Partida Rol por web

El camino se hace lento y penoso en ocasiones, a pesar de la ayuda que os propician los mestizos es difícil no tropezar de vez en cuando. Quizá la única que va mejor es Edelwen, su guía parece orientarla de forma muy considerada.

El tiempo transcurre lentamente y no sabríais decir cuanto ha transcurrido pero de repente empezáis a escuchar el sonido de gente, gente silenciosa y que vive su vida de forma tranquila pero gente.

Escucháis la voz del mestizo.

Estamos a punto de cruzar nuestro asentamiento.

El ruido de gente crece a medida que os vais acercando y escucháis numerosas preguntas que se refieren a vosotros. Alguno de vuestros guías responde que habéis hecho un trato con el "legado". A pesar de no ver nada, estáis seguros de que la tribu entera os está mirando.

No obstante, tras unos minutos de caminar por un terreno más seguro otra vez comienzan las rocas y un rato más tarde volvéis a escuchar a Edrezzon.

Podéis quitaros las vendas.

Mientras vais retirando lo que os impedía la visión veis que estáis en una zona bastante oscura, no sabéis si era porque ya ha anochecido o porque hace tiempo que no estáis al aire libre.

Si seguís en esa dirección llegaréis a la guarida de la asesina. Cuando regreséis, los que estén de guardia irán a buscarme y os escoltaremos fuera nuevamente. Tened cuidado ahí dentro. Espero que encontréis lo que buscáis.

Dicho esto, veis que cuatro de los mestizos se quedan y el resto desaparecen en la oscuridad.

- Gracias por tu guía Edrezzon. No me guardes rencor por ser precavida. Tu cuidas a tu pueblo y yo mi pellejo.

Mirando hacia el interior de la cueva la elfa otea la oscuridad.

- Ya hemos perdido el tiempo demasiado, ¿seguimos adelante?

Al final no ha sido para tanto - comentó divertido rebuscando entre sus cosas y saco otro cetro solar - me quedan dos - lo encendió y esperó la señal para continuar la marcha - gracias por todo Edrezzon, tu diosa se sentira orgullosa de tus actos

A la luz del cetro podéis ver que el interior de la caverna es muy similar a las que habéis visto hasta ahora, aunque parece que tiene carámbanos de hielo colgando del techo cada poco. El frio es bastante mayor que en el exterior.

Los hombres de Edrezzon se quedan a unos cuantos metros de donde estáis vosotros y os observan curiosos.