Partida Rol por web

Levanto una de mis piernas rodeando su cinetura con ella, mis manos le desprenden de la parte de arriba. Comienso a recorrer cada uno de sus musculos con mis manos, saboreando su cuerpo, mi boca busca la suya para despues bjar por su cuello entre mordiscos hasta su hombro.

Alejandro gime de placer mientras araña tu espalda. Por fin, consigue liberar tus pechos de la camiseta. Se recrea en ellos un instante, admirándolos a la luz de la luna, para después acercar su boca y empezar a juguetear con su lengua y sus dientes.

Sus manos vuelven abajar a tus caderas, para arrancarte la ropa interior. Introduce dos dos en tí mientras su pulgar juguetea con tu clítoris.

Levanta la cabeza de tus pecho para mirarte a los ojos un segundo antes de penetrarte.

Dejo salir mis gemidos de placer ante sus actos, No podia evitar moverme cuando comenzo con mis pechos pero en el momento que su mano llego  ami entre pierna mis movimientos se ampliaron, mis caderas bailaban y mis manos lo tocaban clavando las uñas en sus musculos, mis labios buscaban los suyos con pasion y mis dientes morian su labio ind¡ferior.

Cada vez mi respiracion era mas activa, en el momento en el que me penetro un grito acallado salo por mi boca.

Se mueve dentro de tí con rudeza, pero con ternura, como solo un hombre de mar sabe hacer. Te sube las piernas hasta que te tiene cogida en brazos, empujándote mientras estás entre sus brazos.

Te da todo el pacer que puede darte, tu mira a los ojos cada vez que tienes un orgasmo, una y otra vez, hasta que con un gemido de placer que resuena en toda la colina, temina el tambien.

Te da un suave y dulce beso en los labios, que contrasta con el tono anterior.

Me dejo guiar por el, por sus manos y su cuerpo, hacia mucho que tneia ganas de tenerlo dentro de mi y era el momento de disfrutarlo.

Me mordi en labio en medio del placver que me hacia sentir, mi respiracion cada vez era mas acelerada y mis gemidos salian de mi sin que pudiera evitarlo. Deje mis uñas en su espalda al oirlo a el difrutar, para finalmente besarlo con suavidad disfrutando de sus labios.

Te sienta en la hierba, entre sus brazos. Te aparta el pelo de la cara.

Ahora ya no sólo huele a mar y a cerveza, ahora huele tambien a tí. Coge la guerrera del suelo y te la pone sobre los hombros.

-Así no te coje el frío, no quiero que tu tío me mate antes de embarcarme.- dice besándote en la mejilla.

Me apoyo en el levantando la cabeza levemente para besarlo - Mi tio no te mataria, esta a la espera de vernos juntos, segun el ahora que mi padre no esta le tienes que pedir mi mano a el. -Me echo a reir por el comentario, nunca me habia plateado casarme y era algo que no me llamaba la atencioa, algo que todas las mujeres anelaban y yo no.

Te mira sonriendo.

-Solo le pediría la mano si tu quisieses. Algún día tendré que volver al mar, y me gustaría saber que tu estarás aquí cuando vuelva. No quieor llegar y encontrarte en brazos de otro, pero eso es tu decisión. Y yo la respetaré.- dice acabando con un beso apasionado.

Te tumba en la hierba, acariciando tu cuerpo de nuevo.

Marinero recuerda que esta dama no pertenece a la tierra si no al mar, cuando tu te embarques yo tambien lo hare, ya sea en un barco o en otro, y desde cuadno una mujer elige cuando le piden matrimonio? - me rio mirandolo de forma tierna - Eso se basa en tu lo pides cuando quieras, y yo te doy mi respuesta.

Pongo mi mano sobre la suya siguiendo la por donde me acaricia.

Lleva sus manos hasta tu cintura, y apoya su frente el la tuya, clavándote los ojos, como siempre.

-¿Quiere usted casarse conmigo, Catherin Spaner?.-

 Te mira esperando una respuesta.

Lo miro tiernamente " mi libertad me decia no y mi corazon me decia si..." - si mi tio te da mi mano, encantada - Era lo mejor, si no lo hacia ahora podia arrepentirme, ademas ahora no tenia al viejo para cubrirme ante la cofradia...

Te mira muy sorprendido, como si fuese lo último que se esperase.

Empieza a besarte salvajemente, como si no pudieses esperar a hacerte tuya una vez más. Esta vez nos hay juegos no preliminares. Te pone las dos manos encima de la cabeza y entra mientras te sigue besando.

No acariciar tu lengua con la suya, mientras hace parones en el ritmo, para luego volver aún más fuerte.

Me dejo llevar por la excitacion del momento, por el echo de que me agarra y por lo mucho que lo deseo. Rodeo su cuerpo con mis piernas, mientras grito de placer, cada vez mas y mas humeda.

Os fundís una vez más. Alejandro está en extasis, solo te mira a los ojos y se mueve. Te apoya las piernas sobre sus hombros, y los sientes más dentro de tí aún.

Acelera el ritmo hasta que, una vez más, gime de placer.

Te baja las piernas y se acerca a besarte, manteniendote con calor esta vez con tu cuerpo.

Lo abrazo acariciando su espalda, mientrar ronroneo por la relajacion de tenerlo asi conmigo. - Donde quieres que pasemos el resto de la noche? - EL dijo algo de su barco, pero suongo que tampoco habra problema en llevar a mi prometido a la taberna.

Te levanta y empieza a vestirte, como si fueses una niña pequeña. Te pone el corpiño y te lo aprieta.

-Podemos ir al barco. Esta noche no hay nadie en el. Los chicos estarán en sus casas o en busca de compañía.- dice mientras te da un beso en la frente.

Empieza a recoger su ropa, que está esparcida a lo largo de varios metro.

-Además, hay un par de cosas que quiero hablar contigo con calma.-

Te coge de la mano para volver al pueblo.

Lo sigo intrigada - Con calma... me acabas de pedir matrimonio.... que hay que hablar con calma aparte de eso jajaja- no podia evitar reirme. Una sonrisa invadia mi cara todo el tiempo y a medida que ibamos andando iba acariciando el brazo de la mano que me cojia.

-Tienes razón, me parece que por esta noche, lo vamos a dejar aquí.- dice sin soltarte de la mano.

Caminais entre la gente, la fiesta aún sigue para algunos.

Os fijais en que incluso las calles parece más lustrosas.

-Si la leyenda dice que, cuando vuelva el caliz, la magia de los Shide volverá a proteger Avalon, ese caliz a vuelto.  El problema es a manos de quien lo ha hecho.- dice en tono preocupado.

Llegais paseando al barco. Para pasar a cubierta, Alejandro de coge en brazos.

-Bienvenida, señorita.-

" Caliz? Eso me recuerda a la carta de mi padre..." Sonrio observando todo sin soltar su mano, al llegar al barco lo miro con cara nostalgica, hacia mucho que no me subia aquella maravilla, habia pasado grandes momento sobre aquella cubierta,

Cuando me coge en brazos sonrio, y rodeo su cuello con mis brazos - Muchas gracias caballero.

Alejandro se ríe mientras te lleva, aún en brazos, hasta su camarote. Como oficial, tiene un camarote individual bastante grande, con una cama de matrimonio, un armario y un escritorio.

Cruzais la puerta y te tumba en la cama.

-¿Cansada?.- dice dándote un beso en la nariz.