Partida Rol por web

De total improvisto, algo se entrometió en mis pies cuando sacaba la otra foto de mi bolso. La dramática caída tonta fue a cámara lenta en cuanto aquél verdadero GENTELMAN saltó preocupado para agarrarme y detener mi caída. Durante aquél breve momento de dolor en la zancadilla, me sentí como una princesa de nuevo. Como en mis tiempos mozos cuando era más joven.

-Oh, es usted todo un caballero, casi va a lograr que caiga de lleno en sus encantos. Pero soy una mujer respetable, y jamás me interpondría entre un amor tan verdadero como el suyo con su afortunadísima esposa. -a pesar de mis palabras no podía hacer desaparecer el rubor de mis mejillas.

Entonces se fijo en mi querido Riki, mi niño del alma, en la foto caída al suelo. - Oh, no, mi pasado fue mucho más turbio que todo aquello. Aunque tuve más de un encontronazo con el jefe de la Yakuza en mi época... - sonrío pícaramente. - Otros tiempos... 

-Oh! reconoces a mi pequeño Riki. Ya sabes como son estos niños, más vale dejarles que se diviertan... la pera no cae lejos del árbol. - saco la otra foto y se la enseño. - Este es su padre. Murió joven, pobre animal. Tan salvaje como su hijo.

El parecido era asombroso. Salvo la cicatriz del ojo que parecía estar en el lado contrario.

Qué mujer más maravillosa, y sobretodo, íntegra. Por nada en el mundo Tatsu dejaría a aún más maravillosa esposa, por lo que estaba muy contento de que aquella dama lo entendiera perfectamente. No se había equivocado: eran los dos iguales. Dos amos de casa con un pasado relacionado con la yakuza pero que habían rehecho sus vidas. Y se quedó

"Ahora lo entiendo... ahora entiendo por qué me sonaba. Se parece mucho a su padre, que fue consiglieri y probador de alimentos personal de uno de los cabecillas de la familia Tarusso... Pobre demonio... murió atragantado en el cumplimiento del deber..."

Midori Nendou -- Tatsu

9 Quirk/Especial -- Arma

- VICTORIA -

Midori Nendou

"Hum... siendo así... por respeto a su familia no puedo sino dejarle a usted la mercancía bento, señora. Iré a por polvo blanco y haré un pastel de carne..." asintió convencido. "De hecho, señora, antes de que partamos cada uno por nuestro lado, ¿cree que podría hacer un hueco en su agenda para que mi esposa pueda conocerle a usted y su hijo? Creo que le encantaría conoceros."

No podía creerlo. Aquél completo desconocido conocía a mi querido difunto esposo. - Oh, el mundo es un pañuelo... - me saqué una lagrimilla cerrando un ojo, recordando los viejos tiempos y sabiendo que desde ahora ese hombre hombre sería un amigo para siempre. Un igual que demostró toda su educación y gentelmanismo en cuanto aceptó darme la victoria de nuestro encuentro, en aquella carrera loca por el bento en descuento.

-Desde luego lo conociste bien... - apreté fuerte en mi pecho la foto de mi difunto marido -  tendía a intentar engullir demasiado, mientras cataba la comida. Aquél cangrejo hervido gigante de panza morada fue su perdición... Una de sus pinzas se le quedó atravesada en el esófago... No pudieron sacarla para el funeral. Ni siquiera pudimos cerrarle la mandíbula al pobre desgraciado...

Suspiré - ~ah... - le miré fijamente y le di una de mis más cálidas sonrisas, aún con una gotita en el ángulo de mi ojo - Señor... será un placer conocer a su esposa. Haremos una maravillosa cena todos juntos! 

No hizo falta presentarme, no quería quedar como una buscona y crearle problemas si alguien nos veía hablando y se lo contaban a su mujer. Él sabía quien era yo, sabría el nombre de mi marido y sabría encontrarme. Tendría contactos, como yo, probablemente. Y si no, pues ya nos encontraríamos de nuevo en éste Supermercado. 

Me limité a guiñarle el ojo finalmente, finalizando nuestro maravilloso encuentro predestinado por los astros y quien sabe, quizás mi difunto marido tuvo algo que ver. - Deséeme suerte con ése bento.

;)

-Ha sido un placer -  y con toda la dignidad del mundo, me di la vuelta, y avancé hacia el sagrado Bento, esperando que el resto de individuos se hubiesen machacado entre sí como los críos que eran. Dejando atrás a aquél perfecto GENTELMAN...