Partida Rol por web

Escucho atento las instrucciones de Bato-san, sus ordenes me llevaban a convertir en un cuello de botella el acceso principal a la posada. Rapidamente me dirigo hacía allí, blandiendo sendas kamas en mis manos, el tacto de su elaborado tallo infundía valor al resto de mi cuerpo; seguido de Uchija y Kamilla, dos de los sámurais mas afines a mi persona, nos colocamos esperando la primera embestida de los enmascarados piratas...

¡Que Hida Kaimetsu-uo el mismo Osano-Wo nos asista!

Costas de la Mantis. Hora de Fu Leng.

La empalizada que habéis montado, intentando hacer un embudo y limitar el acceso de los piratas al establecimiento que usábais para dormir, sgue aguantando, aunque a duras penas. Poco a poco, con la velocidad de una serpiente varios piratas consiguen entrar en la posada. Algunos de vuestros hombres se ponen de escudo humano en dicha abertura, conteniendo, al menos por el momento la entrada de más piratas.

Sin embargo, la vida de uno de vuestros hombres ya ha sido pagada. Su cuerpo, inerte, comienza a expulsar una enorme cantidad de sangre, que mana desde un gran corte en su pecho, encharcando todo el suelo de madera que pronto comienza a absorber el rojo líquido.

Ante las muestras de autoridad que demostráis tener, 5 piratas os rodean, intentando haceros caer, facilitando así la invasión pirata.

Varios de vuestros soldados están luchando en encarnizada lucha con los piratas, tajando a diestro y sinietro.

Fuera, el olor a humo y los gritos constantes de los habitantes de la aldea os llegan claros.

Chasqueó la lengua con desagrado al ver como uno de los jóvenes samurais caía muerto, pero no tuvo mucho tiempo para lamentarse, los piratas empezaban a rodearlos así que intentó colocarse de tal manera que Yojiro quedara en su ángulo muerto, se apretó el parche que cubría la cuenca vacía con el pulgar y apretó la empuñadura de su katana con fuerza...

HAJIME!!!

¡NOOO...HIROSHI...!.- es lo único que pude hacer ante la caida de nuestro compañero. Su sangre tiñe el blanco de mis ojos y con ambas kamas en mis manos me lanzo a destrozar aquellos que han dado muerte al pobre Hiroshi, las fortunas me bendicen... aquel pirata que lleva su katana teñida de carmín es uno de los cinco que nos rodean. Te mataré...

Costas de la Mantis. Hora de Fu Leng.

El combate empieza antes de lo esperado, y sin preverlo varios de los piratas se lanzan como el rayo contra vosotros. El más rápido de ellos se lanza contra Bato, pero su ataque falla por bastante. Bato tendrá la oportunidad de intentar devolverle el golpe. Otro contra Yojiro que consigue impactar de forma brutal y el tercero contra Uchija que impacta por poco.

Veía venir de lejos al pirata y para cuando lanzó el ataque el ya no estaba allí, lanzó su ataque pero tarde se dió cuenta que había dejado del lado ciego a su adversario, así que no estaba seguro de si golpearía, con todo, lanzó el ataque con toda su saña...

¡Los Piratas están bien adiestrados...!.- en ese preciso momento siento como el acero del bucanero atraviesa mi carne desgarrandola a la altura del muslo derecho, sin duda, ese golpe me dejará sin posibilidades... lo presiento sin necesidad de mirarme la pierna. irremediablemente caígo al suelo semi insconciente a causa del dolor. Por un momento pierdo el norte de la situación. Sin duda, si no recibo primeros auxilios desangrado por culpa del emanate tajo.

Costas de la Mantis. Hora de Fu Leng.

Bato destroza al pirata más rápido lo que hace dudar a los otros, a pesar del feo corte que ha hecho otro de ellos a Yojiro, que ha fallado sus ataques. Los dos últimos piratas, en ese momento, probablemente por la sorpresa de la reacción en su contra levantada se quedan sin saber que hacer y optan por defenderse. En ese momento, Uchija aprobecha la situación para lanzarse contra el samurái que ha atacado a su jefe, a pesar de sus heridas, aunque su ataque no es demasiado importante.

A pesar de ser su lado ciego, notó en las manos la resistencia que ejercían tendones y huesos al paso de su katana, apretó con crueldad y obtuvo el efecto deseado, el pirata caía a sus pies... una sonrisa carnicera le aparecía en los labios y se lanzaba espada en alto contra el pirata que Uchija dejaba a su espalda, más tarde lo reprendería por la estupidez.

Esta vez había calculado mal la distancia y el filo de su arma pareció más una advertencia cortando el movimiento del pirata que un ataque real... Rindete si quieres conservar la vida, maldito...

Al contener la respiración por un breve lapso temporal, y con ello serenarme, vuelvo echarle un vistazo al feo tajo para decubrir sorprendentemente que la mortal herida, aunque no dejaba de ser profunda, no era tan mortal como me había parecido en primera instancia.

Reconfortado por este descubrimiento vuelvo a aferrarme con fuerza a mis amadas Kamas... Lanzo dos golpes uno dirigido a la pierna derecha y otro dirigido a su cuello, estilo bien ensañado en el tatami de la escuela bushi de mi querida aldea. Sin duda, aquel Pirata que creía haberme abatido difinitivamente estaba ante una de las peores situaciones de su vida...estaba ante mí, ¡el nombrado Sankas del Clan de la MANTIS!...

Costas de la Mantis. Hora de Fu Leng.

A pesar de los impactos anteriores, la ventaja inicial comienza a disminuir en el caso de los piratas y el más rápido de ellos decide ser conservador, poniéndose en defensa.

Por su parte el Pirata que ha conseguido ponerse a la par que Yojiro, se lanza como un loco contra Uchija, pero su ataque corta al aire, dejándole en una posición muy comprometida.

Al contener la respiración por un breve lapso temporal, y con ello serenarme, vuelvo echarle un vistazo al feo tajo para decubrir sorprendentemente que la mortal herida, aunque no dejaba de ser profunda, no era tan mortal como me había parecido en primera instancia.

Reconfortado por este descubrimiento y al observar que el foribundo pirata erraba en el ataque a Uchija, vuelvo a aferrarme con fuerza a mis amadas Kamas... Lanzo dos golpes uno dirigido a la pierna derecha y otro dirigido a su cuello, estilo bien ensañado en el tatami de la escuela bushi de mi querida aldea. Sin duda, aquel Pirata que creía haberme abatido difinitivamente estaba ante una de las peores situaciones de su vida...estaba ante mí, ¡el nombrado Sankas del Clan de la MANTIS!...
 

¡Bien... estás muerto bastardo!