Partida Rol por web

Tras unas cuantas horas más de viaje comenzáis a intuir la presencia de la civilización, poco a poco parece que vais llegando a vuestro destino: Nesmé.

Cuando el sol ya está cayendo (y en las últimas horas lo ha estado haciendo con ganas porque el calor es elevadísimo, ni en los veranos más cálidos de la zona...) llegáis a ver la ciudad.

Desde el exterior, la ciudad parece una criatura de piedra agonizante, apoyada contra los bancos del Surbrin mientras aparenta retirarse de los Páramos Eternos. Columnas de humo negro se elevan tras los muros de las murallas de piedra que han visto mejores días. Una barcaza cargada de madera y carbón está atracada al lado de los restos de un puente de piedra decente.

Rihen paga unas monedas a los dueños de la barcaza que os cruzan al otro lado del Surbrin y del barquero escucháis lo que para él son buenas noticias, parece que los gigantes llevan meses sin atacar y que Lady Tessarin ha empezado con alguna tarea de reconstrucción pero la cosa va lenta.

Una vez en el interior veis que la mitad de los edificios de piedra de la ciudad están en ruinas creando un laberinto de callejuelas plagadas de escombros. Los ciudadanos parecen trabajar codo con codo entre el humo y cubiertos de una ceniza gris. El templo de Waukeen, cuatro pisos y redondo, parece ser la única estructura que no ha sido afectada por la destrucción que la rodea.

Compañeros. Yo creo que me despido de vosotros. Nuevamente, quiero expresar mi agradecimiento por vuestra hospitalidad y ayuda. Sin vosotros no habría sobrevivido y si alguna vez necesitáis algo de mí no dudéis en pedírmelo.

Verik os saluda a todos y se despide de Edelwen con una reverencia.

Que los dioses os sean propicios.

Dicho esto desaparece en dirección al interior de la ciudad.

Una vez que se ha ido Verik, vuestro patrón se gira y os dice.

Es un poco tarde para ir a buscar la espada. Espero que podamos dormir en el León del Norte y mañana después de que tenga mi arma, os pagaré. Esta noche corre de mi cuenta.

La posada a la que hace mención Rihen no está lejos. Parece que está bastante llena pues veis a muchos bárbaros de Uthgardt en la sala común.

Tras algo de regateo, vuestro patrón os dice

Parece que los mercenarios de Lady Tessarin tienen casi toda la posada para ellos. No obstante había una habitación algo grande. Creo que tendremos que descansar un poco apretados...

La situación de Nesmé no te resulta extraña. Sabes que hace un par de años fue saqueada por un ejercito de trolls que fue repelido con ayuda de Mithral Hall y Mirabar. El año pasado empezó con la reconstrucción, pero desde hace un año los gigantes de los Páramos parecen haberla cogido con la ciudad.

Nesmé es una ciudad minera y tiene alguna de las mejores minas de hierro del norte.

Asombrada por la destrucción que los rodea Edelwen parece asombrada:

- Vaya, ¿qué ha sucedido aquí?

Viendo que su patrón no parece dispuesto a contestar se acerca a uno de los hombres que están trabajando en los escombros y lo interroga:

- Perdona, ten un poco de agua, refréscate y descansa, amigo. Y contestame si eres tan amable a un par de preguntas: ¿Qué o quien ha tratado de destruir la ciudad? ¿Y qué milagro ha salvado al templo?

Cuando Rihen comunica cómo han de pasar la noche, Edelwen tuerce el gesto, no me gusta compartir habitación cuando estoy meditando, el campo es distinto, pero las posadas deberían otorgar intimidad a una dama, pero parece que tendrá que adaptarse.

- Solo una pregunta, ¿quien es esa Lady Tessarin?

Con mirada complice, el clerigo asiente a las palabras de su compañera. La verdad, tenia entendido que esto era una urbe y no este monton de escombros, ¿nos podeis informar de esos gigantes y del porque de sus ataques? seria bueno saberlo por si podemos arrimar el hombro en algo.