Partida Rol por web

Aventuras en El Norte

El Diario de Darnath

Cargando editor
17/08/2011, 11:46
Darnath

Parto de mi tierra, Cormyr, para dar a conocer las enseñanzas de Lazhánder que durante años aprendí en el templo en el que me críe. Mi primer objetivo es el frío norte.

Por fin llego al Mar de la Luna, ahora helado, y decido visitar la ciudad portuaria de Melvount buscando alojamiento, suministros, y tal vez un lugar donde empezar mi doctrina.

En las puertas de la ciudad conozco a otro ciudadano de Cormyr, un guerrero humano llamado Denyr. Me dice que viene buscando aventuras y gloria. Quien sabe.

Buscamos una posada donde poder tomar algo caliente y resguardarnos del frío, nos han recomendado El Guerrero Flotante. De camino, un niño se nos acerca, parece saber quien soy. Me dice que un hombre le pagará una moneda de oro si consigue que vayamos a verle, dice que tiene algo que ofrecernos. Yo mismo me encargo de darle esa moneda.

El hombre que nos busca es un mediano llamado Ulblym, el cual regenta una tienda. Nos habla de tráfico ilegal de esclavos, y nos da dos nombres, Corwin Jaffe el contrabandista, y La Taberna del Fuego Infernal. Quiere que busquemos a esos esclavos. Nos pagará 150 monedas de oro. Aunque el dinero no es mi principal motivación, reconozco que siempre es un buen incentivo.

Cuando estabamos apunto de partir hacia la taberna, de entre la sombras aparece una silueta. Delgado y de piel oscura, un semidrow llamado Belace. El mediano nos recomienda su compañía, nos fiamos de él.

Por fin llegamos a la Taberna del Fuego Infernal. Una extraña luz ilumina el interior. Entramos, y la cosa no mejora, un hombre de aspecto tosco está bebiendo algo, mientras el tabernero limpia vasos tras la barra.

Cargando editor
17/08/2011, 11:47
Darnath

Denyr y Belace piden aguamiel, yo un vaso de leche caliente. Al camarero parece molestarle. Sospecho que puede tratarse de Corwin Jaffe, el contrabandista de esclavos. Cuando tomamos sitio en la barra, el hombre de aspecto tosco se levanta y se dirige a la puerta.

Me presento al camarero y le pregunto si conoce a alguien que pueda suministrarnos esclavos a un precio razonable. Se molesta y dice no saber nada. Sospechoso… En la taberna hay una zona reservada cubierta por cortinas, donde un grupo de tres personas están cenando algo y hablando. Les pregunto pero una vez más, no obtenemos respuesta alguna.

De repente, una puerta se abre tras la barra, de ella sale un hombre quejándose y dirigiéndose hacia la salida. Abandona la taberna, y tras de si deja un rastro de pisadas de barro rojizo. Al rato, el hombre tosco que custodiaba la puerta sale también. Le decimos a Belace que les siga haciendo uso de habilidad para ocultarse. Cuando vuelve a entrar nos comunica que el hombre que estaba en la taberna ha matado al otro. Esto se pone feo. Poco después, El camarero sale también de la taberna así como las personas que estaban cenando en la estancia privada.

Otro hombre, al parecer se trata del cocinero, sale de su puesto de trabajo y se pone a cenar en la zona de las cortinas. No parece peligroso. Una vez despejada la taberna, decidimos entrar a la cocina y ver que podemos encontrar. Otro hombre que todavía estaba dentro, nos sorprende, el vigilante de la puerta vuelve a entrar, y junto al que ha salido de detrás de la barra nos atacan. Aunque con alguna dificultad, conseguimos salir airosos del encuentro, gracias a los golpes de Denyr y Belace, y a mis conjuros divinos.

Estabilizo a los asaltantes y les atamos con una cuerda. No nos molestamos en hacerles recuperar el conocimiento e interrogarles. Les dejamos en una habitación tras la barra, junto a unos barriles y suministros.

Con las habilidades para buscar puertas de Belace, y nuestra intuición, fuimos capaces de encontrar la entrada a los pasadizos secretos que se ocultaban tras la taberna. Tras varios incidentes con trampas de ladrillos, ratas e incluso una serpiente, logramos llegar a la zona final.
En la primera estancia, un Orco cuidaba de unos perros, acabamos pronto con él, tanto que no le dio tiempo ni a soltar a los canes.
En la segunda estancia, una gruta maloliente, húmeda, y ponzoñosa, encontramos lo que veníamos a buscar, los esclavos. De aspecto desaliñado y enfermo, nos miraban mientras nos enfrentamos a sus captores. El combate se puso muy mal en algunos momentos, de hecho, consiguieron tumbarnos a Belace y a mí. Por suerte, mi conocimiento de la Renovación, me concedió el poder para levantarme totalmente recuperado y poder restaurar a Belace. Una vez, los tres juntos y con fuerzas renovadas, conseguimos doblegar a nuestros contrincantes. Por fin, liberamos a los esclavos y los llevamos a la tienda de Ulblym.

Conseguimos mucho más de lo que habíamos venido a buscar. No solo encontramos a los esclavos, sino que además los liberamos, y acabamos con los contrabandistas. Ulblym supo como recompensar nuestra valía.

¿Qué nuevas aventuras nos deparará el futuro?

Cargando editor
17/08/2011, 11:48
Darnath

Decidimos tomarnos un descanso para remendar nuestras armaduras, afilar nuestras espadas y rezar nuestros dioses. Mientras tanto, aprovecharé para contaros algo más sobre mí.

Nací y crecí en Cormyr, El País Bosque. A los cinco años ya era capaz de practicar la sanación divina con algunas criaturas menores como insectos o alimañas. Pronto, los sacerdotes del templo de Lazhánder se fijaron en mi talento, y se hicieron cargo de mi custodia legal con el consentimiento de mis padres.

Las ostentosas catedrales de Lazhánder, con sus abundantes estatuas y chillonas ventanas con vidrieras emplomadas, reflejan la gran riqueza de la orden. Durante años fui iniciado en las artes de la represión de los muertos vivientes, y los conjuros divinos de nuestra sagrada Deidad.

Como clérigo de Lazhánder mi misión en este mundo es limpiar las tierras civilizadas de bestias dañinas, purgar la corrupción de los muertos vivientes del mundo. Alimentar el progreso social, cultural y político como agentes de la libertad personal, la expresión artística y la armonía racial.
En una tierra asolada por las sucesivas guerras que durante años han asolado la región, muchos están al borde de la rebelión, otros buscan abrirse paso desde el exilio. La reconstrucción de esta tierra ofrece nuevas oportunidades, y nuevos peligros. Es por esto que decido viajar al frío norte para hacer llegar la palabra de mi Dios, encontrar aventuras y aumentar mis conocimientos.