Partida Rol por web

Aventuras en los Reinos Olvidados II

Capítulo primero. El secreto de Suzail.

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15/12/2013, 21:11
Rordar Petrascudo

Tras descargar el virote y con ello abatir a la última bestia el joven enano se quedó mirando el entorno, que se había convertido en un pequeño barrizal a causa de las pisadas de los combatientes sobre los charcos de sangre en la tierra.

Ya, más tranquilo, volvió a dejar caer la ballesta a su costado y se acercó al carro, echando un vistazo a los cuerpos de los enemigos, por si había algo interesante en ellos.
De nada- respondió tímidamente a la extraña mujer -.No ha sido nada.

Se fijó en la bolsa de la que sacaba el pegamento y las pieles, que era muy similar a la que él mismo llevaba para facilitarle las conjuraciones.
¿Tú también eres lanzadora arcana? Hace mucho que no me cruzo con otro.- dijo mientras ayudaba a cargar los cuerpos de los guardias en el carro.

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15/12/2013, 21:16
Garius

Tras esquivar el ultimo golpe de milagro, el elfo hecha una rapida mirada a los combatientes vivos, ya que por los muertos nada más puede hacer, y alguien ya estaba dando los ritos. Había dos heridos, y uno de ellos compañero suyo, y al otro ya le estaban curando, así que se acercó a Barundar y le agarró.

N-ni hablar. Ha- hasta que no te heche un-un vista- vistazo nada de alco-cohol para tí. Sabía que al decirle eso a un Enano se estaba jugando un puñetazo, pero con medio pecho abierto el enano no pudo zafarse del fuerte agarre del clerigo.

Quiet- to, sera rap-rapido. Antes de que desenvainara, o algo peor lanzó un par de plegarias a su diosa, bajito para que nadie las escuchara y le preguntaran que demonios hacía un elfo rezando a una diosa no elfica.

Una vez dentro, pidió unos trapos limpios y agua caliente para limpiar un poco las heridas.

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15/12/2013, 22:35
Banjeela

¿Lanzadora arcana? ¿Yo? Oh, jojojo... Nooooo... Ya he aprendido mi lección con eso de hacerme pasar por quien no soy, gracias.

Aquella época en la que fingía ser una barda para que la reclutasen como mercenaria para ganar unas perras ya había quedado atrás. Y bien caro que había pagado la lección. Ahora tenía una amenaza vampírica rondando su cuello, y lo peor es que no sabía ni cómo ni cuando vendría.

Lo sabía, el enano se me acaba de acoplar.

Ehmmm... A ver si adivino... ¿Eres un mago? Cuando viajaba con la caravana no había ninguna gran ciudad en la que no nos topásemos a magos lanzando proyectiles mágicos como el tuyo. También vi hacer eso a algún hechicero, pero...-¿cómo lo digo para ser políticamente correcta con este feo de los cojones?-pero los hechiceros suelen ser menos... más... más altos. Sí, eso es. No digo que no haya hechiceros gnomos... Los hechiceros son altos o bajitos, pero nunca tan... tan de tu talla. No tienen término medio.

Y... pffff... bueno, otra cosa que te delataba como mago es que lo primero que vienes a preguntar es si soy lanzadora arcana. Eso lo hacen mucho los magos. Están pensando todo el tiempo: "a ver si me hago amigo de este otro mago y así me deja copiar los conjuros de su libro por la cara"-o "haber si le puedo robar el libro a este pardillo"-Pues pierdes el tiempo conmigo. Yo no tengo ningún tomo de conjuros. Y ya no soy una quinceañera para tener un diario. Lo más parecido que tengo en mi zurrón es un libro de cabecera. Ahora estoy leyendo Cincuenta Sombras de Grey. Va sobre un nigromante, que se llama Grey, que anda alzando sombras no-muertas por ahí. Pero luego conoce a una campesina que trata de cambiarle, porque sabe que en realidad Grey solo es un alma atormentada que lo único que quiere es convertirse en liche porque tiene un miedo infantil y subconsciente a la mortalidad. ¡Es tan romántico! Es un libro estupendo. Te lo recomiendo, de verdad. Creo que a ti te gustaría: es una historia sobre un mago, después de todo.

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15/12/2013, 22:52
Rordar Petrascudo

Las palabras de la mujer dejaron congelado al enano. Mucha información demasiado rápido. No estaba acostumbrado a hablar tanto.
Sí, tienes razón, soy un mágico estudioso, y también aciertas con aquello de que no hay muchos innatos entre mi raza, aunque realmente yo soy el único enano que sea capaz de realizar proezas arcanas del que tengo constancia.
Que mujer tan extraña, recomendando novelas...
En ese punto te confundes, al menos en parte. Es verdad que siempre intento ampliar mi libro, pero en ningún momento obligo a nadie a compartir lo que no quiere. Sí, si es gratis mejor, pero no tengo problema en pagar un precio justo por copiar algunas páginas.

Soltó uno de los cuerpos dentro del carro, mientras veía por el rabillo del ojo como Garius se acercaba a sanar a Barundar.
Así que viajabas con caravanas. Yo también lo hice un tiempo, como apoyo mágico, pero desde que salimos de Alta Luna hemos viajado prácticamente solos.

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16/12/2013, 01:26
Silbido

Silbido observó un momento, sin acercarse, a los recién llegados. Dos enanos, y un tipo encapuchado. Uno de ellos conocía algunos trucos de magia, aunque lo que había mostrado durante la riña no le había parecido gran cosa, en comparación con los conjuros que dormían a varias personas, o podían curar, o transformarse en animales. El otro tenía pinta de hombre de armas, acostumbrado a cargar una pesada armadura de metal y un escudo casi tan grande como él, y a recibir terribles heridas sin inmutarse. El encapuchado tartaja debía ser un sacerdote, como Ark.

Los tres se habían integrado con sus compañeros, y no habían aprovechado la pérdida de consciencia de Bronas para atacarles, así que Silbido decidió relajarse. Se colgó el arco del hombro y se acercó al grupo.

Mientras los demás atendían sus respectivas heridas, y entablaban conversaciones, la chiquilla se arrodilló junto al jinete de lobo y rebuscó en sus bolsillos, su morral y bajo la armadura. El cadáver reciente apestaba a sudor, fresco y rancio, a sangre y mierda y perro mojado. Bastante más agradable, empero, que los muertos andantes. Una vez terminó con él, siguió con los demás.

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16/12/2013, 09:12
Bronas

 Con la bestia cargada en los anchos hombros, el ensangrentado ilushkano miró al enano que les prometía una cerveza.

- Sí, los combates dan sed, más si se sangra en ellos. Después de que el viejo de la posada nos invite algunas rondas, gustosamente aceptaré otras jejeje.

 Mirando a Banjeela añadió.

- Ahora que no quedan orcos por aquí, supongo que los sureños encontrarán las agallas que les han faltado y podrán ayudar con la diligencia y los caídos.

 Dicho lo cual terminó de irse a la posada amurallada.

 

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16/12/2013, 11:52
Director

Turno 6.

Tras el combate, Ark, el sacerdote, usa su magia sobre Bronas antes de volverse hacia la carreta. Allí, Banjeela ha recogido los pedazos de la rueda destrozada, y está uniéndolos con una combinación de magia arcana y de discutibles capacidades mecánicas.

Los caballos, alterados por el intenso olor de la sangre, se remueven nerviosos hasta que empiezan a darse cuenta de que ha pasado el peligro. Finalmente quedan en un estado de alerta inconsciente, lanzando fuertes soplidos por sus ollares y mirando de reojo a Ark cuando les da la extrema unción a los dos guardias y al otro hombre, y también a Rordar cuando ayuda a la reticente medio elfa a entrar los cadáveres en el carromato.

Barundar, un enano cubierto de una combinación de sangres, parece satisfecho del combate y elogia la capacidad de Bronas, invitando a todo el mundo a regar la victoria con lo que puedan servir en la posada mientras el elfo encapuchado, bajándose la capucha y tartamudeando visiblemente, usa la magia de sus deidades élficas para sanar al guerrero.

Finalmente conseguís meter los cadáveres en el vehículo, mientras el bárbaro, que se ha levantado pesadamente tras los favores de Selune, levanta como un titán al inmenso lobo dispuesto a desollarlo en la Puerta Nocturna, desde la cual se acercan varios parroquianos con el cojeante Eldar a la cabeza.

(Sigue...)

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16/12/2013, 12:06
Eldar Peloescarcha

"Por los dioses, décadas hacía que no veía yo ostiar con tanta fuerza... ¡andad seguros de que desto se enterarán los que bajo mi techo duerman, el carajo!. ¡Qué pelea!. ¡Como en mis viejos tiempos!, ¡quién tuviera veinte años menos para acompañaros!", afirma el anciano propietario, al que podéis intuir una suerte de aire marcial. Seguramente, en el pasado se dedicó al oficio de la guerra.

(Sigue...)

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16/12/2013, 12:21
Director

Con el bárbaro cargando su macabro trofeo, los compañeros se dirigen a la posada fortificada seguidos por el carro en el que descansan los cadáveres, los caballos de tiro un poco más calmados una vez dejan atrás la escabechina, en la que dejáis los cuerpos tirados de un montón de orcos.

Mientras caminais, una de las numerosas camareras del establecimiento se va quedando atrás, y se acerca a otra figura que hasta ahora ha pasado bastante desapercibida; una pequeña arquera, más o menos de la misma edad que la muchacha.

(Sigue...)

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16/12/2013, 12:24
Triana de Suzail

La joven parece bastante tímida, y empieza a caminar junto a Silbido sin quitarle los ojos de encima. Unos ojos bonitos que, a medida que van escudriñando el arco de la tiradora y sus armas cortas enfundadas en el cinturón, se van abriendo hasta alcanzar el tamaño aproximado de unos huevos duros.

El escrutinio, de hecho, llega a incomodar a Silbido, que no sabe qué cojones puede andar buscando la muchacha en cuestión. Tras un rato caminando a su lado, la camarera se echa un poco hacia atrás, y cerrando la marcha hacia la posada comienza a caminar con el mismo deje con el que lo hace la batidora, acostumbrada a un paso sigiloso y elástico.

(Sigue...)

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16/12/2013, 12:28
Director

Así, finalmente, atravesais las murallas de la Puerta Nocturna entre vítores y aplausos de aquellos lo suficientemente cagados como para no arriesgarse a salir, incluso cuando la amenaza de los monstruos ha sido exterminada. "¡Hurra!", exclama un gordo cocinero, "¡Sois unos héroes, unos benditos héroes!", gritan las camareras reunidas, mirando recelosas a la muchacha de pelo negro que camina junto a Silbido. Un poco más allá, apollado en la forja, un enano melenudo y obeso pero con brazos como jamones comenta socarrón, "Lo habéis intentado, que es más de lo que hemos hecho aquí, pero me temo que los que van en ese carro no comparten el entusiasmo de esta chusma humana...".

Una vez entrais en la posada, los vítores aumentan cuando Eldar anuncia a voz en grito una ronda gratis en honor del grupo de valientes. Fuera, Bronas se queda con la espantosa tarea de desollar el animal, cosa que hace con ayuda de su cuchillo, no sin antes preguntar si hay alguien que sepa tratar el cuero. El enano que estaba apoyado en la forja, en el patio de la posada, se acerca anadeando con su inmensa humanidad. O enanidad.

(Sigue...)

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16/12/2013, 12:34
Groin Fuelleprofundo

En cuanto observa el trabajo del bárbaro, el herrero esboza una sonrisa llena de dientes enormes. "Vaya, sabes lo que haces... para ser un humano, quiero decir", comenta antes de reirse ruidosamente. "Yo tenía una marroquinería en la Gran Brecha, antes de instalarme aquí. Creo que todavía recuerdo algunas cosas, y me encantaría hacerte una buena capa con esa piel. Está en muy buen estado, será un trabajo fácil. Y gratis. Como contribución a vuestro altruismo, aunque no consiguierais salvar a esa gente".

(Sigue...)

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16/12/2013, 12:38
Director

El propietario de la posada cojea hasta cada uno de vosotros, y os ofrece alojamiento gratis esa noche y toda la bebida que podais trasegar. Podéis intuir un cierto remordimiento por no haberos acompañado al combate, y bastante excitación después de presenciarlo. Esta será una noche de victoria.

¿Qué haréis durante la noche?. ¿Os emborracharéis?. ¿Tiraréis por Constitución para ver quién es el que queda en pie?. ¿Charlaréis?. ¿Os conoceréis?. ¿Hablará Ark de lo que el Consejero le dijo antes de morir?. Al día siguiente, varios hombres que se dirigen a Suzail prometen dar parte a los Dragones en cuanto lleguen a la puerta por la mañana, así que podéis olvidar los problemas derivados de los tres cadáveres que descansan en el carromato estacionado en el patio. ¿Qué haréis vosotros al día siguiente?.

Es vuestro turno, y vuestra decisión.

Notas de juego

Piticlín, piticlín.

Bronas gana 30 px por postear + 5 px por conseguir un souvenir peludo.

Silbido gana 30 px por postear.

Ark gana 30 px por postear + 10 px por uncir las almas de los difuntos.

Banjeela gana 30 Px por postear + 15 px por reparar el carruaje y trasladar los cadáveres + 5 px por ganar afinidad con Rordar.

Rordar gana 30 Px por postear + 5 px por ganar afinidad con Banjeela.

Garius gana 30 Px por postear.

Barundar gana 30 Px por postear.

Experiencia.

Bronas: 3.490 + 30 + 5 = 3.525 Px.
Silbido: 3.415 + 30 = 3.445 Px.
Ark: 3.190 + 30 + 10 = 3.230 Px.
Baljeela: 1.705 + 30 + 15 + 5 = 1.755 Px.
Rordar: 1.585 + 30 + 5 = 1.620 Px.
Barundar: 1.590 + 30 = 1.620 Px.
Garius: 1.615 + 30 = 1.645 Px.

Pupas.

Bronas = 22 puntos de golpe por mordiscos de Worg.

Barundar = 3 puntos de golpe por alfanjón orco.

Aviso

Próximo turno el jueves día 19 de diciembre!

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16/12/2013, 20:51
Banjeela

La semielfa solo tomó la primera bebida, por compromiso: había que brindar con los demás. Pero por mucho que le gustase la palabra gratis, la cerveza de cebada está un segundo en tu boca y toda la vida en las caderas. Había que mantener la línea, por lo menos hasta pescar un marido que le pusiese un anillo en el dedo.

Banjeela limpiaba el filo ensangrentado de su daga mientras seguía hablando con Rordar. Una daga arrancada del cadáver de un orco al que había acertado primero, quién lo iba a decir. Se está convirtiendo en una auténtica aventurera, aunque los vítores sabía ella que iban dirigidos hacia los demás, que son los que habían hecho una lucha memorable. No se le subieron los aires, seguía demasiado ocupada hablando de su libro.

Y hay una parte en la que Grey tumba a la campesina en la mesa del laboratorio, y le dice que le va a cortar un brazo y lo va a sustituir con un injerto de garra de necrario. Y la campesina no se mueve del sitio. Porque sabe que Grey necesita de alguien que le haga caso para que se sienta querido. Y cuando Grey coje la segueta para cortar... Espera, luego sigo.

Posadero, buen hombre... No queremos tener problemas con la autoridad. Aquí la gente es muy amable, porque han visto la pelea, pero los guardias de Suzail se van a encontrar tres cadáveres y ningún orco vivo para ajusticiar y justificar su soldada. Tal vez no sean tan caritativos con nosotros. ¿No nos caerá una demanda por negligencia, obstrucción a la justicia o algo así? Porque las familias de esos tres hombres querrán que se les pague una compensación, y nosotros podríamos ser considerados como parte responsable civil subsidiaria solo por estar allí y no llegar a tiempo. Que estamos en Cormyr, y ya se sabe...

¿Podría avisar a la gente de esa mesa? Se ofrecieron a notificar a las autoridades, y preferiríamos que cuando lo hagan no den nuestras descripciones. Nos gustaría quedar como héroes anónimos. Bueno... A lo mejor estoy hablando por todos y los demás tienen otros planes. ¿Qué opináis, chicos? ¿Anonimato o gloria?

Si aún hubiésemos salvado al Consejero, habría una recompensa. Entonces sí que me apuntaba el mérito. ¿Pero quién va a pagarnos nada cuando todo el mundo va a estar organizando un funeral de estado?

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17/12/2013, 11:57
Bronas

 Cuando Bronas entró cargando a la gran bestia muerta sobre sus hombros, le preguntó a Peloescarcha dónde podía desollar a la bestia. Este le indicó un cobertizo que era donde se despiezaba la carne fresca.

 Sin perder tiempo, sus largos pasos le llevaron allí, cerca del taller donde trabajaba el corpulento Groin. Quien regresó tras ver el espectáculo oficiado por los aventureros, para ver como el ilushkanto, una vez se había quitado la coraza y afilado la daga, desolló al gran lobo, eviscerándolo primero, y liberando la piel en buen estado.

- Claro que lo hago bien, allá en el norte es un trabajo habitual. Te agradezco el ofrecimiento. Pues esta piel pide un buen trabajo, y si por algo son famosos los enanos por todo faerún, es por sus trabajos… y la tirria a los orcos. Gracias.

 Con el ofrecimiento de Groin, el ilushkano terminó de trabajar en el lobo, despiezándolo, preparando su carne para hacer futuras comidas. Si bien era una carne correosa y dura, la exclusividad de su carne hacía que fuera valorada… además no había carne que un buen cocinero no pudiera macerar y preparar.

 Al terminar se fue hacia el vestíbulo de la construcción principal, cargando con su coraza y túnica manchada de sangre y mugre. Pidió un baño y que le limpiaran las ropas.

 Un par de horas después del combate contra los orcos y el gran lobo, el ilushkano reapareció en el salón de Puerta Nocturna, vistiendo un chaleco, unos pantalones ceñidos por un ancho cinturón y unas botas, todo ello de cuero basto de color tabaco. Dejando a la vista su ancho pecho y fuertes brazos de músculos abultados. Así como las cicatrices recientes de piel rojiza y tierna en el pecho y hombro izquierdo, entremezclándose por unos tatuajes tribales, de un color azul intenso, representando como unas finas líneas azuladas como si hebras de hielo o electricidad.

 En su rostro, de claros ojos, se dibujaba la satisfacción. El júbilo llenaba el pecho del guerrero quien había superado otra prueba más impuesta por Tempus. Abriendo los brazos hacia los lados, abarcando más de ocho pies entre las manos, el enorme guerrero del norte clamó.

- ¡Brindemos! Brindemos por los vivos, brindemos por el orgullo de los valerosos caídos, brindemos por la muerte de los orcos. ¡Brindemos por nosotros!

 El sonriente Pielescarcha entró en el salón, inclinando la cabeza para no topar contra el dintel de la puerta con sus más de ocho pies de altura. Con una de sus manazas tomó una jarra y la presentó en una de las camareras que servían cerveza.

- Empecemos por saciar la sed… luego saciaremos el resto de deseos.- Prometió con su grave voz matizada por el acento del norte.

 Con la jarra llena en las manos buscó un sitio cerca de la chimenea, donde se juntaba la mayor parte de los presentes, asintiendo ante las muestras de reconocimiento y felicitaciones por el valor mostrado al plantar cara a la bestia. Entrechocando su jarra con Peloescarcha y con Baraundar, y con el resto. Mientras lanzaba lobunas miradas a las diferentes muchachas que se movían entre las mesas sirviendo más bebida. La adrenalina latía con fuerza en su cuerpo, el deseo se dibujaba en su rostro.

 Tras varias jarras de cerveza, el bárbaro guerrero del norte estaba sentado en un banco narrando parte de sus aventuras ante las peticiones de los presentes. Si bien algunas de sus gestas parecían exageradas, como un enfrentamiento contra varios demonios en un templo perdido entre las gélidas nieves en las montañas, el guerrero era capas de relatar con detalle las valerosas actuaciones de sus compañeros, Ark el sacerdote de Selune, y de Silbido la arquera. También tuvo palabras para la mestiza élfica, alabando su entendimiento sobre acertijos.

- No os dejéis engañar por el posado pacífico de Ark, es un hombre de gran valor y lealtad. Le vi hacer frente a un león de las montañas mientras un compañero suyo lo dejó solo ante la bestia.

- No os riáis de Silbido, la muchacha es terca y capaz, dura como el pedernal. Pocos pueden alardear de seguir vivos ante el ataque de una horda de no muertos parlanchines.

- No os dejéis perder por las curvas de Banjeela la mestiza. Su cuerpo no es su mayor arma.

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17/12/2013, 14:41
Garius

En un rincón, con la capucha puesta Garius bebe en silencio. Intentando evitar el contacto con la gente despues de curar al enano responde con sequedad y monosilabos a la gente de la taberna. Lo que algunos podrian interpretar como fría indiferencia elfica es en realidad un ataque de panico por verse rodeado de esa manera. Los enanos parecen estar pasandoselo bien, al final Garius ha llegado a su destino inicial, tal vez su profesor haya sobrevivido y esté por aquí. Ahora debe pensar en que hacer, podría volver a su monasterio, o entrenar con los caballeros purpura, o seguir con su grupo, que tal vez se una con los extraños humanos.

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17/12/2013, 19:09
Ark

A pesar del jolgorio y los buenos deseos que los rodeaban, Ark no perdió en ningún momento de vista sus obligaciones y oraba fervientemente a los dioses por las almas de aquellos desdichados, e incluso lanzo alguna oración por las almas de los pobres orcos, pues salvajes como eran , seguían siendo personas pensantes que se merecían unos buenos deseos para que sus almas lograran reunirse con su dios.

Cuando por fin las autoridades se hicieron cargo de ellos , Ark se encamino de vuelta a la posada y tras asearse y atender a sus obligaciones espirituales con la caída de la luna , se encamino de vuelta ala sala común donde no pudo reprimir una sonrisa ante las palabras de Bronas, que iban desgranando a todos los que quisieran escucharle , parte de nuestras correrías y las vicisitudes que nos habían llevado hasta esa cuidad.

Escuchando como un oyente mas , el sacerdote cogió una jarra , pero la verdad es que no tenia muchas ganas de beber , axial que se centró en la comida mientras meditaba acerca de las ultimas palabras del moribundo. Una vez mas había llegado tarde y una vida se le había escurrido de entre los dedos antes de poder hacer nada y eso le mortificaba mas de lo que estaba dispuesto a admitir , incluso para si mismo. Tras un rato de cavilaciones mareando la ultima oliva que descansaba en el plato , Ark se dirigió hacia sus compañeros.

-No deberías perder demasiado el rumbo con los festejos de la noche , y eso va por ti Bronas , disfruta de tu victoria , pero ten presente que mañana temprano tenemos que hablar , hay cosas que tiene que ser discutidas.

dichas estas palabras , el sacerdote se despidió de la parroquia apurando su única jarra de la noche y se retiro a descansar. A la mañana siguiente , cunado por fin logro reunir a sus compañeros , lo que incluía a un ojeroso y resacoso Bronas :

-Ayer , aunque no llegue a tiempo de salvar al consejero que viajaba en el carromato , si que pude oír sus ultimas palabras. Con su ultimo aliento me pidió que buscara a un tal Lucius Pieldearmiño , y me dijo que le preguntara por algo que llamo el secreto de Suzail , por lo visto la vida de su hija depende de ello. No os quiero embarcar en una misión en la que no estéis deacuerdo todos , pero tengo que hacer honor al ultimo deseo de ese hombre al que no pude ayudar. Si queréis acompañarme en esta empresa sois bienvenidos.

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19/12/2013, 00:05
Rordar Petrascudo

Al parecer tras el combate la cosa se había ido animando, hasta terminar con ambos grupos dentro de la posada bebiendo como cosacos.

Por su parte Rordar no había tocado su jarra. Era algo que le traía muchos recuerdos y no buenos precisamente.
Para mejorar el asunto, la mujer estaba a su lado hablando sobre el libro que estaba leyendo.
No entiendo cómo puede hablar tanto...
¿De verdad? Que interesante...

En el otro extremo de la mesa Barundar y el enorme humano que había luchado mano a mano con el lobo parecían haber congeniado muy bien.

Si me disculpais...
Y, sin más, el peculiar enano se levantó de la mesa para irse a su cuarto, ya pensando en el estudio de la mañana siguiente.

Notas de juego

No tengo muy claro si lo de Ark es para los dos grupos o sólo para el 1.

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19/12/2013, 01:48
Silbido

Puede que convocar a una diosa y sacar luces curativas de los dedos, o gritar el nombre de otro y dar de mamporros con un lobo gigante, o incluso hablar y hablar y hablar hasta que unas palabras se confundían con otras, fueran actividades la mar de agotadoras. La muchacha no sabía nada de todo ello. Ella invocaba el nombre de los dioses por dentro, para sí, y no le contestaban, pero ya le valía si al menos no se ponían de parte de quien quisiera joderle ese día; en las peleas prefería mantenerse a cierta distancia, ya había tenido suficiente con ser masticada por unos cadáveres apestosos una vez; y en cuanto a la charla, prefería decir lo justo, y lo justo solía ser no decir ni pío. Así que, descansada y recién comida, y bien comida, ponerse ciega de estofado de nuevo no era algo que apeteciera. Y a la cerveza y el vino no les veía el atractivo, que siendo tan poca cosa, se le movía el mundo en derredor no más tomaba dos tragos de nada.

Sin nada que contar, comer o beber, Silbido estaba ocupada imaginando batallas y trampas. Había adquirido la costumbre durante las semanas pasadas en la solitaria celda. No era algo nuevo; cuando cazaba se podía pasar horas cuerpo en tierra vigilando una trampa, o encaramada a una rama con el arco y una flecha preparados en las manos, vigilando los alrededores a la espera de su presa. Era diferente, empero, tenía que apartar las visiones más profundas para mantener los sentidos en la tarea. En la celda, como ahora, las había liberado dentro de su cabeza, hasta aprender a sumergirse en ellas casi como si las estuviera viviendo de veras. Aunque la mente y la realidad eran diferentes, aún le faltaba por poner en práctica buena parte de las maniobras que había pergeñado en el confinamiento.

Las palabras de Ark la sacaron de su ensimismamiento. No las había escuchado, pero las orejas, a diferencia de los ojos, carecían de válvulas para cerrar sus oídos. Poco a poco, se hizo consciente de lo que había dicho, y recordó Paso de Ashaba, y cómo había comenzado su alianza con el combatiente y el sacerdote. Miteitel y Ugdush ya no estaban entre ellos, y aquí las cosas eran diferentes, pero no podía evitar encontrar paralelismos entre las dos situaciones.

Aun así, asintió en silencio. No había decidido qué hacer con su vida, y mientras tanto, se sentía cómoda en este grupo. Ni siquiera le molestaba la idea de ampliarlo. El único enano que había conocido era buena gente, y los elfos le gustaban, y ese además era callado, lo que en su tablero de juego era buena cosa.

Apartó la mirada de la mesa cuando el revoloteo de algo oscuro se asomó por la periferia de su mirada. La chica. Debía ser de su edad, más o menos, y trabajaba en la posada, sirviendo mesas. Por alguna razón, se había puesto a seguirla e imitarla en la calle, mientras regresaban de dar cuenta de los orcos. Había estado a punto de dar se la vuelta y gruñirle allí mismo, pues pensaba que se estaba chotando de ella, pero no tenía pinta de divertirse lo más mínimo, así que se tragó la irritación y lo dejó estar.

Entonces era entonces, y ahora era ahora. El ambiente de la posada era más distendido, y la curiosidad picaba el sudor seco en los sobacos y la entrepierna. Se puso en pie y la agarró del brazo según pasaba, aprovechando que no llevaba nada en las manos que se le pudiera caer.

—¿Pues decirme qué querías antes? —preguntó, clavando la mirada en sus ojos verdes.

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19/12/2013, 09:56
Director

Turno 7.

La fiesta dura unas tres horas, en las que todo el mundo parece muy contento. Banjeela, llenándole las orejas a Rordar, hace una pausa para dirigirse al viejo Eldar y preguntarle sobre qué pensarán los guardias de su intento de rescate.

(Sigue...)