Partida Rol por web

Arimor

Vega

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01/11/2014, 13:34
-Narrador

Avanzaste a trompicones hasta el lugar en el que se encontraban los restos de los policías. No puedes evitar vaciar el estómago cuando ves que de esas dos personas solo queda un rastro sanguinoliento, un conjunto de órganos y plasma esparcidos por la hierba de la rotonda, el asfalto de la carretera y los hierros del coche patrulla. Tu podrías formar parte de esos restos si no fuera por un instante de suerte.

Ves los restos de un arma, completamente irreparable, aplastada y partida por varias zonas. El otro arma no puede andar lejos pero, antes de que puedas dar otro paso, el suelo se levanta frente a ti, inclinándose, dándose la vuelta y cayendo sobre ti. Aturdido te levantas del suelo, percatándote de que estás peor de lo que pensabas y que el mareo es tal que todo se mueve a tu alrededor. Te arrastras hasta la rotonda y te recuestas en ella. El pecho te duele por dentro como si tuvieras algo roto clavándose en tu interior y no puedes evitar toser con brusquedad, soltando sangre por la boca.

No eres el único herido en la calle ni el único cuerpo que está tirado en la calzada puesto que las víctimas de los accidentes de tráfico se cuentan por decenas pero los pocos transeuntes que quedan en la calle parecen demasiado asustados o tener demasiada prisa como para ayudaros a ninguno. 

Vuelves a caer en la oscuridad hasta que te despiertan las voces de hombres dando órdenes a tu alrededor. Abres los ojos y ves a un grupo de uniformados verdes, militares, tratando de volver a poner orden por la zona, levantando los restos de vehículos, atendiendo a los heridos y llevándose los cadáveres. La noche se cierne sobre vosotros por lo que, según tus propios cálculos, debes llevar casi diez horas tirado en la calle, a punto de morir. Nadie te ha ayudado ni ninguna ambulancia ha llegado para atenderte a ti ni al resto de heridos pese a encontraros en una de las zonas más ricas de la metrópolis de Vega.

Una pareja de militares con el signo del grupo de médicos se acercan a ti con una camilla -Chico, no te muevas, te sacaremos de esta, has aguantado como un cabrón, no te pierdas ahora, mantente despierto -te dice el más veterano, un anciano que, por sorprendente que parezca, se parece a tu padre. Tal vez sea pura coincidencia o alguna broma de tu cerebro pero el hombre te recuerda bastante a él en sus gestos y su rostro. Entre los dos te alzan en la camilla y sientes como si te estuvieran clavando cuchillos en el costado cada vez que coges aire.

El cielo te observa desde las alturas, iluminándote con el brillo de los astros. Te parece ver una especie de estrella fugaz, de un fuerte brillo azulado, surcando los cielos. Pero es demasiado lenta y no va sola. Decenas de formas iguales surcan el cielo, cayendo hacia la tierra. Es algo hermoso a la vez que inquietante, como si el cielo estuviera llorando ante los acontecimientos tan atroces que han tratado de acabar con tu vida.

Escuchas como los militares murmullan algo sobre misiles pero tu te pierdes en la oscuridad del cielo y de ti mismo.

 

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01/11/2014, 13:52
-Narrador

No puedes decir que sea frío puesto que lo que sientes es más bien como si el calor de tu cuerpo se estuviera desvaneciendo. Sientes las piernas sin fuerza y una extraña humedad que corre por tu pecho y costado, a la par que te cuesta respirar. Abrir los ojos te supone un suplicio pero aún así lo haces y te das cuenta de que debes estar soñando o estar muerto.

Un hombre de uniforme azul te lleva en brazos con el esfuerzo de tal tarea reflejado en su rostro, bajando las escaleras de un lugar indeterminado. Si chico, mírame, sigue despierto, no te duermas. Vamos, aguanta, nos has salvado a todos, tu nos has salvado, sigue conmigo -te dice el hombre, un policía por lo que parece aunque eres incapaz de fijar la vista en su rostro. Te estás muriendo y lo sabes, la vida se te escapa por la herida del pecho pese a los intentos del anciano policía. Su voz tiene un tono que te parece familiar, muy cercano, que te relaja pese a lo difícil de la situación. Tu padre, es su voz, estás practicamente seguro aunque según tus cálculos debería ser mucho más anciano y no debería ser tan fuerte. Algo falla en todo esto pero te dejas acunar en los brazos del policía que trata de salvarte.

Un manto de estrellas te recibe cuando salís del extraño lugar pero el sueño sigue mostrando su cara más extraordinaria. Cientos de luces azules brillantes surcan el cielo lentamente, dirigiéndose hacia Arimor.

Escuchas a tu protector decir algo pero no eres capaz de reconocer las palabras, perdido en las lágrimas del cielo, lágrimas como las que derramó tu madre tras la muerte de tu padre. Caes en la oscuridad con demasiadas preguntas y sin más respuesta que el frío.

Notas de juego

La historia solo acaba de empezar :)

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02/11/2014, 00:33
Nacer Edwing
Sólo para el director

Nacer avanzó hasta los restos de la parte delantera del coche como si sus zapatillas fuesen de plomo. El pecho le apretaba y se sentía herido, nauseabundo. Así que cuando vio los cuerpos de los policías, totalmente destrozados, echó lo poco que llevaba en el estómago. Por un momento la mente se le aclaró, parecía que con aquella vomitona se le hubiese pasado todo el efecto de las drogas, pero de repente el suelo parecía moverse a su alrededor.

Fue consciente de que algo más grande que él estaba pasando, había muchas personas en su situación y varios cadáveres esparcidos por la calle. Se recostó en la rotonda..y los ojos se le iban, así como la consciencia. Permaneció unas horas con el vaivén de su consciencia y de los pensamientos. Parecía no tener recuerdos, abstraído en un mar de sin sentidos y sintiendo una extraña pero, a la vez, acogedora calor que lo envolvía. ¿Estoy muriendo? pensó con una tranquilidad que, tiempo después, viéndolo en perspectiva, le sorprendería.

El cielo se fue oscureciendo, nuevamente, al igual que sus consciencia... Pero la ayuda llegó, se le acercaron aquellos dos militares, le decían que había sido fuerte, que siguiese luchando...

Papá - balbuceó casi de forma inteligible y con sabre en la boca mientras perdía las pocas fuerzas que le quedaban. Vio el cielo ante él, más hermoso de lo que nunca lo había visto. Quizás nunca se había fijado como en aquél momento. ¿Es lo que precede a la muerte? ¿Ver las cosas de manera diferente, magnificadas? ¿Por qué nunca había mirado así? ... Su divagación le transporto, a la vez que aquellos hombres... hacía otro lugar, hacía un sueño del que esperaba despertar.

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03/11/2014, 18:10
Genevieve Deirdre Kelden

Durante el trayecto hasta el puesto militar mi corazón ha saltado de unas emociones a otras casi sin transición: expectación, curiosidad, miedo, nerviosismo, incertidumbre, desconcierto, impaciencia, rabia, cansancio, resignación, miedo de nuevo... La silenciosa practicidad con que los soldados que nos escoltan parecen actuar produce en mí un efecto calmante, como si aquel extraño viaje fuera en realidad algo rutinario, pero mi interior se remueve incansable entre decenas de preguntas sin respuesta para mí.
Acabamos de llegar y apenas he tenido tiempo de observar el lugar cuando el firmamento nos ofrece aquel espectáculo al mismo tiempo hermoso y triste. Mientras mis ojos quedan atrapados en la contemplación de las cálidas luces que recorren el cielo nocturno un pensamiento se forma en mi cabeza sin pretenderlo, y de pronto me siento extrañamente tranquila.
Si mi momento ha llegado, nada puedo hacer.

Notas de juego

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03/11/2014, 19:24
Viktor Dashkov
Sólo para el director

Siempre era doloroso toser cuando estabas herido, aunque nunca pensó que aquello le hiciese pensar que había tragado cuchillas hace poco, se sentía débil y frio, con los dedos agarrotados y la mirada desenfocada, como si abriese los ojos debajo del agua, a veces veía y a veces no.-Papá?.-Preguntó con la voz pastosa y en apenas un doloroso susurro a medida que su mente deliraba a causa de la sangre que no llegaba.

Sus ojos enfocaron esta vez un poco mejor el cielo, cientos de luces surcaban el cielo nocturno como pequeñas chispas en el firmamento, algo demasiado bonito para pertenecer a esa ciudad de mierda y cemento llamada Vega, cada segundo de dolor y visión solo reafirmaban su pensamiento de que realmente estaba en el suelo de aquella sucia casa agonizando.

No se molesto en hacerse mas preguntas de las que ya tenía, estaba cansado y dolorido, agotado de tanta miseria y mierda en su vida que decidió poner fin a lo inevitable y dejó que la silenciosa oscuridad se lo volviese a llevar.

Notas de juego

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03/11/2014, 21:18
-Narrador

Un pitido continuo y repetitivo comenzó a sonar cada vez con más fuerza, despertándote. Estás en una habitación completamente blanca, tumbado en una cama con una gran cantidad de tubos conectados a tu cuerpo. Te duele todo el cuerpo y sientes la garganta ausente de toda humedad. En el reflejo de un cristal ves tu figura, más delgada y decaída, con los ojos hundidos y la mandíbula más marcada.

A tu lado ves otra cama en la que un crío de menos de diez años sobrevive gracias a un aparato que respira por él y cerca de la puerta otra cama en la que descansa un joven más o menos de tu edad que parece acaba de despertar en un fuerte acate de tos. Frente a ti se encuentra dormido el fantasma de tu padre. Parece tener aún peor aspecto que tu, con el rostro pálido, ojeras y la ropa doblada. Nunca lo habías visto así.

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03/11/2014, 21:28
-Narrador

Te despiertas cuando tu cuerpo decide recobrar la conciencia por medio de un ataque de tos que te provoca un tal daño en el pecho que se te salgan las lágrimas. Estás en una habitación blanca, sobre una cama rodeada de tubos a los que estás conectado. A tu derecha ves otra cama en la que un crío de menos de diez años sobrevive gracias a un aparato que respira por él y cerca de la ventana otra cama en la que descansa un joven más o menos de tu edad, con rastas y muy mal aspecto, como si lo acabaran de atropellar. Frente a él ves a un hombre dormido en una silla, con un rico traje negro excesivamente arrugado y algo sucio, ojeras en los ojos y rostro pálido.

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03/11/2014, 21:33
-Narrador

Las bombas nunca llegaron a caer o, al menos, lo que descendió del cielo no fueron explosivos enemigos. La lluvia azulada terminó y, con el transcurso de las horas, la noche dio paso al día. 

La tensión reinaba en el campamento pero el ambiente era diferente al de la lluvia de estrellas. Poco de los reunidos querían estar en el lugar, siquiera los propios militares, y ya habían comenzado las primeras deserciones. A medio día algunos vehículos militares llegaron y se comenzó a levantar el campamento. La justificación de los sargentos fue que los gobiernos de todo Arimor tenían otros asuntos más preocupantes que la guerra con otras naciones, que la lluvia de la noche anterior lo había cambiado todo. Te dejaron en una zona exterior de la ciudad y te diste cuenta de que te quedaba un largo viaje por delante hasta llegar al edificio al que llamas hogar.

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03/11/2014, 22:30
Viktor Dashkov

Luz blanca, tos seca y un vistazo alrededor le revelaron una habitación de hospital a simple vista.-Cof Cof.-Tosió dolorosamente mientras miraba alrededor reconociendo a quienes estaban ahí hospitalizados.-Eh.-Articuló mirando al tipo sentado frente a sus camas.

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04/11/2014, 00:38
Nacer Edwing

Nacer despertó y no sabía donde coño estaba, pero parecía un deprimente hospital, así como su aspecto... Echó una ojeada rápida a todo lo que le rodeaba sin recordar bien nada de lo que había pasado ni quién lo había llevado hasta allí, aunque suponía que eran aquellos soldados... 

Se paró en su padre, que estaba dormido junto a él. Estaba estropeado, pálido... y fue entonces cuando el joven del otro dijo algo. Nacer salivó un poco, intentando articular palabra. Pronunció una, pero sintió que casi se le desgarraba la garganta.

- ¿Papá? 

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04/11/2014, 10:11
Genevieve Deirdre Kelden

Como si acabara de despertar de un extraño sueño comienzo a caminar por inercia de regreso al almacén abandonado. La ciudad parece igual que ayer: el gris de los edificios, los desagradables ruidos de los vehículos, la suciedad de los barrios más pobres y el orden rectilíneo de las zonas privilegiadas. Y sin embargo siento que algo ha cambiado; tal vez no en Vega pero sí en mí.
He recorrido ya varias manzanas cuando detengo mis pasos. Después de lo que pasó con mi padre he hecho poco más que resignarme, contentarme con sobrevivir como si nada más importara. Pero ahora me siento distinta. La amenaza de la guerra, las hermosas estrellas de anoche... Es como si me hubieran dado otra oportunidad. No quiero morir como tantos otros mendigos, esperando inerte en la acera a que llegue el camión de la basura. Lo he tenido todo y tal vez no vuelva a recuperarlo nunca, pero sí puedo mejorar lo que soy ahora.
Está decidido: no voy a regresar al almacén.
Retomo el paso, pero ahora camino sin rumbo fijo. Entraré en toda tienda que vea y me ofreceré para trabajar.
No se me ocurre ninguna otra forma de empezar a cambiar.

Notas de juego

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05/11/2014, 19:16
Rapaz - El Rengo
Sólo para el director

El retraso no significa nada si consigo llegar a trabajar. Mi jefe es un cabrón y de todas maneras iba a hostigarme. Continúo mi camino concentrado en lo que he aprendido con este hombre, no es demasiado pero valió la mañana, la mayoría de las veces mi camino a casa es en silencio, apretujado entre los somnolientos pasajeros de un transporte malo, siempre cuidando que nadie hurgue en mis bolsillos. A esta hora Melody debe haber despertado y debe estar encargándose de la casa. Ojalá pudiera darles un poco más, sólo un poco más.

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06/11/2014, 22:02
Lucas Edwing

El hombre se despertó lentamente ante vuestros apagados reclamos. Durante un segundo miró a Nacer sin parecer reconocerlo pero en seguida se lanzó a la cama en la que se encontraba, abrazándolo -Hijo, por fin has despertado, nos tenías muy preocupados, pensábamos que esta vez te habíamos perdido definitivamente-expresó sin poder evitar que un par de lágrimas le asomaran por los ojos.

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06/11/2014, 22:05
-Narrador

Tras tres días buscando trabajo sin descanso en decenas de tiendas y una búsqueda en la que solo habías obtenido comentarios despectivos hacia tu persona o aspecto por fin encuentras a alguien que te da un trabajo. El salario roza lo irrisorio pero la dueña te permite dormir en un pequeño almacén que tiene en el segundo piso de la tienda, una antigua librería con multitud de tomos nuevos y antiguos de distintas áreas.

No sabes si la mujer, una anciana de más de sesenta, se ha apiadado de ti o, como afirma, necesitaba a alguien con buena habilidad lectora y paciencia como para ayudarle a ordenar montañas de libros apiladas de cualquier forma. Por lo que te cuenta la mujer en su juventud la tienda estaba a rebosar de vida y tenía varios empleados pero, con los años, los clientes disminuyeron, se vio obligada a despedir a todo el mundo y fue cerrando practicamente todas las salas de la gran tienda. Preparándose par la jubilación la anciana, Margarita, ha decidido ordenar la colección de miles de tomos para poder vender la gran mayoría y obtener una buena jubilación. Y ese es, por ahora, tu trabajo.

Notas de juego

Puedes contar impresiones, hablar con Margarita, etc.

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06/11/2014, 22:13
-Narrador

Cuando llegas al trabajo no puedes aguantar la indignación. Tu jefe no ha venido por alguna razón que desconoces y el trabajo permanece cerrado. Algunos de los pocos compañeros que han conseguido llegar dicen que puede ser por los rumores de rebelión contra los ricos que se escuchan en las calles y por la tensión creciente. Permaneces varias horas esperando a que el patrón se presente, temiendo que dejar el lugar pueda conllevar una sanción que arruine a vuestra familia, hasta que finalmente decides volver a casa. 

Te encuentras al bueno de Floro y volvéis por los viejos túneles ya que su trabajo también ha permanecido cerrado pese a la indignación del anciano. Esta vez os tomáis algo más de tiempo y te cuenta anécdotas e historias que te permiten recordar algo mejor los túneles. Cuando llegáis a vuestro barrio observáis una gran presencia policial y, lo que es peor, militar. Las fuerzas del orden tratan de imponer un ambiente libre de hostilidad mientras reclutan a voluntarios para luchar contra otros países en una guerra que, según afirman, se avecina. 

Corres a casa y te reúnes con tu familia, preocupado por su protección. Las horas pasan y se escuchan varias explosiones que retumban por toda la ciudad mientras la tensión crece. Con la llegada de la noche asistís, desde vuestro balcón, a un espectáculo abrumador y, a la par, maravilloso. Una especie de lluvia de estrellas de color azul brillante pasa muy cerca de Arimor, como si fuera a caer justo sobre vuestras cabezas, un espectáculo que te hace sentir un sentimiento tan fuerte como el que sientes cuando ves a tu familia o al tener a tu hijo.

A la mañana siguiente toda la tensión, el miedo y la opresión que reinaba en la ciudad parece haber desaparecido de un plumazo ante tal improvisto acontecimiento.

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07/11/2014, 05:50
Viktor Dashkov

Viktor sonríe débilmente ante lo irónico de su situación.-Jejeje.-Tose un par de veces dolorosamente pero que le supieron como una escapada de esa dolorosa realidad en el hospital.-Veo que yo no recibiré visitas hoy.-Verdaderamente aquello le dolía, estaba solo y nadie lloraría su muerte.

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08/11/2014, 12:11
Nacer Edwing

Era cierto que su padre se preocupaba por él.. pero no solía hacerlo de aquella manera. Normalmente le hubiese echado la bronca del siglo y le hubiese hecho notar lo avergonzado que le hacía sentir tener un hijo como él.

- ¿Qué ha pasado? - dijo suavemente y midiendo sus fuerzas. Miró al muchacho del otro lado de la habitación - ¿ Por qué estas aquí? -  le preguntó

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08/11/2014, 17:38
Viktor Dashkov

Viktor ladeó la cabeza recordando.-estaba tomando café en mi ventana cuando vi una manifestación bastante tensa, alguien disparó y se formó un caos enorme.-tragó saliva y recupero aliento para seguir hablando.- Vi al pavo que disparaba a la policía desde el bloque de enfrente y no lo pensé dos veces, fui a por el.-Se encogió de hombros y prosiguió.- Intercambiamos un par de disparos en el salón de su casa hasta que el pirado cogió una Ametralladora pesada y comenzó a regar de balas la casa, le disparé antes de que una bala me diera en pleno pecho y perdí la consciencia.-Sonrió y añadió.-la verdad hasta que desperté pensé que iba a morir en el suelo sucio de la casa de un yonki pirado.

 

Y tu, como has llegado a ser mi compañero de habitación?.-Pregunto con descaro y una amplia sonrisa

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08/11/2014, 17:53
Nacer Edwing

Nacer hizo algún que otro gesto de contrariedad ante la historia que le contaba su compañero de habitación. Había oído historias parecidas, de disparos en pisos de yonkis, pero era la primera vez que la oía desde el punto de vista de alguien que ayudaba a la policía, aunque no lo juzgaba, simplemente no estaba acostumbrado.

Por un momento miró a su padre y pensó que versión de la historia dar. Pero sólo fue un momento, enseguida decidió que contar la verdad era lo menos sospechoso de todo. De todas formas... no iba a quedar bien.

- Cuando salió en televisión que estábamos en alerta terrorista y pidieron a la gente que avisase de cualquier sospechoso... algún gilipollas decidió que venir de fiesta desaliñado era suficiente para considerarme un peligro para la seguridad. Dos policías me metieron en un coche y, de camino a comisaría, un camión nos arrolló. Arrancó la parte delantera del coche.. y aquí está lo que queda de mi.

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10/11/2014, 17:25
Genevieve Deirdre Kelden

Había decidido no rendirme y no lo hice, y cuando por fin aquella anciana me ofreció un trabajo me sentí satisfecha y feliz.
Todavía mi orgullo se revuelve a veces, cuando me ordena limpiar el polvo allí, barrer allá, ordenar esto, mover aquello... Tareas que siempre he visto realizar a los criados. Pero pronto recuerdo que hace una semana dormía entre mendigos y sólo puedo sentirme agradecida. Margarita es mandona, pero amable. Creo que se apiadó de mí, pero quiero demostrarle que puedo ganarme el pan y la cama. La obedezco sin rechistar, termino rápidamente lo que me pide y le preguntó en qué más puedo ayudarla. En los pocos ratos de descanso hojeo los libros. Mi padre tenía algunos en su biblioteca, pero no me dejaba tocarlos, y en el colegio siempre estudiábamos con ordenadores. El olor rancio del papel viejo me resulta a la vez desagradable y curioso, y los perfiles de las letras impresas, mucho más irregulares que las digitales, atraen mi atención más allá de las palabras que forman.
La verdad es que me encuentro a gusto aquí. La mendicidad y la amenaza de la guerra no han tardado en convertirse en un simple recuerdo.
He ahorrado casi todo lo que Margarita me ha ido dando, y con las monedas en la mano me acerco a ella un buen día.
-Me gustaría comprar este libro -en una palma le muestro el dinero y en la otra un viejo tomo de casi cien años lleno de grabados descoloridos y renglones apretujados.

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