Partida Rol por web

Despertar

La oscuridad me rodea, me llena, me engulle. No lucho contra ella. Me dejo llevar. Ya está hecho. Lo último que veo son sus ojos, mirándome preocupados, sujetando mi cuerpo al caer.

La herida no duele, nunca duelen cuando están recién hechas, sólo duelen más tarde, pero esta no va a hacerlo. Es una locura. Es su locura. ¿Por qué le he dejado convencerme?

¿Cómo he llegado a esto?

La oscuridad me arropa, me arrulla, me mece en sus largos brazos. Morir para vivir. Intento notar en mis venas la droga, pero no noto nada. Ya no escucho nada. Siento sus brazos abrazándome, como mi pistola cae al suelo. Pero no puedo moverme. Ya no. La suerte está echada.

Llegó con la noche, mientras corría por mi barrio, por mi ciudad, porque creo que la puedo llamar así. Le seguí, mi piso ya no es seguro. Ya no hay nada seguro en mi vida. Dejamos atrás mi barrio, para entrar en el de los italianos. Entró en un edificio, echándome una mirada. Le seguí. No tenía otra opción. Una sala vacía, con una mesa, un portátil encima, una silla, no, dos sillas, nada más. Las paredes de ladrillo me miran como si quisieran contarme su historia. Pero no tengo tiempo para eso.

Me cuenta su plan. No, hermano, no, no saldrá bien, lo sabes, es imposible, se darán cuenta, me encontrarán, me matarán, o me harán algo peor. Niego todo lo que me cuenta. Cambiar mi vida. Al lado de Tomy. Intenta abrazarme. Le aparto. No puedo creerle. Es la única manera. No, no, la última vez me hicieron daño, mucho daño, no podría soportarlo otra vez. Confía en mí. Me dejaste allí, todos estos años. Sabías dónde vivía, qué hacía, y no me paraste. Me aparto. Intento irme. Pero no me deja. Insiste. Me dejo abrazar. Me siento cansada. Confía en mí. Sigue insistiendo. No puedo creerle, no quiero creerle, pero la lógica del plan es aplastante.

Y aquí estoy. En la oscuridad. Ya ni siquiera siento sus brazos. Ni siquiera siento mi piel. Dejé de ver hace rato. Estoy sola con mis pensamientos. Que cada vez son más erráticos.

¿Cómo he llegado a esto?

El centro comercial los sábados está siempre lleno de gente. Camino sujetando mi arma dentro del abrigo. Le veo, a lo lejos. ¿Será la última vez que te vea, hermano? Te sigo, disimulando. Se que me has visto, pero no lo aparentas. Nos movemos en esa danza ritual tan antigua que los dos conocemos tan bien. Y esta vez... No quiero pensar en ello. Sigo caminando.Acercándome poco a poco. Me paro un momento para sacar de una máquina una botella de agua. Bebo mientras camino hacia las escaleras mecánicas por las cuales está subiendo. Paso mi lengua por la pastilla. Aún no es el momento. Llego arriba. Me giro. Ahí está. Esperándome. Media sonrisa en sus labios. Levanto la pistola, pero es más rápido. Escucho el fogonazo y a la vez la trago. Ya está hecho. No quiero morir.

La suerte está echada.

Noto algo suave bajo mi cuerpo. La oscuridad sigue envolviendome. ¿Estoy viva? Siento un roce en mi piel. Intento moverme, pero no lo consigo. La oscuridad me absorve de nuevo. ¿Estoy viva? Escucho voces a mi alrededor, lejanas, sin sentido. Intento abrir los ojos. Una mano se apoya en mi frente. Un pinchazo. Vacío. Una mano sujeta la mía. Consigo entreabrir los ojos. Formas difusas a mi alrededor. Luz. Molesta. Intento apartarme de ella. Aún no puedo moverme. Gimo. El dolor sube hasta mi cabeza estallando. Un pinchazo. Oscuridad de nuevo. Estoy viva. Despierto. Si, despierto. Abro los ojos. Miro a mi alrededor, confusa. Está oscuro. Unos ojos brillan en la oscuridad, vigilándome, cuidándome. Hermano. Se acerca, noto como se sienta a mi lado y me toma la mano. Intento hablar, pero no puedo. Debo estar drogada. Intento moverme, pero tampoco puedo. Me acaricia el cabello. No lo veo, pero seguro que está sonriendo. Por los dos.

Estoy viva.

Y soy libre.

Me duermo, sintiendo su mano en mi mano. No sueño, pero da igual, ya no siento la terrible oscuridad. Despierto. Abro lentamente los ojos. Sigue estando oscuro. Una puerta entreabierta. Un hilo de luz entra. Voces fuera. Estoy en una habitación de una casa. No la reconozco. Muevo una mano. Puedo moverme. Me toco el costado. Un vendaje. No duele. ¿Cuántos días? ¿Cuántas noches? No puedo saberlo. Intento hablar, pero mi boca está seca, sequisima. No siento hambre. Intento levantar la cabeza y lo consigo a medias. Muevo un pie. Una pierna. Intento levantarme, no lo consigo. Ruedo sobre la cama. Mierda. He rodado demasiado, caigo con un golpe seco al suelo. Dolor sordo en el costado.

Buenos dias dicen desde la puerta Tomy que se acerca y te ayuda a levantarte. Estas mejor por lo que parece. Tu hermano se acaba de ir, nos hemos estado turnando. No vuelvas a hacer otra vez lo mismo que te mato yo.

Me asuste mucho al verte ahi tendida pero ahora no te tienes que preocupar de nada.

Apoyo mis manos en sus brazos cuando me levanta. Intento hablar. Me sale en un hilo de voz. Agua. Las piernas me vuelven a fallar, pero sólo se me doblan ligeramente. Apoyo mi cabeza en su pecho. E-estoy viva.

Sonrie acariciandote el pelo y dandote un vso con una pajita si estas viva y por mucho tiempo, no sabes que explicaciones tendria que dar a mi abuela por haber dejdo que te mataran.

niego todo esta bien Hiro me lo ha contado todo. Eres libre por fin para que yo te ate.

Bebo el agua notando su frescor en mi boca y en mi garganta. ¿Cuánto tiempo he estado...ehm... así? ¿Dónde estamos? Vuelvo a apoyar mi cabeza en su pecho. Soy libre. Nadie ya puede decirme lo que tengo que hacer. Ya no tengo que matar nunca más. Un sentimiento extraño me invade. ¿Esto es felicidad?

Tres dias, no te preocupes. Estas en NY, hemos echo todo para que se lo crean y asi seguira siendo. Vamos a irnos a San Francisco si no te importa para que la gente no haga preguntas y tus jefes no aten cabos por si acaso.

Tres días. Murmuro. No ha sido tanto tiempo, me ha parecido una eternidad. Levanto la cabeza y le miro a los ojos. ¿Vamos? Empiezo a pensar con más claridad. ¿Vas a venir conmigo?

Sonrie asintiendo Si, voy a acompañarte, no voy a dejar que estes sola en este momento y que te diviertas. Somos ahora mas que amigos y si me dejas espero poder llenar el vacio que pueda tener tu corazon.

Me gustaria curar todas las heridas que tienes.

N-no, no quiero hacer daño a nadie más. Susurro, bajo la mirada, mi mente me grita que me aparte, pero no puedo moverme, quiero seguir sintiendo sus brazos a mi alrededor, y a la vez no quiero hacerlo. Me ha cuidado estos días.

Tú tienes tu trabajo, yo... ya no tengo nada.

Esa verdad me golpea una vez dicha en voz alta. Ya no me queda nada, mi trabajo, mis contactos, mi vida, todo ahora es humo, estoy muerta, puedo empezar una nueva vida, pero de repente me siento vacía. Me han educado para una sola cosa, para matar, y ahora me doy cuenta cabal de que ya no tengo que hacerlo nunca más.

Agacho la cabeza. Ya no tengo nada... Repito para mí misma sintiendo cómo mis ojos escuecen ligeramente.

Shhh, me tienes a mi y eeso es bastante. Mi jefe puede darme un trabajo en el sitio que quiera, puedo hacer lo que quiera y lo que uqiereo es tener una vida contigo, quiero que estes a mi lado y eso  no lo puedes cambiar.

Cierro los ojos, no quiero llorar. No voy a llorar. No entiendo lo que me pasa. Siento como si mi pecho fuera a estallar. Todavía estoy débil, la herida me da punzadas rítmicas en el costado. Intento ahogar todas las emociones que pugnan por salir. Soy débil. Por sentirlas. No debería sentir nada. Eso no es lo que me han enseñado. No voy a llorar por la vida que ya no tengo y que no quería, pero era lo único que conocía. Me siento perdida. Sus palabras llegan a mis oídos, pero no le escucho, no puedo hacerlo, ¿qué sentido tiene mi vida ahora?

Simplemente te abraza y te consuela mientras pasan por el pasillo enfermeras, algunos medicos y tu hermano mayor que os mira y sonrie mientras deja sobre la mesa algo para que pueda comer Tomy

Creo que deberias llorar, es lo mejor ahora, luego no podras o no querras. Por fin eres libre y pro fin puedes hacer lo que mas desees.

Llorar, que fácil es decirlo. Qué difícil es hacerlo. Intento controlar mis emociones. Respiro hondo. No voy a llorar. Por fin soy libre. Ocho años, ocho malditos años ha tardado en sacarme de allí. Ya no soy esa niña que le despidió en el complejo de la Agencia. No lloré entonces. No lloraré ahora. Los pensamientos vuelan en mi cabeza. Siento los brazos de Tommy alrededor de mi cuerpo, dándome calor, cariño, apoyo. No lloraré. Sin darme cuenta las lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas, saliendo de mis ojos como si tuvieran vida propia. No voy a llorar. Pero las lágrimas siguen saliendo, todas las que han estado acumulándose todos estos años. Un sollozo pugna por salir de dentro de mí. Intento frenarlo, pero parece que mi cuerpo no responde a lo que le pido. Es como si todas las emociones acumuladas toda mi vida de repente encontraran un hueco, no puedo controlarlas. Lloro entre sus brazos, sabiendo en el fondo de mí que lo necesito.

Tomy no dice nada, solo te abraza y te limpia los ojos y las mejillas con sus dedos mientras te mira a los ojos y te besa en la frente

Estoy aqui, no te preocupes, siempre estare aqui.

Me siento mejor. Increiblemente me siento mejor. La súbita exposión de emociones me ha dejado agotada. Le dejo hacer cuando me seca la cara y los ojos. Esbozo una sonrisa. Una sonrisa real, no creada artificialmente. Recuerdo las palabras de Liu, diciéndome lo mismo hace tantos años. Los pinchazos en el costado se han vuelto un dolor sordo molesto que empiezo a notar demasiado.

Siempre es mucho tiempo. Susurro, con la voz ligeramente cascada.

Todo el que tu quieras, ahora descansa o el medico me dira que hago para hacer que no se te cure esa herida replica mientras te mira y sonrie levemente Luego haremos algo para hacer que no te aburras, mi abuela quiere venir a verte, pero no se si querras, tengo aun que preparar todo pra el viaje a San Francisco.

Me toco el costado, notando el dolor palpitante cada vez más fuerte. Si, necesito descansar, he estado tres días muerta. Mi tono de voz no es irónico, sólo apunta una realidad.

Me siento en la cama y miro a mi alrededor. Veo la comida en la mesita, antes no estaba allí. Ni siquiera me he dado cuenta.

¿Hace cuánto tiempo que no comes?