Partida Rol por web

El Raptor estabilizó su vuelo y se dirigió al espacio exterior.

-Teniente, ahí fuera hay un buen lío. Detecto una nave civil saliendo del planeta y contactos enemigos por todas partes. Son sin duda Cylons y están interfiriendo en las comunicaciones a larga distancia. Sólo puedo comunicarme con la nave civil. La pongo en los altavoces.

La aterrada voz de un hombre llena la cabina.

-¿Me oyen alguien? ¡Están atacando la colonia con armas nucleares! Repito, ¡Caprica está siendo atacada con armas nucleares! Necesito coordenadas de evacuación...

La nave civil enfila rumbo al exterior del planeta y puedes ver, al igual que el resto del pasaje, que las detonaciones nucleares se multiplican por toda la superficie planetaria. Tu mente vuela hacia tu mujer y tus hijas en vuestra casa de Geminon ¿Estará ocurriendo allí lo mismo?

La voz del capitán de la nave suena por megafonía. Esta asustado pero trata de mantener la calma.

-Señores pasajeros, permanezcan en sus asientos. Estamos abandonando la órbita del planeta y estamos en contacto con un Raptor militar colonial. Pronto nos dirán a qué coordenadas de evacuación nos dirigiremos. No se preocupen y mantengan la calma.

Cita:

-Sabías que yo quería acceso a la Red Principal de Defensa. Vamos Gaius, no te hagas el tonto. Frecuencias de comunicaciones, horarios de despliegue, acceso ilimitado a cada base de datos.

- ¿Que mantengamos la calma?

La mirada de Romo no podía dejar de posarse sobre las múltiples detonaciones que asolaban el planeta, y una y otra vez su pensamiento iba dirijido hacia su familia.

Joder, que no les haya pasado nada...

¿Quién era capaz de hacer una cosa así?

Su mente no pensaba con claridad y divagaba sin rumbo por la oscuridad de su mente, que en ese momento era parecida a la del espacio que le rodeaba por todas partes.

Un maullido del gato le hizo volver a la realidad y le lanzó de cara a la situación real en la que se encontraba.

¿Adónde nos dirijimos?

La cara de Baltar se puso blanca. Aún no conocía del todo sus intenciones, pero que mencionara en ese estado malicioso lo de la defensa y su red principal era una mala señal.

-¿Qué...? ¿A qué te refieres? Dioses, dime que es una broma y que solo quieres ponerme nervioso por acostarme con otras- tras decirlo se percato de que había hablado en plural, pero creía que ya no importaba- El objetivo era mejorar el sistema de defensa, enriquecernos con eso. ¿No era ese el plan?

Hizo la pregunta con miedo a que la respondiera con algo que o le gustaría oír.

La mujer se levantó y se acercó a ti.

-Sabes engañarte a ti mismo ¿Cómo haces eso? No querido Gaius. Los hijos de la humanidad regresan a su hogar... hoy.

Y mientras lo decía, un resplandor lumínoso, tan cegador como para dañarte las retinas, se divisó tras las montañas de la lujosa casa de campo de Gaius Baltar.

Después de recibir el mensaje sus esperanzas se vinieron abajo, los Cylons no solo habían vuelto, sino que estaban destrozando las ciudades humanas, aunque no era el momento de pensar en ello, había que actuar y rápido.

- Necesito saber si cuentan con FTL, porque viendo como está el ambiente vamos a tener que saltar a ciegas - dice con voz firme para dar seguridad y que pareciera que todo estaba saliendo según un plan que tenía, aunque en realidad no tenía ni idea si podría funcionar.

La luz del horizonte no indicaba nada bueno. Era cegador, y la frase oscura y apocalíptica de la rubia cylon no ayudaba a que Gaius se calmara. Apartó la vista de la luz, y se tiró al suelo por el estruendo que se avecinaba.

-¿Qué es lo que has hecho?- dijo Baltar, empezando a creerse las cosas que ella decía. 

-Ya te lo dije, Gaius querido -comentó la mujer mirándote con cierto deje de tristeza-. Los cylons han vuelto y todo tu mundo va a desaparecer. Mientras hablamos, las doce colonias están corriendo un destino similar. La historia de la humanidad termina aquí y ahora.

-Sí, claro que tenemos -responde el capitán un poco más calmado al ver una posible salida a esta situación-. Sómos una nave de pasajeros de una aerolínea comercial así que contamos con FTL ¿Van a escoltarnos?

-No puede ser, es mentira, es un sueño. Yo no he hecho nada- Baltar soltaba esas frases una y otra vez, de forma aleatoria y repetitiva mientras seguía agazapado en el suelo negando la realidad- Es mentira.

-¿Mentira? ¿Es que no ves el resplandor de las explosiones? Ahora mismo este y el resto de mundos está siendo objeto de un ataque nuclear masivo -te mira con tristeza y se arrodilla junto a ti para acariciarte la cabeza con ternura. 

-Pero... yo no he sido. Me has engañado, yo no soy responsable, soy inocente- decía, evitando mirar a la ventana y ver la masacre a la que él había contribuido, conscientemente o no. Solo sabía que todo estaba acabado.- ¿Y ahora qué? ¿Es así como moriré? ¿Será este mi último legado?

Fue curioso como después de conocer el destino de la humanidad había algo que le importaba más que eso. Él mismo.

Espero que salga bien... - murmura para sí - quiero que escolte a esa nave, tenemos que evitar que las naves Cylons nos ataquen y si es necesario dejarles atrás, prescindimos de ellos, ¿ha comprendido mi orden? - aunque era una pregunta esperaba escuchar una única respuesta, sí. Había continuado con el murmuro, pero esta vez incluyó al piloto, con semblante inexpresivo, como si en su interior no existiese el dolor que en realidad debería sentir por aquel hecho.

Al habla la Teniente Shaw, quiero que salten al siguiente punto de las coordenadas que mi piloto le indicará, en el que suponemos no hay cylons, nosotros les escoltaremos, ¿me han entendido? - miró al piloto mientras decía eso por radio, recemos a los Dioses de Kobol, pensó, el cielo estaba repleto de naves enemigas y no sabía que iban a encontrar al otro lado de la nube metálica hostil, pero no podía mostrar miedo, si ella lo tenía todo saldría mal, era la de mayor rango en ambas naves, por lo menos que ella supiera y tenía que demostrar fuerza y entereza.

El piloto asintió y preparó el FTL para un salto a ciegas. Entonces se detuvo.

-Espere, estoy recibiendo una señal colonial. Nos están transmitiendo unas coordenadas de encuentro ¡Tal vez sean los nuestros!

Preparó las nuevas coordenadas y después de transmitírselas a la nave civil, accionó el salto.

-Señores pasajeros, estamos recibiendo las coordenadas de salto -informó el capitán por los altavoces-. No se preocupen y abróchense los cinturones.

El tiempo y el espacio pareció encogerse cuando la nave realizó el salto FTL.

La mujer se acercó a ti y te abrazó.

-Agáchate Gaius -dijo con firmeza. Instantes después la onda expansiva de una nueva explosión destrozó los ventanales delanteros de tu casa enviando una lluvia de letales fragmentos de cristal hacia adentro. Los muebles reventaron y las columnas se agrietaron. Sin embargo la presión del cuerpo de la mujer seguía siendo firme. Perdiste la conciencia y despiertas, te encuentras entre las ruinas de tu casa, junto al cadáver de la mujer rubia. Aún vivo.