Partida Rol por web

 Me acerco para escuchar al jefe del gremio hablar, por alguna razón todo el día iba hacer muy difícil andar por la calle por el pantano que estaba molestando el lugar. Me adelanto a muchas personas y si no podía usaba los codos para avanzar por la cantidad de gente, esto me estaba molestando ya empezar este maldito día.

 Yo no tengo nada que perder y con tal de ayudar me anoto a esta misión, soy una persona que sigue un camino solitario y no tengo familia por lo que no dejaré a nadie atrás y eso me hace vivir con alivio. Miro al jefe del lugar y me acerco a su lado. Por salir de este lugar me uniré a ustedes y veré la forma de ayudar... Mi vida fue así.

 Saque un poco de mi papel para mirar cuanto me quedaba y saque mi pincel para chequear que no me faltaba nada tan solo ir una vez mas a encontrarme con la muerte para intentar salir vivo de ese lugar apestado de espiritus malditos.

Sentada tranquilamente sobre un cojín, se encontraba Mitsuki la cual degustaba tranquilamente una taza de te con un aroma bastante dulce, como a flores. Al contrario que en el resto de la casa, la cocina huele a alimentos cocinados, dulces enfriándose y un poco a flores silvestres. El hedor de el exterior no se hace patente en este lugar.

La serpiente continua enroscada en el cuerpo de su invocadora, mirándote con pocas ganas, pero también miraba con cierto rencor a la Doncella que no paraba de cocinar aunque Mitsuki no parecía con muchas ganas de comer. Quizás solo fuera por ambientar la cocina quien sabe. No vistes a muchas personas en el templo, algunas que corrían de aquí para allá pero enseguida salían para hacer sus quehaceres o mas bien por obligación. -Buenos días Kaiju, disculpa que no te esperara despierta pero tengo unos horarios de sueño. Si quiero tener mi energía siempre activa debo descansar bastante. Espero que hayas encontrado tu habitación a tu gusto, la he escogido yo misma. Comento la muchacha antes de tomar otro sorbo de su té. -Por cierto....que llevas puesto?

Al escuchar aquellas palabras el espíritu se preocupa, había una amenaza que venía del pantano, esperaba que su despertar no tuviera nada que ver con ello, pero trato de no mostrar nada. Mira al anciano y pregunta:

- Yo... podría ayudar de alguna forma? han sido buenos conmigo ofreciéndome ayuda y refugio y me gustaría poder mostrar gratitud ayudándoles

Kitsu lo decía decidida, quería poder ayudar y ser de utilidad a las personas que le habían ayudado

Miró a Shiro enfadada por su comentario ¿Solo por haberla empujado un poco fuerte la iba a castigar sin comer? No se podía permitir estar ni un solo día más sin comer nada, no habiendo estado tantos años sin probar bocado. No me gustaría le dijo a su invocadora parándose en la puerta y esperando a que saliese.

Por lo visto Shiro no se llevaba muy bien con sus padres. La habían llamado para ocuparse de un asunto del pantano. Realmente debía ser muy buena para que la llamasen siendo tan joven. No creo que sea algo tan fácil Kitsu. le dijo Alice a la espíritu Necesitan a gente que sepa lo que hace o todo se irá al garete y alguien acabará muerto.

Me costó algo más de lo habitual que mis ojos se acostumbraran a la luz del sol, y... cuando lo hice, lo primero que llamó mi atención fue el brillo que desprendía uno de mis tatuajes del brazo derecho. Me detuve absorta para contemplarlo durante unos segundos hasta que escuché el ruido de objetos en la cocina... probablemente Horu-sama estuviese preparando algo de comer.

Con cierto trabajo, salí de la cama, me coloqué una pequeña bata por encima para no pasar demasiado frío y me acerqué a las flores silvestres. Mis dedos acariciaron suavemente uno de los pétalos mientras mi rostro esbozaba una ligera sonrisa. ¿Cómo podían las flores desprender una belleza tan radiante y a la vez pasajera? Siempre me había maravillado por las flores de pétalos radiantes y coloridos... Horu-sama me conocía demasiado bien.

Finalmente, tras dedicar una última sonrisa a la flor, salí de la habitación en dirección al lugar del que provenían los ruidos.

-Estas seguro chico? Quiso saber el jefe del gremio, casi nadie mas se había adelantado, como mucho un fornido hombre que tenia ganas de probar su fuerza con los demás que también escuchaba lo que le decía el jefe. -Tu también? Pregunto una segunda vez antes de enseñaros lo que tenia en la mano, no era un simple papel ya que en el no solo estaban las normas del gremio si no también un circulo elemental.

-No es ultimátum, cada uno puede marcharse cuando quiera, pero lo suyo es que lo penséis bien, una vez dentro no podréis pertenecer a otro gremio hasta que no se os expulse por una razón de peso. Esto no es un juego, es muy peligroso, dentro de este gremio se valorara vuestra vida, se os dará una casa y un motivo para vivir. Si sois suicidas morid en otra parte, si queréis vivir luchad con nosotros. Los dos estáis de acuerdo con eso? Solo necesitare una gota de vuestra sangre.

-Buenos días Akame, como te encuentras hoy? Pregunto Horu el cual se encontraba tranquilamente sentado en su sala del té del cual provenían todos los ruidos. La casa estaba bien decorada con las flores silvestres que te habían despertado, pero igualmente aunque el olor era medianamente agradable podías percibir algo mas, era como un olor que se quedaba en tu tabique nasal y no se desprendía y era bastante desagradable. Pero por supuesto Horu no se encontraba solo.

Encerrado en una barrera de luciérnagas, manifestación del poder de Horu se encontraba la sombra, como si fuera una pantera que no paraba de golpear la barrera y el suelo mordiéndolo con fuerza, había destrozado parte de la pared y tirado varios jarrones pero eso no le importaba al anciano, solo la dejaba estar allí. -Lleva despierta hace varias horas, si no te importa la he metido ahí para que no acabara despedazando la casa, creo que a sido lo mejor. Ademas ahí varios problemas en el baluarte que requieren de nuestra atención, pero primero es lo primero. Sonríe mientras te tiende una taza de te bastante caliente para que te sentaras a su lado. -Es el que te gusta, necesitaras algo que te de energía después del día anterior. Me tome la libertad de llevarte a tu habitación, espero que no te importara que te pusiera una túnica mía, se que no es de tu estilo pero bueno. Ríe suavemente. -Es mejor que nada. No sufras, ella no puede morderte, es mas bien por la casa.

-Quizás....tengáis que ir las tres, al menos Alice. Lo siento Shiro pero parece que tomaron una decisión. El anciano suspiro una vez mas antes de colocar un sobre sobre la mesa, con el símbolo de la familia Mainfeil en el reverso. -Piden que te presentes en el gremio de guerreros, no faltan invocadores y no mentiré. Las tres tenéis que saberlo. Al parecer algo a contaminado el pantano que ahí cerca de aquí con energía corrupta, los espíritus están revueltos. Nadie puede salir de este baluarte a no ser que tengan un permiso y como sabes estas cosas no las pueden solucionar las personas normales, han enviado una petición también a los Morimitsu y a los Relay, deben presentarse al igual que tu. No me hace gracia....pero no puedo decirle ya nada a mi hijo.

Shiro suspira largamente mientras coloca dos dedos en la frente. -Genial....

Con mi pincel me pincho la mano y la dejo caer en donde sea necesario para demostrar que iba de verdad. Con menos charla se hace una ciudad y se protege. Fue tan solo lo que dije para avanzar un poco mas hacia dentro del recinto y me detengo para esperar al lider.

Señor lo espero hasta que decida venir. Tan solo esbozo una sonrisa para que vea que no tengo nada contra el sino que quiero apurar todo esto.

El espíritu escucha atentamente lo que dicen del pantano, un veneno que altera a los espíritus, justo un día después de su despertar, tímidamente dice.

- Yo... ayudare en todo lo que pueda... no conozco que son esos nombres que ha dicho usted, pero ayudare con lo que pueda... es lo menos que puedo hacer

Kitsu mueve las orejas un poco nerviosa, lo cierto es que estaba ansiosa por poder ayudar pero también temía lo que pudiera ser aquello, mientras movía las orejas con nervios se escuchaba el tintineo de los cascabeles que usaba como adornos

Igual es cosa mía, pero diría que alrededor de la jefa no hay nadie simpático. Claro que ella tampoco es una joya, así que bueno...esta claro que no he caído en la casa de la risa.

Si hay algo que recuerde de mis primeros tiempos y amas, era que nos reíamos constantemente y que la gente parecía mas feliz y animada.

Y que manía con el dulce. Me duelen los dientes solo al notar el olor.

No importa jefa. Soy yo el que tiene que adecuarse a ti, no al revés. Y la habitación esta bien. Tiene una cama y todo y esta seca. Voy mirando algo para comer que no sea dulce y cuando me pregunta por lo que llevo puesto me miro un instante. Ni me acordaba de la sabana tan incomoda que llevaba puesta.

Señalo a la doncella quisquillosa odiapenes y me encojo de hombros. A ella le molesta verme desnudo y gritaba todo el rato. Así que para evitar eso de nuevo me puse encima lo primero que encontré. Mi ropa estaba echa un desastre y no valía para nada, así que la tire.

De pronto se me ocurre que quizás esa sabana sea valiosa y este manchandola. Así que hago gesto de quitármela. Pero me la puedo quitar si te parece mal, jefa. No quería mancharla ni nada por el estilo. Solo evitar gritos.

Alice se quedó unos segundo observando a su invocadora, bastante deprimida. Una parte de sí le contentaba que sufriese un poco, pero por otra parte seguía siendo quién la alimentaba. Así pues, suspiró un poco y miró a su invocadora. Si esta contaminación hace enloquecer a los espíritus necesitaremos algún tipo de protección, por lo menos Kitsu. No te lo tomes a mal, pero creo que podré durar más que tu en este caso. Le dijo a la kitsune sonriéndose un segundo. A parte, no creo que pueda haber algún que otro problema, más que, obviamente, los otros espíritus y la contaminación del lago. Si Shiro decide ayudar... yo la seguiré. Dijo con un tono un poco amargo, realmente se estaba portando de una manera que no le merecía a Shiro.

-Pero con estas palabras se llega a la gente, que luego no me digan que no avise. Prefiero hacerlo de esta manera. Dijo Alastor mientras pasaba le papel por su dedo, inmediatamente el papel reacciono brillando levemente y borrando la sangre de su superficie. -Venga para adentro, aquí ahí mucha gente, ve familiarizándote con el lugar. Aun falta gente por llegar. Tu también em....si aquí. Le dijo al fornido hombre mientras hacia mas o menos el mismo gesto que Axel. -Venga vamos. Os dio a cada uno una palmada en el hombro y os dirigió hacia adentro mientras el se ocupaba de la gente, una vez echas las admisiones poca cosa mas iba a poder hacer mas que dispersar a la gente.

-Esto va a ser divertido no crees pequeño? Dijo el fornido hombre, la verdad era que sus músculos eran impresionantes y su altura, te sacaba varias cabezas de altura. Su sonrisa era muy amable y sincera, pero también se veía que había sufrido. Sus brazos y la parte visible del torso estaban marcados tanto por quemaduras como por cortes, seguramente había trabajado en una herrería junto a la fragua. -Un placer, mi nombre es Brom, soy un herrero de aquí, pero la fragua no es lo mio. Bueno...no ahora, me encantaría una aventura. Te tendió la mano mientras podíais ver el interior sin ningún problema.

El gremio de guerreros era bastante simple, tampoco podías pedir mucho mas para un gremio, pero estaba bien organizado. Un enorme tablón de anuncios era la máxima decoración, quitando las espadas y escudos que colgaban de las paredes. Una serie de mesas con sus respectivos guerreros miraban tanto el tablón como el revuelo de fuera, esperando las palabras de su líder. Esperaban que no tardara demasiado pero tal como había dicho Alastor, aun no era el momento para salir al combate, quien faltaría?

 Sigo al capitán y al hombre grande que parecía tener una gran historia a simple vista, no quería meterme mucho porque a veces la historia duele cuando se recuerda. Me habla diciendo si era emocionante. Por ahora vamos bien esperemos que se vaya poniendo mas interesante, por cierto veo que tienes heridas guerra como me paso a mi. Solo por eso me agradas mucho.

 Le enseño una parte de mi herida mágica y luego lo sigo en silencio hasta que llegamos a la base donde parece algo bastante normal y simple, faltaba personas para poder empezar y eso me molestaba mucho porque tardaba en salir. Espero que no demoren mucho porque sino me voy a dormir.

Mitsuki intento contener la risa pero sin éxito, tuvo que taparse la boca con la mano para no parecer una maleducada, en cambio la sirvienta volvió a enrojecerse y parecía estar apunto de responder con alguna critica, pero Mitsuki la paro con la otra mano. -Es posible que Maika se ponga un poco pesada con el desnudo de los espíritus, se que no notáis estas cosas pero para los humanos es bastante importante. Personalmente a mi me da igual, no te veo como debería verte asi que los detalles no me importan, pero mas que intentar protegerme a mi Maika intenta protegerte a ti. Veras.... Maika es una espíritu de la lujuria llamada succubus, se ponen muy nerviosas cuando ahí hombres cerca, por eso lleva una cadena en la cola, por preferencia propia no se la pusimos nosotros. La cadena suprime gran parte de sus poderes, pero no todos, si se la tienta demasiado quizás acabe por atacarte y aunque parezca dócil, Maika es una espíritu de gran poder, puede acabar absorbiendote el alma de una manera agradable. No sufras por la ropa, te daré algunas de hombre, tenemos de sobras aquí. Ante la explicación de Mitsuki, la doncella solo giro la cabeza un poco indignada y continuo trabajando, ella a lo suyo.

-Me alegra que te hayas despertado bien, deberías coger algo para desayunar, tenemos que ir a un sitio. Parece ser que el pantano se a descontrolado bastante y están llamando a todos los invocadores que ahi. Han llamado a las demás casas así que esta también debe responder. Sera una buena oportunidad para que te relaciones con otros espiritus y conozcas el baluarte.

Hay que ver, parece que la doncella fanática de los dulces también es fanática de los penes al fin y al cabo. Que sorpresas tiene la vida. Como ella, me abstengo de hacer comentarios al respecto aunque siento cierta curiosidad, solo que la saciare un poco mas tarde, cuando el tema no este tan...candente.

Tomo algo para comer, prácticamente lo primero que encuentro sin dar demasiada importancia a si esta crudo o no, baste con que no sea dulce. Asi que ademas de pegarme, la fanática de los dulces puede violarme también. Menuda doncella mas completa.

Seguro que haría una buena pareja con la serpiente.

Me pongo al lado de la jefa masticando algo que parece una empanada de carne o similar y me ajusto la sabana para que se vea lo menos posible de mis hombros o piernas. Que no se diga que no me porto bien.

Asiento un poco distante cuando menciona lo de relacionarme. Yaaaa...bueno...relacionarse. Digamos que es algo que no he practicado demasiado el ultimo par de siglos...pero si es lo que quiere, hare lo que pueda.

Sigo masticando a la espera de que la jefa termine el desayuno y nos pongamos en marcha o me consigan ropa de varón.

Así que el delicado perfume del que disfrutábamos esta mañana es culpa de ese dichoso pantano eh?. Temí que alguien hubiera metido mi ropa de nuevo en mi cuarto.

—Me encuentro bien — contesté —, muchas gracias por preocuparte por mí, Horu-sama.

En realidad, no me encontraba tan bien como quería simular... Seguía algo cansada, aunque algo menos que el final del día anterior. Era como si me hubiera quedado totalmente sin energías y ahora necesitase de semanas para volver a sentirme como siempre. El té me vendría bien.

Le di un ligero sorbo y observé a la sombra con indiferencia. Luego centré mi atención en los jarrones rotos...

—Por mí, podrías incluso encerrarla en una jaula aún más estrecha — suspiré molesta y volví a darle otro pequeño sorbo al té —. Si no es demasiada intromisión, ¿podría preguntar de qué se tratan esos problemas del baluarte?

Cada uno salisteis de vuestros respectivos hogares para encontraros un blauarte bastante sumido en la confusion. Los soldados caminaban de un lado a otro, intentando que los pocos habitantes que habian salido fuera volvieran a sus hogares, incluso los comercios habian sido cerrados por el aire corrupto que se respiraba, nadie debia estar fuera. Pero eso no era vuestro caso, gracias a vuestras invocadoras el aire no parecia tan malo, solo con su energia alejaban lo que fuera que fuera aquel mal que estaba atacando el baluarte.

Vuestros pasos os condujeron inevitablemente al gremio de guerreros en el cual había un cumulo de gente delante de un hombre que intentaba tranquilizarlos, el jefe del gremio Alastor, ataviado con un traje de combate negro, junto con su cabello que parecía luchar entre el blanco y el negro. Unos guantes rojos y por supuesto en su cincho una espada bastante larga, casi rozando el suelo. Nada mas veros hizo un gesto y los guardias apartaron a la gente lo mejor que pudieron para que tuvierais un camino por el que pasar. -Dejad paso a las invocadoras y sus espíritus! Vamos no hagáis los tontos con los representantes de las familias! Grito para que la gente se tranquilizara, al veros todos se quedaron callados dejando sus criticas a un lado.

Mitsuki Relay, de la casa Relay, una joven vestida con un largo kimono de colores vibrantes, en este caso de un azul oscuro y rojo cerca del pecho. Sus ojos se encontraban cerrados, sin mirar a ningún sitio en especifico, en su cadera se podía ver una flauta de madera labrada con símbolos curiosos, pero eso no era lo que mas llamaba la atención. A su alrededor, literalmente enrollada en su cuerpo y siseando se encontraba una enorme serpiente de agua mirando a los presentes con desconfianza mientras parecía hablar entre siseos con su invocadora, de la misma manera a su lado se encontraba un hombre vestido con una armadura negra, debajo de ellas unas ropas sencillas para que no se lastimara la piel, aunque parecía bastante pesada estaba bien echa, no pesaba y era cómoda. -A ti también te han llamado Shiro? Pregunto Mitsuki a Shiro.

Shiro Mainfeil, de la casa Mainfeil, una joven con el cabello rojo como el fuego, adornado con unos lazos negros, su vestimenta se parecía a la gótica, con largas faldas que se abrían al final y muchos adornos innecesarios. ella no portaba ningún arma pero sus ojos miraban a todos los presentes con ojo analítico y una sonrisa divertida. A su lado se encontraban dos espíritus, una kitsune toda de blanco vistiendo un kimono y una joven con el cabello rubio vistiendo de una forma parecida a su invocadora, salvo que era mas pequeña de tamaño. -Me han obligado mis padres, no saben que hacer para sacarme de casa. A llegado ya la representante de los Morimitsu? Seguro que han traído hasta al ultimo invocador. Respondió mientras entraba, aun sabiendo la negativa Mitsuki.

Todos entraron al gremio, no estaba vació precisamente, quitando el cartel de trabajos y varias mesas se encontraban bastantes guerreros en ella. Incluido un enorme herrero que parecía reír por todo mirándolo todo con buenos ojos y el viajero errante Axel Belicof el cual solo unos pocos de los presentes conocía. Solo faltaba una persona por llegar.

-Las bestias tienen que corretear, si no lo hacen se ponen aun mas nerviosas. Respondió Horu con una sonrisa, no le parecía muy importante que destrozara parte de la decoración, para el nunca había sido muy importante que se rompieran esas cosas, ni siquiera cuando entrenabais, las cosas siempre se podían reemplazar, menos las personas claro.

-Pues es un tema bastante serio y para mi desgracia estas involucrada. Veras, al parecer algo a hecho que el pantano que esta cerca de aquí se revolviera. Los espíritus están desatados y parece ser que no solo se han corrompido de mas si no que también han atacado con una especie de aire pútrido al baluarte. Es un aire bastante toxico a largo plazo y los habitantes no tardaran en sufrirlo. Por suerte tu junto con tu poder mágico estas a resguardo de este aire pero no podemos dejar que afecte a la gente de aquí. El gremio de guerreros a mandado a todas las familias de invocadores a una expedición para sellar el pantano y que no pueda hacer mas daño. Somos una de esas familias y te han llamado para que les acompañes. Pone una mano en tus rodillas para que no te levantaras antes de tiempo, para que te tranquilizaras y pudieras acabar de desayunar. -Pero no corre prisa, acaba de desayunar. No puedo ir contigo, debo ayudar a los cabezas de las familias para levantar una barrera aquí, pero alguien si puede acompañarte. Miro al espíritu que continuaba intentando cavar en el suelo. -Ahora es tuya, puedes hacer con ella lo que quieras y aunque no lo parezca, puede ser una gran aliada.

La espíritu kitsune caminaba mirándolo todo bastante curiosa, todo le llamaba la atención y caminaba además tapándose la nariz con la mano para no oler ese asqueroso olor, El gremio de guerreros era un lugar lleno de gente y eso asusto un poco a la Kitsune, todos parecían nerviosos con lo que estaba sucedido, lo que a Kitsu le parecía normal y en cierta forma le preocupaba, pero no podía evitar estar nerviosa y asustada en ese sitio con tantas personas, sentía algo extraño, como si tuviera la sensación de que le iban a hacer algo y se iba poniendo nerviosa, ni siquiera se dio cuenta de la presencia del chico que le ayudo el día anterior, obsesionada con ocultarse de los ojos de los allí presentes