La pregunta del Conde pilla a Malaquías con un trozo de grasiento marrano entre las manos, y gran esfuerzo tiene que realizar el hombre para tragar el pedazo que ya estaba en la boca, que baja como pesada bola por su garganta mientras parece que se le enrojece el rostro. Finalmente llega a su destino, y tras limpiarse con el paño de un sirviente y devolvérselo hecho un sucio ovillo, responde:
-Pocas nuevas de Navarra, cada día que pasa se hace más difícil desempeñar con honra el oficio de mercader... sin ir más lejos, el otoño pasado yo mismo fuí víctima de las tretas de un grupo de truhanes venidos de Cataluña, que decían ser comerciantes interesados en mis telas... y cuando quise darme cuenta... ¡zas!, habían desaparecido con todo mi material sin pagarme una mísera moneda... desde entonces no me adentro en los caminos sin hacerme acompañar por hombres de armas.
Como si rememorase con amargura ese viejo golpe, Malaquías ahoga sus penas en una de las abundantes jarras de vino que vienen y van.
Tobías, mientras tanto, está tan ocupado llenándose el buche que apenas levanta la vista de la mesa para prestar atención a las palabras de su señor.
EDITADO: A ver qué te parece así. Iba a añadir lo de los Capetos, pero he visto en internet que su reinado terminó en 1337, y estamos en 1356 así que por si las moscas lo dejé fuera :).
No sé se me ocurren varias cosas, como por ejemplo algo relacionado con el precio de las telas de flandes, o el pescado inglés. Alguna jugarreta que te hicieron unos comerciantes catalanes ( eso gustaría mucho en un castillo castellano en plena guerra contra Aragón ) también te vendría al pelo cuando aparezcan los de la fraternitas. O comentar como la nobleza francesa hace de Navarra su corte particular, mangoneando aquí y allá, defenestrando la imagen de poder de Navarra, humillando a los nobles navarros, como los nobles navarros están hartos de los franceses y de como cada vez más se habla de revuelta contra los Capetos...
No sé cosas así.
Así está guay , es para romper un poco el hielo.
xDDD joder y yo me examino de los capetos el viernes!! xDDDD
Cita:
ha llegado el momento.
¿Incluyo en el mismo mensaje la autorización por parte del Conde para retirarme?.
Sí mejor asi no rizamos tanto el rizo.
Instantes después de que los venidos de Cataluña tomen asiento, Malaquías se pone en pie discreta pero enérgicamente, y se dirige al conde desde su posición:
-Señor, me temo que me encuentro indispuesto por la dureza del viaje, pido permiso para retirarme a mis aposentos a reposar.
El Conde accede sin prestar excesiva atención, pues sus miradas las acaparan ahora los recién llegados, por lo que el Mercader hace un gesto con la mano a Tobías, que se levanta escondiéndose sutilmente un muslo de pollo entre las manos, y ambos se esfuman escaleras arriba guiados por un siervo hacia sus aposentos.
Al no haberse preocupado por dar indicaciones a su escolta, ahora os encontráis solos en la mesa de un Conde, rodeados de extraños procedentes de clases altas.
Usted dirá.
Mételes un post y otro de Tobías asi chulos para continuar el viaje.
-Vamos, recoged vuestros bártulos y reuníos con nosotros en el patio de armas para partir. No sería de buen ver abusar de la hospitalidad del Conde, estando el castillo plagado de necesitados como lo está, y aún es largo el camino hasta Toledo.
Sin mayor explicación, el comerciante desaparece tras el umbral de la puerta tan repentinamente como apareció. Sudorosa la frente e inquieta la mirada, como si no hubiese pasado un segundo desde su aparición tras el asalto a castillo.
Sus pisadas se pierden por las escaleras de piedra que conducen a la planta baja.
Ahora pongo otro con Tobías.
Una fugaz mirada por una tronera de la sala común os permite ver la siempre desagradable figura de Tobías, que se afana con cierto aire bufonesco por ordenar la mercancía y preparar el carruaje para reemprender la marcha.
No ha hecho hueco alguno atrás, por lo que los peores presagios se confirman y todo apunta a que los heridos tendrán que valerse de sus propias piernas o de los hombros de sus compañeros si quieren finalizar la empresa y llegar a ver algún doblón.
Por si su mera presencia no fuese suficiente para aguar un despertar, el siervo, creyéndose ajeno a miradas indiscretas, se hurga en la nariz como si no hubiese un mañana.
Un mal día para partir.
Ya dirás :). Si quieres puedes colgarlos tú para acelerar por si no ando por aquí cuando los leas.
Me encanta Tobías! si jugamos alguna partida en el futuro juntos ( desde el principio) deberías usar a Tobías es el más grande xDD
Las palabras de Ramona frenan a Malaquías cuando se disponía a subir a la yegua, su rostro se torna en sorpresa y luego en una especie de enfado, como si la propuesta de la mujer le hubiese ofendido.
-¡Imposible!, imposible, mis telas son muy delicadas y podrían quedar inservibles... además no hay espacio suficiente, si no pueden cumplir el contrato que no sigan, pero la paga se da en Toledo o no se da.
Con bruscos modales monta en la bestia y la encamina fuera de las caballerizas para reunirse en el patio con el carromato tirado por Tobías.
-Y ahora haga bajar al resto de la escolta y vayámonos.
Para cuando gustes, en respuesta a Ramona. (Es algo tajante, pero Malaquías no está para bromas teniendo en su poder el tratado del alquimista).
Muy buena, además que los heridos aunque heridos, pueden caminar.
Las suposiciones de Alejandro dan como resultado un bufido del siervo y una mayor presión sobre las riendas, que se traduce en un aumento de la velocidad de la comitiva, para desgracia de los heridos.
Malaquías no ha dudado ni un momento en ordenar continuar la marcha aún sin la escolta otorgada por el Conde.
Gritando desde su yegua embravecida, dice:
-¡Vamos, los soldados del Conde se encargarán de ellos!.
El camino hacia Toledo parece volverse más vertiginoso por momentos.
Para cuando proceda.
Antes de meter ese mensaje contesta a los hombres del conde:
"- Se los ha tragado el bosque, es inútil. Nosotros nos quedamos aquí Don Malaquías.Aquí acaba Castrojeriz."
Lejos de mayor preocupación, un frío "Sea pues", es la respuesta de Malaquías a la soldadesca del Conde.
Las suposiciones de Alejandro dan como resultado un bufido del siervo y una mayor presión sobre las riendas, que se traduce en un aumento de la velocidad de la comitiva, para desgracia de los heridos.
Malaquías no ha dudado ni un momento en ordenar continuar la marcha aún sin la escolta otorgada por el Conde.
Gritando desde su yegua embravecida, dice:
-¡Vamos, los soldados del Conde se encargarán de ellos!.
El camino hacia Toledo parece volverse más vertiginoso por momentos.
A ver que te parece.