Partida Rol por web

- Eh, vosotros, salid de enmedio y si tenéis que actuar, subid al escenario - dice uno de los ogros de seguridad señalando una amplia tarima al otro lado de la habitación. Justo en esa dirección no os cuesta ver a Morg'n'Thorg en alegre conversación con una señora.

Napi sigue con la clara intención de colarse por alguna puerta para huir de la visión de los ogros y si puede, explorar un poco la casa y vivir aventuras que contar al equipo. 

Napi intenta escabullirse entre el gentío cuando nota que sus pies no toman contacto con el suelo. Una leve presión le rodea el gaznate y para cuando quiere darse cuenta está a un par de metros del suelo agarrado por un ogro que lo mira con cara de curiosidad. Ese tipo de cara que parece que esté diciendo "¿Dónde crees que vas?".

Después de reanimar a la gorda aquella, que se había desmayado ante sus ojos - y es que hay gente que no aguanta la bebida - y ver como por fin su rostro tomaba un color más saludable, pasando a ser de un violeta intenso, Grok la dio un golpecito en la espalda que hizo saltar un trozo de comida, que se le había quedado atragantada en la garganta.

- ¡Ala! Dibiertaze zeñora. Kuidado kon bebida - la dedicó una sonrisa sin dientes, pensando en lo orgullosa que estaría su madre si pudiera verle ahora. Al levantarse en toda su altura y mirar alrededor, vio una cara conocida. Se trataba de aquel ogro simpático que habían conocido en la taberna. Se dirigió a él para cambiar unas palabras, intentando recordar su nombre mientras se  acercaba.

- ¡Ola, Norg! ¿Tu akuerdaz mi? Yo Grok. Amigo. - mientras hablaba con el ogro se fijó en la señora que le hacía compañía. No teniendo claro que significaba aquello le pregunto. - ¿Ezta tu mazkota? Jojojojo. Guztar pechugonaz. Mi tambien guztar. - y le dio una palmada amistosa en el hombro, que posiblemente hubiera tumbado a un hombre.

Buark veía que la cosa se les estaba llendo de las manos. La mayoría del equipo aún no había hecho su aparición. Nappi, trataba en vano de escurrir el bulto, como siempre. Mientras que Grok había conseguido llegar hasta el famoso ogro pero por algún motivo todas las atenciones de las damas estaban volcadas hacia él.
Cuando uno de los ogros intentó posar las manos sobre los hombros de Buark, hombros que estaban cubiertos por el emblema del equipo, Buark se escabulló y avanzó con la cabeza gacha y los hombros altos como en sus mejores tiempos de blitzer.
- ¿Escenario? - preguntó en voz alta, quizás a los ogros, quizás para sí, quizás al siempre presente Entrenador - Sea - respondió a alguien que sólo él debí haber oído.

El gentío os deja claramente un pasillo hacia lo que parece una lustrosa tarima de madera cubierta con baneras, ropajes, girnaldas y un grueso micrófono en medio, una silla, una escalera, un bote de pintura y tres pasteles de nata. Un potente foco apunta claramente al centro de la tarima y a la vista de los ojos de los asistentes hay cierta espectación sobre el espectáculo.

Por otro lado a nadie de los tres le pasa desapercibida la presencia de Morg'N'Thorg cerca del escenario, charlando amigablemente con tres humanos. A juzgar por su físico, excelentes deportistas vestidos con elegantes trajes.

Y de repente, los asistentes arrancan a aplaudir viendo cómo avanzáis por el pasillo.

Morg no le hizo ni caso, así que el trol supuso que no le recordaba. Grok pensó, que con esa memoria nunca llegaría a ser buen jugador de BloodBowl. Como pensaba aprender unas reglas tan complicadas. Grok había necesitado de varias temporadas para saber a quien se podía comer y a quien no. Y, hablando de comer, unas luces mágicas le indicaron de repente el camino hacia tres trozos de comida que tenían aspecto de ser de lo más delicioso. Sin dudar un segundo y entendiendo por los aplausos de la gente que estaba haciendo lo correcto, se subió a la tarima y no dudo un segundo en meterse una de las enormes tartas en la boca de un solo bocado. Con guinda y todo.

Los aplausos del público cesaron. No solamente estaban las cosas saliendo de una forma distinta a lo esperado por la gente allí reunida, si no que además la cara del bestiajo vestido de payaso empezaba a cambiar de color, pasando de un sano verde ciénaga a un rosa puerco. La boca del trol se abrió entonces de repente dejando libre un chorro de nata y chocolate, aderezado con los restos del ponche que se había bebido hacía unos instantes, y bañando a los espectadores de las primeras filas de los que ya no se podía distinguir más que dos ojos abiertos como platos.

– ¡Puaj! Ke azko. Zer dulze.

La boca del trol se abrió entonces de repente... bañando a los espectadores de las primeras filas.

Napi se aparta de un salto del rango aspersor del vomito del troll, gritando como un descosido mientras mantiene su calabaza en su sitio. 

Cazi me manchaz el traje engalao, zoquete! Y las manchaz de vomito no zalen con nada, habría que ponerle mucha caca o barro para que volvieze a recuperar el color marrón... aunque con tanto humano aqui reunio no zeria dificil reunir algun cagarro, eza gorda zeguro que caga unoz truñoz como tu, Grok.... Je, ezo me hace recordar, aquella vez que tenia diarrea y fui cagando por el campo durante el partido. Uno de loz elfoz ze rezvalo con la mierdusca y ze cayo de bruces dando con la cara contra otra cagada mia. El tipo murio en el acto, de azco! Bueno, por ezo y porque ze rompio el cuello... eztoz elfoz afeminaoz, todo el dia comiendo florez y abrazando arbolez... 

Napi se refugia en sus pensamientos, mitad inventados, mitad ciertos. Si es cierto que durante un partido tuvo diarrea y cago hasta en los zapatos del arbitro, pero el único en resbalar con uno de los truños fue el mismo.

El público empieza a aplaudir el espectáculo con auténtica devoción. El truco les ha encantado a pesar de estar totalmente cubiertos de esa especie de masa parduzca, llena de grumos y con un olor totalmente nocivo. Incluso llegar a notar un cierto calor corrosivo que les recorre el cuerpo.

Justo cuando creeis que os podéis marchar porque todo el mundo está ocupado sacándose la ropa por efectos del ácido, el viejo Morg'n'Thorg se dirige hacia vosotros y os señala.

- Ei, esos tipos los he visto antes, son jugadores de nuestro próximo rival. Vamos a por ellos muchachos!

Morg'n'Thorg señala a Napi, el jugador mas carismáticamente reconocible del grupo (o el que mas llama la atención, con la calabaza en la cabeza)... O lo hubiese hecho si Napi siguiese ahí. En el momento en el que Napi ve que el Ogro los reconoce, se huele que va a haber problemas, y desaparece taimadamente sin que nadie le preste mas atención de la necesaria. 

Los instintos de Napi lo llevan hasta la entrada, donde los dos ogros impiden el paso de dos de los orcos negros del equipo; Gorkul Aplazta Rodillaz* y Grom RajaElfoz. Colándose entre las piernas de estos dos mastondontes de piel verde, Napi mira a los ogros. 

Vienen conmigo... Zi, zon parte del ezpectaculo... je je... Morg loz ezta ezperando...

Grok miro al público aplaudiendo sin entender nada de lo que sucedía. Los humanos eran definitivamente una raza de lo más extraña: Les vomitas encima y te aplauden. ¿Qué sería lo próximo? ¿Darles una paliza y se echan a reír? Decididamente no entendía a esos seres rosas y blandengues. 

Entonces vio a su amigo Mord – ¿o era Molog? ¡Bah! ¿Que más daba el nombre? – señalándole y acercándose a él con algunos amiguetes suyos, haciendo aspavientos. Estaba claro que por fin le había reconocido, lo cual alegro mucho al trol. Aunque parecía mentira que mala memoria podía tener el ogro. ¿Y alguien había dicho que era jugador de Blood Bowl? Grok no se lo podía creer. ¿Cómo iba a acordarse de unas reglas tan complicadas si no era capaz de acordarse de alguien que acababa de conocer unas horas antes? ¡Bueno! Daba igual. Lo importante era que le había reconocido. Grok se acercó al él con una sonrisa que le llegaba a sus puntiagudas orejas, enseñando unos dientes que aún mostraban restos de la tarta vomitada entre las encías.

– ¡Morch! ¿Ke tal taz? No komer tarta. Tarta zaber a kagada de dragón. Muuuucho malo. – Noto entonces, que Morg parecía estar bastante enfadado. Como si tuviera ganas de bronca. Grok no lo dudo ni un momento. Si su nuevo amigo iba a pegarse con alguien, el trol le echaría una mano. Para eso están los amigos, ¿no? Además que un trol de los que merecen llevar el nombre no evita nunca una pelea. Se une a ella –. ¿Mort kiere tortaz? Yo ayudo a Mort. ¿A kien pegar? Tu dezir, yo pego.

El lanzador estaba en medio de aquel improvisado teatrillo. Le resultaba inconcebible que aquellos humanos se estuvieran riendo de aquella manera. A fin de cuentas ellos eran la representación, la avanzadilla por así decirlo del equipo rival. Del equipo que jugaría la final, nada menos...

Finalmente la luz se fue abriendo paso en el obtuso cerebro de Buark... aquellos humanos se estaban riendo... DE ELLOS. Aquello le pareció inconcebible. ¡Qué vergüenza! ¡Qué ofensa! ¡Aquello era algo intolerable!

La furia encendió al lanzador, alcanzándole y llenándole como en sus mejores momentos de Blitzer. Si aquellos humanos querían ver BloodBowl, verían BloodBowl.

- ¡Arrrg! - gritó con furia. Con los ojos cubiertos por una neblina rojiza pudo ver a dos de los orcos negros del equipo en las puertas del salón, el resto del equipo había hecho su aparición por fin.

El lanzador cogió uno de los pasteles de la mesa, sacudió con violencia el plato dejando caer el pastel sobre los espectadores aún cubiertos de vómito y lo arrojó con todas su fuerzas al otro lado de la sala, contra la cabeza de uno de los ogros que impedían la entrada a los demás orcos*. Con un poco de suerte conseguiría distraer a los ogros, con un poco más de suerte, le abriría la cabeza a uno de aquellos brutos.

En un momento, la sala de baile se convierte en un desorden. Morg'n'Thorg se para algo extrañado por las preguntas del troll, momento en el cual el resto podéis ver claramente cómo parte del contrato le sobresale del bolsillo porterior de su pantalón.

Las señoras de buen talle gritan, hombres de orondo cuerpo se esconden tras sus copas, sus manos, sus chaquetas o simplemente se agachan tras una mesa. El espectáculo está a punto de empezar y en lugar de pelotas de cuero con pinchos va a haber pasteles, copas y cazos repletos de ponche.