Partida Rol por web

Yuuko te miró y te ayudó a ponerte de pie.

- Debes moverte si lo que quieres es salir, ¿No crees? - dijo tomando tu cintura firmemente y sosteniéndote - Creo que vi al Presidente Kenta muy cerca y sé que él sabrá qué hacer - comienza a caminar en una dirección aunque no parece muy segura del camino a seguir.

- Bueno, ¿Sabes donde está la salida, Niimura-san? -.

Mientras caminaban, la voz de Irisu sonó fuerte una vez más

¡Ayuda! Encontré a Burke-kun, está herido.

No parecía estar muy lejos y ambas pudieron seguir su voz con seguridad. Al llegar, vieron a un Edwin malherido en el suelo, con moretones, heridas abiertas y en mal estado. Irisu se encontraba a su lado mirándolo y parecía estar bien.

Después del segundo llamado de Irisu, escucharon pasos acercarse y es entonces cuando las ven, sus dos compañeras, Irisu y una maltratada Hikaru, la cual al lado de la chica de cabello verde, se veía demacrada y agotada. Parecía que eran ellas quienes habían atendido al llamado desesperado de su vicepresidenta. 

El combate continuaba y con la incorporación de Cursed Dawn y Healing Dragon, se haría más difícil para la titánide lograr su objetivo. Los dragones estaban juntos y pelearían juntos hasta el final.

Ilify observa la llegada de sus compañeros pero decide no actuar. Tal vez haber fallado el ataque lo había afectado pero se queda simplemente allí, observando cómo la pelea continuaba frente a sus ojos. Cosa que aprovecha la titánide para atacarlo con su látigo, pero este reacciona en el último momento y cambia la dirección del látigo con una de sus alas.

Entonces, el ataque de fuego de Cursed Dawn se desencadena de entre sus manos, atrapando a su presa sin que ella pueda hacer algo para evitarlo. Al cubrirla por completo, el fuego explota, acompañado por las palabras de la guerrera dragón. Entonces se disipa y pueden ver a una titánide cuyas piernas tiemblan para ponerse de pie. A pesar de ello, se levanta, parecía lista para atacar de nuevo pero entonces, la sombra a su alrededor se vuelve más densa mientras que la flauta de Healing Dragon resuena por el lugar. Entonces, la sombra comienza a danzar al ritmo de su música y forma unos tentáculos de los cuales la titánide no podrá escapar. Golpea una y otra vez, cada vez más fuerte, hasta amarrarla de la cintura. Pueden escuchar su último clamor - ¡Vendremos por sus almas! - mientras el tentáculo la partía a la mitad y las plumas voladores de Platinium atravesaron el lugar sin llegar a tiempo. El combate había terminado.

Healing Dragon retiró la flauta de sus labios y los miró - Lo han hecho muy bien. Son tan fuertes como antaño - dijo mirándolos a todos.

Su combate había terminado. ¿Qué seguiría a continuación?

Con la llegada de Animae, la titánide se descolocó un poco, mirándolas a ambas con algo de duda. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué había aparecido otra. El enojo era notorio en su rostro y ella estaba dispuesta a continuar.

Animae se movió rápido y su posición de las manos fue de un lanzamiento con arco. Entonces, un sencillo medallón que colgaba de su cuello brilló con intensidad y se formó un arco de luz que brillaba de color rojo hasta formarse un arco digno de una guerrera mágica. Dispara una flecha, la cual impacta directamente sin que la titánide pueda evitarlo. Esta se enoja bastante y se dispone a atacar. De su esfera salen dos tentáculos, uno para cada guerrera mágica. Sonríe mientras da la orden a sus tentáculos para atacarlas.

Calíope parece notarlo y sin dudarlo, apunta sus manos hacia ella, mientras una luz sale hacia ella, envolviéndola completamente, haciendo que los tentáculos se disolvieran justo antes del impacto y dejando a la titánide en problemas. Segundos más tarde, no se podía mover y la intensidad del rayo de Calíope crecía, haciendo de ella una bola de luz gigante que tomó el camino abierto por su luz para llegar hacia su enemigo y envolverlo, destrozarlo y decidir la batalla hacia el lado de las guerreras de Andelivian. Los gritos de agonía de la criatura es lo último que escuchan antes de que su figura se deshaga en el aire. Han logrado derrotar a su enemigo. ¿Qué sería a continuación?

Un temblor sacudía el lugar y las paredes del laberinto parecían temblar. Al parecer, desaparecerían, o eso parecía. Si no iban a desaparecer, al menos pasaría algo importante pronto.

La sacerdotisa de los dragones los miró a todos y contempló cómo las paredes parecían debilitarse. Entonces, la guerrera dragón se giró hacia ustedes - Es momento de recuperar la forma humana. No debemos ser descubiertos y debemos separarnos - los miró a todos mientras su armadura y apariencia amenazante desaparecía para volver a ser la Shiro Kuroryuu que todos conocían.

La voz de Arjimae resonó en su cabeza mientras las paredes temblaban - Deben regresar a su forma humana. El laberinto está a punto de desvanecerse - dijo con apuro y entonces, su voz se desvaneció.

Platinium observa lo que sucedía y como acaban con el enemigo, finalmente parecía que podrían estar tranquilos sin ese enemigo, observa a los allí presentes y dice:

• Si, parece que esto empieza a desmoronarse, como habéis dicho será mejor seguir manteniendo nuestras identidades en secreto.

Cierra los ojos y sus alas se pliegan rodeándola, una luz mitad blanca y mitad negra empieza a rodearla para finalmente volver a ser la Chidori Maki que todos conocen, la chica de los ojos rojos, cuando está en esa forma se gira dispuesta a marcharse y dice:

• Yo iré por ahí, nos vemos

Y se pone a caminar para alejarse del lugar

Dawn observaba como su enemiga la dominatrix era abrazada por las llamas esperando que este fuera su final, pero pronto vió que se que equivocaba al ver que su enemiga continuaba ahí cuando el fuego se apago, con su cabello chamuscado, su traje arruinado y sus preciosas botas estropeadas, pero lo mas sorprendente es que seguia viva, ¡¡¡VIVA!!!.

Al ver esto los irises de la dama Dragón se contrajeron como los de un reptil de lo molesta que estaba, iba a lanzar otra bola de fuego cuando la Gran Sacerdotiza se le adelanto usando uno de sus oscuros y siniestros trucos "El tentaculo de sombras". Cursed Dawn observo atenta como los tentaculos oscuros estrujaban a la dominatrix por todos lados con gran crueldad y para rematarla estos la partieron por la mitad de modo implacablemente sangriento. Esto le traia viejos recuerdos, si bien Healing Dragón era conocida entre los suyos por su bondad y trato que rayaba en lo maternal tambien lo era por su frialdad implacable con la que trataba con los que tenian la desdicha de ser llamados sus enemigos, llegando mas allá de lo que se podria denominar como "Cruel y despiadada", el ejemplo perfecto de lo que una Guerrera Dragón debia ser.

Ante las palabras de animo de Healing Dragón Dawn asintió con la cabeza de modo ceremonioso y le dijo:

-Muchas gracias Healing Dragón, pero en lo personal no me siento tan fuerte como en aquellos dias.

Así se sentia, Dawn recordaba con claridad que era mas fuerte y mas veloz que antes.Su magia era tan intensa que podia derretir el metal, esto que acababa de pasar con la Dominatrix solo fue un golpe de suerte, debia de se que apenas acababa de despertar y sus capacidades estaban a medias.

Iba a agregar algo mas cuando de repente el laberinto empezo a colapsarse dentro de si mismo, todo parecia volver a la normalidad. Ante las palabras de alerta de la Gran Sacerdotiza Dawn se encontro algo acongojada, apenas acababa de despertar y no queria regresar a su forma humana, mas bien que ella no sabia como destranformarse, cerro los ojos y se sereno lo mas que pudo. En el oscuro vacio de su mente pudo escuchar las risas de un niño de cabellos claros que jugaba feliz en un parque, este recuerdo le proyecto tanta tranquilidad y sosiego que pronto Cursed Dawn se encontro dormitando nuevamente dentro de su contenedor humano el cual ahora aparecia en un rapido resplandor roji-azul. Ahora Mamoru Tsukaima abria los ojos para encontrarse con los demas, no lo sorprendia en los absoluto, lo unico que parecia ser su prioridad ahora era tantearse el pecho en busqueda de algún bulto o dos, luego reviso debajo de sus pantalones y al comprobar que "eso" estuviera en su lugar, al encontrarlo suspiro aliviado y musito:

-Ha vuelto, que alegria.

Manteniéndome con los puños apretados mientras observaba el combate, la voz pidiendo ayuda me saca de mi ensoñación, y no puedo más que asentir ante las palabras de Reimu.

- Sí, ¡vayamos! -le digo, apresurándome hacia la voz que pedía ayuda.

- ¡Mao-san!¡Burke-kun! -digo mientras llego apresuradamente junto a Reimu- ¿Sabes qué ha sucedido? -pregunto a Irisu mientras comienzo a examinar las heridas de Edwin.

Parecía que uno de los que habían desaparecido acababa de aparecer, pero en un estado lamentable, habían chocado en el mismo momento en que se habían cruzado pero no pudo sentir otra cosa que entre pena y alivio por verle de nuevo. Ademas de encontrarse de nuevo a Irisu, pero ella no estaba con la profesora nueva? -Chicos parece que estáis en un apuro, si sabes primeros auxilios Hikaru te lo dejo a ti, la ultima vez no pude mas que dar mis ropas para poder hacer torniquetes, eso en las películas funciona bastante bien. El lugar temblaba, todo amenazaba con desaparecer y Reimu apoyo una de las manos en la pared para poder estabilizarse, quizás la pesadilla estaba apunto de acabar o solo era el inicio de una mas grande, su otra mano se fue instintivamente a su peluche Grim. -Habéis encontrado a alguien mas? Estamos muy dispersos y algunas de nosotras estamos en....bastantes apuros. No se había olvidado de quien estaba detrás, debían reagruparse cuanto antes y regresar.

Irisu ayudaba Burke y escuchar a sus compañeros la hacía reforzar sus dotes histriónicas.

Lo hare, lo hare… pero no desperdiciare una actuación si no hay espectadores…

Repaso lo ocurrido, y se sorprendió a si misma pensando que había pasado mucho tiempo.

Es cierto que la última vez que estuvo consiente, estaba en una guerra milenaria, hace no se cuánto tiempo. Pero su cuerpo actual apenas sentía que había pasado algo de tiempo, para términos prácticos apenas menos de unas horas.

Los sonidos de sus compañeros la devolvieron a la realidad.

Es hora de la actuación… prepárate. 

Animae bajó el arco y una sonrisa de alivio con satisfacción se dibujó en su rostro. Había adquirido la capacidad de ayudar mejor y contaba con otras personas para llevarlo a cabo. Miró a Calíope y la sonrisa seguía dibujada, pues el trabajo en equipo había funcionado.

Abrió la boca para agradecer, pero de pronto cimbró el lugar y parecía que de un momento a otro el laberinto desaparecería. La voz de Arjimae se escuchó para después voltear de un lado a otro por si veía a un testigo inoportuno. También buscó a Schmella para rectificar que estuviese bien e indicarle que saliera de ahí. 

La pelinegra meditó sobre cómo volver a su forma humana, pues no recordaba si debía exclamar alguna frase en especial, activar algo o lo que le permitiese regresar a su otra identidad. Se limitó a desearlo y miró a Calíope, no importaría que ella supiese quién es dado que era una aliada.

-¿Cómo... volvemos... a ser humanas?

Su voz se escuchaba nerviosa, además que parecía que le costaba pronunciar aquellas palabras. Su voz era suave, serena y tímida.

-¿Kenta-Kun dices?... si el fue quien me abandonó aquí......... (suspiro) Yo solo sé que quiero irme a casa... he tenido demasiado por un solo día... ya no vuelvo a inhalar polvo blanco...- respondí a Yuuko mostrándome pensativa... y caminé con ella sin un rumbo fijo tratando de encontrar una salida... entonces parece que el laberinto empieza a colapsarse... -No puede ser...- mascullé y empiezo a correr despavorida... -¡AUXILIOO!- Intenté salir como mejor pude...

Recuperé mi forma humana cuando así lo dijo Kuroryuu, mi mirada estaba perdida, sin mirar a ningún punto en concreto, me había llevado una buena cantidad de golpes y me dolía todo. Pero lo que más me dolía era el orgullo, había fracasado de una forma... Ni si quiera había conseguido acertarle, y había necesitado que me rescataran.
Me llevé la mano al cuello, aun sintiendo el agarre de aquel ser. Hacía mucho tiempo que no me había sentido tan impotente.
Miré los muros con cierto desinterés, la verdad era que en aquel momento lo único que quería era desaparecer yo también.

-Bueno... pues ya estamos todos...- Me limité a decir intentando evitar cualquier tema relativo a la pelea.

Todo estaba sucediendo muy rápido, aquella chica convocó un arco de luz. Calíope se quedó fascinada con ello. El ataque de la morena impactó sobre su enemiga, haciendo que esta se enfureciese. 

De sus esferas de luz aparecieron varios tentáculos de agua dispuestos a atacarlas. Pero ella fue más rápido y aprisionó a la titánide en luz, cubriéndola por completo. Parecía que por fin la habían derrotada.

Le dedicó una sonrisa cansada a la muchacha - buen trabajo...- pero algo le alarmó de nuevo. El laberinto desaparecía y debía volver a su forma humana. Miró a la chica - simplemente tienes que desearlo así - y después de esto volvió a su forma humana, antes de que el laberinto se desplomase.