Abriendo la puerta del Gabinete Técnico, estos se adentraron en la nueva estancia en donde tras mirar por encima, lo que más se destacó fue el hecho de que una de las puertas dobles, al otro lado de la sala, se encontraban cerradas y aún así temblando, claramente había alguien ahí con todos ellos.
Al parecer aquellos policías que habían entrado en aquella sala hicieron el suficiente ruido como para que alguien los escuchara, y no solo eso, alguien los escuchara desde el otro lado de la puerta. Era algo más que claro que no estaban solos en aquel lugar, bueno... en ese sí... pero no en el museo.
-¿Hola?. ¿Quienes sois?. -Preguntó en voz alta una voz jovial al otro lado de la puerta- ¿Qué hacéis aquí?. ¿Sois ladrones?. ¡No me hagáis daño!.
Por fortuna para todos los presentes, el que alzaría la voz no sería otro que aquel detective, Kenshin Nori, al parecer este deseaba ayudar al civil que se había quedado atrapado, encerrado dentro del almacén de alguna manera extraña que no parecía comprender, pero en estos momentos no era la prioridad.
-No somos ladrones. -Dijo Kenshin Nori adelantándose a todos ellos- Somos policías de Sakurami City, aquí hay una amenaza de bomba. Tenemos que evacuarte de inmediato. ¡Por favor, salga!.
Por desgracia para todos aquellos, esta persona atrapada no parecía tener demasiadas ganas de simplemente abrir la puerta del almacén y salir al exterior para evitar ser explotado en pequeñitos pedazos. Al contrario, este sentía que si salía en esos momentos, iba a ser algo muuuy malo...
-¡No te creo!. -Gritó de vuelta- ¡Dime la contraseña y te abriré! ¡Seguro que buscáis robar el Almacén!.
Me pongo a mirar la sala en general a ver si veo algo.
No sera dice ¿No?
Allen se acercó a la puerta, confiando en que había dado con la respuesta correcta.
-¿Y qué hay de "contraseña"?
Alrededor no hay nada que le llame la atención.
-Oh, venga. ¿Cómo quieres que sepa entonces el código de 4 cifras?-hizo pucheritos Allen.-¿No te basta conque sepa que es una contraseña de 4 cifras?
¿Cuatro cifras? ¡No tiene cuatro cifras!
¡ESPERA! ¡ME ESTÁS HACIENDO MONOLOGAR!
¡NO ME SACARÁS INFORMACIÓN DE LA CONTRASEÑA!
-¿Y si sé que tiene seis? ¿O dos?-sonrió Allen, para nada intentando seguir hacerle monologar.
¡LA LA LA LA LA LA LA!
¡NO ESCUCHO NADA!
¡LA LA LA LA LA LA LA!
-¿Es la contraseña "once"? ¿O "doce"?-preguntó Allen tras esperar a que la persona atrapada dejara de gritar "La la la".
¡NO!
¡Y DEJA DE DAR OPCIONES! ¡NO RESPONDAS MÁS! ¡TU YA NO PUEDES RESPONDER!
¡AL FIN UNO QUE SABE LA CONTRASEÑA!