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Tierras Sombrías. Hora de Akodo

Los tres Samurais corruptos casi caen por completo en nuestra pequeña celada , pero uno nos vislimbra , por suerte o por desgracia , pero mis dos compañeros dan buena cuenta de dos de ellos antes de que la sangre que ya hierve en mis venas por la furia desatada llege a mis brazos que ya se mueven raudos en un movimiento giratorio que hace que mi tetsubo refulja anaranjado por las llamas a nuestras espaldas.

Tierras Sombrías. Hora de Akodo

El golpe de Daichi hace que la rodilla del samurái corrupto que queda vivo se clave en el suelo. Éste ya lleno de sangre, se prepara para recibir más.

El oponente se levanta a duras penas e intenta golpear a Daichi, pero el dolor es demasiado y no puede evitar el fallo. Por un segundo, un pequeño resto de humanidad se refleja en sus ojos, sabedor de que con sus heridas, y rodeado de enemigos, sus segundos de vida están contados.

Este es tu fin, criatura corrupta. Que los dioses se apiaden de tu alma, como tu no lo has hecho con tus víctimas. Minazuki bailó entre mi manos preparado para el golpe que terminase con el samurai corrupto restante, por mucho atisbo de vida humana que hubiese en él aun.

Me quedo mirando como Sayuri finaliza con rapidez y misericordia con el enemigo caido,aunque no puede contenerse y añade una frase,que está de más.
hay que acabar rapidamente,sin gestos.Pudo dar la alarma.

Tierras Sombrías. Hora de Akodo

Tres menos, pero aún quedan otros cuatro oponentes. Debemos aprovechar el desconcierto y lanzarnos contra ellos. Sin duda, estarán empezando a preguntarse por sus compañeros.

Cortemosles la cabeza para evitar que puedan volver de nuevo a la vida como no-muertos. Nada es de fiar en esta tierra. Corte la cabeza de los que se encontraban mas cercanos a mi, esperando que aquello fuese suficiente, mirando a los demás antes de ir en busca de los 4 corruptos restantes.

Solo eran cuatro, pero entre ellos se encontraba mi hermano. Lo había visto hacer grandes cosas con su magia, paralizar onis con su magia para que Kigaru los destrozase, lanzar llamaradas de fuego... podría ser peligroso en caso de ser un enemigo. Pero yo contaba con saber como luchaba, podría desbaratar su estrategia. No podría enfrentarnos a un ataque dirigido desde varios lados. Solo podría detener a uno, no a los tres.

Tenemos que encontrar a esos tres y luego llegar a mi hermano y reducirlo, pero no lo matéis. Necesito saber que hacia y porque... Mis ojos se encontraron con los de Kigaru, sabia que el también sentía el pesar y que necesitaba encontrar respuestas igual que yo. Deseaba pasarle la fuerza que yo fingía, pero apenas era posible aguantar mi propia fortaleza como para ayudarle con la suya, aunque sabia que no mostraría flaqueza alguna. Habíamos sido entrenados para enfrentarnos a nuestros propios hermanos debidos a las perdidas constantes que el clan sufría por su proximidad a la corrupción.

Observe el creciente fuego. Había causado el caos necesario para poder adentrarnos en la aldea, pero sabia que Shukei sabia que estábamos dentro. Nos estaría esperando seguro. Mi cabello bailo en el aire cálido que llegaba del fuego. Mis ojos se centraron en las casas mas adelante. Continuemos.

Tierras Sombrías. Hora de Akodo

Desde un lateral de una de las pocas casas que aún no es pasto de las llamas, veis el centro de la plaza y a sus cuatro ocupantes en clara posición defensiva. Están atentos a cualquier ataque, pero a distancia de carga si os lanzáis a por ellos.

El incendio crea una extraña luz al mezclarse con la oscuridad imperante en la tierra. Las sombras titilan haciendo grotescas quimeras. El olor del ambiente está lleno de humo. Los ojos os pican. Lagrimean algo, pero no os impiden ver con exactitud que debéis hacer algo. Y pronto.

El hermano de Sayuri comienza a recitar y a gesticular. No entendéis que dice, pero sí sabéis que está haciendo: lanzar un conjuro.

Mire a mis dos compañeros. Seguramente habían visto lo que hacía el shugenja. Me fije con detalle si era maho o magia pura. Todo dependía de si usaba sangre o no, pero desde la distancia y con los ojos lacrimosos, apenas podía distinguir si era así o no, aunque en mi mente deseaba que no hubiese acudido al maho. ¿Veía aun posible su salvación? Puede ser. 

Se preparan contra nosotros. Le susurré a los bushi cangrejos. Debemos ir con cuidado y preparados. No sabemos que hace ese hechizo que prepara. Deberíamos intentar atraerlos y romper su formación. Sorprenderlos de alguna manera... alguna propuesta?

Tierras Sombrías. Hora de Akodo

La mirada de Kigaru penetra a través del humo y la ceniza que flota en el aire.

Tu hermano está lanzando un conjuro, aunque no parece maho debemos de ser cuidadosos. Debemos llegar ante ellos antes de que termine su recitación. Dejarles tiempo sólo correrá en nuestra contra. ¡Rápido!

Kigaru se lanza hacia la plaza y Daichi le sigue. Aún estás a tiempo de detenerlos, pero cada segundo que pase hará que esa opción se vaya difuminando.

Esgrimí la No-Dachi con la mano derecha mientras corría detrás de los chicos. Sabía que Kigaru trataría de detener a mi hermano, y que alguno de los samurai se interpondría en el camino, así que yo podría sorprender por detrás apareciendo de detrás de las grandes moles de samurai que me precedían. 

Corría agazapada tras el humo que se alzaba de los inmuebles cercanos, alejándome de la pareja de Hidas. Quería aprovechar el nivel de ocultación que podrían concederme, llegar hasta el grupo restante antes de que pudiesen abatir a la pareja de bushi, y dejar a mi hermano fuera de combate, apresado o como fuese, antes de que causase daños mayores.

Tierras Sombrías. Hora de Akodo

Con el humo del incendio, corréis ocultándoos lo más posible entre las ruinas hasta un punto en el que no hay vuelta atrás. Los enemigos del imperio están a vuestro alcance y aún no os han visto. No obstante, el viento comienza a soplar en dirección contraria y el humo comienza a desaparecer.

Ahora o nunca dice Kigaru con una terrible sonrisa en la boca.

Corría agachada entre la bruma, acercándome al grupo, buscando el hueco necesario para abatir al primero y llegar hasta mi hermano. De repente el humo desapareció y nuestra cortina desapareció, pero yo contaba con la velocidad ganada y estaba preparada con Minazuki desenvainada, preparada para atormentar a los enemigos. 

Con un rápido movimiento me lancé con mi peso hacia el primero de los enemigos, esperando desconcertarlo de manera repentina y ganarle el terreno.

Tierras Sombrías. Hora de Akodo

El combate estalla de repente, cogiendo casi por sorpresa al grupo enemigo que estaba en el centro de la plaza. El grupo mantiene su posición y no se mueve.

Uno parecía haberse preparado antes de tiempo a nuestra llegada, pero los demás aun no estaban listos. Me lancé directamente hacia uno de los guardias que había pillado desprevenido con Minazumi preparado, la hoja ansiosa por cortar el aire y la carne del enemigo.