Partida Rol por web

Os guio por los pasillos del eliseo, llegamos a una escalera de caracol tras pasar dos puertas con cerrojo electronico y finalmente llegamos a un pasillo con varias puertas y un hombre afroamericano trajeado en una puerta.

-Va a haber un interrogatorio en la sala 3. Manten tu puesto, no hagas nada.

Abro la puerta que da acceso a una sala despejada de unos 14 metros cuadrados y sin ventanas, solo una mesa en el centro con cuatro sillas rompe la monotonia interior.

-Cuando acaben llamenme a mi busca. Es el XXX-XX-XX-XX, vendré a buscarles.

Con cara de fastidio me apoyo en una de las esquinas de la sala y dejo que os encargueis de mancharos las manos.

Seis vástagos y un mortal. Una buena proporción. Lo único que aquel mortal les había causado demasiados problemas y había exterminado a dos de los suyos. Clayton indicó con un gesto a Randy que sentara el tipo en una de las sillas libres, esperó a que le ataran las manos* y giró otra silla para sentarse frente al tipo. 

Alargó la mano y dio un par de tortas suaves en el rostro del mortal, lo justo para que espabilara y despertara los ojos.

- Señor. Mi nombre es Michael Clayton. Se ha metido en un lío del que no va a poder salir. - Comenzó sin mostrar una sonrisa ni aire de superioridad. Solo quería que le viera como alguien pragmático. Esperó un par de segundos para asegurarse de que le comprendía, estableció contacto ocular y formuló su siguiente petición:

- Por favor, dígame su nombre y si trabaja solo. **- Eso era lo primero que quería saber. A partir de ahí podrían sacar mucha más información.

Cuando me colocais como os place y me destapais los ojos os miro uno a uno desafiante. Incluso sonrio al amenazarme Clayton.

Es palpable qu intento resistir la compulsion de la orden de Clayton, pero acabo cediendo.

-Me llamo Mathew C. Donster y no trabajo puto monstruito, llevo años jubilado.

Sonrio a medias, consciente de que mi pequeña victoria me va a suponer un castigo, ya tengo localizado al que tiene ganas de destriparme. Además el gafitas ya ha dicho más o menos todo.

Imito el gesto del fanboy de Freddy apoyándome en otra pared. Yo venía para cubrirle el culo al Ventrue por si al Gangrel le entraban ganas de más de arrancar cabezas y ahora esto es una puta caja de zapatos. Si hubiera tenido una salida para rajarme sin perder cara lo habría hecho, pero ahora tenía que joderme.

El Ventrue comienza con el show. Mejor darle la información que tenemos antes

- Sargento Mathew Donester, nacido en el 50; ya ves que se mantiene de puta madre – digo con una mueca con sorna

>> Estuvo en Vietnam. Su hijo se dedicaba a limpiar con el ejercito nidos de vampiros en Irak. Así la palmó. Ahora él hace lo mismo aquí.

>> Se quería cargar al crío porque lo descubrió, no sé qué de que se le notaba que era un monstruo. Quería sacarle toda la información que pudiera sobre otros monstruos para cazarlos también y de paso usarlo de cebo para reventar a quienes fueran a rescatarlo. - me ahorro añadir que contaba con que fuesen a rescatarlo alguna gilipollas como la Rubia que se creía más de lo que era y no miraba lo que hacía, se apresuraba, no tenía cuidado y así acabo muerta y nosotros con ella por poco, por su puta insensatez; pero mejor no echar leña al fuego que Randy está buscando la mínima excusa para liarse a ostias con alguien y paso de jugármela con las garras de un Gangrel.

>> Al ghoul del crío se lo cargo reventándole la cabeza con una recortada. Estacó al crío y lo sacó en una maleta del trastero donde dormía.

>> R encontró un ordenador que dice tiene información de que trabaja con otros. Que alguien de dentro puede haberle estado pasando información. – digo mirando a Randy para que lo confirme.

Era innecesario que añadiera que debería apretarle las tuercas a este hijo de puta.

En cuando le llama "Puto monstruito" una sonrisa enorme sobresale de mi rostro, mientras me pongo en posición de arrancarle un par de dientes como precalentamiento, pero para mi desgracia el bueno de Jack se me adelanta, y contengo mis ganas unos instantes.

Mientras nos cuenta los detalles previos de que sabemos del imbécil éste, voy asintiendo una y otra vez, hasta que menciona lo del ordenador, por lo que creo que deberé aclararlo.

-El ordenador estaba limpio, pero lo hemos pasado para que lo analicen los técnicos de la Camarilla, por si pudieran rescatar archivos borrados de la memória. Pero sí, por las hojas que habían en el despacho y que agarré, éste hombre estaba demasiado bien informado, salvo algún error propio de la imaginación humana, era bastante acertado.

Y ahora que termino mis palabras, me vuelvo a fijar en el zumito, lo que me recuerda que...

-¿puto monstruito, dijiste? Es que... -me pongo enfrente de él, que anda atado, alzo una rodilla, coloco ambas manos en la parte trasera de su cabeza y la empujo hacia mi rodilla, para acto seguido empezar a darle rodillazos en la cara, una y otra vez- ...acaso no... -rodillazo-... te han... -un par más-... enseñado educación?

Me aparto un momento, y me giro hacia Jack, que me cae bien, como si le hubieran ofedido a él, en vez de al Ventrue:

-Oye, creo que con un brazo aún puede responder preguntas, si os ofende, decidmelo y os lo mutilo en un segundo, en plan colegas.

La nariz del hombre comienza a sangrar, aunque nada aparatoso.

Niego suavemente con la cabeza a Randy y una pequeña sonrisa. Hablo en general, sin dirigirme a nadie en concreto.
- Andos con ojo que el sargento tiene mala salud. Antes le quité un poco de sangre para que se quedara tranquilo y después le tuve que dar de mi sangre para que no se fuera antes de tiempo. - hago una pequeña pausa. - Quizás le diera sangre al crío mientras lo interrogaba y tenga el tanque en reserva.

La no respuesta del gafitas no me pilla por sorpresa. Muy Brujah por su parte. Por qué no me tocará nunca uno de esos que hablan... Aunque sea de anarquía, pero que sepan hablar, al menos. Suspiro, qué le vamos a hacer, así son las cosas. Jaimie por lo menos hablaba, tenía ese aire de tipa dura que no le ha servido para pasar la noche, pero al menos hablaba... algo era algo, el camino hasta la sala de interrogación es bastante anodino... los dos tipos duros nuevos se apoyan en las paredes, en plan los gemelos golpean dos veces, y Clayton se pone a interrogar al cazador. Hasta que empieza el espectáculo. Como era de esperar, el cazador se pone un poco chulo, algo que no gusta al Gangrel que le mete un buen tortazo. levanto los ojos, con las manos en los bolsillos. Esperaba que tardase un poco más en explotar, eso también lo digo. El Brujah suelta información como si alguien se lo hubiera preguntado bajo el influjo de la dominación, que no está nada mal, pero no hace nada por refrenar al angustiado extranjero. Supongo que me va a tocar a mi tratar de evitar que las cosas vayan a mayores. Ser un sabueso es una mierda, aunque peor será ser Sheriff... me pongo en puntillas y me encojo de hombros. 

-Oye, muchacho. -Miro a Randy. -Sé que eres perfectamente capaz de esperar a que le saquemos la información necesaria. Son gente entrenada, esperan ser torturados. No va a decir nada a menos de que le dobleguemos de otra forma. -Es algo lógico, además son unos fundamentalistas, con lo que no merece la pena. -Y con lo extremistas que son, preferirá morir a decir nada. No se lo pongas fácil, ve acumulando todo y, cuando no sirva para nada más. Dale la jubilación de la que tanto se jacta. 

Me acerco al hombre, por la espalda, y le pongo las manos en los hombros. Dándole unas palmadas suaves en el derecho, mirándolo desde arriba, esperando a ganarme su atención. Si intenta levantar la cabeza, para mirarme, (Que supongo que será para escupirme) no se lo voy a permitir y, agarrándole del pelo, haré que mire al frente. 

-Todo el mundo tenemos terrores, señor jubilado. No vas a querer jugar a un juego en el que no hay forma de ganar. -Sonrío. -Morir es fácil, es magnánimo. Digne el trato que le está dispensando mi amigo o no conocerá la paz que su fe promete. Me ocuparé personalmente de usted, sin intención alguna de parar aunque me cuente la vida toda su ascendencia con infinidad de detalles, vivir lo que resta de tu miserable vida con la mente quebrada por el terror... es un castigo más apropiado. -Le agarro de la oreja y tiro de ella como si fuera una madre regañando. -Y finalmente, condenaré tu alma a la eternidad. -Vuelvo a poner la mano en su hombro. -Un alma condenada a no concer el descanso eterno, recompensa de una vida dedicada a la servidumbre, para... no vivir... una no muerte aterrado en todo momento. Ese será mi regalo por terminar con la existencia de una adorada amiga.

Me separo de él y vuelvo a dejar a Clayton con o suyo. La verdad es que me gustaría tener el ordenador de este tipo por aquí cerca...

-Si puedes preguntarle acerca de la seguridad del portátil que han traído, mejor. Y si tienen acceso a algún tipo de red en la que compartir información, también me serviría bastante.

Me saco un móvil del bolsillo que le tiendo a Archibald.
- 3. 8. 8. 2. Es el PIN que dijo el Sargento, pero no sé que posible seguridad tendrá el cacharro este.

Clayton miró a Randy severamente. No había podido intervenir ante el repentino ataque de violencia del cainita.

Pero el vengrue aprovechó un momento en que el mortal no estaba mirando para asentir en dirección a Randy. Podía comprender que quisiera castigar físicamente al humano... pero debía esperar a que Clayton le sacara toda la información posible. Si lo dejaba inconsciente, o malherido, poco podría hablar.

Clayton hizo un gesto a Ford para que esperara un momento antes de examinar el portátil. Necesitaba un poco más de tiempo.

- Bien... - Dijo retomando la palabra y acercándose al humano. Con una mano sujetó con suavidad la barbilla del mortal y le obligó a mirarle de nuevo a los ojos. 

- Dígame ahora mismo de dónde ha obtenido toda la información que tiene sobre nosotros. - Especificó. - Quiero todos los detalles. - *

Una vez más parece que intento resistirme a que las palabras abandonen mis labios, nuevamente sin éxito.

-Mi hijo me contó cosas. Me mandaba cartas con un compañero de confianza.
Una vez sabes que buscas exactamente no es tan difícil empezar a encontrar cosas.
En la prensa e Internet.

Parece que iba a añadir algo, pero callo y sorbo con la nariz.

Lo malo del control del Ventrue, es que es tan eficaz que no le permite al prisionero decir una gilipollez que me permita darle otra tanda de palos. ¡Cómo si me importara si se rompe! Ahora que ha mencionado lo del hijo y el compañero, parece que la cosa se pone interesante, así que voy a tener que contener mis ganas.

Sé que el Malkavian tiene razón, son gente entrenada para resistir las torturas, por eso me gusta ponerle a prueba. Los retos están para resolverlos, ¿no?

Viendo que de momento responde, coloco mi mano en su cabeza, sin llegar a agarrarlo, sólo para que se acuerde de mi presencia.

Veamos cómo sigue el interrogatorio.

Clayton frunció levemente el ceño. Si aquello era algo personal iban a llegar a un callejón sin salida.

- Dígame la clave del portátil y todas las medidas de seguridad que haya en él y cómo desactivarlas.* Quiero que colabore para que tengamos acceso a toda su información. - Volvió a ordenar.

Su hijo era un militar entrenado que cazaba vampiros en Irak... Clayton se preguntaba por qué el padre había comenzado a seguir los pasos de su hijo. La respuesta era evidente: venganza. Seguramente su hijo habría caído intentando eliminar a algún cainita demasiado poderoso.

Pero lo primero era lo primero, y tenían que averiguar quién le había estado pasando información desde dentro. ¿Sería el mismo topo que había filtrado información al sabbat para el ataque? No tendrían esa suerte... pero debían tratar de investigarlo.

Sonrio de nuevo.

-No hay contraseña en el portátil. Y creo que aún tiene el antivirus que me regalaron al comprarlo.
Parece que ya me estoy acostumbrando a que las palabras salgan solas.

Miro alrededor. Solo evito a Randy y Ford.

Parece estar disfrutando el puto idiota. Voy a tener que echar una mano al Ventrue, así que mirándole a él directamente, aporto mi sugerencia:

-Preguntale a este melón, dónde vive su madre, o que persona viva es la que más ama. Ya verás como luego quiere saciar nuestra curiosidad y hasta nos da información extra.