. Cuando por fin alcanzan su destino, abandona el barco contento por volver a pisar tierra firme y observa a sus compañeros asegurándose de que todo está bien.

- De verdad que no os entiendo, zíngaros. ¿Toda esta carnicería por un simple cuchillo? - Comenta a Domingo y Valenso mientras niega con la cabeza - En mi tierra usamos ese tipo de armas en miniatura para que juegen nuestros niños, y sin embargo vosotros os matáis por una de ellas. O tiene algo realmente especial o definitivamente no os comprenderé jamás

Valenso baja y una sonrisa fina aparece bajo su bigote. Está, después de todo, en casa. Ha permanecido pensativo desde que Sancha contase su historia, pero la pregunta de Halgar parece devolverle la decisión y vitalidad.

- Sin duda hay algo en la daga que no vemos, aesir, tal vez algo relacionado con la hechiceria estigia. Quizá se trate de algún objeto esencial en un demoniaco ritual, en todo caso, no importa. Lo que importa es que ahora más que nunca debemos ceñirnos al plan que preparamos en su momento, para poder en la medida de lo posible capturar a Ramirez. Recordad que el puede darnos la prueba del contubernio entre el conde y el odioso Strom, lo que probablemente bastaría para que la mayor parte de la nobleza nos apoyara a derribar a Villagro. Amra, Halgar y Wulferic esperareis junto a la embarcación, mientras que Vizarro alquila un carruaje, y recoge con el mismo a los otros tres y va en dirección al burdelillo. Mientras eso ocurre Domingo y yo iremos por separado al burdel como clientes. Así llamaremos menos la atención y podremos enterarnos de quien es la puta, la tal Chan que se beneficia Ramirez, y donde está. Incluso con un poco de suerte podremos ver donde se mete con Ramirez. Luego entra o Halgar o Wulferic, y eso nos indica que tanto Amra como nuestro otro compañero como los demás que nos acompañen están abajo. Como eres muy conocido intentamos dejar abierta una ventana para que podais entrar sin ser vistos. Usamos el factor sorpresa para apoderarnos de Ramirez, a ser posible sin matarlo, y nos largamos con él capturado para poder interrogarlo y encontrar pruebas de que Strom y Villagro están del mismo lado. ¿Alguna duda?

dudas??? mas de mil y una, pero ni tenemos respuestas ni tiempo para ellas.

vayamos a por ellos y acabemos con esta historia de una vez

dice el norteño mientras acaricia el mango de su espada.