Partida Rol por web

Askrasiel había sido convocado por Shamsiel, su superior.Había cosas que no cambiaban, y una era la jerarquía demoniaca. Shamsiel había sido uno de los superiores directos en la Guerra, y por el azar, ahora estaba en Chicago, y era un mandamas. De las cosas, que podía saber Askrasiel, era que su superior era un importante empresario de la ciudad de Chicago, donde sus negocios eran principalmente varios casinos. Y allí, en el casino "Grand Deluxe", era donde se le había comunicado, en la parte privada, con un santo y seña, "Bad Wolf".

No era la primera vez que Shamsiel, pedía (exigía sería más acertado) un favor a Askrasiel, sobretodo cuando requeria de algún Caido hiciera un servicio ¿que querría esta vez?. Evidentemente, el casino Grand Deluxe, era un edificio recondicionado de la era victoriana, pero con un toque moderno y oscuro, un edificio de dos plantas, donde la segunda planta es donde se llevaban los asuntos. El cuerpo mortal de Shamsiel era conocido como Robert Mcguillily

Askrasiel no tenía el mismo punto de vista que Shamsiel sobre el concepto de jerarquía. La guerra había terminado, y podía considerarse que acabar en el Pozo era el equivalente a licenciarse. Que Shamsiel continuase creyendo que tenía derecho a favores u obediencia era una muestra de su ego más que otra cosa, pero lamentablemente Adele era una persona acostumbrada al miedo y a Askrasiel le costaba sobreponerse al deseo de servilidad. Qué lamentable puede llegar a ser el cuerpo en ocasiones.

Un casino, una contraseña hortera, una actitud de matón venido a más. ¿Qué ha sido de la clase, de la elegancia? Probablemente Nathaniel la había convertido en mermelada. Suspiró, quizá el propio Shamsiel era preso de un cuerpo ególatra igual que ella de uno pusilánime. Esclavos de la carne. Eso sí que era un castigo divino.

Pidió a su chófer -carcelero más bien- que la condujera al casino. Por suerte no era un lugar que a Nathaniel le fuera a llamar la atención, una mujer jarrón debía pasar su día a día entre tarjetas de créditos y actividades llamativas. Como prácticamente siempre, salió del vehículo con gafas oscuras y un traje de chaqueta y falda de raya diplomática. Discreta. La discrección es un bien infravalorado, siempre lo había pensado, lo cual era una actitud muy llamativa para un miembro de la más importante de las Sebettu.

Suponía que la estaría esperando, así que subió hasta la el despacho, mientras a su alrededor miles de vidas humanas derrochaban miles de dólares cuando sus semejantes morían de hambre en el callejón de atrás de cualquier edificio. Suspiró con pesadumbre.

Si estaban atrapados en sus celdas de Carne, Shamsiel, habia encontrado la manera de disfrutar de la suya. Era habitual encontrarle con su puro caro en sus labios, un vaso medio vacio de whisky del caro, y papeles desordenados en su mesa. Un par de cuadros caros, de paisajes, adornaban la sala, con unos marcos de imitación de oro. El lujo atraía a Shamshiel de mala manera.

Se atusó un poco la gargante e incluso tosió un poco, de su garganta grave y ronca, dijo:

-Hombre Askrasiel, sientate por favor... ¿quieres algo de beber?¿un puro? Te he hecho llamar porque tienes que encontrar a una persona... ¿el nombre de Jack Mcguilligi te dice algo?

Dijo, todo eso con su sonrisa socarrona, como si aquello le diviertera, o lo disfrutara. La educación tampoco era uno de los puntos fuertes del otro caido.

Askrasiel quiso mirarle fijamente, Adele bajó los ojos. Suspiró. Qué cuerpo más agotadoramente frágil. Era como tener que estar luchando no sólo contra el mundo, sino contra su propio envoltorio. 

- No -respondió con sinceridad. Adele apenas podía salir de casa, ¿qué iba a conocer de gente que no fuera del ambiente frívolo y rosado de una mujer jarrón? Sin inmutarse apenas, continuó sin hostilidad - Cuando dices que tengo que hacerlo, ¿a qué te refieres?

Se había dado cuenta hacía bastante de lo estúpida que era la gente. Pídele algo a alguien con amabilidad y probablemente lo haga por tí, exígeselo de malos modos y estará pensando en cómo hacerlo mal y cómo darte una puñalada por la espalda. Parecía que Shamsiel prefería el último sistema. Aún así,  Askrasiel prefirió saber exactamente a qué se enfrentaba. Chantaje, extorsión, violencia emocional... podía comprenderlas. Las tenía en casa, en la persona de Nathaniel.

El nombre te suena, pues es un pianista y compositor de jazz, que en los últimos años ha ganado algo de fama, haciendose un sitio en el panorama musical. Te suena haber leido alguna critica en un periódico local, donde lo recomendaban y decían que estaba en trayectoria ascendente. Te suena que podría llevar unos tres años en el ruedo musical pero no estas segura...

Robert hace una mueca de desaprobación pero no niega con la cabeza.No dice nada y meditabunda que es lo siguiente que va a contarte. No es muy dado a pedir favores, ni a contar según que cosas, la mayoría de veces prefiere permanecer reservado, pero debe pasar algo importante para que te haya convocado.

-Me une una relación "especial" con Jack, ya sabes a lo que me refiero... yo le convertí en lo que es, un musico de talento. Forma parte de uno de mis negocios, trabaja en una discografica, la discográfica Chapelle, pero desde hace unos días esta desaparecido... no sé que le ha pasado, pero siempre has sido buena encontrando rastros y pistas... eres la mas adecuada para este trabajo.

Puede que sea porque ha tocado las hebras adecuadas, pero ahora Adele siente lástima por Shamsiel. Parece que este tal Jack era alguien único para él, un Esclavo -que nombre tan mezquino para alguien con quien compartías un lazo tan maravilloso-, y por ello estaba preocupado. Sí, tenía lógica; como también la tenía que un hombre reaccionara al miedo con agresividad. Nathaniel lo hacía todo el tiempo, pensó mientras se llevaba inconscientemente la mano a la última costilla cicatrizada.

Asintió con parsimonia.

- Lo comprendo -concluyó. Hizo una pausa-. Imagino que ya has tirado de otros hilos -era evidentemente que un cuerpo como el de Robert tendría a mano grandes posibildades de contactos y agentes- y no ha funcionado. Supongo que eso te hace pensar que su desaparición no es algo casual... ni casual ni normal. 

Inspiró.

- Sé que eres un Caído hermético - continuó con voz tranquila, tratando de ser lo más amable posible-. Pero estás hablando de la desaparición de alguien importante para ti... eso hace pensar que quizá el blanco final seas tú, no Jack. Tendrás que confiar en mí y hablarme tanto de Jack como de tus potenciales enemigos si quieres que sea capaz de encontrar algo que tus agentes más normales no pudieron.

La respuesta de Adele, no recibe respuesta pronta. Robert medita su respuesta, e incluso en un gesto raro en él, se frota las sienes pero sigue sin emitir una respuesta. Las miradas de los caidos se cruzan por unos momentos, tensas. Adele, no sabe muy bien pero parece que ha conseguido una grieta en el muro del hermetismo que es Shamsiel. Antes de decir nada, coge el vaso que tenía de licor que estaba medio vacio, y se lo bebe de un golpe:

-Las cosas no son sencillas, y tienes razón, sospecho que hay algo sobrenatural detrás de esto pero no se que es... pero dudo que sea algo que va conmigo, sino que es un tema personal de Jack... no tenía mucho trato con él en los últimos tiempos, tendras que ir a Chapelle e investigarlo, lo último que supe de el es que volvía a estar metido en temas de drogas...

Hace una mueca de disgusto, como si aquello no le gustara, o le molestara. Él era un hombre muy ocupado y esas cosas las delegaba, no estaba detras de cada receptaculo, observandole. El mundo era duro, cruel, y la amabilidad y comprensión que mostraba Adele, no estaban hechas para él...

Los restos de Adele podían comprender a su interlocutor mejor que Askrasiel. No todo el mundo era igual, y cada uno se enfrentaba a la vida como mejor podía. Shamsiel, como Nathaniel, habían escogido la dureza. Y como todo, tenía su precio.  Askrasiel asintió.

- Estás preocupado -dijo con dulzura-. Todo irá bien -trató de consolarle sin tocarle, un hombre así podía reaccionar partiéndole la boca.

Askrasiel admiraba a Adele, o lo que había sido Adele, mejor dicho. Una criatura vapuleada por la existencia, y aún así capaz de misericordia y piedad. Capaz de consuelo y amor. Había una innegable fortaleza en su debilidad.

- Jack McGuilligui. Chapelle. Drogas -repitió los datos importantes que Shamshiel había enunciado, los extremos de sus hilos. Ya tenía por donde empezar.

Se puso en pie y cogió una tarjeta de visita de la mesa. Quizá necesitara llamar a Shamshiel llegado el momento. La metió en su bolso -un Bimba y Lola de 700 euros, y mientras gente se moría de hambre-.  Envíame a la Blackberry la dirección de la casa de Jack y el nombre su agente, por favor.

Adele sale del casino, y entra en su lujoso coche. Shamsiel apenas ha hecho un gesto de despedida a la mujer, y te parece haber escuchado un gruñido de Robert, pero no estas segura. Ni un gracias ni nada, por lo que conoces a Robert, su hosquedad va en aumento... o eso te parece, pues vuestra relación es de hace unos 6 meses. Apenas han pasado unos minutos que estas en el coche, que recibes un mensaje, desde un número oculto que dice:

"La casa de Sebastian esta en la direccion avenida madison numero 12 piso 2, Chapelle Records donde esta Fausto Chapelle, su agente, esta en la direccion calle washintong numero 36, es un gran edificio...."

La dirección que te coge más cerca es la de Chapelle Records, que debe estar a unos 20 minutos en coche y la casa de Sebastian esta a 40 minutos largos...

La última reacción de Robert preocupa a Adele. La de Shamshiel le provoca lástima. Perder a alguien querido siempre es terrible. Sale del casino y entra en el vehículo.

- A...a ... Chap -empieza Adele, titubeando. El chófer es una manera de su marido para controlarla, y sólo va a lugares donde ha sido autorizado por él. Le preocupa, tiene miedo. Askrasiel carraspea y toma el mando- A Chapelle, Clemens -ordena con voz firme-. Por la ruta corta.

Cruza las piernas en el amplio vehículo; sigue sin entender porqué Adele lleva esos tacones tan incómodos.  No permiten correr, y su única utilidad real sería plantar una patada bien dada. Se siente molesta, todo ese dinero escandalosamente invertido en ropa que en realidad, no lo vale. Lo vale el prestigio, la exclusividad, pero no el tejido. Ningún tejido cuesta mil euros el traje, maldita sea. ¿A esto ha llegado la humanidad? Adele, escuchando las recriminaciones, no dice nada. Dócil, permanece en silencio, aguardando el final de la tormenta, como siempre. 

Askrasiel no desea ser excesiva con Adele, a quien ve como una víctima, pero la manera en que Nathaniel derrocha dinero la exaspera. Él aún no ha descubierto que en el cuerpo  cubierto de moratones de su mujer hay una nueva habitante, y por lo que a ella concierne tardará en descubrirlo.

Respondió al mensaje en la BB:

Recibido. 

Nerviosamente, su cuerpo comenzó a jugar con la alianza de boda, como siempre que se sentía insegura. Askrasiel, curiosamente, sí apreciaba las joyas. No por su precio, sino por su belleza cristalina, su matiz artístico. Se había enamorado de la alianza desde que despertó en el cuerpo de Adele... una náusea recorrió su organismo y nerviosa, se preguntó si estaría enferma, antes de que la tímida voz de Adele le recordara ese Predictor positivo. Pensó que algún Devorador había hecho un diseño bastante torpe, tener que crear a una persona base de pizza y frutas ya era bastante difícil como para encima tener que preocuparse por espasmos incontrolados y problemas digestivos. Estos pensamientos despertaron en Adele otro nodo de tensión. Nathaniel aún no lo sabía, y sólo un Azar podría predecir su reacción.

Metió la mano en el bolso de Bimba y Lola y sacó una caja de bombones. Comió uno, fascinándose de cómo algo tan simple como el cacao podía funcionar como un relajante tan maravilloso.

Clemens, asiente con la cabeza, hace una pausa silenciosa, y escruta con la mirada a Adele. Para él, para quien conducía era para la mujer de Nathaniel, no para Adele, pero se guardaba lo suyo para si mismo. Le pagaban para obedecer y conducir un coche, nada más.  Con su cara habitual de poker, pero aun asi con cierta cortesía, el conductor se limita a contestar a Adele con cierta parsimonia:

-Si, señora Carello, estaremos allí en treinta minutos si el tráfico es fluido...

Dicho esto, no dice nada más, a no ser que Adele le pregunte algo más. Clemens no era su amigo, era su chofer. El coche de lujo, avanza con cierta elegancia y rapidez hacia la dirección que le han indicado. Deben ser sobre las 5 de la tarde, y es noviembre, asi que en apenas una hora, empezara a ser casi ya de noche, noche más largas y dias más cortos... eso le daba poco margen a Adele, pues Nathaniel no queria que estuviera fuera mucho rato.

Con medio trajecto andado, algo saca a Adele de sus ensoñaciones y de sus cábalas, pues el movil empieza a sonar, con una única melodia que ella conocía...una melodía que habia asignado a una persona muy especial... sin dura era Nathaniel...

El cuerpo humano es algo sorprendente y maravilloso. En apenas una fracción de segundo, el tono de llamada de Nathaniel provocó una descarga de adrenalina -la señal orgánica para pelea o huye-, las pupilas dilatadas, la boca seca,  la respiración acelarada y el nudo en el estómago.

Adele permanece agarrotada, mirando la BB como si fuera una sentencia de muerte. Askrasiel, irritada, se obliga a pulsar el botón de descolgar y a llevarse el aparato al oído. Es fácil tomar el control del cuerpo cuando Nathaniel está implicado, porque Adele se transforma en un animalillo pequeño y asustado, como un ratón blanco de laboratorio.

Tendría que mentirle, así que empezó a buscar rápidamente por la mente de Adele la manera de construír una mentira convincente. Iba a llegar tarde a casa porque... ¿porqué?

- ¿Aló? 

Maldita sea, ¿cómo sabía él que ahora mismo estaba yendo a donde no debía? Lanzó una mirada de refilón al chófer. Rata chivata.

Después de reunir el coraje necesario, y contestar por el teléfono, escuchas su voz, grave y potente, con un deje de enfado y autoridad, como siempre hace Nathaniel:

-¿Adele?¿donde estas? Sabes que no me gusta que salgas sola y más siendo tan tarde...

Como siempre, casi suena posesiva, pero a la vez parece paternal, casi como se preocupara realmente por Adele ¿que debía pasar por la mente de Nathaniel? A veces, era dificil saberlo, y quizás, Nathaniel aún sobresaliera en ese campo. Su respiración, se oye, suena fuerte ¿está más molesto de lo normal o son imaginaciones de Asrakiel? Clemens no dice ni hace nada, esta concentrado conduciendo...