Partida Rol por web

Este año ha sido bastante extraño para tu tribu. Ya conocías la existencia del hombre blanco, no era ninguna novedad, pero nunca habíais visto uno tan de cerca. En primavera, poco después de que la nieve abandonara las montañas, llegó a tu poblado el Padre Martin. Te pareció una persona de bien y tras consultarlo con los ancianos de la tribu, llegaste a la conclusión de que los grandes e impredecibles espíritus lo habían enviado para ayudaros.

El padre Martin os habló de todo lo que hay en el mundo exterior, de grandes civilizaciones, de religiones, de aparatos que habían conseguido llegar a la luna ( a vuestra madre luna ).. pero todo no eran siempre historias agradables. También os habló del exterminio de pueblos, de las grandes guerras mundiales y de otro montón de cosas que sonaban atroces. En aquel momento comprendiste que sólo era cuestión de tiempo el poder seguir con la vida que estabáis haciendo hasta ahora, que durante generaciones y generaciones habíais llevado, y esa idea no paraba de torturarte.

Pasó la primavera y el padre Martin puso mucho empeño en enseñar a tu pueblo artes nuevas para cultivar la tierra, su religión, que hablaba de un único padre que velaba por sus hijos ( aunque no es que le creyeras mucho.. ) y su idioma.

Con la llegada del otoño llegó tu querido primogénito, el que algún día sería un gran líder para tu pueblo, estaba sano y su madre no tuvo complicaciones en el parto gracias a la atención del Padre Martin.

El otoño era la época de reunir alimentos y almacenarlos. Tu pueblo debía sobrevivir todo el invierno. Aquella mañana, al amanecer, los guerreros de tu tribu os reunisteis para salir de caza. Mientras que las mujeres trabajarían en vuestros cultivos recogiendo sus frutos.

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El sendero por el que os internáis es una ruta conocida en vuestras cacerías. Habéis recorrido unos 10 kilómetros a pie desde vuestro poblado cuando algo os llama la atención. Una especie de pájaro metálico ha pasado volando por encima de los árboles. Su tamaño es enorme y su ruido, atronador. Los otros cuatro hombres que van contigo te miran, como esperando a que les digas algo.

¡Pájaro de trueno! - Mani les hace una señal a los cazadores con la punta de la lanza hacia él pájaro para que se cubran entre la maleza y no les vea mientras mira hacia donde se dirige - los dioses lo han enviado por alguna razón... debemos descubrir cual es, adelante Hijos del Cuervo - dice a la vez que hace otra señal para que le sigan y comienza a perseguirlo entre los arboles.

Cuando empizas a correr junto con los hombres que te acompañan te das cuenta de que estáis volviendo sobre vuestros pasos. Vais directos a vuestro poblado.

"Esto no puede ser nada bueno... ¿serán esas cosas de las que hablaba el Padre Martin?" - piensa Mani mientras que hace otro gesto a sus Hermanos para incrementar el ritmo - ¡Se dirige hacia la aldea, más rápido!

Cuando estáis a varios Kilómetros del poblado veis el humo y el resplandor de las llamas. Ya no veis al pájaro de metal y habéis dejado de oir su sonido.

"Gran Cuervo de Sangre, te ruego que me otorgues tu bendición para proteger a mi tribu.. no permitas que sufran daño alguno" - reza Mani mientras incrementa más el ritmo al ver el humo - Cuando estemos cerca separaos para rodear la aldea desde varios puntos, usad el viento en vuestro favor, si el Pájaro de trueno está ahí que no os perciba. Debemos asegurarnos de que nuestra gente está bien y eliminad cualquier amenaza.

Tus hombres asienten y se van dispersando por el bosque hasta que los pierdes de vista. Cuando estás a menos de un kilómetro de la aldea puedes ver que lo que está ardiendo es tu aldea y el bosque alrededor. Puedes ver como hay otras cosas cerca, pero lejos del fuego, que no habías visto nunca:

Me cubro para que esas cosas no me vean y avanzo de árbol en árbol rápidamente hacia la aldea - "¿Porque no apagan el fuego?. Padre Cuervo, dime porque estás enfadado... ¿que hemos hecho para perder tu favor?. Soy tu hijo, sigo tu voluntad.. no permitas que ninguno de tus hijos muera"

Parece que los cacharros verdes están quietos y no hacen amago de moverse.

"Bien, no creo que me hayan visto, primero me aseguraré de que mi gente está bien, después mataré a esas cosas" - piensa Mani mientras sigue hacia la aldea.

Cuando llegas lo suficiente cerca de la aldea ves que algunas de vuestras chozas están ardiendo, el fuego se ha extendido hacia los árboles cercanos y por eso veías el resplandor desde tan lejos.

Ves que hay unos hombres de extraños ropajes y piel blanca que están vigilando los alrededores de la aldea. Ves a dos. Llevas unas extrañas cosas alargadas sujetas con dos manos y una cinta.

"Malditos.. pagareis por esto con vuestra sangre" - me agazapo y avanzo con sigilo cubriéndome mientras saco mi machete.

Cuando estás acercándote escondiéndote entre los árboles puedes observar como uno de ellos se aleja sujetando mejor " esa cosa " entre sus manos. Dejas de verlo pero escuchas un " pum " que hace eco en todo el bosque y oyes un grito.

El otro hombre blanco que aún queda se echa a reir. Ya estás lo bastante cerca como para oirle.

Entre tú y él tienes un par de buenos matojos para esconderte y un par de árboles.

Usando los matojos y los árboles me acerco acechando, preparado para rajarles la garganta por detrás.

El hombre sigue riéndose. Ves que busca algo en su chaqueta, se lo pone en la boca y luego le prende fuego, con algo que tiene en la mano...

No parece que se haya dado cuenta de que estás.

Cuando esté tras él, me incorporo rápido como una serpiente tapando con una mano su boca y con la otra pasándole profundamente el machete de lado a lado de la garganta para que no pueda gritar, con la intención de echármelo al hombro y ponerlo tras los matojos para ir a por el siguiente.

Le rajas la gargante y hombre sangra como un cerdo. Está muerto.

Me lo llevo y lo echo tras los matorrales. Me agazapo junto a él. Lo observo con ira a la vez que curiosidad - "El hombre blanco del que hablaba el Padre Martin. Pueden morir... van a morir" - pienso y me vuelvo a centrar en mis enemigos. Busco con la mirada al otro hombre y la mejor forma de eliminarlo sin llamar la atención - "¿Donde está mi gente?".