Partida Rol por web

Aventuras en la Tercera Edad.

Khanmur, Capitan Pirata de Umbar.

Cargando editor
04/02/2011, 16:33
Director

El viaje fue tranquilo. El tiempo les acompañaba, dias soleados y buenos vientos. Todo apuntaba a que Ulmo queria su victoria. Su justa victoria.

Las gaviotas les despidieron con sus grandes voces dandoles la despedida desde las costas y fueron los mismos sonidos quienes les dieron la bienvenida cuando alcanzaron las costas de Tolfalas.

Durante el viaje, puesto que Bergil pudo controlar sin problema a la disciplinada tripulacion, Pelendur pudo pensar hasta cumplimentar todos los detalles de la mision que les esperaba. Melendil, estaria haciendo lo mismo en su proa y de vez en cuando se pasaban mensajes de una embarcacion a otra.

Finalmente ambas embarcaciones atracaron en los puertos de la isla, en la ciudad de Gobel. Alli descansarian antes de pasar a la accion.

Cargando editor
04/02/2011, 20:29
Pelendur

La Singladura de un par de días desde Pelargir hasta Gobel, casi pareció un paseo marítimo. Algo que era de esperar pues la escoria de Umbar, sin duda, no se atreveria a mostrar sus velas tan cerca de la costa continental de Gondor.

Y asi, al atardecer, ambas naves enfilaron la boca del estuario de Gobel siendo acompañados por mas de una de las goletas de pesca que también arribaban a la ciudad tras u día de trabajo.

Y yo, en la proa de la indomable sonrío al contemplar mi ciudad nata.

Encaramada sobre un desfiladero que le servía de defensa natural contra cualquier ataque, se accedía a la urbe desde dos escaleras talladas en la roca que partían desde el puerto situado en la base del desfiladero.

La maniobra de atraque fue fácil. Y con ambas naves ya amarradas en el puerto, una al lado de la otra, me reuno con Meneldil acompañado de Bergil.

Allí, sobre los muelles, esperamos al que capitán del puerto se nos uniera y una vez que estuvimos todos, celebramos un improvisado consejo de guerra.

Tras informar  al Capitán de la guarnición, yo añadí.

Creo que por hoy, podemos dar descanso a los hombres. Dejemos que tengan algo de tiempo para relajarse. Pero nada de excesos.

Casi rio en voz alta al decir esto. Pues como marino y soldado de Gondor que soy, mas de una vez yo mismo he formado parte de esos excesos en los barrios de la ciudad vieja de Pelargir. No obstante, recuperando la seriedad, añado.

Pienso partir mañana al amanecer para navegar en torno a la isla. Quizá logre descubrir algo interesante o, quizá, logre enviar al fondo a alguna maldita nave Corsaria.

Y como sonrío al decir esto ultimo. Si, es una sonrisa de otra índole. Pero miro entonces a Meneldil y añado.

En cuanto estéis preparado, recomendaría que avanzarais por el interior de la isla en dirección sur. No obstante, quizá queráis esperar a que informe sobre el estado actual de la situacion.

Cargando editor
08/02/2011, 16:48
Director

Se habian reunido con el Capitan a cargo de la guarnicion de Gobel. Tras ponerse al dia de las noticias, aunque seria mas correcto decir que pusieron al dia al Capitan de Gobel. Decidieron dar un leve reposo a las tropas.
Melendil, prefirio esperar los informes de Pelendur antes de actuar, pero no se quedarian en el puerto mas de lo necesario. Asi pues, cuando acabaron su charla, se adentraron en las tierras salvajes y mantendrian la estricta disciplina de las tierras fronterizas.

La noche paso sin muchos excesos, pues a pesar de las ganas de pasarlo bien, ningun soldado quedria combatir con resaca al dia siguiente y menos aun, ofender a su nuevo Capitan o ser los causantes de la muerte de sus hermanos.

El sol asomo brillante, con un cielo despejado, un buen augurio para las vigias, pues les permitirian ver a mas distancia. El barco zarpo para hacer su ruta exploratoria. A media mañana, la cosa comenzo a complicarse, una repentina tormenta procediente desde el este, comenzo a entorpecer la marcha. Las velas eran inutiles, asi que tuvieron que servirse de los remos. Los truenos eran tan fuertes que los ensordecian. Los rayos explotaban contra el agua y todo esto se magnifico en la zona sureste de la isla, donde los acantlidados, les impedian acercarse a la tierra. Las aguas mas bravas que esta isla habia conocido en los ultimos siglos, chocaban tratando de volcar aquella nave. Los remos eran arrastrados o partidos y en poco menos de una hora, el barco se encontraba a la deriva. Perdidos en torno a Tolfalas, destinados al capricho de aquella maldita tormenta. 
Entonces ceso. Las nubes se disiparon, un nuevo sol asomo entre ellas, brillante, esperanzador. 
Toda la alegria se reducio a cenizas, cuando a la lejania, asomo la silueta de un barco. Era rapido y tambien era corsario.  

Cargando editor
08/02/2011, 19:25
Pelendur

Corta las aguas la proa de la Indomable en direccion sur mientras navegamos al cabotaje. La jornada ha sido un dia de perros pues nos ha golpeado un tiempo propio de las cumbres de la maldita Angband. Pero finalmente, el dia despeja. Y yo, en el castillo de popa, al lado del timonel, agradezco en silencio a Unien, señora de los mares, la gracia que nos ha otorgado.

¡Y se diría que nos la ha otorgado en el momento justo!.

Pues en ese preciso instante, desde la cofa del palo mayor, resuena un grito por toda la nave.

¡¡Vela negra a proa!!

De un salto bajo la escalera hasta la cubierta principal de la nave. Con unas pocas zancadas, llego hasta la proa de la Indomable y agarrado a un cabo, en pie sobre el bauprés, miro hacia delante. Y una vez confirmado el avistamiento, giro y rugo mas que grito.

¡¡Zafarrancho de combate!!. ¡A vuestros puestos hijos de Gondor!. ¡Preparad las balistas para disparad!. ¡Vigia!. ¡Atento en tu puesto!. ¡Quiero confirmación de la distancia de tiro y no quites el ojo de la mar!. ¡Bien pudiera ser que ese bajel, no estuviera solo!.

Y lo que antes era un grupo de hombres que se dedicaban a sus quehaceres, ahora se había convertido en una maquina perfecta de combate. Todas las velas fueron izadas y tensadas, algunos hombres, corrieron a apuntar las balistas de proa en dirección a la nave que asomaba en lontananza mientras otros, corrian aprisa a la bodega de la nave para volver inmediatamente, con su equipo de combate ya colocado.

Apenas unos instantes fueron necesarios para estar listos para la batalla. Y entretanto, Bergil se había reunido conmigo a proa. Me giro para mirarle y digo.

No lo pierdas de vista. Y si ves que se pone a tiro, no dudes en lanzarles una primera descarga con mis mejores maldiciones.

Y he aquí que Bergil, sonríe ahora de manera similar a la mía.

Rápidamente corro de nuevo hacia popa, y tras entrar en mi camarote, me preparo para la batalla. Y ya equipado, vuelvo a la cubierta principal de la Indomable y corro de nuevo a proa para reunirme con mi segundo al mando.

Notas de juego

Je,je,je. ¡Excelente master!. ¡Con tormenta y todo!. Cuando quieras seguimos.

Cargando editor
11/02/2011, 18:40
Director

Pelendur estaba preparado para la batalla. Se sentia contento, alegre de poder darle muerte a todos esos traidores. Pero su alegria duro poco, pues bordeando la costa, otra nave asomaba. Dos, no, tres navios se lanzaban al ataque. Toda alegria se disipo, ahora se sentian en verdad en serios apuros.
Pelendur comenzo a dar ordenes, al igual que Melendil. Pero su barco viajaba a la deriva y cuando gritaron ¡Abordarlos! la superioridad numerica, decidio la batalla.
Los hombres de Gondor lucharon con bravura, no perdieron el valor, no cedieron ni un momento. Pelendur, se enfrento a un capitan pirata que cayó bajo el poder de su espada. Un grupo de piratas trato de huir al verlo morir. Esto animo a los hombres que cargaron, pero otro capitan, mas feroz y mas diestro, freno su avanzadilla con un grupo de sus hombres. Pelendur, le planto cara y fue derribado con un terrible golpe en la cabeza.
Lo ultimo que vio, fue a ese segundo capitan, Khanmur, dando ordenes y dandole muerte a todos los marinos y soldados del barco, mientras era arrastrado como cautivo a una embarcacion de Umbar.

Notas de juego

Perdona lo resumido del post, pero el internet de la biblioteca lleva un par de dias fallando y no encuentro muchos sitios donde poder conectarme. Espero que el lunes ya este todo bien xD.

Cargando editor
11/02/2011, 22:02
Pelendur

Notas de juego

¿¿Y eso es todo??. ¿Sin combate, sin naves ardiendo, sin festín de tiburones, sin cadáveres arrojados por la borda, etc, etc?.

Pues en fin, como quieras.

Cargando editor
13/02/2011, 20:48
Director

Notas de juego

Ya te dije que iba a durar poco toda la escena en el mar.  ;)

Cargando editor
14/02/2011, 12:55
Pelendur

Notas de juego

Comprendo que solo sea un prologo. Pero esto es cortar por lo sano desde luego. Ni ha habido combate ni batalla ni nada.

Nada, pues sigamos.

Cargando editor
14/02/2011, 15:35
Director

Notas de juego

Pensaba hacerlo todo mas extenso en un solo post. Si en ese sentido soy muy rapido, no me gusta alargar demasiado las cosas, si no al final parece que no avanza la historia xD. Pero como me fallaba mucho internet y en casa de mi tia no paraban de hablarme, pues lo resumi a lo esencial y es que tienes que caer prisionero xD.

Cargando editor
14/02/2011, 23:19
Pelendur

De pie en la cubierta de un corsario Umbariano, con los dientes rechinando por la cólera, miro a mi alrededor buscando con la mirada al capitán enemigo. Escucho ahora algunas carcajadas y burlas y cuando uno de estos perros de maldita sangre traidora, me empuja, no tardo ni un instante en girarme para soltarle una patada en su entrepierna.

El cerdo sarnoso se derrumba sobre la cubierta de su apestoso barco y ahora, por unos segundos a causa de la sorpresa, se hace el silencio entre la tripulación de carroña morumedain.

Y es mi turno de reír mientras gruño.

¿Te pasa algo perro miserable?. Vete a lamerle las botas al bastardo de tu amo. Y por cierto, ¿donde esta ese cerdo maldito?. Quiero verle la ara al sucio cobarde de sangre maldita que teneis como capitan. Para memorizarla y poder decirle a la cara que antes de que lo raje, va a cabar maldiciendo el dia enque el puerco de su padre conoció a la puta de su madre.

Y ni me importa estar rodeados de perros mornumedain ni tampoco me preocupa lo que vaya a pasar en los próximo instantes de tiempo. Yo sigo mirando a mi alrededor esperando con ansia ver la cara de ese puerco mornumedain en particular.

Cargando editor
22/02/2011, 17:49
Director

Pelendur despertó. Estaba en un hueco oscuro y humedo. Tan pequeño que no lograba mantenerse en pie. Tan oscuro que no veia ni las rejas que tenia delante, cerrando la celda.
Tanteando la pared, descubrio que era de roca natural. Parecia que estaba solo, ya que ni veia, ni oia a nadie. Ni siquiera su compañero, el capitan de ithilien que habia caido con el.

Hizo memoria, lo ultimo que recordaba era blasfemar, aunque el lo llamaria "palabras justas" contra el corsario que le habia capturado. Se esforzo por darle una cara, era alto, de cabellos morenos y adornos en las orejas. Lucia un dibujo en el rostro, tal vez alguna pintura oscura de guerra o tal vez alguna marca tatuada a fuego. Su cimitarra, una enorme arma a dos manos, habia sido el intrumento de burla, con la que habia jugado, jactandose de que podria matarle cuando quisiera. Luego un golpe y llego la oscuridad.

Le debian de haber golpeado la cabeza, pues sentia un terrible dolor en la nuca. Tambien en las manos y los tobillos, donde las cuerdas lo habian tenido amarrado durante el viaje.

De lejos asomó una luz, la tenue lumbre de una antorcha. Dos hombres corsarios llegaron junto a el. Uno abrio la puerta y lo saco a empujones. La luz de la antorcha le molestaba en los ojos. La cabeza le dolia y al levantarse, se noto debil, demasiado debil para tratar de huir y lograrlo con exito.

Los corsarios le dedicaron algunas palabras, pero al ser un idioma del este, no las entendio. Seguramente algun desprecio o insulto, por que sonaban mal, pero asi eran las lenguas del este, malsonantes siempre.

Lo llevaron al exterior, estaba al sur de Tolfalas, reconocia la region. Estaba en el puerto Corsario, concreto al ver las chozas y cabañas que le rodeaban, pero sobre todo, por que habian barcos corsarios amarrados.

- Muy bien - le saco de sus deducciones un hombre calvo, de dientes podridos. Torso moreno y cubierto de cicatrices. Un veterano en el pillaje.  - Llevarlo al barco, partira hoy mismo. Khanmur, lo quiere en sus tierras lo antes posible.

Y a base de empujones, se abrieron paso entre la multitud y lo llevaron a su nueva celda. No mucho mas comoda que la anterior, casi tan oscura, pero mucho mas apestosa, un hedor distinto, la otra era de la humedad concentrada, el moho que habia crecido. Sin embargo, esta era podrido, desechos de otros cautivos y el oxido de las puertas. Acabo perdido en un sueño semi insconsciente.

Cargando editor
22/02/2011, 22:27
Pelendur

Notas de juego

Disculpa, no lo tengo muy claro, sera que hoy estoy espeso. Je,je,je. ¿Estoy en una nave enemiga de camino a Umbar o ya he llegado?

Cargando editor
23/02/2011, 14:15
Director

Notas de juego

Has terminado en una nave enemiga.

Cargando editor
23/02/2011, 19:42
Pelendur

Finalmente, con un tremendo dolor de cabeza, me despierto al fin.

Al echar un vistazo a mi alrededor, no logro distinguir gran cosa que digamos. Y mientras me rasco la cabeza en el punto en donde he recibido las particulares atenciones de los bastardos estos, dedico un pensamiento a cierto mornumadan

Cuando te pille, te voy a rajar de abajo a arriba para sacarte las tripas como si fueras un bacalao.

Mi mente se va despejando tras unos instantes. Y he aquí que noto cierto vaivén al ponerme en pie. Indudablemente, me hallo en las entrañas de un navío. Y por tanto, es obvio cual ha de ser su ruta.

Tras soltar un gruñido, me aproximo a la reja que cierra el calabozo maloliente en el que me hallo y examino su resistencia.

Me pregunto si con un buen golpe, podría reventar los goznes oxidados por el salitre. Y tras examinar la reja, echo un vistazo a la bodega en la que me hallo buscando posibles pertrechos o cualquier cosa que pueda servirme para destripar a algún que otro cerdo mornumedain.

Cargando editor
01/03/2011, 17:12
Director

Saber cuanto duro el viaje, fue una tarea imposible, a pesar de poder controlar el dia y la noche, la fatiga y el desanimo eran demasiados pesados. Pelendur despertaba de tarde y se dormia al anochecer, despertaba de madrugada y caia en letargo con el alba, abria los ojos con la luz del sol, pero no sabia cuan de alto se habia alzado ya.

Al final llego a su destino. Le abrieron la puerta y lo sacaron arrastrandolo hasta el exterior. Para su sorpresa no estaba en las tierras Sureñas. Tal vez incluso, aun estaba en las tierras de Gondor, en algun paraje salvaje mal vigilado. Por desgracia, el cambio no fue tan significativo, acabo encerrado de nuevo, otra vez en una cueva. Parecia que ese era su sino, andar de celda en celda hasta conocerlas todas y saber que clase de materiales y pesares aguardaban en todas las fosas de la Tierra Media.

Abatido cayó en un sueño.
Se encontraba en la cima de una isla. Reconocio el mar y a sus espaldas crecia y se expandia la tierra de Gondor. Calculo que estaba en la lejana region de Andrast, pero alli no habia ninguna isla habitable, miro al suelo y bajo sus pies la montaña crecia hasta convertirse en un gran peñasco que ocupaba toda la isla. Alli las aguas se agitaban, algo se sacudia en su interior. Bajo corriendo las montañas, vio barcos que se acercaban, algunos eran de Gondor, pero muchos mas eran embarcaciones Corsarias, llego hasta la orilla, cruzo un campamento abandonado, lo dejo atras, en busca de aquello que se agitaba bajo el mar. Llego a la costa y lo busco, se adentro en el agua, desesperado por saber que se ocultaba a la vista de todos. Asomo la cabeza bajo el agua y sono un gran cuerno.

Desperto sobresaltado. Todo el campamento estaba sobresaltado, los Corsarios daban ordenes y otras voces, parecidas en acento a las lenguas de Rohan, respondian para obedecer. El galope de los caballos, las flechas volar, todo alrededor dejaba clara una cosa, el campamento estaba siendo asaltado, para bien o para mal, eso aun no lo sabia.

Cargando editor
01/03/2011, 20:32
Pelendur

Tras días de viaje en los que, como un tiburón, he estado acechando la mas mínima oportunidad de escapar, al fin parece que este llega a su fin. Días en los que mis captores sabían muy bien que clase de presa se traían entre manos. Pues ni siquiera se me aproximaban demasiado ni para darme la comida. Y yo, renegando entre dientes mas de una vez por lo aciago de mi suerte, me juro una y otra vez lo siguiente.

Sangre, carroña Mornumedain. Vais a pagarlo lamentando el día en que vuestras madres os arrojaron a este mundo.

Y así, un día, paree que al fin arribamos a puerto. Escoltado por varios corsarios fuertemente armados, soy recluido en una nueva celda, esta vez en el interior de una cueva. Por supuesto, aprovecho mi estancia al aire libre para fijarme en cualquier marca de terreno que me permita identificar el lugar en donde me hallo. Y hay algo que resulta obvio. No es Umbar.

No he de soportar el intenso calor de las tierras del sur. Sin embargo, no hubo ningún detalle en el entorno que me permitiera saber mi posición. Tan solo la posición del sol, me indicaba que me hallaba mas al norte de lo que creía.

Mas poco duro mi estancia al aire libre. Tras la rutinaria sucesión de empujones, insultos y maldiciones, adecuadamente respondidas todas ellas, Heme aquí de nuevo en una maloliente celda. Y tras un ultimo reniego a la salud de mis captores, trato de recuperar fuerzas

Y de pronto, pues no me he dado cuenta de que había caído en un extraño sueño, despierto.

¡Gritos, el resonar del acero y el galope de unos caballos llegan hasta mi!.

De un salto me levanto del maldito catre. Con todas mis fuerzas pateo la puerta de la celda al tiempo que grito.

¡Aquí!. ¡Ayuda aquí!.

¡Soy un prisionero de Gondor!. ¡Que alguien reviente esta puerta del demonio!.

Notas de juego

¿Desanimo?. ¿Yo?. ¿Un soldado de Gondor?. Je,je,je,je.

Cargando editor
08/03/2011, 19:09
Director

La batalla aun no habia terminado y la unica respuesta que recibio fue un - ¡Callate! ¡maldita rata pretenciosa de Gondor! - dicha por uno de los hombres del pirata.

Pronto se quedo solo, abandonado en la celda, sin mas compañia que su propia voz. El desanimo de no poder participar en la batalla, de no poder acabar con la vida de los que le habian hecho cautivo le atormentaba.

Se aferro con fuerza a los barrotes y los sacudio con fuerza tratando de sacarlos de su sitio, de arrancarlos y dejar un hueco por donde escapar y liberarse. Al final lo logro. Las sacudidas repetidas, una y otra vez lograron su objetivo. La puerta, cuya cerradura era de dudosa calidad, se partió. La puerta se abrió y el Capitan de Gondor pudo salir de la celda.

Dos hombres de Umbar lo vieron salir, dudaron un segundo si lanzarse contra el prisionero que pretendia escapar o luchar contra las fuerzas asaltantes. Salieron por una puerta al exterior. Pelendur, que los siguio, se freno en la puerta, allí contemplo lo que sucedia. Un batallon de Rohan combatia contra los hombres de Umbar y otros hombres de aspecto salvaje.

Aun atento a la batalla, alguien le asalto desde atras. Supo reaccionar y le arranco la espada de las manos, a la vez que le partia el cuello. Con el cadaver en el suelo, tomó la espada entre las manos. No era una de las bellas armas de su pais, pero al menos, le serviria para frenar a quien le atacara.

Notas de juego

Haz una tirada de 1d8+ conocimientos o Inteligencia (lo que tengas mas) dif. 10

Cargando editor
08/03/2011, 19:49
Pelendur
Sólo para el director

Rugidos, maldiciones e insultos se me escapan casi de forma insconciente mientras aporreo la puerta que me detiene.

Uno de mis captores, llega a responderme y una ronca carcajada es mi respuesta mientras trato de reventar a patadas la dichosa puerta de mi celda.

Y es entonces, cuando ante mi asombro, la puerta cede. Sus goznes oxidados no pudieron aguantar el castigo y, con estrépito, la puerta finalmente se derrumbo ante mi.

¡¡Al fin libre!!.

Ese pensamiento, restallo como un relampago en mi mente. Seguido inmediatamente por otro aun mas poderoso si cabe.

¡¡Venganza!!.

Dos perros de Umbar se hallan ante mi. Y con la cobardía que caracteriza a su sucia y maldita sangre de escoria traidora, dan media vuelta y corren. No se si por miedo o por cumplir su deber en el combate que retumba fuera de la cueva. Ni lo se ni me importa. Impulsado por la furias que me domina, les sigo a la carrera y al fin, vuelvo a ver la luz del sol.

Y ante mi, se despliega un delicioso espectáculo. Cazados como ratas, los perros de Umbar y otras gentes que han de ser aliados suyos, sucumben a lo largo del campo de batalla entre gritos de agonía y aullidos de terror. Y yo, alzo la vista un momento cuando veo pasar al galope a un par de jinetes ante mi. Y he aquí que uno de ellos enarbola en lo alto de su lanza un estandarte de sobras conocido en Gondor. El caballo con la crin al viento que identifica a los herederos de Eorl el joven.

No obstante, no dura demasiado tiempo. De pronto, resuena un chasquido detrás de mi. Y me logro girar justo en el instante en que un corsario, se lanza hacia mi con la desagradable intención de reventarme el cráneo.

A la izquierda me inclino esquivando su hoja mientras que con la diestra, golpeo con todas mis fuerzas en su rostro. El maldito bastardo no esperaba sin duda una reacción tan rápida por mi parte, pues retrocede mas por la sorpresa que por el daño que haya podido infringir. Y yo, no necesito nada mas.

Salto sobre el perro miserable y ambos rodamos por el suelo unos instantes. Hasta que mi manos logran cerrarse sobre su cuello. Mientras suelto mas de un reniego entre dientes, aprieto. Aprieto y aprieto concentrando en este pobre miserable toda mi rabia.

Y de pronto, suena un chasqueo. La cabeza del corsario cae a un lado en un ángulo absurdo y yo, me alzo sobre su cadáver. Pero no hay tiempo que perder. Agarro la cimitarra del malnacido ya muerto y girándome de nuevo, contemplo el campo de batalla otra vez.

Y de mi garganta surge un rugido.

¡¡Gondor!!.

Y sin mas grito de batalla, me lanzo a la vorágine del combate ansiando mas sangre de la carroña mornumedain.

 

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+5)
Motivo: Conocimientos
Resultado: 4(+5)=9

Notas de juego

Uso conocimientos pues es la mas alta que tengo. Veamos que tal.

¡Hum!. Una pena, por uno. 9 es el resultado total de la tirada.

Y ya sabes hombre. Recortare un poco cuando estemos juntos. Je,je,je.

Cargando editor
10/03/2011, 18:00
Director

Aquel hombre parecia severo y desconfiado. Dudaba sobre si Pelendur era amigo o enemigo. Le mantenia la vigia aunque no se decidia ni a atacar, ni a retirarse. Tal vez esperaba una señal.

Pelendur grito - ¡¡Gondor!! -  y se lanzo al ataque. El jinete, atento al Gondoriano, no se fijo en que dos hombres estaban tratando de roderale. Dos guerreros de Umbar contra los que Pelendur podria descargar toda la desdicha sufrida en los ultimos dias.

Mientras Pelendur luchaba, descubrio que otros hombres corrian al encuentro. El, era un luchador veterano, nombrado Capitan de la Flota, pero incluso un hombre experto en armas, se podria encontrar en apuros si eran varios los enemigos que le rodeaban.

Justo cuando todos los enemigos llegaban a distancia de golpe, un jinete. El mismo jinete que le vigilaba se lanzo al ataque y entre los dos vencieron a los enemigos, sin mucho problema.

Cuando hubieron terminado, todo hubo acabado. Los jinetes liberaban a los esclavos, capturaban a los captores y gritaban jubilos de victoria.

Cargando editor
10/03/2011, 20:09
Pelendur

No tarda en producirse el entrechocar del acero, pues la batalla arrecia en intensidad. Y en lo mas duro del combate, esgrimiendo la hoja capturada, me hallo todavía sediento de sangre. A mi alrededor, otros combatientes, tanto amigos como enemigos, se dedican a destrozarse los unos a los otros. Pero ante mi, mas de un mornumadan maldice sus últimos instantes de vida antes de que los destripe.

No hay piedad, no hay tregua. Escoria traidora esclavista, y miserable. Pronto empiezan a acumularse sobre el campo de batalla, los cadáveres de mis enemigos. Y yo río en medio de la batalla. Río y observo mi alrededor.

Y es en ese preciso momento, cuando alcanzo a distinguir a un jinete que se aproxima al galope. Ante mi, los corsarios tratan de formar una ultima linea defensiva. Y basta únicamente un cruce de miradas entre ese jinete y yo, para que ambos sepamos lo que hay que hacer.

Carga el Rohirrim logrando crear un hueco en la linea defensiva enemiga. Hueco que yo aprovecho para aparecer inmediatamente detrás de su caballo. Un corsario alza su arma ante mi, Y yo tan solo he de inclinarme hacia atrás y dejar que su hoja silbe cortando el aire para aprovechar su desequilibrio, y hundirle mi espada en sus entrañas.

Y pareciera que ese es uno de los momentos finales del combate. Aquí y allá, algunos rohirrim se dedican a perseguir a los ya escasos oponentes en franca retirada. Otros, desmontan para ocuparse de los heridos. Y otros, penetran en las cavernas de las que he escapado yo para liberar a los demás prisioneros.

Con mi espada apoyada sobre el hombro derecho, recupero el aliento mientras me aproximo al rohirrim con el que he compartido el final de la batalla. Y ya cuando me hallo lo bastante cerca, me detengo para decir.

Salve hijo de Rohan. Oportuna vuestra llegada indudablemente. Permite que me presente. Mi nombre es Pelendur de Pelargir. Y si. Me hallo sin duda bastante lejos tanto de mi ciudad como de mis deberes.