Partida Rol por web

Entonces desde los altavoces se escucha la voz de Felix Gaeta.

-Atención, a sus puestos de combate, repito, a sus puestos de combate. Se establece la condición uno en toda la nave.

Los pilotos dejaron precipitadamente las cartas sobre la mesa tiradas de cualquier manera y salieron corriendo de la cantina dejándote solo con tu botín.

Estaba a punto de tirarle los tejos a una de las jugadoras cuando la voz del intercomunicador le corta las posibilidades. Genial, el mundo se va al garete y yo no puedo tener un poco de "acción", pensó el científico. Al menos he ganado algunos cubits, claro que no creo que sirvan ya de mucho.

Se guardó sus ganancias y paseó por la nave, meditabundo, pensando en que lo mejor era volver al laboratorio. Su naturaleza cobarde le hacía temer por su vida, lo de condición uno sonaba peligroso. Aunque por otro lado, mientras los soldados estuvieran ocupados no tendrían tanta prisa en encontrar el detector, pues tenían mayores amenazas en las que concentrarse.

Había sido una jornada exhaustiva para el viejo Tigh y solo deseaba poner sus manos en alguna copa con whisky y jugar un par de manos al Triad. Con suerte desplumaría a algunos novatos y regresaría a su camarote con algunos cubits extra.

Mientras se ubicaba en la mesa la desvencijada radio interrumpió su transmisión musical para comenzar a emitir un discurso presidencial desde la Colonial One. Era el primer discurso de aquella “profesora de primaria”  y Saul solo podía pensar en cantidades ingentes de estiércol tras escuchar el primer párrafo. Olas y más olas inmensas de aquel producto agrícola lloviendo sobre la Colonial One tras el discurso malogrado.

Los descerebrados civiles se aferraban a la idea de un mundo utópico. ¿Pero que será de ellos y su opinión tras dejar de pertenecer a las Doce colonias?  Van a echar por tierra los pergaminos sagrados y orinar en el libro de Pythia donde se menciona a las colonias como parte fundamental de la religión. Eliminar las colonias podría considerarse un atentado contra los dogmas.

Aquellos pensamientos ensombrecían la mueca de sonrisa del coronel mientras bebía de su copa en la mesa junto a la radio. Una cosa era pelear contra un enemigo mortal pero la política era un asunto completamente diferente, donde el contrincante podría ser apuñalado por simples palabras y terminar en prisión en el peor de los casos.

 Saul prefería las cosas simples.

Finalmente el discurso termina con la memoria del enemigo implacable pero Roslin no lo dice todo porque el público podría enloquecer si adivinase la verdad.

Si los civiles supieran la verdad acerca de las tostadoras todo el mundo entraría en una cascada de histeria hasta la misma destrucción.

Lamentablemente para el viejo militar su copa se queda sin contenido tras escuchar la transmisión presidencial y rumiar tanto en pensamientos no le ayudo en nada.  Sin prisas vuelve a pedir otra copa.

-¿Así que un tour, eh? -comenta Starbuck vaciando su vaso de un trago mientras escucha a la presidenta junto a Tigh-. Después de lo que ha dicho, la mitad de la gente de la flota le tirará lo primero que encuentre a la cabeza.

-Demonios, hasta yo mismo se lo tiraría ¿Disolver las Doce Colonias? ¿Modificar los artículos de la constitución? Esa mujer se ha vuelto loca.

La última visita de Saul a la cantina no había terminado del todo bien pero ahora había limado asperezas con Starbuck. Esperaba llegar a su litera sin peleas de por medio pero el discurso de Roslin agriaba la bebida. – Esa vieja profesora de escuela no sabe en que se mete. Será alimento de los medios. Veremos que hace cuando comience a faltar el alimento. ¿Quién reparte las cartas? !Vamos que la noche es larga y la bebida es poca! – el XO ríe un poco al pedir juego a su manera. Es la única forma que conoce para olvidar la radio y su cacofonía.

-Todavía nos queda de esto -dice Starbuck volviéndose a llenar el vaso y el del Coronel- ¿Se anima a perder los pocos kubits que le quedan, Coronel? ¿Alguien más se anima?

Spartan niega ante el ofrecimiento de partida, esta realmente cansado y si aun esta en la cantina es porque ha estado escuchando el discurso. La politica no va mucho con el, pero algo asi...va a traer cola y seguramente muchos problemas que les vendran rebotados de algun modo a los militares seguramente.

Decide que no le apetece cansar su cabeza aparte de su cuerpo y se va a su habitacion a descansar por fin.

El viejo coronel aguarda a que alguien se atreva a aceptar la solicitud de Starbuck para jugar una mano de Triad. "Si tan solo pudiéramos terminar un juego en lugar de pelear podría barrer el suelo con sus cubits" Saul imaginaba aquella situación y le hacía gracia. Mientras tanto aguarda...

Después del discurso de la presidenta el ambiente en la Cantina es más relajado. Los pilotos empiezan a animarse y pronto hay cuatro alrededor de la mesa donde se sientan Saúl y Kara. Las cartas y la cerveza empiezan a rodar por todas partes y la partida se anima.

La partida discurrió entre risas, bromas y bastante licor que iba de acá para allá. Tigh no lo hizo tan mal, bebido como estaba, pero una vez más Starbuck tenía el mayor montón de fichas y disfrutaba como una niña de su victoria.

-Lo siento Coronel, otra vez será. Siempre es un placer desplumar a unos pardillos como vosotros.

El juego se había extendido demasiado para Tigh. Demasiadas copas y apenas podía mantenerse en pie a tal punto que ni siquiera escucho las últimas palabras de Starbuck.  Se levanto con toda la torpeza de un borracho mal dormido y se dirigió a su habitación tambaleando por los pasillos hasta llegar a su cama. Una vez allí se quito los zapatos como pudo porque luego literalmente cayó sobre su cama completamente revuelta y llena de papeles del trabajo. Con suerte despertaría cuando algún ordenanza llamase a su puerta al notar la llegada tarde del XO a su puesto.

Te diriges a la cantina donde hay un par de marines disfrutando de un descanso y tres pilotos jugando a las cartas.

Gaius volvía a la cantina, pero esta vez no era por placer. Buscaba a la cylon que había llegado con los técnicos rescatados. Estaba seguro de que tramaba algo, y seguramente había sido ella quien había registrado el laboratorio. No debía dejar que campara a sus anchas mucho tiempo o seguramente haría algo que le perjudicara.

Se acercó al barman, aunque se dirigió también a los soldados que estaban allí bebiendo.

-Buenos días*, estoy buscando a alguien- que mejor sitio que empezar buscando en el bar. Aunque al tratarse de una traidora que ni siquiera era humana lo más probable es que no hubiera pisado la cantina.- Una mujer, de pelo rubio, bien parecida, llamada Shelly Godfrey. Es una de los técnicos que fueron rescatados y traídos aquí. ¿La han visto?- aunque era probable que no lo hubieran hecho. Por lo menos estaba seguro de que si la habían visto lo recordarían. Era difícil olvidarse de alguien así - ¿Saben donde han sido alojados los científicos  que fueron tomados como rehenes?

-No, por aquí no la hemos visto doctor. Los científicos han sido alojados en la cubierta D hasta que se decida en qué naves civiles serán alojados.

-Gracias- dijo simplemente, antes de dirigirse a la cubierta D. Quizá allí tenía más suerte.

Después de poner a buen recaudo a la rubia científica, te pasas por la cantina para echar unos tragos. La encuentras vacía, lo cual es de tu agrado porque no te apetece encontrarte con nadie más. Tu sorpresa es aún mayor cuando ves a tu viejo amigo Bill que entra con aspecto cansado y se sienta junto a ti.