Las puertas del ascensor se abrieron de par en par, llevando directamente a este grupo al piso superior de todos en donde se encontraba la exposición de muñecos de cera. No era el lugar más bonito del mundo por distintos motivos, el primero era que aquellos muñecos de cera eran espantosos, feísimos y olía un poco mal.
Una vez fuera, Jilliam Wustice parece estar bastante alegre con todo aquel resultado a fin de cuentas aquel encierro involuntario en el ascensor se resolvió de la mejor manera posible y todo gracias a la perspicacia de Chieko Chuy, así como la inestimada ayuda de Mamoru Ai Yastis.
-Que amable es Mamoru. -Comentó con alegría- El sabía que íbamos a necesitar esa hoja, por eso nos la pasó. Bueno... ¿Investigamos un poco la estancia en busca de la bomba?.
- Cómo descubriste el código? Le pregunto.
Mire a mi compañero.
Era fácil si lo piensas, dentro de los 3 círculos si te fijas bien hay 3 números. Esos eran los que habia que meter, aunque admito que tenía dudas con el de en medio.
Si... ayudar... Vamos a mirar las estatuas aunque dan un poco de mal rollo.
- Pues si, tienes razón. Es que no podía entender los números. Bien hecho Chieko Se rasca la cabeza y luego mira a su alrededor buscando con la vista.
- La verdad es que no es una vista agradable... Le ofrece una paleta mientras se come otra.
Debajo de aquellas estatuas, Chieko Chuy pudo encontrar distintos pinceles y brochas por doquier. No eran bombas estaba claro, pero tampoco parecía estar en el lugar correcto.
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¿Habéis visto las brochas? Igual hay que colocarlas en alguna parte. ¿Veis algun sitio en el que se puedan colocar?
Debajo de aquellas estatuas, Allen Noir pudo encontrar un papel arrugado con distintos símbolos en ellos. Quizás hubiera un ascensor o algo para usar papeles arrugados o quizás por ahí Mamoru Ai Yastis había pasado lanzando papeles a la gente.
-¿Brochas? Yo he encontrado esto.-Allen le enseñó aquel papel que había encontrado tras agacharse bajo una de las estatuas.
Cada uno de aquellos policías fue a investigar la sala, y aunque cada uno pudo encontrar algo interesante, Jilliam Wustice decidió compartir lo que había encontrado con todos ellos. Al parecer esto necesitaba de un código, pero lo más extraño de todo es que estaba incrustado en la propia pared.
-Qué curioso... ALWO... -Comentó leyendo lo que había escrito- ¿A alguien el suena de ALWO?.
9= R
5=M
6=C
2= U
4= L
1= A
3= E
4= B
8= T
1450. Busque otro candado o pantalla para introducir el codigo.
El "candado" incrustado no parece tener números, por lo que no se puede poner dicho código.