Partida Rol por web

 -Me conocen como Zeus, pero puedes decirme como mejor te parezca -respondería el hombre enmascarado, antes de empezar a acomodarse los guantes como un doctor al escuchar tus dudas e interrogante. -. Naturalmente deberías sospechar de mi, y de cualquier otro que pudiese haberte hecho una propuesta como esta, pero puedo asegurarte que no soy como los demás.

 -Soy alguien con un sueño para la sociedad, un futuro brillante donde los quirks no determinen la vida de las personas y donde los poderosos no puedan manejar a su antojo a los inocentes. El mundo se sostiene frágilmente sobre unos pilares llamados "héroes" que no son más que figuras formadas sobre orgullo y fama, personas que en el fondo no se interesan por nadie más que ellos mismos y que se consideran más importante que el resto por haber nacido con un don excepcional. ¿Por qué existen leyes que impiden a los héroes asesinar a villanos? ¿Por qué una persona con grandes poderes escogería ser malo cuando es tan fácil volverse famoso salvando a alguien? Todo tiene una respuesta, y gira en torno a la verdad tras el mundo que conocemos y el que nos quieren ocultar, una realidad que no quieren revelar donde las personas podrían vivir justamente sin verse envueltas en su control. Yo busco revelar esa y otras verdades al mundo, que nadie más tenga que utilizar una máscara para ocultar su verdadero ser, donde todo aquel con un deseo de continuar su vida pueda hacerlo. Yo te ofrezco esa experiencia, un camino por el cual podrás dar forma a tus ideales y llevar al mundo al futuro brillante que siempre soñé, y lo único que pido es tu apoyo...

Normal que cualquier desesperado siguiera como conejito ciego a ese hombre, ofrecía puros ideales cual sectario reclutador y eso no le gustaba un pelo pero su misión estaba clara por lo que se cruzó de brazos haciéndose de rogar un poco.

-Su nombre, ¿Cómo me dirijo a usted? la mirada de Aoi era desafiante aunque terminaría por relajarse si le daba un nombre. -Bien... ¿Entonces dice que puede cambiar este mundo podrido? Se comenzó a acercar al hombre. - Definitivamente no tengo nada mejor que intentar, este barrio es pequeño e insignificante en comparación a lo que me ofrece sin duda. Le ofreció finalmente la mano con una sonrisa de convicción. -Veamos si es posible lo que me dice. No se iría con el aún, pues tenía que coger sus cosas del refugio además de dejar a cargo a alguno de los tipos que habían cambiado su forma de ver las calles. -Dígame donde debo ir y allí estaré, tengo que dejar listas unas pocas cosas antes de acudir de nuevo a usted. Como avisar a Kazama Nobunaga de que ya había entrado en contacto con el objetivo. 

Miré al tal Zeus tanto con suspicacia y curiosidad, viendo sus gestos y vigilándolos por si acaso hacía algo para lo que me resultase necesario defenderme rápido no fuera que supusiera un peligro para mi -Los demás no llevan máscaras con LEDs ni ofrecen trabajos sospechosos tras una redada...- no pude evitar pensar después de escucharle -Te escucho- pero al menos le daría oportunidad para explicarle primero antes de decidir nada.

Luego de eso me esperó un largo... laaaaaaaaaaaargo discurso sobre el "sueño" que tenía ese tal Zeus. Una historia de como las personas estaban determinadas por sus quirks, que los héroes son egoístas y pensaban solo en ellos mismos considerándose lo más. Luego su discurso tiró a algo más sobre el tema de los villanos... diciendo que porque estaba prohibido matar villanos y porque la gente se vuelve villana en vez de héroe con lo fácil que es...

Sinceramente, su discurso se estaba volviendo quizás en exceso conspiranoico con ese tema de "que nos ocultan la verdad del mundo que si se revela la gente podrá vivir libremente y eso no les gusta, y yo quiero hacer libres a todos"... Sinceramente yo soy mucho más conformista e individualista, y de "grandes ideales" poco. Yo simplemente quiero vivir... me da igual como, las normas que pongan o los tejemanejes que se traiga la gente... Yo seguiré adelante sobreviviendo, y si encuentro formas mejores de hacerlas por mucho que las leyes digan que no, las puedo hacer.

Y seguramente ese escepticismo se notaba en mi mirada hacia él -Supongo son palabras bonitas... o no, no lo se realmente. Dices que buscas que todo el mundo se "quite la venda" y pueda vivir una vida libre... Pero también metes cosas como prohibiciones de matar. A mi con palabras no se me convence, discúlpame- le diría de forma sincera y sin pelos en la lengua; pero con seriedad, no con intención de molestarle ni criticar su punto de vista -He visto de primera mano como la gente habla de cosas preciosas y buenas intenciones... Para luego actuar con las más perversas intenciones una vez las cámaras dejan de grabar y los testigos ya no pueden ver la realidad- explicaría con seriedad... tampoco con muchos detalles; pero notándose que si que había vivido dichas experiencias, y para que entendiera el contexto de mis dudas y palabras -A mi se me convence con hechos... no quiero escuchar discursos de querer un futuro mejor, sino ver como buscas hacerlo posible y si el mensaje coincide con los actos. Me has dicho que me ofreces una experiencia y que quieres mi apoyo a cambio... Pero dudo que eso implique por ejemplo estar en una oficina de secretaria; si fuera así no buscarías a una luchadora de peleas clandestinas... ¿Para qué clase de trabajo quieres mi apoyo?- le terminaría diciendo... Para nada rechazando su oferta, sino queriendo ver como quería mejorar el futuro y para que me necesitaba exactamente. Seré tonta y me saldrá humo de la cabeza y sudaré más que entrenando cuando me ponen problemas de matemáticas... Pero las calles me han enseñado bien otras cosas, como en aprender de quien me debo fiar y de quien no.

-¡Haha! No es tanto, el abuelo tuvo que pasar muchos años en soledad. Comparado con eso, que el futuro sea incierto no es la gran cosa.

Sora meditó unos momentos. Ciertamente, su abuelo estaba cansado, y entendía por qué. Años y años de estar en solitario con muy poca compañía, y de ser rechazado por su propio hijo. Hasta el día de hoy estaba muy orgulloso de él, y había podido apreciarlo en detalle. Después de todo, ella estaba consciente (por ser fisgona) del armario privado que conservaba con obsequios sin entregar de cumpleaños y navidades, un poco más vacío ahora que los suyos habían podido ser recibidos. Aliviar esta soledad era parcialmente responsable de que fuese un extra de latosa y tomara la iniciativa en arreglarle salidas.

Cruzó las piernas en sitio, observando la máscara insondable, con aire avispado dentro de sus buenos ánimos usuales.

-Hmmm...¿ha escuchado del término "superioridad de la información"? De forma resumida, se trata del balance de información entre dos bandos usualmente de escaramuzas militares, y en concreto de quien tiene más información del otro. ¡Y en este momento, es usted quien sostiene la superioridad de la información, buen señor! -declaró esto cerrando los ojos y cruzando los brazos, manteniendo la sonrisa- Tiene mi interés, pero me gustaría saber más antes de tomar una decisión. Decidí, después de todo, que volverme un símbolo villanezco era lo que debía hacer. No me gustaría que mi marca se mezclara con ideales que no sostengo. ¿Quién es, para comenzar?

 -Me conocen como Zeus, pero puedes decirme como mejor te parezca -respondería el hombre enmascarado, permaneciendo en su sitio mientras te veía acercarte. -. Con creatividad y paciencia, todo es posible, pero a esa formula le hace falta el apoyo de personas dedicadas a la misma causa -explicaría, mirando durante unos segundos tu mano extendida antes de corresponder, estrechándola con su guante. Su agarre era firme, más no amenazante. -. Planeo que podamos vernos en un par de horas, aquí están los detalles.

 Tras soltar tu mano, sacaría de uno de sus bolsillos una tarjeta negra con escrituras en blanco, conteniendo nada más que una dirección y una hora, misma que llegaría relativamente pronto pero era más que suficiente para que hicieses los arreglos antes de marchar al lugar.

 -Se que juntos lograremos cosas grandes -y tras esas palabras como despedida, el hombre se agacharía para tomar impulso y de un salto inhumano alcanzar el techo de una de las paredes del callejón, perdiéndose velozmente de tu vista.

 De ese modo tendrías la libertad de hacer los arreglos que considerases necesarios, colocando al día a la que seria tu vieja banda e informando a tu verdadero amo, uno que al contestar el teléfono no se pudo escuchar más emocionado de oír tu voz, tal vez demasiado emocionado...

Se que me traerás buenas noticias, Aoi-chan...

 El caso es que el verdadero trabajo acababa de comenzar, por lo que luego de hacer los preparativos te dispondrías a dirigirte hacia el sitio de reuniones a la hora especificada...

 -Hmph... -ante tu respuesta inicial, el enmascarado permanecería estático en su sitio mientras te escuchaba. -. Precisamente por eso busco a gente como tu: conoces el otro rostro de las personas, aquel que ocultan tras las camaras y que solo los inocentes conocen de mala manera. Definitivamente no te busco para llenar papeles, sino para ser la persona que, junto con otras, abra las puertas a las personas hacia un futuro mejor. No te mentiré: la fuerza será clave en todo esto, deberemos arrebatar los recursos a los verdaderos criminales para poder usarlos con buenos fines, y nos convertiremos en la fina línea que la sociedad de primeras no querrá aceptar, pero respetará...

 Entonces sacaría de uno de sus bolsillos una tarjeta negra con escrituras en blanco, conteniendo nada más que una dirección y una hora, misma que llegaría relativamente pronto pero era más que suficiente para que pudieses hacer los arreglos que necesitarías antes de marchar al lugar.

 -Eres alguien que no puede ser convencido por palabras, por eso te ofrezco resultados inmediatos: demostrarte que no somos los únicos con un deseo de desenmascarar a los falsos héroes. Si entonces no te convence, podrás marcharte sin problemas. Cuento conque me des la oportunidad -y haciendo entonces un asentimiento de cabeza a modo de despedida, el hombre se agacharía para tomar impulso y de un salto inhumano alcanzar el techo de una de las paredes del callejón, perdiéndose velozmente de tu vista.

 Definitivamente aquel sujeto era sospechoso, pero extrañamente no sentías mentiras en sus palabras: era precisamente el tipo de persona más peligrosa de las calles, pero... ¿y si todo era verdad...? No perdías nada por intentarlo: después de todo, ya no tenías mucho que perder...

 -Prometo que, de mi lado, compartiré toda la información necesaria para que entiendan mi punto de vista y mis planes, pero entenderás que ahora no puedo ir por allí contando todo, ¿no? -respondería el enmascarado, imperturbable.

 Entonces sacaría de uno de sus bolsillos una tarjeta negra con escrituras en blanco, conteniendo nada más que una dirección y una hora, misma que llegaría relativamente pronto, por lo que apenas tendrías tiempo de hacer nada luego de llegar a la parada del metro antes de tener que moverte hacia allá.

 -Eres alguien que no puede ser convencido por palabras, por eso te ofrezco resultados inmediatos: demostrarte que no somos los únicos con un deseo de un futuro brillante. Si entonces no te convence, podrás marcharte sin problemas. Cuento conque me des la oportunidad -y haciendo entonces un asentimiento de cabeza a modo de despedida, el hombre saltaría hacia el techo, colocándose agachado de cabeza en este usando nada más que su cola para agarrarse de una barra vertical y una mano para aferrarse del techo, usando la otra para golpear este y arrancar un trozo del tamaño suficiente para dejar el espacio que necesitaría para salir.

  Definitivamente aquel sujeto era sospechoso, pero extrañamente no sentías mentiras en sus palabras: era precisamente el tipo de persona que podía ser altamente peligrosa, pero si sus intenciones eran ciertas significaba que era una gran oportunidad...

 -...No iremos al hotel, ¿verdad...? -por su parte, Keitaro ya había aceptado la derrota de forma temprana.

 Eran ya altas horas de la noche cuando llegaron a aquel sitio. Se trataba de una vieja academia de estudios generales que a esas horas no era habitaba por más que algún vigilante que prefería dormir en lugar de hacer su trabajo: después de todo, si algo pasaba ya llegaría un héroe a solucionarlo.

 En vuestro caso, fueron llegando básicamente al mismo tiempo al patio principal, siendo el sitio que indicaba la tarjeta del enmascarado y se podrían encontrar entre ustedes.

 Un chico de cabello azulado, una morena con una trenza larga, y una chica peli-rosa acompañada por un chico de ojos azulados.

 Al llegar al lugar, Keitaro no disimularía ni un poco su forma de estudiar con la mirada a Aoi e Hiroko, aunque rápidamente les restó importancia para fijarse entonces en el entorno. No había ni un rastro de "él", a pesar de que ya era la hora.

 -¿Están aquí por lo mismo que nosotros...? -les preguntaría con un tono neutral, claramente sin tener mucha confianza en todo aquello.

Aquello pareció tranquilizar a la joven que volvió a ponerse su mascara habitual.

No es que confiase ciegamente en aquel hombre, pero dada la situación, decidió que lo mejor era seguirle la corriente a aquel hombre, sobre todo si no iba a interferir en su investigación, si jugaba bien sus cartas saldría de aquella situación sin problemas.

-Mmm, bueno, desde luego suena muy bien lo que me estas ofreciendo, además, parece que compartimos objetivos, como parece que sabes, yo también busco lo que hay tras los Quirks, científicamente hablando al menos.

Dijo con tranquilidad mientras miraba las cosas que había comprado.

-Y bueno, si puedes ayudarme con el chico slime desde luego no me quejare, menos si puedes conseguirme mas sujetos...

Todo aquello sonaba demasiado bien para ser real, debía haber un pero detrás y aun así no sabia si seria capaz de rechazar una proposición asi, su manera de investigar era peligrosa, solo era cuestión e tiempo que algún "heroe" le pillase, así que tener aliados podía ser de gran ayuda si quería seguir con aquellas investigaciones.

-Yyyy.... que querrías a cambio, por que por ahora solo has mencionado mis beneficios, pero todo eso debe tener algún precio.

Comento con la mejor de sus sonrisas en el rostro.

Él continuaba diciéndome que por ese mismo motivo me quería a mi, porque yo ya había visto la verdadera cara de la gente -¿Y que cara escondes tu tras tu discurso y tu máscara...?- le preguntaría cuando dio aquella explicación... Pues de momento, ahora mismo yo no sabía si él estaba mostrándome la cara que yo quería que viese, o la cara que realmente tenía.

Luego de eso, explicó que obviamente necesitaba mi fuerza... y era evidente que la idea que tenía se parecía más a una revolución armada y que quería convertirse en una especie de "vigilante" que aterrase a héroes y criminales por igual... Robar a los ricos para usarlo para ser buenos, no los héroes que la ciudad quieren pero si necesitan... y más referencias de ese estilo.

Era evidente que me tenía estudiada y que me quería reclutar específicamente a mi por la tarjeta que sacó... Cada vez me sorprendería menos saber que él montó la redada o dio el chivatazo para que me quedase sin curro. No tardó en marcharse de forma peliculera con un salto una vez me dejó la tarjeta... Tsk... olía a encerrona que tiraba para atrás, y que quizás eso de que me podría marchar no sería muy real... Pero tampoco es que ahora tuviera demasiado que hacer. Podía irme al apartamento que rentaba para ducharme y quitarme el sudor del cuerpo, ponerme ropa menos sudada, e ir a esa dirección...

A ver si me demostraba algo... o nada...

Una academia... no había pisado una en muchos años, y supongo que hoy volvería a hacerlo. Meterse no es que fuera muy complicado... y como ya me imaginaba yo no había sido la única que había recibido una de esas tarjetas por parte del enmascarado. Había un chico bajito de pelo azul, una chica con cara de no haber roto un plato en su vida, y otro chico de pelo negro -Si este es el "equipo" que "sacará a la luz la realidad para mejorar el futuro"...  no es que el tío ese se haya esmerado mucho en buscar gente- no pude evitar pensar con gran escepticismo en mi mirada mientras los observaba.

No creo que cuatro desconocidos se hayan reunido en el patio de una academia cerrada por casualidad... así que si, hemos venido por el mismo enmascarado...- diría compartiendo la misma y escasa confianza en estar aquí con ese chico, mirando la hora y la tarjeta -Tanto hablar de un futuro brillante, pero para reunirse llega tarde...- pensé para mi misma con cierta molestia. Se notaba de sobra lo poco o nada convencida de estar aquí -Esto va a ser una pérdida de tiempo...- me terminaría diciendo a mi misma. Tanta floritura y tanto misterio para que encima llegue tarde... si es que no se ni para que he venido yo.

 -Oh, puedo adelantarte que hay más que cosas científicas tras los quirks, pero es un buen punto para empezar -mencionaría el hombre con un leve tono de orgullo. -. De momento no quisiera robarte el crédito de tu hallazgo, pero si llegas a necesitar mi ayuda con el chico solo debes hacer sonar esto.

 El enmascarado te entregaría entonces un silbato negro cuyo diseño, si bien era simple, resultaba cuanto menos interesante: no parecía ser el típico silbato que se conseguía en cualquier parte, era uno con un diseño único, tal vez hecho a hacer personalmente.

 -Es de un solo uso. Estaré cerca por si me necesitas, y de no ser así simplemente úsalo para llamarme cuando acabes -aclararía el hombre, escuchando entonces como preguntabas por lo que pediría a cambio, algo que provocaría que negase con la cabeza. -. Como he dicho, solo busco tu colaboración. Pienso iniciar un movimiento que podría sacudir la sociedad como la conocemos, y desearía tener a otra mente brillante a mi lado cuando eso pase. Míralo de esta forma: No solo podrás continuar con tus investigaciones con apoyo de alguien más para que te sientas segura en las calles, sino que también ayudarás a una causa que busca beneficiar a todos.

 Con eso dicho, el hombre se daría la vuelta y empezaría a retirarse, caminando hacia un callejón oscuro.

 -Juntos haríamos cosas grandes -y con esas palabras, el hombre se agacharía para tomar impulso y de un salto inhumano alcanzar el techo de una de las paredes del callejón, perdiéndose velozmente de tu vista.

 De ese modo, ya no parecía haber nada que se interpusiese directamente con tu "cita".

La figura de Sora se acercó a la reunión con un abrigo un tanto grande para ella, y una capucha sobre la cabeza que le hacía ver sombría junto a sus movimientos lentos. Apenas algún mechón de cabello rosado asomaba de la misma y la oscuridad de la prenda guardó su rostro hasta estar a unos metros cordiales con el resto de los asistentes. Entonces, el aire de misterio que pudiera haber tenido se esfumó, a la par que se quitó esa cobertura de un movimiento enérgico confiando en que Nakamura la atraparía. Estaba acostumbrado a sus gestos grandilocuentes, después de todo.

-¡Ahahaha! ¡No hagas preguntas obvias, Battler! -empujó un poco al aludido con el hombro, con aire bullicioso y animado- ¡Es una reunión sombría de malas personas! Aunque el sitio de reunión quita puntos, esperaba que nos consintieran un poco primero con té y dulces o algo así...¡espero que la diplomacia del contratista esté en punto!

Lucía un atuendo bonito y elegante que gritaba "caro" por donde se lo mirara, de esas cosas con estilo que vienen en un conjunto completo y arrancan un ojo de la cara con el precio total.

-¡Soy Chishino...no! -se dio un leve golpecito en la cabeza con la palma- La costumbre, la costumbre. ¡Mi nombre es Sora! ¡Sora Himeko! Pero las noticias siguen insistiendo en bautizarme como Eclipse en lugar de mi nombre de escena original, así que eso también está bien. Y este es Battler II, ¡un muy leal y habilidoso mayordomo!

Se dedicó entonces a observar a los presentes, y no tardó nada en comenzar a rodearles sin llegar a tocar pero ciertamente estaba invadiendo el espacio personal estándar.

-¡Whoa! ¡Una chica muy fuerte físicamente! -sus ojos se llenaron de chispitas un momento- ¡Que cabello tan largo! Creo que me vería bien con cabello largo, a veces tengo este sueño donde estoy caminando con este sujeto de cabello dorado y lo luzco así y...

Sora negó, descartando ese tren de pensamiento.

-¡No viene al caso, el punto es que te ves muy cool señorita! Hmm...

Pasó a examinar al segundo presente aparte de Keitaro.

-Uh...belleza delicada, ¡pero definitivamente un chico! Huh, el potencial de idol de esta persona es alto si no tiene una mala personalidad. ¡Hay mucha gente que es muy fanática de este tipo de belleza!

Tras acabar sus pesquisas, Aoi se dirigió al lugar indicado sorprendiéndose al ver que se trataba de una academia abandonada. ¿Esa sería la base de operaciones del sectario o más bien un punto de encuentro cualquiera? Le comía la curiosidad por ello. 

Sonriendo, saludó con la mano a todos los presentes y se echó a reír ante la efusividad y alegría de Sora. - Me gusta tu forma de ser. Acabó sus risas cogiendo aire y recomponiéndose para estrechar la mano uno a uno, empezando por la chica de cabellos rosados. - Me llamo Aoi y me han reclutado en esta especie de "secta". Tenía curiosidad por ver de qué se trataba todo el rollito de mundo ideal. Bromeó mientras terminaba de presentarse ante todos con el apretón de manos. Si lo veían bien era un chico de instituto aunque el uniforme que llevaba no era de ninguno que hubiera en la ciudad además de que estaba algo raído y envejecido aunque en absoluto sucio o descuidado, todo lo contrario. 

Kurai se mordió la lengua para no decirle que dudaba que hubiera algo mas que ciencia detrás de los quirks, por un lado un callejón a las tantas de la noche no era el mejor lugar para una charla metafísica, por otro, el hombre estaba siendo lo bastante amable como para no querer discutir con el, asi que cuando este le entrego aquel curioso silbato la joven lo observo con detenimiento.

-Bueno, lo agradezco, espero no tener que usarlo, significaría que mi cita esta saliendo terriblemente mal. Seria como tener que pedir un taxi rosa.

Comento mientras guardaba el obsequio de aquel extraño sujeto.

La chica recelaba bastante de todo aquello, pero por ahora lo que le estaba pidiendo y lo que le estaba ofreciendo le gustaba, así que "colaboraría" con el mientras no le diese por cambiar las condiciones de repente, iniciar un movimiento para cambiar aquella sociedad sonaba bien, muy muy bien, después de todo, sentía que la sociedad le había fallado a ella y a sus padres, al permitir que estos muriesen mientras investigaban.

-Si es tan bonito como me lo pintas, puedes contar conmigo, después de todo, poder investigar sujetos con tranquilidad es lo que mas deseo, así que estoy dispuesta a colaborar si consigo eso a cambio.

Dijo finalmente mientras miraba de nuevo hacia el hotel.

-Bueno, tengo que seguir con mi cita, que tengo que llevarle una sopa calentita para que pueda descansar bien, no me gustaría que se despertase mientras lo examino.

Le dijo mientras le enseñaba un bote de ramen instantaneo.

 -Mght... -cumpliendo con lo que Sora supuso que haría, Keitaro atraparía el gran abrigo y con cierta destreza lo fue doblando sobre su brazo, permaneciendo en pie cuando la chica le dio ese pequeño empujón. Parecía acostumbrado a esa clase de interacciones con Sora, quedando él al margen mientras la chica lanzaba comentarios y observaciones del resto. -. También soy su novio -añadiría cuando le presentó, dirigiendo cierta mirada "territorial" a Aoi, aunque rápidamente volvería a adoptar su expresión neutral.

 Las palabras de Hiroko parecían tener algo de razón, pues pasados unos minutos seguían sin haber rastros del enmascarado que les reunió allí, pero antes de que alguien pudiese considerar retirarse ahora para no perder más tiempo...

 -¡Auxilio...! -se escucharía gritar a alguien, momentos antes de que pudiesen ser testigos de como, desde la segunda planta de uno de los pasillos de la academia, alguien salía volando atravesando una ventana, recorriendo algunos metros mientras descendía y, convenientemente, se estampaba contra el suelo a unos pasos de ustedes. La nube de polvo que levantó fue considerable, pero rápidamente podrían reconocer a la persona que pedía ayuda.

 -¡Argh...! Cof, cof... -tosearía aquel hombre de complexión delgada y piel blanca, casi pálida, visiblemente malherido luego de tan terrible caída, aunque parecía ser capaz de moverse con algo de esfuerzo. -. Oh, eh... Hola -les saludaría entonces al verles, aún en el suelo.*

 Desde la misma ventana de donde salió volando aquel hombre cuyos ojos eran cubiertos por su cabello, una segunda persona saldría rodeada de un aura mística que le permitía moverse con gracia por el aire, descendiendo más lejos de lo que aterrizo el herido antes de que sus pies tocasen el suelo y el aura empezase a disminuir.

 -Vaya, al final si ha llegado alguien más -comentaría aquel hombre de cabello castaño y vestimentas verdes, tratándose de un traje que imitaba una especie de armadura de varias piezas con una larga capa blanca.

 Si bien al primer hombre no lo reconocían de nada, aquel segundo si tenía una fama que permitía que cualquiera que no viviese en una cueva pudiese conocerlo: Varian Strauss, mejor conocido como Bedivere, The Green Knight. Era un héroe que desde hace unos años había entrado al top de los 100 mejores héroes, y rápidamente se acercaba al puesto número 30: su poder le permitía crear todo tipo de armas, armaduras y otras herramientas que pudiese necesitar, y era el tipo de héroe con el que muchos aspirantes soñaban convertirse.

 -¡Mierda...! -rápidamente, Keitaro se pondría a la ofensiva sacando su pistola.

 -También los engañaron, ¿no? Ese raro enmascarado me hizo venir ofreciéndome un trato interesante para ganarme algunos puntos en el ranking, pero parece que solo fue una perdida de tiempo, o así seria si no estuviesen ustedes aquí... -concluiría Bedivere con una leve sonrisa en el rostro.

 -Esperemos entonces que no tengas que usarlo -asentiría el enmascarado. -. Los sujetos abundan por la ciudad, y solo hay que buscar las oportunidades para obtenerlos: prometo que frecuentemente tendrás a alguien nuevo en la mesa de operaciones.

 Como último gesto, el hombre volvería a asentir antes de retirarse saltando hacia un techo cercano, permitiéndote volver al hotel sin que nadie más te interrumpiese.

 Al llegar a la habitación, lo primero que encontrarías seria al chico que deseabas investigar ya acostado en la cama, enrollado en la sabana dejando sobresalir únicamente su cabeza, presumiblemente dormido, aunque esto último resultaría no ser cierto pues tan pronto como abriste la puerta el peli-azul abrió los ojos, fijándose en que habías regresado.

 -Volviste -comentó lo obvio, con ese tono neutral suyo. -. ¿Conseguiste lo que ibas a comprar...?

 Como pudiste suponer, el chico no sospechaba de absolutamente nada. Parecía muy ocupado intentando protegerse del frío del aire acondicionado encerrándose en la cobija.