Partida Rol por web

-Ok Jefe- responde Peter. Un descanso les irá bien y el joven ex-marine ya está pensando en igual salir a corrir un rato, para bajar todo lo que se había comido en el restaurante casero, que aún le pesa en el estómago.

Estiro el cuello, para luego soltar un profundo suspiro, antes de cruzar manos bajo su vientre.

- Bueno equipo, ¿salimos? -

Mencionó, dándole una ultima mirada al lugar. Su estomago aún se sentía pesado por la comida en el restaurante, no tuve que haber bebido esa cerveza Pensó. 

- Me apetece un té de manzanilla, ¿creen que haya en la casa de huéspedes? -

Llegaron de regreso a la vieja casa de huéspedes Norm, aquel caserío antiguo de estilo colonial tan bien conservada por su dueña actual. Durante el camino de vuelta hacía allí pudieron ver como el cielo se oscurecía y la atmósfera se iba cargando más aunque afortunadamente no llegó a llover.

Habían llegado mucho antes de la hora del cierre y la dueña de la casa, Glenda, asintió satisfecha aprobando su comportamiento y el cumplimiento de la normas por parte de los agentes. Estaba leyendo un libro junto a la ventana que había en el salón contiguo al recibidor, llevaba puestas las gafas de leer y les observó entrar alzando la mirada por encima de los delgados cristales.

Llevaba el pelo rubio grisaceo recogido en un moño a la antigua usanza, tal como la habían conocido el día anterior, y tal como supusieron que seguiría hasta el fin de sus días. La mujer se levantó y fue a recibirles dejando el libro a un lado y se quitó las gafas dejando que colgaran de la cadena metálica que llevaba al cuello.

-Buenas tardes. -Dijo cortésmente, detrás del aspecto orgulloso y estricto de la mujer que habían conocido el día anterior parecía esconderse una señora de amabilidad inédita entre los ashvillianos. -¿Qué tal les ha ido el día en nuestro querido pueblo?. ¿Desean algo de cenar?.

Peter piensa por un momento en la oferta de la dueña de la pensión, pero su estómago está lleno realmente. Aunque claro, siempre podría pedir un sandwich y llevárselo arriba para comérselo más tarde. O eso estaba contra las normas? La verdad es que ya no se acordaba mucho de las reglas de la casa, no era mucho lo suyo desde que salió del ejército.

-Por mí no haga gran cosa, yo me conformo con poco y además preferiría poder salir a correr- responde con su calma habitual -Temprano, quiero decir, temprano- responde rápidamente ante la posible negativa y cara de reprobración de la casera.

La verdad es que John no tenía demasiada hambre después de la abundante comida que degustaron hace ya unas cuantas horas pero que aún se resentía en el estómago.

-El pueblo ha sido amable con nosotros... al menos la mayor parte- personajes como Hill bajaban la nota del pueblo, pero qué se le iba a hacer- en cuanto a la cena, si puede ser algo ligero, mejor. 

Dwight seguía pensando en el caso, y en si las pruebas que les dio Hill les llevaría a algún lado o serían una pérdida de tiempo.

Subieron a las habitaciones a cambiarse y ponerse ropa algo más cómoda, Peter se vistió con un chándal y unas deportivas para salir a correr, miró por la ventana primero para saber si la tormenta iba a aguantarse o por el contrario caería el diluvió que tenía pinta de caer, pero de momento aguantaba.

Al mirar por la ventana algo le llamó la atención más allá del oscuro color de las nubes que surcaban el cielo y los rayos amenazantes que se veían en la lejanía. La sheriff Baker había tenido la misma idea que él y estaba haciendo footing enfundada en un llamativo chándal amarillo que podía resultar incluso ridículo pero que sin embargo era muy vistoso, eso la hacía fácil de reconocer por los vecinos en caso de necesidad y seguramente esa fuera la intención.

Los demás utilizaron el tiempo en ducharse por turnos y hacer algo de tiempo hasta que la cena estuviera lista, Peter regresó justo a tiempo. Cuando fueron al comedor se encontraron con una comida ligera para cenar tal como le habían pedido a Glenda. Había hecho un poco de sopa con fideos y trocitos pequeños de carne y una ensalada con tomate, lechuga y cebolla que colocó en el centro de la mesa en una fuente. Todo era de huerta y sabía increíblemente mejor de las ensaladas de ciudad a las que estaban acostumbrados.

Peter sonrió al ver a la sheriff y salió detrás de ella a correr. Eso siempre le ayudaba a relajarse y pensar con más claridad. Se unió en el circuito de atletismo a la sheriff y por un rato lo único que vió fueron sus zapatillas deportivas, el asfalto, las casas a los lados y los árboles mientras pasaba al correr. Para cuando volvió a la casa de huéspedes su mente estaba mucho más despejada y estaba de mejor humor. Se dió una ducha rápida y bajó a cenar con una sonrisa feliz en los labios.

-Huele realmente bien Señora Norm- le sonríe a la mujer, mientras les trae el resto de comida. Se acomoda en una de las sillas y cuando todos llegan inicia el ritual de comer en grupo. El joven disfrutó de cada bocado aunque esta vez comió más moderadamente.

-Jefe, por donde cree que deberíamos empezar mañana a primera hora? Nos queda algún testigo por revisar?- le pregunta a John, intentando iniciar una conversación acerca de los planes de trabajo para el día siguiente.

Respondió a Peter con algo de desánimo. Si había algo más que hacer, a John se le había escapado. Tuvo que negar con la cabeza a pesar suyo.

-Por desgracia, no se me ocurre nada aparte de analizar las pruebas. Los únicos testigos señalan a Hill como posible sospechoso, pero no nos dan ninguna pista más. Si supiéramos al menos si las dos víctimas tuvieran algo que los relaciona en el móvil de su asesinato tendríamos algo. Pero si algo, lo hemos pasado por alto.

Se sentía impotente, no quería que los crimenes salieran impunes.

Comieron de aquella sopa y tuvieron un momento tranquilo casi por primera vez desde su llegada a Ashville en el que poder sentarse los cuatro y aclarar las ideas y comentarlas con los demás miembros del grupo. Aquel pequeño respiro se agradecía a pesar de que no tenían nada claro lo ocurrido ni pistas concluyentes que señalaran hacía un sospechoso. Y él único sospechoso se trataba de un viejo decrépito que estaba más chalado que cualquier persona que pudieran haber conocido en la vida. Sin embargo y a la espera de los resultados del análisis de la guadaña, no tenían pruebas reales contra él.

Mientras hablaban sonó un teléfono, no le dieron importancia, la señora Norm se encargaría de contestar. John expresó en voz alta lo que todos pensaban, si no estaban en un punto muerto poco les quedaba. Entonces Glenda Norm entró por la puerta tras golpear en ella con los nudillos.

-Lamento interrumpir. Hay una llamada para ustedes.

Peter suelta la cuchara y deja de comer cuando la señora de la casa llega diciendo que hay una llamada para ellos.

-Ya la atiendo yo, Jefe, acabad de cenar tranquilos. Yo ya he terminado con la sopa o no me habrá servido de nada el carrerón por el pueblo de hace un rato- se levanta con prestez de la mesa, dejando la servilleta al lado del plato hecha un gurruño y se dirige hacia donde está el teléfono. Siente curiosidad por quien puede estar llamando a estas horas...

John se iba a levantar para atender a la llamada cuando Peter se ofreció a hacerlo él mismo. No se opuso, aunque le sorprendió el entusiasmo del joven, parece que la falta de acción le impacientaba. Tampoco se le podía culpar, la falta de pistas era frustrante.

-Bien, como quieras, te esperamos aquí.

Tras haber terminado la sopa, le pidió por favor a la señora un té de manzanilla cuando esta vino a avisarles de la llamada. Cuando ella se retiro, se dirigió hacia Dwight, para retomar la charla sobre el caso.

- Tal parece que no paramos de dar palos de ciego con el caso. ¿Qué dirección crees que deberíamos de seguir ahora? Si me preguntas a mi, dudo mucho que el viejo Hill haya tenido que ver algo con los asesinatos... Al menos, directamente. No lo sé, es solo una corazonada.

Como no podía ser de otra manera, el teléfono de la señora Norm era antiguo como sólo podía serlo en aquel pueblo. Se trataba de un modelo con disco de marcar, pero debía ser de los primeros en incorporarlo. El auricular estaba colocado sobre la caja negra del teléfono que a su vez estaba sujeto a la pared. Era uno de esos modelos donde el auricular se colgaba a un lado muy del estilo de las cabinas antiguas.

Peter contestó, interesado en saciar su curiosidad acerca de quien podría ser. Encontró una voz recia y firme de hombre autoritario al otro lado de la línea. Se identificó como uno de sus superiores, nada menos que el director adjunto. Había llamado a la sheriff y esta le había remitido al teléfono de la Casa de Huéspedes. Quería saber como iban las investigaciones y le pidió que le pusiera al día de lo que habían hecho. Después le insistió en que no se fueran del pueblo hasta que no obtuvieran resultados, el FBI no podía permitir que un imitador les pusiera en jaque otros dos años.

Seguían esperando conocer el resultado de la llamada cuando Jules puso voz alta a sus pensamientos. Sí, estaban perdiéndose en el caso y no tendrían nada si las pistas de Hill les lleva a un callejón vacío.

-Sinceramente, el señor Hill encajaría en el perfil de un asesino pasional o vengativo, pero no en uno metódico. Y me temo que en este caso, el asesino piensa las cosas antes de hacerlas.

Pero no había que perder la esperanza antes de analizar todas las posibles pruebas que tuvieran, por débiles que fueran.

Peter cogió el teléfono y acercó el auricular a su oreja.

"Bonito teléfono, mi abuela tiene uno parecido en el pueblo..." piensa éste, sonriendo con cariño ante el recuerdo. Se puso tieso en cuanto oyó la voz y credenciales de la persona al otro lado. Escuchó en silencio y fue afirmando con la cabeza a todo, aunque su interlocutor no pudiera verle.

-Si Señor- responde en un principio. Piensa por un minuto todo lo pasado, lo peor de todo es que no cree que tengan demasiado para resumir -Revisamos las dos escenas del crimen, interrogamos a todos los posibles testigos, conocidos y familiares relacionados con las víctimas y requisamos una posible arma de los crímenes, que mandamos al laboratorio para su análisis. Aún no tenemos nada concluyente al respecto, Señor- responde finalmente y sin tapujos.

-Entendido Señor- terminó la conversación con la autoridad, ante la insistencia de que no se fueran de ahí hasta que no resolvieramos el caso o al menos pudieran determinar si era el asesino de la polaroid o bien un simple imitador.

El director adjunto se quedó satisfecho con los detalles sobre la investigación que le daba Peter y opinó que la investigación estaba siendo llevada correctamente hasta el momento y fue firme al recalcar que debían seguir así hasta que el trabajo diera sus frutos.

-Muy bien muchacho, no escatiméis en esfuerzos. Seguid así.- Pero no estaba todo el trabajo hecho ni mucho menos, la cosa marchaba, pero aún quedaba mucho por hacer. Al menos lo del arma requisada le había gustado bastante, al menos hasta que el laboratorio dijera si era o no relevante.

Después simplemente se despidió de él y colgó. Peter volvió hacía la habitación donde el resto terminaba de cenar y charlaba sobre los siguientes pasos a dar y la culpabilidad o no del viejo Hill.

Peter cuelga el teléfono y retorna a la mesa con calma. Había conseguido que los jefazos pensasen que la cosa iba mejor de lo que realmente iba. Había cumplido su misión. Se volvió a sentar en la mesa, con el resto de sus compañeros de equipo.

-Era el Director adjunto, quería saber el estado de la cuestión y qué avances habíamos hecho en la investigación- informa al resto -Insistió mucho en que resolvamos el caso y determinemos si es un imitador de nuestro "amigo" o no...- se encoge de hombros mientras revisa la mesa, en busca de cual es el segundo plato que compone la cena ligera.

-Pues me temo que aún no sabemos si nos encontramos ante un imitador o no. Hay ciertos patrones que se repiten pero también hay diferencias. Sin contar con que al verdadero lo atrapamos.

John quería creer que era así... o habría cometido el mayor error de su carrera.

-Aunque tampoco podemos descartar que en un inicio fueran dos asesinos y el segundo haya decidido volver a asesinar. Pero solo son conjeturas, hasta los análisis que realicemos mañana no sabremos nada.

La dueña de la casa de huéspedes entró en la habitación en ese momento tras llamar a la puerta y pedir disculpas por la interrupción.

-Me voy a la cama. -Anunció. -Mañana no estaré aquí en toda la mañana, iré al ofició que se celebra en la capilla por la reciente perdida de nuestro párroco. Dejaré desayuno preparado, no obstante si necesitan algo pueden encontrarme allí. Buenas noches.

Recordaron que el ayudante de la sheriff Baker también había comentado algo de un sepelio.