Partida Rol por web

Tomo un poco de la galleta pero entonces me pilla por sorpresa la pregunta de August. En nada... En los estudios... Esas cosas... miento poniéndome un poco nerviosa e incluso sonrojándome un poco. Por supuesto no le voy a decir que estaba pensando en él, eso estaría completamente fuera de lugar.

Así pues acepto mi frappé y le doy un sorbo para probarlo, descubriendo que está realmente bueno. ¿Puedo preguntarte qué estás estudiando? Tiene que ser alguna carrera de Letras si tienes historia.

-Jajaja, pero si acabas de salir de la biblioteca. Tiene sentido.- comenta riendo y probando del frape. Dejando pasar el notar que se pone algo nerviosa y hasta se sonroja.

Cuando pregunta sobre sus estudios August deja de beber del frape y sonríe nervioso rascándose al nuca -Ah... ! jejeje... bueno estoy estudiando periodismo... pero la verdad es que soy algo bruto para esto.- comenta -Quizá deba cambiarme a algo más físico.- Hace una pausa y entonces pregunta -¿Y tu?- al preguntar como tiene más interés en ella que en hablar de sus fracasos estudiantiles, se inclina levemente hacia delante apoyando su antebrazo en la mesa.

Voy bebiendo tranquilamente el frappé, notando lo distinto que es al auténtico italiano, aunque eso no signifique que no esté bueno, mientras escucho a mí interlocutor.

Cuando pregunta sonrío moviendo alegremente mi cola. Conseguí convencer a mis padres para que me dejaran matricularme en publicidad y relaciones públicas. Mi intención es montar una empresa en ese sentido en un futuro, o representar alguna de las de mi padre.

Miro mi reloj y luego vuelvo a mirar a mi interlocutor. Este sitio es maravilloso, gracias por mostrármelo. Volveré, eso es seguro.

-Oh!... ¿una agencia publicitaria?- sus orejas y cuello se alzan impresionado por la ambición de Giselle, aunque no exactamente se limitara a una agencia.

Mirar el reloj nunca era buena señal, August sintió presión sobre él por lo que suelta lo primero que le pasa por la mente -Espero que conmigo jajaja.- bromea y ríe cuando ella menciona el volver a la cafetería en otra ocasión.

-Pero me alegra que te haya gustado.- termina solo sonriendo, estira su mano para tomar un trozo de galleta pero si justo la mano de Giselle estuviera cerca la buscaría rosar discretamente (o lo que es discreto para él). 

-¿Entonces tienes planes para esta noche?-

Cuándo voy a coger otro pedazo de galleta, momento que coincide con August, siento como nuestras manos se rozan y por un momento me quedo parada. Pero no le doy más importancia y simplemente cojo el pedazo y me aparto sonriendo un poco ante la broma.

Como respuesta a su pregunta lanzo un suspiro y pongo un gesto contrariado. Por desgracia sí, mis padres tienen otra de sus reuniones y quieren que les acompañe. Es una mierda, porque se me hacen aburridísimas y encima, aunque llevan a otros chicos de mi edad, son todos unos engreídos prepotentes y no me gustan para nada.

Pero bueno, supongo que la hija perfecta tiene que hacer aparición. Por eso miraba el reloj, pero todavía tengo unos 30 minutos antes de tener que irme.

Escuchó con pena, al inicio, la respuesta de Giselle. Ya que le informaba que estaría ocupada, sin embargo mientras le iba contando sobre lo tediosa que era su compromiso August peleaba por no sonreír.  -Jejejeje... bueno eso me quita algo de presión para la siguiente cita.- terminó por reír un poco y bromear a ver si se animaba y dejaba de pensar en ello.

Y siguiendo con la broma, tras su última oración -Y eso da algo de presión de regreso jajaja.- 

-Bueno entonces podemos caminar y conversar por la próxima media hora... creo que llegaríamos al Museo o al parque. A mi no me molesta solo estar un rato caminando pero si quieres también nos podemos quedar y ver si hay algo más en el menú que llame la atención.- de buen ánimo y vibras propone.

La verdad es que no me esperaba esa respuesta de August. ¿Entonces esto era una cita? Quiero decir, me lo había tomado como una simple invitación de alguien con quien he pasado un rato de estudio buscando desestresarnos un poco, pero no como una cita. Y sin embargo una sonrisa asoma a mis labios ante esa certeza.

Me quedo pensando mirando un poco la carta pero luego niego suavemente. No, si como más terminaré por arrepentirme. Prefiero que vayamos a dar un paseo, al parque preferiblemente. Siempre me ha gustado la naturaleza y el aire tan puro que se respira en los parques.

Mientras pronuncio esas palabras con aire soñador, me termino distraídamente el frappé. Tan distraídamente que incluso me lo llevo a los labios cuando ya no tiene nada, solo para darme cuenta de mi error y bajarlo con una risita. Sin embargo esperaré a que August también se lo termine antes de levantarme para ir a dar ese paseo.

-Pues entonces vamos.- responde y sonríe, para luego irse levantando de la mesa tomando su vaso consigo para poder ir bebiendo, charlando y caminando. No esperaría a terminar su bebida, pero si se llevaría lo que se quedó de la galleta a la boca. -Jejeje, me alegra que te gustará.- comenta riendo levemente junto a Giselle.

Por suerte el parque no quedaba demasiado lejos y pronto ya se encontrarían entre las vistas apacibles verdes del amplio parque en el que entraban. -¿Sueles viajar mucho?- pregunta iniciando la conversación y terminando su bebida.

Camino junto a August en dirección al parque, sin apresurarnos. No son demasiadas las ocasiones en que tengo tiempo para poder dar un paseo sin prisas, y aunque en esta tampoco es que tenga demasiado tiempo agradezco poder caminar despacio y disfrutar del camino.

La visión del parque despierta una cuasi infantil sonrisa en mi cara, mientras lo veo encantada. Nos adentramos por un paseo que queda prácticamente cerrado por las copas de los árboles, haciendo que esté casi en penumbra. Un sitio mágico se mire cómo se mire.

Escucho la pregunta de August y lanzo un suspiro. Menos de lo que quisiera y más de lo que me gustaría SMI enigmática respuesta.

Sin embargo no dejaré que el enigma perdure. Tengo que viajar demasiado a menudo siguiendo a mis padres y sus negocios y actos sociales. Pero en realidad no he tenido nunca ningún viaje en el que pueda ir a mi aire y disfrutar del sitio que visitamos. ¿Y tú? añado mirando al caballo aunque de algún modo me parece que es caballo regional y que no se ha movido mucho.

Tu teléfono vibra en tu bolsillo. Al sacarlo ves que sale PAPA en la pantalla. Aun queda un rato para que tengas que ir a la fiesta, pero sabes que les gusta que estés allí antes para arreglarte de acuerdo a la fiesta.

La bella zorra ártica responde con cierto pesar a la pregunta que le hizo. August escuchaba su respuesta y aunque no podía comprender como se sentiría así con ello, las palabras que seguiría matizarían su respuesta y la situación de ella.

Escuchaba con atención sin poder empatizar demasiado con ella, pero cuando le pregunta sobre él y los viajes -Me fui de casa pronto, solo lamento haber dejado a mi hermano con el cretino de mi padre... pero intenté demostrarle que alejarse de ese hombre era lo mejor...- claro que su semblante y su voz se volvió lúgubre. En total contraposición con la situación de Giselle, August no tenía padres cercanos y ni mencionó a su madre.

La respuesta de August me hace ver que he estado ciega. Otra vez he sido demasiado egocéntrica, algo de lo que me quejo de los otros niños ricos y de lo que peco yo también. Me pienso que por hacer caso a los que tienen menos dinero, por sonreírles y hablarles con normalidad soy mejor que los otros.

Pero algo tan grave como lo que me ha dicho August en solo esa frase me golpea como un mazazo haciéndome ver la realidad. No soy mejor que los otros, tan solo me camuflo pero en realidad sigo pensando solo en mí misma. Lo siento es la respuesta apenada que digo.

Mi teléfono vibra pero de principio no le hago caso, aunque una nueva vibración me hace mirarle. Chasqueo la lengua y miro a mi acompañante. Es mi padre, siempre quiere que esté en casa antes para asegurarse de que la ropa que me ha escogido me queda como la muñequita perfecta que sueña que soy. Tengo que irme, lo siento. Pero gracias por lo de hoy.

Antes de marcharme le daré un beso en la mejilla, aunque si hace la tontería que hacen algunos chicos de girarse para convertirlo en un beso en los labios en su caso no me apartaré. Nos vemos en la universidad sería mi despedida antes de marcharme un poco apresurada a coger un taxi para que me lleve a casa.

Escuchar que lo siente trae sentimientos encontrados, sabía que ella no podría saber como se siente y hasta sintió rabia por ello. Para empeorar las cosas el sonido de vibración en su bolso no paraba y tuvo que contestar.

August no parecía molesto, aunque su gesto seguía algo sombrío y aún así no reacciona demasiado a las palabras de Giselle, ciertamente le hizo recordar un capítulo de su vida que quería dejar atrás. Cuando iba a decir algo, girando su rostro por fin, ella estaba asomándose a besarle la mejilla y entonces sucede un beso. El encuentro de sus labios alzados de la zorra ártica con los poco preparados labios de August que le hacen olvidar el resentimiento y el enojo, hasta olvidar momentaneamente por que se sentía así. 

Aunque August no se movió tampoco sintió que Giselle retrocediera indignada por lo que le aún causaba más intriga y sorpresa al equino. 

Al separarse August sigue paralizado y justo antes de que ella se gire nota que se vislumbraba una sonrisa en al comisura de sus labios.

Mientras me dirijo hacia el taxi recuerdo la calidez que he sentido en los labios del caballo y no puedo evitar sonreír. La verdad es que me ha animado para afrontar lo que a todas luces va a ser otra reunión aburrida entre los elitistas.

Cada persona tiene su historia. Recuerdo aquella frase que me dijo una vez uno de mis profesores y al pensar en August toma más relevancia que nunca. Nunca sabes la vida que puede haber llevado otra persona.

Finalmente el taxi aparca en mi casa, pago y entro con el tiempo suficiente para ponerme un precioso vestido beige que llega hasta las rodillas y que destaca sobre mi pelo blanco, junto con unos zapatos del mismo color y un bolso a juego con ribetes dorados.

Llegamos a dónde se va a realizar la "fiesta" y veo que están las mismas caras aburridas de siempre. Como siempre mis padres se pierden entre la multitud y yo me quedo sola hablando con una snob ahora que termino por dejar plantada simplemente porque no la soporto.

Me asomo con gesto pensativo a uno de los balcones que da al jardín trasero y no puedo evitar recordar el rato pasado junto a August con una sonrisa. Al menos ese recuerdo hace esta reunión menos aburrida.

Tu jefe te llamo poco después de que Giselle se marchara. Estaba enfadado, aunque no contigo; por suerte. Jack estaba co-organizando una fiesta y necesitaba a un camarero porque uno de los que tenia había fallado así que tubo que llamar a alguien. Por suerte o por desgracia te llamas August así que no es raro que estés de los primeros.

Te vistió en un traje que te quedaba algo grande, y te dijo que sirvieras canapés y bebidas de la cocina. La fiesta esta llena de gente rica y estirada, vestida elegantemente de gala. Para tu sorpresa entre la multitud distingues un pelaje blanco y una cabellera rosada. Es Giselle. Que se dirige a uno de los balcones. Quizá puedas escabullirte, total; hay muchos camareros y no parece que se fijen en vosotros.

Poniéndose el traje era claro que le quedaría grande por la altura, sin embargo por lo grande de sus músculos las cosas se ajustaban y quedaba mejor de lo que podría esperarse de usar un uniforme que no estuviera preparado para él. Mientras atiende a los invitados, intentando ser lo más educado y cortés posible pues no estaba entrenado y no se le daba tan bien ello, especialmente con la actitud prepotente de alguno de ellos; llega a notar a alguien que le parece familiar asomándose fuera del salón principal, concretamente hacia el balcón que se encontraba desolado pues la mayoría de invitados tendrían edades avanzadas y no se querrían arriesgar a coger frío.

Escabulléndose de su jefe, August sale del salón principal luego de unos minutos para ver a Giselle de espaldas. Acercándose con sigilo se queda a unos tres metros entonces habla -¿No teme coger frío, señorita?-

De pronto una voz familiar me sobresalta sorprendiéndome en el balcón. Por un momento pienso que son imaginaciones mías, pues que haría August aquí. Pero al darme la vuelta y ver que va vestido con el traje de los camareros la respuesta llega por sí sola. Vaya, August, me asustaste. No pensé que fueras a trabajar en esta fiesta digo, con una sincera sonrisa.

Miro un poco hacia dentro y vuelvo a poner cara de aburrida. Este es el tipo de fiestas que suelo frecuentar, todo diversión y jolgorio como puedes ver.

Miro hacia el jardín apenas iluminado por la luz de la luna y un par de faroles que funciona con energía solar y vuelvo a mirar a August. ¿Vienes conmigo a dar un paseo? No tengo ni pizca de ganas de volver ahí dentro, pero tengo que esperar a mis padres.

Claro que él fue quien llegó inesperadamente por detrás pero por unos instantes parece que fuera él el sorprendido pues ver a Giselle girarse con ese vestido a contraluz de la luna tuvo algo de mágico. Tras escucharla se desenboba para sonreír y acercarse un poco más -Yo tampoco me imaginé trabajar en la misma fiesta a la que asistirías...- de alguna manera tomándoselo con gracia.

-Jajaja... pues ciertamente parece una reunión de empresarios y financieros estirados que una fiesta.- también girándose un poco para ver de soslayo la puerta por donde llegó. Pero esa fiesta no llamaría más la atención de ambos y se volvería hacia el jardín juntos.

Sacudiendo los hombros acepta la invitación de Giselle -Sí claro, jajaja cualquier cosa podemos decir que necesitabas ayuda.- Desligándose así de su labor por la que estaba en tan elegante lugar.

-Pero me seguirás el juego si me descubren: no sirviendo tragos y bocadillos, no?-

Pongo un dedo debajo de la barbilla pensativa cuando me pregunta si le seguiré el juego. Depende. ¿Yo que gano si te sigo el juego?

Luego me hecho a reír y le agarro del brazo tirando un poco de August hacia el jardín. Por supuesto que te seguiré el juego. Pero sácame de aquí antes de que me vuelva loca y le pegue a alguno.

Una vez en el jardín inspiro profundamente notando el olor de la naturaleza. Toda esta parte permanece en penumbra tan solo iluminada por la luna y un poco de forma indirecta por las luces que salen de la casa, asi que apenas puedo ver a August. Sin embargo seguramente él verá como mi pelo brilla de tan cuidado que lo tengo con la escasa luz.

Andando un poco llegamos a un kiosco que tiene bancos alrededor. ¿Quieres sentarte un rato?

August no era muy listo pero en un ataque de lucidez se encoge de hombros y ríe junto con Giselle respondiendo -¿Tienes algo mejor que hacer? jajaja-

Se sintió genial que le tomara del brazo mientras ríen y caminan juntos hacia el jardín. En el apacible lugar, se podía respirar algo de calma y hasta romance por la manera en la que la luz de luna iluminaba en penumbra el bello jardín y a la bella Giselle. 

Ante el paisaje y la vista del kiosco la voz de Giselle da un descanso al silencio calmo. August la mira unos momentos, deleitándose con su belleza y se limita a preguntar -¿Dentro o fuera del kiosco?...- de manera algo simplona pero su encanto no estaba en sus palabras, sino en su físico.