Partida Rol por web

Cuando callejeáis por esta ciudad no pasáis para nada desapercividos, véis como uno a uno todos los piratas y delincuentes Argoseanos la mayoría se giran para veros pasar con mirada de asco, rabia o sorpresa, no sabríais decirlo muy bien.

No todos los días un Conocido Filibustero se atreve a adentrarse en Tortuga, pero sin duda, la fama de este, como el asesino de Gonzalo por todos los Barachanos; y la imponente presencia del rubio y enorme Æsir disuaden a cualquiera de interponerse en vuestro camino. Por ahora.

Pronto encontráis un cartel de madera colgado de una pared, con la silueta y el dibujo de un pequeño mono sosteniendo por encima de su cabeza una enorme jarra de RON! tan grande como él, con una gran sonrisa.

Al entrar, el ambiente es Salvaje. Libertinaje, alcohol, broncas, y mas alcohol. No es un lugar terrorífico, como aquel lugar en las catacumbas, pero si que es mas brutal que "El perro mugriento" por que por lo que parece, aquí no hay ningún tipo de ley por parte de ningún dueño.

Entre la multitúd, Una mesa llama vuestra atención. Sentada a ella, podéis ver a Valenso, Vizarro y a Halgar, compartiendo, con algo de asco, una copa y lo que parece una discusión transcendente con una mujer muy hermosa y casi desnuda, un enorme hombre con larga melena negra y varios mercenarios y corsarios negros de las islas del sur de Kush.

Si, mas o menos... Ese es el plan.

En ese momento se abre la puerta, y por ella véis llegar, para vuestra sorpresa, a Domingo y a Wúlferic.

Vienen algo mojados y con la misma cara de asco y algo de miedo que disimulan que vosotros.

Enarco las cejas soprendido y agradado por la súbita aparición

- ¡Amigos! Me alegra veros vivos. ¿Qué haceis aquí?

Domingo se acerca rápidamente a la mesa. "Amigos! Que bien encontrar alguien que no te quiera apuñalar a la que te descuides."

El pirata zíngaro se aproxima a Vizarro y le da una palmada enérgica en la espalda. -Sabía que un pozo no te iba a parar, amigo! Expresa alegremente.

A Valenso le asiente con la cabeza. -Me alegra saber que tu también estás vivo. Parece que tienes madera de verdadero zíngaro sin dudarlo.

Ignorando momentáneamente a Halgar (Supongo que Wulf y Halgar se alegraran mutuamente de retrobarse xD), Domingo examina con atención la dama (O mejor dicho sus curvas).

-Disculpe mi descortesía, soy Domingo Fernandez. Dice a la vez que hace una pequeña reverencia a la bella señorita.

Halgar arquea una ceja y abre los ojos de par en par lentamente, hasta que están a punto de salirse de sus cuencas.

- Wulf!!!! - levanta sus más de dos metros de la silla y se acerca hasta su compatriota para darle un abrazo. Su grito se eleva por encima de las voces del lugar - Pero qué demonios haces aquí? - Palmea su espalda con fuerza con una amplia sonrisa en el rostro - Casi no lo cuento!

 Domingo se sienta rápidamente en la silla vaciada por el norteño. Sigue mirando la gente que hay en la mesa y cuando llega al último pone unos ojos como platos y retrocede levemente, como si tuviera miedo de algo.

-Tu... tu e..eres Lugg, verdad? Pregunta el pirata tartamudeando.

-Por las barbas de los dioses, y yo preocupado por ti, maldito perro bastardo, Gruño mientras abrazo a Halgar.

Cuando llegáis se hace un silencio de los otros que están reunidos a la mesa. Incluso cuando Domingo se presenta a Sancha, a la que reconoce claramente.

Domingo, un poco chocado por ser ignorado, examina al resto y descubre algo que le aterra al igual que le corroe la intriga, y no puede evitar preguntar.

Creo que te equivocas, pequeñajo.

No se quien eres, jamas te he visto, y no se quien es ese Lug. Y me importa un cuerno.

Se queda mirandos fijamente.

Quien demonios sois vosotros para interrumpir así en nuestra mesa?

El otro pirata apenas llega a tiempo para darle un abrazo a Domingo, junto con un codazo en el costado y estirarle ligéramente de la manga de forma disimulada.

-HA! Domingo.. Ya creía que iba a volver a veros!

Su reacción, aun que no es ficticia, si que es algo forzada, como si quisiera dar a entender que hay algo mas.

-Espera espera... Os presentaré. QUE FALTA DE CORTESÍA ,La mia.... jejeje

-Bien, estos también son nuestros amigos, estaban con nosotros en la prisión.

Se acerca a Wulf y le da una palmada en el hombro para quedarse apoyado en los hombros de este y Domingo.

Fueron ellos dos los que le dieron el golpe de gracia a Hernandez.

El es Domingo, y el es WulfeRRic. Son gente de fiar, y seguro que nos ayudarán en todo esto...

Amigos, estos son Sancha de Kordava y Amra el Leon, Creo que vuestra reputación os precede, no hace falta decir mucho mas.

Domingo...

He oido ese nombre antes...

Eres uno de los pocos Filibusteros queno hay renegado ya...

Como fue aquello de Gonzalo? Diego me dijo que fueste tu mismo quien le cortó el cuello.

Vaya... Otro Æsir!

Cinco años sin ver ninguno y en el mismo día me encuentro dos! Encantado, WulfeRRic

El enorme Cimmerio se levanta y tiende su brazo para estrecharlo con Wulf. Al tiempo, trata de chapurrear algo en Su idoma, con poco éxito.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Mira a Halgar

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Parece bastante animado y complacido de la presencia de Wulf.

Los otros que están a la mesa, gente que a todas luces son piratas negros del sur, permanece en silencio.

Saludos cimmeriano, veo que las leyendas que se cuentan de vuestro pueblo son ciertas, digo mientras le estrecho la mano.

para luego saludar a los demas de la mesa.

GENTE espabilando un poco, va...

"Amra? Dios esto es aun peor! Espero no ofenderle de ninguna manera..." 

El sembrante de Domingo era nerviosa y tensa a la vez, pero todo eso desapareció al oír la voz de Sancha pronunciar su nombre.

El pirata desvía su mirada, a la vez que cambia el rostro al hacerlo, del Aesir a la bella dama. Cuando por fin la escucha con atención, su cara es de atontado perdido.

-Ah, sí, Gonzalo. sus ojos dibujan una peculiar sombra. -Ese perro se merecía que alguien le enviara a criar malvas.

Haciendo memoria, y adoptando la postura de pirata de Domingo, empieza a relatar su historia.

-Volvía yo de aventuras Estigias (Y más allá) cuando me crucé con el traidor en cuestión. El muy cazurro no tenía la habilidad suficiente como para escapar de mí, así que me lancé al abordaje nada más alcanzarle. Salta de su silla de un golpe, sin poder contener la emoción al explicar su hazaña, y, desenvainando su espada, hace un par de tajos al aire.

-El muy cobarde se escondió detrás de su tripulación así que tuve que abrirme paso a tajos hasta encontrar al perro escondido y lloriqueando. Ha! menudo gallina estaba echo. Intentó rendirse el muy cerdo, pero para un traidor como él, solo la muerte servía. Da un corte horizontal seco, se nota que es una decapitación. 

-Al final no pude conservar el barco, el muy gañán lo lleno de agujeros al ver que lo alcanzabamos, pero conseguí salvar algún que otro barril de rol.  Dice a la vez que vuelve a envainar su arma y se sienta en la silla, con cara de felicidad, satisfacción y orgullo. ^^

Valenso se aguanta las ganas de bostezar ante las ínsulas que se da Domingo, y de hecho se aguanta las ganas de ser irónico con algún comentario como que si lo llega a saber le hubiera dejado enfretarse a las bestias del brujo y no habría protegido su huida y la de sus compañeros.

- Creo que deberíamos planear nuestro próximo movimiento. No es cuestión de que todos nos pongamos a explicar nuestros méritos. Somos hombres de acero, y estamos vivos a día de hoy. Eso siempre es un mérito. Aunque.. Domingo, ¿cómo has llegado hasta aquí? ¿sabes cual es la situación en nuestra ciudad? Cualquier dato adicional puede ser interesante para saber como actuar en el futuro

Termina su demostración de cariño hacia su compatriota y escucha al Cimmerio con una enorme sonrisa en la boca. Escucharle hablar su idioma es realmente reconfortante, y el Aesir agradece su esfuerzo.

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Sancha escucha con un extraño interés la historia de Domingo, con mucho mas que el de cualquier otro parroquiano de la mesa, que mas que otra cosa, solo parece aburrirle. Aunque no pase desapercibido para el resto de piratas Barachanos a los que no les está haciendo ninguna gracia oír todo aquello, y empiezan a arremolinarse poco a poco a la mesa. Lástima que el Zíngaro esté demasiado concentrado en impresionar a la "Dama" y contar su historia.