Partida Rol por web

Perdonad pero yo no pienso quedarme atras de ninguna manera.Acaso porque este magullado creeis que mi determinacion es menor.Ya sabeis lo que pienso sobre la muerte,si es peleando con un rival digno perfecto asi por fin abandonare este mundo y podre ...

Vamos que no me quedo aqui.

Con la adición de Gardar el grupo de exploración parece estar completo. Puede que no sean los más sigilosos, pero las bestias de la zona se encontrarán con dura oposición si intentan atacar.

- Pues adelante entonces. No soy muy optimista respecto a lo que podamos encontrar, pero aún así más vale apresurarnos - recomienda Heidal mientras termina de apretarse las botas por si toca correr.

El explorador los guió a través del camino principal para llegado cierto punto, desviarse a la derecha. Tras andar un poco por fuera del camino el explorador los llevó hasta las huellas principales.

Todos lo puedieron notar entonces, el silencio. Sin criaturas nocturnas, sin viento. Las hojas de los arboles parecía sombras oscuras y mortales que les acechaban desde el cielo ocultandoles las estrellas. En la noche se veia muy mal, casi parecía un milagro que el explorador hubiera visto el zapato.

De dos zancadas, viejo roble se avalanzó sobre el zapato y lor ecogió del suelo. Lo observó con mirada tensa y tocó la sangre que lo manchaba. Practicamente estaba absorvida por la tela del zapato. No podía haber ocurrido hace tanto.

Como señalaba el explorador, unas huellas grandes, como de una gran bestia se iban a través del bosque mas cerrado.

El paladín observa desencajado las huellas encontradas, la sangre no significaba un problema para él, la había visto mil veces y en cantidades mucho mas abundantes sin embargo el hecho de saber que pertenece a un pequeño infante le hace estremecer, nunca a tolerado el que los inocentes sufran daño alguno y un niño es lo mas inocente que el conoce... Quizás lo único...

Debemos darle alcance, no debemos permitir que escape, ¿Qué creéis que estamos siguiendo?...

Wolwyff, temiendo por la seguridad de Viejo Roble y los otros, tomó al resto del grupo unos pocos minutos después de que se alejaran, y los siguió. Los encontró observando la bota dle niño ensangrentada y observó sus rostros.

«¿Cómo voy a presentarme ante el Rey para darle esperanza, si dejo de perseguir a lo que sea que ha hecho esto. No, aunque esta gesta caiga en el olvido, yo soy Wolwyff, un héroe auténtico, no uno de postín».

Se adelantó sigiloso como una pantera, hasta el absorto grupo, y habló con un tono bajo y grave.

Tengo sed, y el fuego del salón del rey secaría nuestras ropas, mientras nos ofrecen viandas y las mujeres nos colmarían de atenciones... pero por Tempus, que el hidromiel se volvería amargo, las mozas ásperas, la comida cenizas y el fuego me devoraría si llegase al Gran Salón sin la cabeza de ese... devorador de niños colgando a mis espaldas.

¿Quieres saber qué es, Zenram? ...sólo tienes que encontrarlo para verlo.

Las palabras surgieron del pecho de Wolwyff con un aire distinto... no había bravatas, ni búsqueda de gloria. Ese zapato de niño en el que tenía la mirada clavada le había llegado a lo más hondo. Sus ojos destilaban venganza, determinación y fuerza... sin duda una combinación peligrosa para cualquiera que estuviese cerca de él... sobre todo, si se trataba del monstruo.

Unos interminables segundos más tarde, tras un silencio lapidario habló de nuevo, esta vez al grupo. Los que queráis seguir hasta el salón, podéis hacerlo... si no regresamos en un una luna, el Temerario es vuestro. Los que queráis venir conmigo, aprestaos para la lucha, y tened las antorchas a mano... apagadas, de momento.

Dicho esto, Wolwyff descolgó el escudo de sus hombros y echó atrás la capa de pieles. Su armadura de cuero se flexionaba sin esfuerzo por el uso que su portador ya le había dado en el pasado. Todo su brazo izquierdo estaba cubierto de una mezcla de sangre seca hasta la mano, y algo más de sangre fresca que de vez en cuando escapaba de la herida de su hombro. Los poderosos brazos ciñeron fuertemente escudo y una pequeña y afilada lanza arrojadiza. En su tahalí quedaron otras armas, y tres antorchas apagadas. El rostro, sobre el que caía un pequeño mechon de sus rubios cabellos enmarañados por el viento, no dejaba dudas a quienes lo miraban de por qué Wolwyff, el de los Diez Lobos, era capaz de acometer empresas que muchos valientes veían como imposibles.

Compañeros... Viejo Roble, los que quieran continuar, cuando estéis preparados.

Aidan fue siguiendo el rastro de las huellas a través del follaje. Muy habilmente aun a pesar de la oscuridad. Wolwyff fué detrás, seguido de los demas. Eran un grupo habil y experimentado, y en general, bastante silencioso. Aunque habia verdaderas sombras, como el mismo elfo explorador.

El bosque oscuro y silencioso continuó hasta una pequeña explanada que se abría ante la arboleda. El grupo se detuvo en los limites del bosque, y pudieron ver una casa. Construida con el material de los alrededores, era una cabaña pequeña y acogedora. O muy probablemente lo había sido. El hedor a muerte llegaba de lejos. Tenía un vallado cercano, donde se distinguían unas siluetas grandes, tumbadas. Probablemente debían ser ganado. Mas ayá un pequeño campo trabajado, en proceso de siembra.  Y detrás, otro pequeño campo con la casa enmedio.

Aidan le hace una señal al grupo para que se detenga y se oculte. Se dirige a Wulwiff señalándole la cabaña.

"Voy a asegurarme de que no haya peligro, sugiero prepararse para cualquier eventualidad."

Dicho esto se dirigió hacia la cabaña ocultándose entre los matorrales y con el sigilo legendario de los elfos.

El paladín hace caso omiso de los comentarios simplones del "líder" del grupo, prefiriendo concentrarse en lo que tiene delante, durante la marcha se mantiene serio y alerta, si había algo maligno en aquel bosque, ellos lo encontrarían...

Al llegar a la pequeña cabaña el paladín apenas puedo reprimir una exclamación mezcla de furia y de pesar, sabia que algo había pasado allí y se imaginaba lo peor, algo mas cauto que de costumbre emite una oración a Bahamut...

Todo poderoso dios de los dragones, ayudad a este humilde siervo a encontrar la fuente de tanto oprobio...

Wolwyff avanza circundando la casa sigiloso, pues su armadura carece de junturas metálicas que puedan tintinear, tratando de alcanzar la parte de atrás de la casa. Aun cuando no haya puerta, entrará si es necesario por las ventanas, a la par que Aidan por la parte delantera.

Heidal ve a Wolwyff avanzar por su cuenta y menea la cabeza. Está claro que hay prisa por acabar con lo que sea que pueda haber causado esta destrucción, pero sería mejor esperar a que Aidan regresase para eleborar un plan.

- Ese hombre es un imán de problemas - murmura desde el abrigo de unos arbustos tras los que intenta permanecer oculto.

-Si, de eso no hay duda... pero también tiene valor...- Dijo el anciano, mientras veia como Eigil de cabellos rojos se movía para entrar por el lateral derecho de la casa.

Gardar resoplando por el ritmo que llevan que le obliga a ir rapidamente dado sus piernas cortas decide quedarse en ultima posicion para no delatar la presencia mientras observa todo con gran cuidado.

Aidan avanzaba entre la hierva para acercarse a la casa. Aun en las sombras de la noche, fue facil descubrir la causa de la muerte de las reses. Estas habian sido despedazadas por una criatura de peligrosas garras. La sangre teñía la hierva y la bestia estaba medio devorada.

Wolwyff se movía con sigilo bordeando la casa. Esta parecia normal. Los aperos de la labranza estaban fuera y perfecto estado de uso. Parecía que estaban listos para usarse mañana. Según se acercaban a la casa. El hedor a muerte se hacía mas obvio.

A cierta distancia, el paladin y el enano bordeaban la casa por los lados. Y se prepararon para entrar.

-Sin duda alguna, que lo unico que puede haber en esa casa, es tragedia...- Dijo con voz cansada, apoyado en su cayado.

Aidan se acerca con aun mayor sigilo a la entrada de la cabaña, apoya su espalda contra la pared y deja su arco apoyado ahi. Desenvaina sus espadas y cautelosamente asoma por la entrada para ver su interior, sabiendo desde ya, que en el mejor de los casos verá el horror de una carniceria, y en el peor observará a la bestia ejecutando su macabro placer. Pero en ese caso, podrá dar rienda suelta a su furia y ejecutar la venganza que la naturaleza exige contra las aberraciones.

Es dificil que ante semejante carniceria en la casa haya alguien con vida pero debemos entrar para comprobarlo.Pero andad con cuidado.

Heidal se aproxima también lentamente hacia la casa, aunque sus sentidos están más pendientes del bosque circundante. Le preocupa que lo que sea que causase esta carnicería esté vigilándolos desde el abrigo de los árboles.

Wolwyff no puede contenerse, y observa que Eigil avanza también hacia un lateral de la casa. Prudentemente le hace un gesto para que ambos se aproximen a las ventanas de la casa. Desenvaina su espada "Témpano", y se prepara para tomar al asalto el lugar, con los pelos del cuello de punta levantados por ese horrible olor a muerte.

Espera a Eigil, dejando claro que no entrarán de puntillas, sino como una tormenta.

Zenram se mantenía a la expectativa, no era un hombre que acostumbrase desenvainar su arma sin necesidad, la respetaba tanto como podría respetar a un colega. Una vez mas la hora se acerca, veamos de que esta hecho este "líder" nuestro...

Un par de gestos rápidos lanzados a sus compañeros de armas, avisan de lo que es evidente. "Cada uno por un lado". Aidan había desenvainado sus sables, y la guerrera pelirroja también estaba en posición... "tres seremos suficientes", piensa Wolwyff, "además, Gardar y Zenram nos cubrirán el exterior".

El norteño de rubia cabellera toma impulso, rompiendo la madera de la ventana con el hombro, para caer en el interior, rodando para ayudarse a ponerse en pie. Tiene a Témpano en sus manos, y busca rápidamente a su alrededor cualquier cosa que quiera probar el frío de su acero negro.