Partida Rol por web

Las órdenes habían llegado al poco de marcharse Tigh al CIC. La Estación del Armisticio, situada en la línea fronteriza de las doce colonias, tenía algún tipo de problema que impedía contactar con ella. El comandante Adama había enviado un Raptor pilotado por Boomer y Helo junto a un grupo de mecánicos, escoltados por tres Vipers Mark VII al mando de la teniente Starbuck. El viaje a velocidad subluz llevaría el suficiente tiempo como para perderse la ceremonia de clausura al completo.

Pero lo que encontraron allí no se lo esperaban. De la estación no quedaba nada, solo un grupo de restos flotando a la deriva.

-¿Qué demonios ha pasado aquí? -exclamó Boomer por radio mientras esquivaba los restos flotantes manejando hábilmente su Raptor. Después giró la cabeza para mirar a su compañero en la parte de atrás-. Helo, ¿detectas algo?

Cita:

Sólo se me ocurre una cosa, y preferiría no pensar en ella, responde Kat.

Boomer, Halo, ¿tenéis algún contacto en el DRADIS?

Mierda!- es lo primero que oís decir a Starbuck por radio. -Me parece que, por una vez, estamos pensando en lo mismo Kat...

El espacio. Un infinito vacío y oscuro salpicado de pequeñas luces lejanas y tintineantes. Seguía resultándome fascinante sentir tanta inmensidad a mi alrededor. Algo así te hace insignificante. Por mucho que pretendas acercarte a las estrellas, a velocidad subluz tienes la sensación de no moverte ni aproximarte a ellas. Permanecen ahí, inmóviles, brillando en un firmamento tenebroso e implacable.

Dentro del Raptor 478 se percibía un tímido rumor procedente de los motores, y gracias a la gravedad artificial, se podía sentir algo parecido a un empuje proporcionado por el avance de la nave a través del vacío estelar. Ante mis ojos, una consola repleta de pantallas y botones luminosos me daba lecturas un tanto confusas. Tan confusas, que me vi obligado a girar la cabeza y mirar a través de los cristales del cockpit. Toda la tecnología de nuestra civilización a mi alcance y acababa regresando a los tiempos de los vigías, oteando el horizonte para confirmar lo que  la electrónica me estaba susurrando: la estación Armisticio no estaba.

Me fijé en el DRADIS. Amplié el ancho de escaneo y traté de fijar filtros en busca de metales. Y los había. Flotaban en la pantalla del DRADIS a nuestro alrededor en forma de destellos rojizos. Pero ni una sola señal de baliza, ni un solo cuerpo artificial flotando en la inmensidad del espacio. Armisticio no existía.

"-Nada.... - respondí dubitativo - No hay nada. Solamente los restos que puedes ver.... No hay señales de radio en ningún canal, no hay señales de baliza ni de aproximación. Solamente basura espacial... - dije antes de guardar silencio y cerrando la comunicación al resto de Vipers -  Por los Dioses... - suspiré - Boomer..... la estación está destruída...."

Antes de que Boomer pudiera responder, las alarmas en la consola de Helo saltaron. El DRADIS del raptor detectaba dos puntos hostiles que se acercaban al grupo de frente desde detrás de un conjunto de escombros retorcidos. El escaner los detectaba como cazas cylons, sin embargo, los aparatos ya no eran aquellos con los que estabais familiarizados. Eran mas estilizados y probablemente más mortíferos.

Cuando saltaron las alarmas, Boomer sujetó los mandos con fuerza.

-¡Helo! ¿Qué ves?

Todavía sorprendido por la ausencia de la Estación, inicié una secuencia de comandos intentando cambiar parámetros de escaneo, temiendo que lo que fuese que la hubiese destruído y convertido en basura espacial pudiese ser un peligro potencial para nosotros. Y de repente el DRADIS marcó dos puntos en ruta de aproximación desde la nebulosa de escombros flotantes. Un rápido análisis descartó que portasen transpondedores coloniales. No pertenecían a la Flota....

"-¡¡¡Contacto DRADIS!!! - dije con voz alta y clara abriendo los canales de comunicación con los Vipers - ¡¡Dos naves identificadas como Cylon!!!

Sturbuck se puso en tensión al escuchar a Helo, este iba a ser el momento de demostrar su valía como piloto, y, esperaba en su fuero interno, la de Kat.

Kat, atenta, para mí el de la derecha. Demostrémosles lo que vale un piloto de la flota.

Recibido, Starbuck, sonó el intercomunicador.

Potencia de combate, armas calientes, vigilo tus 6, indicó Kat, señalando que cubriría las espaldas del líder para evitar sorpresas.

Maniobró suavemente para ponerse en posición, con el Viper Mk VII respondiendo a los mandos como suavidad felina. Kat sabía que podía reaccionar como un tigre en milisegundos, y esperaba que eso fuera suficiente ante los nuevos cazas cylon.

Sólo un hipotético espectador dentro de la cabina del Viper podría haber visto la sonrisa feral que iluminó su rostro al liberar los retenes de las armas, calculando mentalmente la trayectoria de los enemigos y haciendo hipótesis de intercepción.

Boomer accionó los mandos, elevándose* y saliendo de la nube de fragmentos que abarrotaba el lugar. Starbuck se desplegó a la derecha con una suave maniobra mientras que Kat se colocaba a su izquierda y un poco más retrasada. El último piloto se quedó tras los aparatos de las dos mujeres.

Entonces pudieron divisar los cazas atacantes. Los cuarenta años que habían pasado desde que se vieron cylons por las doce colonias se notaban en el diseño más avanzado y estilizado de los Raiders. Ya no eran aquellas naves toscas manejadas por tres tripulantes. Ahora eran unos aparatos gráciles, dinámicos y armados con varios cañones en su proa. No se veía cabina alguna de pilotaje, pero sí una ranura donde una luz roja iba y venía al igual que en sus hermanos centuriones.

-¡Las naves no están tripuladas! -exclamó el tercer piloto por radio.

Los cazas enfilaron hacia vosotros mientras las luces rojas parecían destellar aún más fuerte. De pronto ocurrió algo sorprendente. Los paneles de mando de los Vipers se apagaron todos a la vez. Como si alguien hubiera pulsado un interruptor. Starbuck y Kat pulsaban botones y movían diales pero todas las consolas seguían muertas. La propulsión de los motores se apagó y los Mark VII empezaron a navegar a la deriva. 

Boomer y Helo monitorizaban el avance de sus compañeros mientras buscaban espacio despejado cuando vieron que de pronto las señales se comportaban de forma extraña.

-¡Starbuck! ¡Starbuck, ¿me recibes?! ¡¿Qué está pasando?! -se dirigió a Helo- ¡No puedo comunicarme con ellas, parece que han perdido el control!

La maniobra de Boomer nos situó por encima de los Vipers y empezó a alejarnos de aquel magma que interfería con el electromagnetismo que generaba las señales salientes y entrantes de los sensores del Raptor. Y si aquellas naves eran Raiders cylon, nada tenían que ver con los que nos habían mostrado hasta el aburrimiento en la Academia de Caprica.

De repente, los puntos que marcaban la posición en el DRADIS de los Vipers desaparecieron. Extrañado, empecé a pulsar botones para filtrar la señal de la baliza de localización, pero no conseguía establecer la posición. Era como si los Vipers hubiesen desaparecido para los ojos de los sensores del Raptor.

"-Raptor 478 a escuadrón Viper.... - dije mientras abría el canal de radio con la frecuencia militar colonial - Cambio..."

Tras unos instantes, se hizo patente que no iba a recibir respuesta. Y no creía que la basura espacial que nos rodeaba estuviese causando aquella alteración. Estábamos demasiado cerca, incluso para una distorsión electromagnética generada por los escombros.

"-Boomer, no tengo contacto con los Vipers. Aléjate para que pueda intentar comunicarme con Galáctica antes de que esos Raiders nos derriben y acabemos formando parte de esa basura flotante..."

¿Pero qué mierda? acertó a decir Kat, viendo que se apagaban todas las consolas de su Viper.

Starbuck, aquí Kat, ¿me recibes? Raptor 478, ¿me recibís?, intentó comunicar la piloto mientras probaba con la energía de emergencia para rearrancar el Viper.

Boomer realizó una nueva maniobra que la situó fuera del mar de escombros.

-Estamos en zona limpia, Helo -la piloto manipuló unos diales e intentó volve a contactar con los Vipers- ¡Starbuck, Starbuck ¿me recibes?!

Kat! Helo! ¿me recibís?- Mierda, todo se ha apagado y ni siquiera la radio funciona. Y nos afecta a todos, según parece. No nos queda otra que esperar y ver qué demonios quieren esos cylon, que imagino que será hacernos papilla como a la estación armisticio...-Lástima que no pueda daros vuestro merecido, máquinas del demonio. - En su enfado con el destino que imagina que le espera, Starbuck da un par de golpes a los paneles de mandos por si algo se solucionase, con poco convencimiento.