Partida Rol por web

El sol sangra el cielo de Cormyr. La tenue luz comienza a tomar intensidad y poco a poco el cielo va tomando el característico color azul. Un nuevo día en la capital. Los artesanos, comerciantes y demás ciudadanos comienzan sus labores y quehaceres con los primeros rayos de luz. Otro nuevo día en la ciudad de Suzail.

Como todas las mañanas, vas a las cuadras reales del Palacio de Alusáir Obarsyr, la Regente. Te dispones a entrar a las caballerizas como todos los días, pero, algo diferente notas en el aire, parece estar enrarecido. Un raro presentimiento te mantiene alerta. Entras con precaución y con un gesto ceñudo. 

En ese momento entra un soldado de la Guardia Real. Mide algo más de dos metros, una gran cicatriz cruza su mejilla izquierda y se extiende hasta su ojo izquierdo. Se cuadra y con voz recia anuncia:

- Buenos días Maese Herradur- su voz parece monótona y apenas dirije su mirada hacia ti - el Consejo Real le reclama. Sin duda podéis ausentarse de vuestro ilustre trabajo por un momento, alguno de sus mozos puede hacerse cargo de sus nobles tareas.

Como todas las mañanas, estás en la mesa de trabajo de tu lujosa alcoba sita en el Colegio Real de Magos del Dragón de Suzail.  Desde tu mesa, puedes observar como el sol ilumina el cielo de Cormyr. Apenas tienes tiempo para poder contemplar la maravillosa vista de jardines que enmarcan el lujoso edificio.

Un golpe suave distrae tus pensamientos. Parece que alguien llama tu puerta. Es extraño que a esas horas alguien quiera verte.

Otra mañana espléndida en la hermosa ciudad de Arabel. El sol ilumina radiante el cielo de Cormyr. Como cada mañana antes de desayunar, te dirijes a la capilla del templo. Como miembro de esta honorable Iglesia debes cumplir tus obligaciones y debes encontrarte con El Observador. Cuando entras en la capilla observas con sorpresa como el Sumo Sacerdote del templo se halla en la capilla orando. Esto es inusual, Kharas tiene su propia capilla debido a su rango, no tiene sentido que esté realizando oración en una capilla común. No obstante, Kharas no menciona palabra, se halla inclinado rezando a su patrón.

Como es habitual realizas tus plagarias. Kharas se levanta mientras formulas tus acostumbradas fórmulas divinas y sientes como su fuerza vital entra en ti. Tu concentración te ha impedido oir como Kharas sale de la capilla.

- Tenemos que hablar, hermano Lorenzo - escuchas la voz de tu maestro tan pronto como sales de la capilla tras acabar tus oraciones - es muy importante.

Yenian estaba sentado en su alcoba realizando trabajos para  el colegio de magos , como lo hacia habitualmente. Le gustaba concentrarse al hacer su trabajo , de pronto la puerta sono .

-Adelante . Esta abierto puede pasar. Dijo Yenian sin apartar la mirada de un antiguo pergamino que estaba examinando

No esperaba a nadie , no solia recibir a mucha gente en la alcoba pero tampoco eran extrañas visitas para examinar objetos  o textos antiguos

 Tras despertarse temprano como un buen sirviente de Helmo y acudir a los rezos matinales. El joven sacerdote se sume en unas reflexiones, continuando arrodillado ante la imagen de Helmo.

 Hacía años que, en esos momentos de paz y sosiego tras los primeros rezos del día, el joven Lorenzo repasaba mentalmente lo que tenía que hacer en el día que empezaba. Para servir correctamente a Helmo y a las gentes que este protege y custodia, un buen siervo que predica su palabra tiene que predicar con el ejemplo tambien. Eso significa muchas veces organizarse bien las labores para que no se pierda el valioso tiempo del día en dudas u horas muertas. Y la mejor forma de hacerlo era organizándose bien las tareas del día.

 Pero hacía meses que no le hacía especial falta el organizarse el día, pues estando en el seno de la iglesia, con sus rigurosos horarios, el día ya quedaba organizado. Asistir a las plegarias comunes para los sacerdotes, las horas de custodio y atención a los visitantes y creyentes, el ejercitamiento del cuerpo para esta a la par que la mente, el mantenimiento de su equipo, estando siempore alerta como todo buen guardían para cuando la necesidad lo dicte.

 Cuando salió de la capilla, pero, se encontró que ese día el Guardián había reservado otro destíno para él. El Sumo Sacerdote, el Guardián Kharas, le reclamaba.

 - Buenos días maestro Kharas, ¿Dígame, en qué puedo servirle?

-Buenos día Maestro Yenian. -Saluda con una reverencia - ¿Tienes un minuto?.

-¿Podemos hablar mientras vamos al atrio a pasear? - Pregunta haciendo un gesto con una mano para que lo sigas.

 El joven sacerdote asiente a la vez que se pone a seguirle y añade.

 - Por su puesto. ¿De qué quiere hablarme, maestro?

 Lorenzo pone las manos en el interior del gran bolsillo delantero que tiene el hábito que viste.

-Parece que nuestra regente Alúsair Obarsyr pide ayuda a nuestra Iglesia. - Hace una pausa para fijar sus ojos sobre ti -Lorenzo, te conozco desde que eras pequeño. Desde que el padre Eustaquio te trajo a nuestra Iglesia para gloria de Helmo, el Observador, supe que sobre ti Helmo derramaba una gracia especial. Sé que llevas mucho tiempo esforzándote por demostrar que nuestra doctrina es la más pura. Esto puede ser una gran oportunidad para tu carrera como devoto de El Vigilante.

Acabáis de llegar al gran atrio del templo. Vuestros pasos resuenan con golpes sordos. Los pasos de Kharas os llevan a las escaleras que conduce a tus aposentos. Allí el Sumo Sacerdote se detiene y continúa hablando.

-Te sugiero que te prepares - añade con voz queda: - Una caravana comercial partirá hacia Suzáil dentro de una hora, hará una parada en Ímmermar donde podrás desayunar y luego partirá a la capital - y entregándote un rollo de pergamino sellado con su propio sello áñade: - Preséntate ante la guardia del Palacio Real y entrega este pergamino.

Luego dándote la espalda se dirije hacia el atrio, no sin antes desearte suerte:

- Buena suerte Lorenzo, que Helmo guíe tus pasos con sabiduría y devoción.

-Siempre tengo tiempo para un hermano de la orden. Mientras dice esto hace un gesto con la mano indicandole que tome asiento.

-A que debo la visita Mithas

Yenian deja el pergamino en la mesa y presta total atencion a Mithas.

- No te entretendré mucho tiempo, Maestro Yenian - dice tomando asiento - El Consejo del Dragón te reclama en la Sala de Audiencias del Palacio Real.

Sus ojos se pasean sobre los pergaminos de tu mesa. Apoya su vara sobre la mesa y coloca sus brazos sobre su regazo. Continua hablando:

- Parece que te reclaman para una misión importante que atañe los intereses de la Regente - con un gesto severo añade: - Se requiere discrepción hermano Yenian, mucha discrección. Es un asunto delicado.

El joven novicio queda sorprendido ante las palabras del maestro. La misma monarquía del país se ha dirigido a nuestra iglesia para padir ayuda.

 - Por supuesto, maestro, partiré de inmediato para encontrarme con esa caravana.- Dice guardándose el pergamino en el amplio bolsillo interior de la túnica.- ¿Puedo preguntar acerca de qué tipo de ayuda ha solicitado la regente a nuestra iglesia? Lo pregunto para poderme preparar mejor para tamaña gesta.

- Te sugiero que te apresures, hermano Lorenzo - se detiene un momento sólo para contestarte - Tendrás tu respuesta en el momento apropiado.

Entonces continúa su camino hacia el atrio del templo.

 El joven mira impertérrito como el maestro termina por abandonar el atrio. Tras lanzar un mirada al cielo, el joven toma aire y se pone en marcha.

 Sus pasos resuenano por los pasadizos de piedra mientras avanza por ellos para llegar a su austera celda, se cambia el ábito, se viste la armadura, su cuelga el ancho cinturón con su espada larga y termina de empaquetar sus escasas pertenencias. Afortunadamente, como hombre disciplinado, siempre tiene todo ordenado y dispuesto.

 Una vez ya cargando con todas sus pertenencias se dirige a las cocinas del templo. Se aprovisiona de lo necesario para el viaje hacia la capital y, sin más demora, parte al encuentro de dicha caravana.

A sus ordenes mi caballero , solo espero que tengan un substituto para cuidar los caballos hoy y sobretodo avisen que Alaciel (nombre del caballo) tiene que hacer hoy el cambio de herraduras.

Despues de decir esto me dirigo hacia el edificio de reuniones del consejo real, al llegar alli me presento a los guardias de la entrada del consejo.

Herradur pide audiencia , para responder a la peticion de mi presencia.

Al escuchar las palabras de Mithas, Yenian se pone en pie.

-Acudire en este mismo momento ,  espero que la proxima vez podamos tener una charla mas extensa.

Mientras Yenian dice estas palabras se dirige a la puerta y cuando la abre espera a que Mithas salga primero , a Yenian no le gustaba que nadie estuviese en la alcoba en su ausencia.

Tras esto Yenian acude a la sala de audiencias  , La curiosidad podia con el aunque se mantenia impasible , ``que clase de mision me tendran que confiar´´ se preguntaba mientras marcha a la sala de audiencias

La caravana parte a la hora indicada. Es un viaje pesado pero tranquilo. Está compuesto por cinco carromatos de  comerciantes, tres carros tirados de mulas con materiales diversos y dos escoltas a caballo, una en la vanguardia y otra en la retaguardia. Al mediodía del día siguiente la caravana llega a Ínmermar sin contratiempos, donde termina la segunda jornada de viaje.

- Bueno, partiremos a la 2ª hora de la mañana - anuncia el capitán - Sugiero que no os retraseis, pues partiremos puntualmente.

Tan pronto como haces tu aparición subiendo las escalinatas que conducen a la entrada los guardias se cuadran y abren las puertas para que entres. Acto seguido un personaje de mediana edad, rasgos duros,pelo largo blanco y ropajes lujosos se acerca a recibirte.

- Buenos días, Maestro Yenian - saluda haciendo una reverencia - Soy Grim Salas, senescal del Palacio Real y es un placer tenerle en este palacio - y haciendo una señal para que lo acompañes - acompáñame por favor.

Grim Salas te conduce a través de una red de pasillos que desemboca en una habitación de hermosos tapices y cuadros. El senescal señala un cómodo diván de dos plazas.

- Siéntese y espere, por favor.

Grim Salas desapareces tras una puerta de doble hoja. Las paredes de esta habitación está forrada de tela roja de esquisita calidad, retratos de héroes adornan todas las paredes y hay jarrones de gusto refinado sobre mesitas de caoba repartido por toda la estancia.