Partida Rol por web

Cuando Reika quema el ramo de flores al lado de mi cara, doy un respingo hacia atrás mascullando un "¡joder!" por la sorpresa.

- Estamos en la clase de los flipados.- Le digo por lo bajini a Yami, Naito y Denshi.- Y Reika es la primera. Entre los gemelos Weasley, el príncipe Aladín, Reika la pirómana y decidme que no he sido el único que ha visto a un tipo entrando con una máscara y un sombrero de copa porque os lo juro que parecía sacado de una serie de la tele.

Es el día.

Abrió los ojos mirando el techo desconocido del pequeño apartamento en el centro. Se sentó con lentitud, frotándose las sienes levemente, ya que al moverse el dolor había vuelto tras volver a estar consciente. El cuerpo en su parte superior estaba bien vendado, y afortunadamente casi todo rastro de heridas había sanado rápido en esos días.

Ah...es  verdad. Realmente me dejaron bastante mal en el exámen de admisión. Esa clase de enemigos...actualmente, me alegra que esa haya sido la prueba de entrada. Pero, es un poco triste pensar que me esforcé al máximo para quedar en los últimos puestos. Aún así, lo que cuenta es que estoy dentro. No estoy compitiendo contra nadie.

Miró alrededor. Su vida estaba empacada en una maleta que aún no había terminado de desarmar, porque no quería encariñarse demasiado con el lugar o más bien estaba recelosa de hacerlo. Estaba sola en una gran ciudad desconocida, sin familiares o conocidos. Debería estar bien, se dijo, el área era urbana y ruidosa. Se levantó y desayunó algo de ramen instantáneo y tras poca ceremonia y preparativos matinales, trabó la puerta al salir, luciendo el uniforme de la academia con una leve sonrisa, que había desaparecido para cuando llegó a la entrada de la U.A. Su expresión ahora tenía un toque de precaución, y parecía estar examinando el entorno y a los otros estudiantes que como ella, avanzaban para el primer día de clases. Vió pequeños grupos juntándose a conversar, pero realmente veía iniciar una conversación y más aún, encontrar el grupo correcto de estudiantes que correspondía a su clase. Frotó con las yemas de los dedos el trozo de venda en la mejilla, evaluando que debería esperar al menos un día más antes de retirarlo.

Pasó mirando de forma discreta, de reojo, a quizá el grupillo más llamativo, Principalmente porque era ruidoso, y había una persona claramente extranjera dando...¿algo? ¿costoso? quizá por algún concurso o algo así a las personas cercanas. No se detuvo a averiguarlo tampoco, aunque sonaba como una buena oportunidad para socializar.

Está bien...tengo tiempo. No quiero apresurarme y crear una situación incómoda el primer día.

Mientras el pobre sirviente recogía los restos del inflamable regalo, el peliazul actúa de una manera que jamás habría imaginado. Lejos de molestarse, enfadarse, o tomar venganza contra mi osadía, el joven se abalanzó sobre mi de una pirueta, y con toda la desfachatez, me agarra de la mano, para posteriormente dedicarme las palabras mas hermosas que nunca nadie me había dirigido. Mi tez se ruboriza hasta tal punto de llegar a sacar humo de mis fosas nasales. Estaba roja como un tomate e impactada ante la actitud del joven.

-¡¿Pero que?! 

No me da tiempo a retirarle la mano, que ya me había propuesto un anillo de lo más hermoso. Me quedo impactada ante su actitud y su atrevimiento, tal es así que mi enrojecimiento solo hace que aumentar. No reacciono hasta que el muchacho no acaba con su declaración.

-¿¡¡¡¡¡QUE QUE!!!!!?

Mi voz resonó por los patios de la academia. El seguía de rodillas, ostentando mi mano, con la piedra en la mano, mientras yo miraba a los lados, buscando una escapatoria de aquella situación tan bochornosa.

-¡Pero...! ¡Pero...! ¡Pero....! ¿¡PERO QUE DICES, ANIMAL!?

Le quito la mano, esta vez si, con decisión, para mostrarle posteriormente mis garras y colmillos, y seguir exhalando humo por mi nariz. Notaba mi pulso acelerado, mis mejillas sonrojadas, y un extraño hormigueo recorría mi cuerpo. No obstante, me mantenía firme en mi sitio ante sus melosas palabras. Le dedico las siguientes palabras cargadas de mal humor.

-¡Quita, pirado! No me conoces de nada. Si crees que un puñado de hermosas y cautivadoras palabras además de un pedrusco harán cambiar mi opinión sobre ti, lo llevas claro. No se a qué estas acostumbrado, pero yo no soy la típica chica a la que le puedas decir esto sin llevarte un guantazo.

Le miro de reojo, desviando de vez en cuando la mirada, aún avergonzada y cruzándome de brazos.

-Pero... Por esta vez lo pasaré por alto. ¡La próxima vez me encargaré de retocar esa cara de niño majo que tienes! ¡HUM!

Seguía exhalando humo por la nariz, aunque esta vez parecía irme calmando poco a poco. Me giro para que no vea mi cara, aún con los brazos cruzados.

-¡Esta loco! ¿Quien se cree que es? De que va dedicándome esas hermosas palabras... ... ... Será tonto...

Y al fin llegó el día. Me desperté estirándome en la cama del pequeño piso que tenía alquilado. La herencia de mi familia me permitía vivir cómodamente aunque sin muchos lujos.

Tras una buena ducha, me puse el uniforme y me até un par de cintas al pelo. Había que causar una buena impresión el primer día, hoy conocería a las personas con las que compartiría sus sueños de convertirse en una heroína.

Mientras desayunaba una tostada, se contempló en el espejo. ¿Que hubiera dicho su familia de ella? ¿Que le diría su hermano?

Hubiera estado orgulloso de ti.

Casi podía ver a su hermano sonriendola tras una pared. Con una sonrisa melancólica miró allí donde creyó verle.

Esto va por ti, por nuestra familia, y por todos aquellos que necesitan ser rescatados de las garras del infierno.

Se volvió a mirar al espejo.

- Se valiente Mizuki, hoy comienza tu aventura.

Le guiñó un ojo al espejo y sonrió. Hoy iba a ser un buen día.

Llegó enfrente de las puertas de la U.A tras un viaje en el metro que se le hizo eterno. Que emoción!

Ya al acercarse vio que habían llegado varias personas, y la escena empezaba a ser un poco extravagante. Divertida para los ojos de Mizuki.

Unos señores se afanan en repartir regalos a los alumnos que van llegando, y le entregan un portatil a Mizuki.

- ¡Aiba! ¡Muchas gracias! ¿Ya estais repartiendo el material escolar?

Prestando más atención al portatil que le han entregado

- ¡Pero si el último modelo! Como se portan los de la U.A con sus alumnos

El señor le aclara que es una muestra de cortesía de Hirotaka Azahar Azzam

- ¡Un principe! Y va a estudiar con nosotros para ser un héroe y arriesgar su vida por los demás. Voy a darle las gracias por los regalos

¿Cuanto dinero tiene que tener un principe para gastar todo este dinero el primer día?

Al aproximarse al alumno que le indica que es el principe, observa la escena que se desarrolla entre él y la chica de cuernos.

¿Eso ha sido un quirk de fuego? Parece interesante, debo de hablar con ella. Espero que no esté molesta, parecía alterada por la conversación. ¿Se conocerán de antes? Parecen ocupados en asuntos personales, mejor hablo con ellos mas tarde.

Cerca de ellos dos ve a dos chicos con el pelo negro azulado Que color tan bonito! Otro con el pelo blanco y otro con el pelo morado manteniendo una conversación. Cerca de ellos como retraido está un chico con unas orejas largas que parecen muy suaves :O que monada, ¿me dejará tocarlas? Igual si le dejo tocar las mias...

- Hola chicos! Sois los nuevos alumnos de la U.A verdad? Encantada de conoceros, me llamo Mizuki, Mizuki Fujimoto

Inclina la cabeza esbozando una gran sonrisa y moviendo levemente la cola

Examinando el instituto en todo su esplendor siento como algo impacta en mi espalda. ¿Hum? Volteó distraído para ver que es, cuando volteó veo una chica tumbada en el suelo. Pero si es una niña, ¿Que hace una niña aquí?

Atrás de la niña hay dos gemelos que se acercan divertidos para ver la escena, ambos se burlan de ella para luego explicar que es su hermana, antes de poder decir algo ambos salen corriendo en dirección a un chico que parece tener una multitud encima.

La chica se apresura a levantarse y disculparse de manera exagerada, parece verdaderamente apenada.

-No te disculpes, apenas y me di cuenta que alguien me había chocado - Digo sonriendo. - Dime una cosa niña, por las pintas que llevas, ¿Estudias aquí?

Al ver que nadie respondía a mi saludo y que el chico vampiro estaba un poco nervioso decidí irme. Era normal que nadie quisiera relacionarse con el último del curso, además el chico de la limusina había creado un gran revuelo al llegar así que simplemente me dirigí a la entrada para buscar un asiento en la clase 1 A. Probablemente me sentaría al ladodealguna ventana en una de las últimas filas.

Un gritito corto salió de Ann a la vez que se rodeaba ligeramente de una corriente de aire liviana y se protegía la cara con ambos brazos... El motivo había sido el mero movimiento de Soplido fingido de su hermano Akemi al que miro bastante mal antes de empezarse a disculpar con el chico, quien al parecer estaba en perfecto estado y eso mejoró su ánimo.

-No soy una niña, bueno... No tanto. Tengo trece años y he venido a la escuela con mis hermanos. Hace dos años que me subieron de curso y por eso ah.. estoy aquí.

Sonrió a Shinji y de pronto sintió como una mujer posaba sobre sus manos un ramo de flores y una foto firmada. Fue ahí cuando se dio cuenta de a donde habían ido sus hermanos. "Por la postura que tienen y esa cara... No traman nada bueno, para variar..." Suspiró y para no hacer el feo se guardo la foto sonriendo y saludando a su compañero Príncipe en la lejanía.
-Me llamo Ann por cierto. ¿Y tú cómo te llamas?
Volvió la vista a Shinji con curiosidad.

Ann Lin
Shinji Ten
Un gritito corto salió de Ann a la vez que se rodeaba ligeramente de una corriente de aire liviana y se protegía la cara con ambos brazos... El motivo había sido el mero movimiento de Soplido fingido de su hermano Akemi al que miro bastante mal antes de empezarse a disculpar con el chico, quien al parecer estaba en perfecto estado y eso mejoró su ánimo. Al parecer estaba entablando conversación con el chico pelirrojo. Sonrió a Shinji y de pronto sintió como una mujer posaba sobre sus manos un ramo de flores y una foto firmada. Fue ahí cuando se dio cuenta de a donde habían ido sus hermanos. "Por la postura que tienen y esa cara... No traman nada bueno, para variar..." Suspiró y para no hacer el feo se guardo la foto sonriendo y saludando a su compañero Príncipe en la lejanía, tras lo cual volvió a hablar con el pelirrojo.

-Me llamo Shinji, un gusto Ann. - A pesar de tener 13 años parecía más madura de lo que aparentaba. -¿Quieres recibir un regalo gratis? Al parecer el príncipe anda regalando a todos los estudiantes - Digo señalando con la cabeza hacía donde estaba la multitud.

Para su sorpresa, la belleza rubia le miró un tanto roja, como si estuviera avergonzada, ¿tan mal elegidas fueron sus palabras?, el muchacho aun así, mantuvo la compostura, tal y como le habían enseñado en sus clases de etiqueta, aunque era algo difícil no poder fijarse en el humo que le salía de la nariz a la muchacha.

Parecía algo consternada, llegando a preguntar varias veces que decía, ¿tal vez era por el acento?...sabía japonés, ¿pero le estaría entendiendo?, ¿o tal vez le había metido en un aprieto? Fuera como fuera, no tardó en mostrarle las garras y colmillos a la vez que el humo parecía estar aumentando en cantidad. ¿Qué iba a hacer al respecto?, el lo había hecho con todo su corazón y ella parecía habérselo tomado como un insulto, ¿barrera cultural?

Los criados estaban expectantes, incluso preparados para llamar a una ambulancia y al ejercito si hacía falta, pero la hermosa chica se limitó a gritarle, exclamando que ese puñado de palabras cautivadoras y el anillo no cambiarán su opinión sobre el, además de que no era la típica chica a la que podía decirle esas cosas sin llevarse un guantazo.

A pesar de sus duras palabras, y de la amenaza de romperle la cara, el joven se le veía aún con ojos brillantes, como si estuviera contemplando la cosa más bonita del mundo entero.

-Perdonad mi osadía dulce dama…seré más cuidadoso a partir de ahora.-Se disculpó con solemnidad.-No quería volver a herir sus sentimientos, por favor, acepte mi disculpa y mi más sincero sentimiento de culpabilidad. Me dejé llevar por el corazón, el cual se aceleró al ver tus preciosos rasgos femeninos, pero me controlaré a partir de ahora...y todos vosotros también queridos compañeros…estos regalos…debería haberlos entregado a mano, mea culpa, mea culpa…no he tenido en cuenta vuestros sentimientos, lo siento con todo mi ser.-Exclamó a la vez que se ponía de pie y guardaba el anillo en el bolsillo, mirando con decisión a la belleza rubia que le había rechazado.

-Incluso un miembro de la realeza como yo…se puede equivocar, pero haré todo lo posible para romper esta barrera cultural y hacer llegar mis sentimientos a todos vosotros, errar es humano…y yo no soy más que un ser normal y corriente.-Entonces hizo una breve pausa y carraspeó.-A partir de ahora...me comportaré como se debe-Después de decir aquello, y de hacer un gesto tranquilizante a sus criados, los cuales estaban sorbiendo mocos y secándose lágrimas por ese precioso discurso, el muchacho se dirigió hacia la entrada de la academia, dispuesto a entrar en su clase, saludando de vez en cuando a alguien que le reconocía o le saludaba.

-¡Por favor, llamadme Hirotaka!, ¡Es un placer estar aquí!-Comentaba de vez en cuando con una sonrisa carismática. Ahora empezaba su nueva vida…y su objetivo seguía en pie, por ahora. El joven miró por última vez al sol, bañándose nuevamente en su calor antes de entrar a la sombra del edificio, chasqueando levemente los dedos antes de hacer aparecer una pequeña bola de luz que comenzó a seguirle por las instalaciones.

Observé la escena que se producía delante de mis ojos, las llamaradas de la chica lagarto crearon un viento tan potente que mi pelo se erizó hacia abajo, tapándome ligeramente la vista. 

- Son... Un tanto excéntricos, sin duda. - dije mientras miraba hacia adelante y contestaba a Kugyo.

Ya he podido ver algunas de sus habilidades en acción, esa chica debería calmarse y planificar más adecuadamente su siguiente movimiento, es excesivamente temperamental e impulsiva en su estilo. 

- También he visto al tipo de la máscara, de todos a los que he visto hasta ahora, creo que él será el compañero más complicado para trabajar en equipo, no ha intentado entablar ni una sola conversación. Excesivo individualismo. 

Miré al chico murciélago y a Denshi, parecían algo cohibidos por la situación. 

- ¿Todo bien? - les dije mirándolos a ambos.  

Denshi y Yami parecen tímidos. Naito hace bien en intentar incluirles. Les miro e intento sonreírles, pero me sale regular y al final hago una mueca muy extraña.

- ¡Encantada de conoceros chicos! ¿Emocionados por el primer día?

Voy a tener que volver a pedir que nos volvamos a presentar ya que el día del examen de ingreso, con todo el barullo que había no me acuerdo de vuestras caras :S

Podeís llamarme Mizuki. No quedé muy bien en el examen de ingreso, pero eso sólo significa que tengo aún mas margen de mejora no? jeje

Vamos a volvernos fuertes todos juntos este año!

Sonrío en dirección a Naito.

Parece un chaval agradable, aunque su mirada sea dura y calculadora. Probablemente sea una de esas personas que planifican su estrategia a la perfección como mi madre.

La mueca que me dirige Kugyo me parece divertida. Sosteniendo el aparato de música en la mano, abro la parte trasera y saco la batería que contiene. Tras poner dos dedos en ambos contactos, unas ligeras chispas salen de ésta y me envuelven la mano. Un poco basta para aliviarme gratamente.

-Sí, todo perfecto. -digo esbozando una sonrisa aún más amplia-. Es que tardo un poco en integrarme en los grupos, me ocurre con frecuencia.

Miro esa vez a Yami aún con la sonrisa en el rostro. Me recuerda increíblemente a mi hermano.

Quizás nos cueste un poco, pero acabaremos abriéndonos a los demás. Aunque yo tengo una pequeña forma de hacer trampas...

La repentina aparición de la chica con largas orejas me sobresalta ligeramente. De los dedos que tengo puestos en los contactos de la batería del aparato de música que aquel criado me dio, algunas chispas más saltan a mi mano, desapareciendo rápidamente.

Cuidado, no debo pasarme o se acabará la batería.

Guardando ésta en el bolsillo, me giro en dirección a la chica que se ha presentado como Mizuki. Se me entrecorta la voz ligeramente al ver su rostro en persona por primera vez.

-Ho... ehm, hola Mizuki. Yo me llamo Kosoku Denshi, aunque todos me llaman Denshi.

Cuando menciona la calificación no puedo evitar recordar la pésima actuación que yo tuve. Para cuando pude activar mi quirk ya había pasado mucho tiempo. Sin embargo, las palabras de Mizuki me reconfortan de alguna manera.

-Lo daremos todo. -digo asintiendo mientras esbozo una sonrisa picaresca.

Sí, me he pasado de carga.

- Hola, Mizuki.- Respondo.- Soy Kugyo. Estos son Naito, Denshi y Yami. Supongo que sí, claro. Somos del departamento de héroes, al fin y al cabo, ¿no? Tendremos que hacernos más fuertes.- Suelto una risa nerviosa.

Nego mientras miraba al chico extravagante tener problemas con una chica rubia, al parecer sus hermanos habían decidido desaparecer después de alguna trastada aunque eso tampoco le preocupaba mucho. -Creo que me sentiría mal si aceptará un regalo tan caro, si es mi compañero de clase lo conoceré igual que a todos... Saludándolo y diciendo mi nombre, si aceptará un regalo de tal tamaño quizá lo haga feliz al momento pero... ¿Y si al final no le caigo bien? O el a mi... Eso podría molestarle mucho en ambos casos y se preguntaría por qué haría eso... Se quedó callada un momento y luego rió un poco señalando con la cabeza la entrada de la academia. +Seguro que solo le estoy dando vueltas a algo sencillo. ¿Vamos dentro? Creo que en unos minutos sonará la campana.
Quizá fuera por vaguería pura pero decidió levantar ligeramente la corriente de aire a su alrededor para reducir su peso e ir más descansada a la clase.

Nego a Shinji con la cabeza mientras miraba al chico extravagante tener problemas con una chica rubia, al parecer sus hermanos habían decidido desaparecer después de alguna trastada aunque eso tampoco le preocupaba mucho. Volviendo la vista al pelirrojo empezó a hablar y al final Se quedó callada un momento y luego rió un poco señalando con la cabeza la entrada de la academia, comentándole algo de mientras iban andando.
Quizá fuera por vaguería pura pero decidió levantar ligeramente la corriente de aire a su alrededor para reducir su peso e ir más descansada a la clase. De cerca quizá no se veía demasiado claro, pero de lejos se podía notar ligeramente el cambio de aire en su zona, pues seguía un patrón irregular.

-Vaya, si que te lo piensas mucho - conteste cuando termino de hablar. - Parece que ya están entrando al aula, vayamos entonces.

Note una suave brisa alrededor de ella ¿Acaso era idea mía? No, la chica comenzó a levitar a pocos centimetros del suelo. -Buen truco, niña, ya quiero verte en combate. - Comenté sonriendo, la chica aparentaba menos fuerza de la que intuía que tenía.