Partida Rol por web

- Pues a decir verdad... sí vivo sola. Estuve casada pero fui... repudiada- dice con desdén - y no, no tengo pretendientes ninguno, gracias por el cumplido. Tampoco es que eso me quite el sueño si os soy sincera- entonces apareció Drusilla, Atia no pudo por menos que sonreir a la escalava, diciéndolo todo con su sonrisa - me alegro de verte de nuevo Drusilla. Espero que esta vez seas más agradecida y más leal.

-Drusilla, si tu señora te acepta, eres suya de nuevo. Aunque si fuese un problema para ella mantenerte, quizá lo mejor fuese que ambas os mudáseis aquí. Si no os incomoda, por supuesto.-

Definitivamente, ya olía a comida, por lo que me levanté y tendí una mano a Atia para ayudara a lo mismo, y dirigirnos al comedor, más fresco que la terraza.

Visiblemente emocionada y cariacontecida

- No hay hombre como vos Marco. Agradezco vuestro gesto y vuestra nobleza de corazón... no lo olvidaré - y se coge del brazo del hombre y le acompaña a almorzar.

Agradeció con un gesto de cabeza la oferta de Marco, aquello era más de lo que podía soñar, parecía que de una vez más había tenido suerte. Aunque no pudo evitar fruncir el ceño ligeramente al oir a su señora. ¿Más agradecida y leal? Yo siempre he sido leal al legado Bruto, mi señor, el que me rescató de las garras de una vida humillante, cargada de vejaciones y ultrajes. Y ¿acaso no se acuerda que le salvé la vida? Si no hubiera sido por mi la señora Atia ahora estaría muerta, sólo sería cenizas junto a su amante.

Sin mostrar sus emociones y sin que sus pensamientos la delataran, siguió a la pareja hacia el interior del comedor.