Partida Rol por web

Sentí la furia y la fuerza dentro de mi. Observé a mi enemigo, al samurai corrupto que parecía el más rápido de los dos, y supe que tenía que acabar con él antes de que consiguiese acertar a meterse entre nosotros.

POnte a mi lado Daichi! No permitas que nos flanqueen o rodeen.

Mi hoja bailó con gran velocidad. Mi pierna derecha dió el impulso, Minazuki realizó un giro en el aire y se proyectó contra el enemigo en un golpe rápido y fatal.

Muralla Kaiu. Hora de Fu Leng.

El ataque de Sayuri, aunque potente, no consigue acertar al samurái corrupto, que se toma la revancha, siendo justamente un poco más veloz que Daichi.

Mientras la Kuni se encarga de uno, Daichi toma al siguiente. Que no los rodeen dice? Se nota que no esta acostumbrada a pelear contra un enemigo muy superior en numeros... Lo importante es aguantar y matarlos en cuanto exista la oportunidad.

-Eres mio, ojamamushi! +grita a su rival, para que centre su atencion en el.

Este rival es el segundo samurai corrupto, que tambien resulta ser el mas lento de los dos en avanzar. Asi pues, paga su lentitud siendo recibido con un tetsubaso del bushi, que hace crujir agradablemente sus costillas Manchadas...

Muralla Kaiu. Hora de Ryoshun.

Tras vuestros ataques parece el turno de los demás. El trasgo más rápido se lanza contra Sayuri, esperando impactarla. Éste sin embargo falla miserablemente.

Los otros dos oponentes se lanzan contra Daichi, que parece tener problemas con ellos. El primer ataque falla. El Trasgo se lanza salvajemente contra Daichi que se ve sorprendido ante la criatura. Pero también falla.

Minazuki golpeó el aire, pues intentar realizar aquél doble golpe y mantener la postura defensiva, me había dificultado acertar al caído samurai. Aun así aun no había acabado la cosa, y aun tenía oportunidad para acabar con él.

Muralla Kaiu. Hora de Ryoshun.

Esta vez sí, el ataque de Sayuri es terrible y el samurái corrupto cae ante el embate de Minazuki, que con dos potentes mandoblazos le manda al Jigoku. Sin embargo, el ataque de Sayuri ha tenido también un incoveniente, y es que ha abierto demasiado sus defensas, quizás sus oponentes lo aprovechen.

Daichi es ahora el segundo más rápido en el combate y se dispone a machacar a sus oponentes.

El guerrero busca un golpe definitivo para acabar con el bushi, ignorando al insignificante trasgo. Sin embargo, aunque herido, el samurai corrupto parece tener todavia lucha que dar, esquivando por poco el tetsubazo a sus entrañas...

Daichi enseña los dientes con rabia, y un gruñido muy animal surge de ellas. No le gusta que sus presas se pongan escurridizas.

Muralla Kaiu. Hora de Ryoshun.

Los trasgos, faltos de técnica, hacen lo único que saben hacer: cargar. El primero de los Trasgos consigue impactar a Sayuri cuando esta abrió demasiado su defensa al atacar con todo al otro samurái corrupto. Ahora ella está en el suelo. El otro Trasgo falla miserablemente.

El samurái aprovecha el fallo de Daichi para intentar golpearle. El samurái está herido pero ataca igualmente y consigue impactarte.

El duro golpe que le propinaba al samurai me dejó muy al descubierto ante tantos enemigos, y aunque intenté evadir, como pude, todos los ataques que venían contra mi, no pude evitar que uno de los golpes de un trasgo alcanzase mi cuerpo y me tirase al suelo, aunque rápidamente me levanté y fue por completo a atacarle a él.

Daichi se enfurece. Los brazos del Hida se tensan cuando el samurai le hiere, y aferra su tetsubo con tal firmeza que parece que sus dedos quedaran marcados en la madera.
Por desgracia, la rabia hace que pierda su objetividad, y otra vez su golpe solo abanica al enemigo.

El duro golpe que le propinaba al samurai me dejó muy al descubierto ante tantos enemigos, y aunque intenté evadir, como pude, todos los ataques que venían contra mi, no pude evitar que uno de los golpes de un trasgo alcanzase mi cuerpo y me tirase al suelo. Mi mente se volvió en blanco y aunque me esforcé por mantener el sentido, el dolor me invadió e hizo que los demás sentidos se apagasen, quedándome en el suelo insconsciente.

Muralla Kaiu. Hora de Ryoshun.

El fallo de Daichi deja a ambos contendientes en una situación crítica. Heridos y en clara desventaja numérica, parece cuestión de tiempo que ambos guerreros caigan.

En un suspiro, un soldado desconocido golpea, acompañado de un terrible grito, al samurái corrupto destrozándole por completo y agarrando por el kimono a Sayuri se la lleva hacia una posición más protegida. Con un simple gesto de la cabeza por parte del samurái desconocido, Daichi se da cuenta de que le deja sólo ante los dos trasgos. Daichi sabe que debe cubrir la retirada de su hermano Cangrejo, incluso si no le conoce y grita con rabia, enfrentándose a ambas bestias.

Sayuri, sigue inconsciente, sangrando abundantemente. Los shugenjas se tendrán que encargar de ella.

Los trasgos aprovechan su superioridad para cargar contra Daichi, que sólo, debe aguantar el ataque de ambas criaturas.

Un ligero gruñido de gratitud por el alivio que reporta es todo lo que destino a mi compañero Cangrejo que carga con la cazadora, mientras tomo posicion entre ellos y los trasgos. Ciertamente es un respiro si salvan a la Kuni, ya que no tengo tiempo ahora. Las batallas son asi...

Miro a la criaturita que me hirio. Es el mismo bakemono que derribo a Sayuri. Es al que le devuelvo el "favor", con total contundencia, estrellandole el tetsubo con un grito salvaje. Mi expresion es la apropiada a la rabia que siento, enseñando los dientes como si fuera a morderlo para destrozarlo...

-GRAAAGH!!

Muralla Kaiu. Hora de Ryoshun.

Aplastas con tu tetsubo a la criatura, que abandona este mundo entre horribles muecas de dolor. Su sangre y parte de sus vísceras se reparten por el suelo. Es el turno del otro trasgo, pero confías en terminar con él y ver si ganáis la batalla. A pesar de su ataque salvaje, éste falla.

Los ojos inyectados de sangre de Daichi pasan al de su ultima presa. El cobarde trasgo no ha dado golpe en esta escaramuza, y nunca mas dara otro.

-MUERE.

La palabra, dicha en voz alta para que se escuche bien claro, carece de ningun tono. No es un deseo. Es una orden. Seguidamente alzo el tetsubo sobre la cabeza y lo estrello con brutal violencia sobre la insignificante criatura. Esta queda mas insignificante luego de que el tremendo golpe aplasta sus huesos y entrañas, reventando sobre la muralla y formandoo un charco de tripas... Por suerte no me toca limpiar.

Muralla Kaiu. Hora de Ryoshun.

Los shugenja de la retaguardia son divididos en varios grupos, los ofensivos y los curativos. Uno de estos últimos cura a Sayuri, aunque aún es incapaz de luchar, deberá descansar. Unas terribles cicatrices serán el recordatorio de lo cerca que estuvo de morir.

Cuando Sayuri abre los ojos, el mundo le da vueltas, pero una cara y una voz conocida le susurran mientras las sombras se la vuelven a llevar.

-Descansa, Sayuri-kun, no permitiré que nada te ocurra...

Muralla Kaiu. Hora de Ryoshun.

A pesar de que en el último embate habéis conseguido recuperar terreno, la batalla está lejos de acabar.

Los generales de ambos lados gritan órdenes, intentando que su ventaja sea definitiva.

Rapidamente regreso a mi posicion junto a Kanbu-sama. La herida en el costado es muy molesta, lo que sumado al tajo del samurai corrupto, me complican la situacion en la batalla. Cuesta dar un buen golpe, y solo mi ira logra aliviar el dolor lo bastante para resolver alguna escaramuza satisfactoriamente. Pero no importa... mientras siga en pie, no.. mientras respire, debo seguir en la lucha.