Partida Rol por web

¡Diantres y otras mujeres de moral distraida! ¡Pues no aparece aquel hombretón como una sombra en su retaguardia y celebra la informacion! No hacia falta jurar por todos los clavos de ningún ataúd que le había pegado la madre de todos los sustos. - Por todos los clavos... - Se quejó en primer lugar, lanzando un largo suspiro, pasando la mano por el borde del sombrero, ajustandoselo tras aquel bote de sorpresa.

No pudo evitar carraspear, como buen hombre de Fe mientras razonaba las siguientes palabras de Ragaard. - Llévenme todos los diablos si casi no muero del susto, hombretón. Mas puedo decirle que aunque ahora no aplastemos, aplastar aplastarmos. Pues no es mejor aplastador quien más aplasta, si no el que aplasta cuando debe aplastar. Y lo que debe aplastar. - Añadió el pistolero, alzando el dedo indice como si aquel fuera el remate de algún tipo ancestral de explicación.

- ¡Ah, grandes lecciones las que nos dan las armas que empuña el contrario. Es de ellas la que se aprende la lección, y no de las amigas. Alégrome de la lección, mas espero no volver a cruzar duelo con usted, buen ganapán. Muerde su hacha como perro que no ve pan. - Le felicitó, a su forma, pero lo hizo. Mas no tardó en centrar toda su atención en la conversación, interesante ella sobre lugar y sitio. Pero sobretodo por la gente.

- Válguenme sus palabras, caballeros. - Señaló a unos. - Dama. - Señaló a la otra. - Pues no reparan en un misterio mayor. La corona esta aquí, bien importante debe venir a ver, pues si no, no bajaría de su trono. ¿Qué misterio trae consigo? Puede que el lugar no sea importante, pero si las personas. Aquí hay trasgo encerrado... - Se llevó la mano al mentón, pensando, y bien claro lo dejó emitiendo un largo ronroneo de garganta. - Mmmm.... - 

- Magia. Extraña, peligrosa también. Hermosa pero poderosa. Misteriosa también. Decía el abuelo, cuando el rio suena, agua lleva. Y aunque el misterio de la presencia de la corona me intriga, más lo hacen tales simbolos en el cielo. Es mi deber comunicar que en mi opinión, a la frontera deberíamos marchar. Investigar y aplastar. Todos ganar. Mas no se a que más esperar. -

- ¿Opiniones quizás? -

El nuevo grupo de valientes, estaba listo para partir. Cada uno de los presentes, había escudriñado rápidamente algo de información, pero el destino al que apuntaban todos los rumores no le había quedado claro al guerrero, que seguía observando atentamente a sus nuevos compañeros. El genasí, no había vuelto a abrir la boca y permanecía sentado en su carreta, sujetando firmemente las cuerdas mientras todos se acomodaban. Tarkhan era bastante espabilado comparándose con otros guerreros, no obstante, pecaba en el don de la palabra. Habitualmente lograba seguir las florituras verbales de la mayoría gracias a sus años junto a su hermanastro, pero en ese instante se sintió algo confundido. Desde la aparición del enorme Goliath, la conversación había tomado un aire mas aguerrido, y tanto Marcus como Ragaard bromeaban sobre aplastamientos... bromear hasta cierto punto, "El goliath parece hablar realmente en serio" pensó Tarkhan mientras no le quitaba el ojo de encima.
Tras escuchar los últimos comentarios de Valinor, el mago guerrero de Cormik, reflexionó durante unos instantes... No tenía ningún problema en conducir su lograda carreta, pero escoger el camino, era harina de otro costal. Como no tenía demasiado clara la ruta a seguir, se concentró en sus próximas palabras, pues no deseaba parecer poco avispado, y se dirigió al grupo con sus habituales pausas...
- Entonces... ¿marchamos siguiendo a los caballeros de la ciudadela? - dijo mirando de reojo a Marcus, - o... ¿Tal vez deberíamos dirigirnos a la frontera de Droaam? - esta vez dirigió su mirada hacia Angie, la hermosa elfa que les acompañaba.

Yo opino que la ciudadela es un buen lugar para abastecernos adecuadamente para luego poner curso a Droaam, pero si prefieres evitar hacer paradas vamos directo. ¿Qué opinan ustedes?

Es evidente que algo pasa en Droaam pero a nosotros nos pidieron que fueramos a la ciudadela, quizá allí podamos obtener más información.

Los heroes estan un poco confundidos con la geografia del lugar, y no saben muy bien el camino, ni donde estan , pero afortunadamente se hacen con un mapa de la region ,por el amable posadero que les explica:

El castillo "Hueso de orco" (Orcbone en el mapa) se encuentra en linea recta siguiendo el camino desde la ciudad de Ardev que es en la que estamos ahora, no tiene perdida. Ademas un grupo de soldados va ahora para alla , asi que pueden sumarse al convoy

Con la noticia de que es en linea recta y ademas van a estar escoltados por un grupo de soldados en vanguardia , van mas tranquilos y relajados apesar de ir por los peligrosos territorios de cerca de la frontera

No fueron pocas las veces que Khan se acarició la barba que caía por la perilla, pensando mientras el tabernero hablaba. No pensó pocas cosas, claro, tiempo tenía y sobretodo mucho tiempo para un hombre de mente ágil. - Uhm....... - Comenzó a decir, porque aquel tabernero parecía muy listo. Seguro que había sido aventurero, y que era mago. No sabía porque, pero le ponía túnica y báculo.

Ahora la idea de permanecer más noches en aquella taberna le parecía perturbadora.

- Sí, claro. ¿Quien no vería algo así? Unica oportunidad, clara, segura, fácil. ¿Como dudar? Marchar con los soldados al castillo del orco sin parar ni dudar. Vayamos pues, carromato tenemos, ni caminar ni preocupar ni orinar, más eso haremos antes de marchar. -

Con el rumbo fijado me subo al carromato e intento descansar durante el trayecto y aunque mi cuerpo no necesita realizar aquella labor que los humanos llaman dormir, decido hacerlo por simple placer, al menos por algunas horas para estar más relajado al momento de llegar al castillo hueso de orco mientras trato de pensar en alguna clase de magia que use símbolos y sólo dos cosas vienen a mi mente.

Runas y glifos aunque no recuerdo con exactitudo como se llaman los especialistas en el uso de aquellos métodos poco ortodoxos de lanzar conjuros.

Como bien hizo Valinor, Marcus le siguió, subiendose a la parte trasera del carromato. No sería él quien llevara las riendas de aquel vehiculo, no al menos si todos querían llegar vivos, de una pieza y más o menos limpios. Por que lo que era Marcus y los animales, no es que acabara de llevarse demasiado bien.

Lo que si se llevaba bien era con quitarse las botas, mostrando unos calcetines sin tomates -raro en un autoproclamado vagabundo- y las dejó junto a él, mientras se tumbaba y usaba el sombrero como parasol para la cara. - No le de demasiadas vueltas a lo que quiera que su cabeza este pensando, Valinor. Este carromato es de madera. - Bromeó desde debajo del sombrero, esperando que se pusiera en marcha.

Estoy con el oloroso pistolero, deberiamos partir de inmediato. Ademas tendremos que hacer pocas vigilancias entonces.

Angie tenia ganas de abandonar la civilizacion y endinsarse en la naturaleza, aunque fuera peligrosa y hostil, lo preferiria que la ciudad, que podia llegar a ser mucho peor y con menos sentido.

Que mejor compañía que la vuestra para ganar algo de fama y gloria, y porque no decirlo, algo de oro, aplastando a algún sucio nigromante o criatura de viles intenciones.

Mi bolsa esta casi vacía y esta misión promete! Así que espero no defraudaros. Exclamo sonriente.

Acomodándose dentro del carromato como bien podía, ya que era cuan largo como un día sin pan.

Al escuchar las palabras de Markus no puedo evitar reírme un poco.

Eran otros los asuntos que me tenían tan distraído amigo mío, pero creo que no vale la pena darle muchas vueltas al asunto. Mejor aprovechemos  para relajarnos un poco que el camino es largo y nos espera una dura tarea al llegar a nuestro destino, sólo ruego a los dioses que nos protejan y nos brinden la fuerza que necesitamos para salir airosos. - digo en tono solemne.

Tarkhan se había inclinado sobre su asiento mientras escuchaba a sus compañeros. La decisión unánime de seguir a los el convoy de soldados había sido aceptada por todos, y un espíritu animado y ansioso por emprender una nueva aventura se había apoderado del grupo.

- Entonces... - realizo su habitual pausa, pero esta vez pensó que sus palabras solo reflejaban información redundante, aun así añadió - Seguiremos al convoy hacia el castillo.

Relajo su espalda sobre el reposadero de madera para el conductor, realmente cómodo, incluso para una espalda arenosa como la del genasí de tierra. Mantuvo en todo momento la mirada fija en los carromatos de los soldados, listo para partir en cualquier momento. Mantenía el rostro serio, que solo cambió para esbozar una pequeña sonrisa al oír el comentario de la elfa sobre los aromas pertenecientes a los pies de Marcus...

VISITA GUIADA
Cuando los PJs lleguan a la fortaleza son atendidos por la capitana Yurell, que les hará una visita guiada por Orcbone y les hablara un poco del castillo y sus zonas mas importantes

+Bienvenidos soldados. Se trata de una fortaleza militar brelia que alberga a unos 450 habitantes. Está dirigida por Lord Veirner ir’ Tajar y por la capitana de la guardia Yurell ir’Iff. La fortaleza pertenece a los “Westwind Riders” que tienen como misión frenar la expansión de las hordas enemigas de Droaam y vigilar la frontera de posibles intrusos.

- Cuadras: donde están los caballos y herramientas de mantenimiento.

- Patio de armas: donde entrenan los soldados.

- Capilla de Dol Arrath: capilla dedicada al dios Sol y el Sacrificio, donde vienen a rezar los soldados antes de ir a una misión peligrosa. Retio, el clérigo de Dol Arrath, bendice a los soldados antes de entrar en cualquier batalla.

- Casa curación Jorasco: enfermería donde vienen los heridos.

- Barracas: donde duermen los soldados.
 

Bonito lugar. - digo mientras observo la fortaleza al tiempo que desciendo del carruaje y tiendo mi mano hacia Angie para ayudarla a bajar del carruaje.

Creo que debemos instalarnos y familiarizarnos con el lugar, después de todo vamos a pasar bastante tiempo en la fortaleza durante los proximos días.

¿Marcus crees que el almenaje es adecuado para tus pistolas? - pregunto con curiosidad, después de todo hasta ahora sólo había visto funcionar esas misteriosas armas a corta distancia, pero no desde lo alto de una muralla.

- ¡Julia! ¡Estoy despierto! - Se sobresaltó segundos después de atravesar el portón del castillo. Se quitó el sombrero de la cara, peinandose y poniendose el sombrero y tirando de las alas del mismo para asegurarlo en su testa. - ¿Dónde estamos? - Preguntó, mirando a su alrededor.

No tardó en ponerse en pie, arreglandose la gabardina y saltando del carromato aun en marcha dando un par de pasos largos y girandose sobre si mismo para comprobar la enormidad del lugar. Casí podría decirse que al pobre humano todo aquello le sonaba a una mejor época de su vida, cuando no había hecho de sus botas su medio de transporte y de su sombrero su techo.

Pero allí la mujer comenzó a hablar, y el pistolero arrugó la nariz extrañado. - ¿Es costumbre en estas tierras hablar de uno mismo en tercera persona? - Preguntó a sus camaradas y compañeros de fatigas, pues la mujer que les hablaba no era otra que la capitana y aun así, de si misma hablaba en tercera persona. Después comenzó aquel tour por la fortaleza. Desde un punto empírico y racional, les estaba enseñando la fortaleza...¡Pero ni siquiera sabía quienes eran! ¡Que disparate! ¿Y si ellos mismos eran infiltrados de Droaam? ¡Que calamidad!

Aun así... las cuadras no le interesaban lo mas mínimo. Los animales de monta no le interesaban lo más mínimo, y los elementos de mantenimiento.... tampoco le interesaban. Los patios donde entrenaban los soldados si le interesaban mas, sobretodo las dianas donde podría practicar su puntería. No así la capilla... ¡Vaya un lugar de rezo y culto! No, él no podía volver a caer en aquellas creencias que jamás le habían ayudado lo más mínimo. No es que negara el poder de los Dioses, ni mucho menos... pero no compartía su interés por el mundo. Lindezas filosóficas a parte, la casa de curas era el lugar que esperaba no visitar, mientras que su lugar favorito sería el lugar donde podían dormir. Los barracones.

- Válgame las ideas, esa es la más brillante que escuché desde que bajé del carromato. Mi buen amigo, estoy totalmente de acuerdo, lo primero será instalarse. En cuanto a la pregunta, le diré que es una excelente pregunta. - Se giró hacia la muralla, observando la altura. - No, no será un problema. Puedo acertarle a la una pieza de cobre a 30 metros sin problemas. La cabeza de algun deshichado no será problema a 60 metros. -

Tras el paseo guiado por el Castillo en compañia de la Capitana y sus compañeros, Ragaard se dirigio a ver una sesión de entrenamiento en el Patio de Armas.

Vio como luchaban diferentes soldados, y observó sus estilos, aunque no eran lo que esperaba. Sólo la intervención de un sargento, llamó su atención, ya que este demostró tener unas capacidades combatibas excelentes. Luchando con cuatro guardias a la vez, los redujo con una velocidad asombrosa.

Mmmh, muy bien! exclamó por lo bajo, dejandose llevar.

El camino hasta la fortaleza había sido tranquilo y seguro, así que Tarkhan había dedicado el viaje a divagar en sus pensamientos, mientras mantenía el ritmo y seguía al convoy para no perderse... "En que debe estar pensando padre... ¿cuando dejarán de llegar nuevos hermanastros?" se preguntaba. "Nadie le podrá culpar de no 'socializar' con las distintas razas...". La familia Eldelvar no dejaba de crecer, puesto que el insaciable padre de familia había estado viajando mucho en su juventud y cada cierto tiempo aparecía un nuevo vástago del muy desmelenado. 

Inmerso en sus pensamientos, el genasí de tierra perdió la noción del tiempo, y prácticamente sin darse cuenta, habían llegado a su destino. Marcus, el pistolero, fué el primero en saltar del carruaje para avanzar curioseando con la mirada por los alrededores. Al llegar a la entrada, Tarkhan quedó impresionado, pues no esperaba semejante fortaleza. Aflojo el ritmo hasta detener el carruaje, momento en el que el Valinor, descendía y cortesmente le cedía su mano a Angie... En ese momento volvió a recordar su deficiencia en temas sociables... "¿Debería haber ayudado a la señorita?" 

- Ya... Ya estamos aquí - fue lo único que se le ocurrió decir para mostrarse cordial. "A este paso jamás podré ser como padre" pensó sarcásticamente esbozando una ligera sonrisa.

Una mujer ataviada con el uniforme de los soldados, se presentó como la capitana y les mostró el lugar. Mientras Valinor y Marcus paseaban hablando sobre las defensas y los siguientes movimientos del grupo, el goliat Ragaard, se deleitaba con el combate del patio de entrenamiento. Tarkhan condujo a los caballos, una vez liberados del carruaje, a sus cuadras, procurando utilizar el menor espacio posible y mirando tímidamente a los guardias por si alguno le prohibía utilizar dicha zona... "Imagino que ya contaban con las 'necesidades' de los aventureros enviados por el Archiduque"

Una vez los caballos se encontraban cómodamente en los establos y el carruaje asegurado, su curiosa mente llena de ideas y pensamientos que no era capaz de expresar, le impulsaba a abordar a preguntas a la capitana... "¿Que sabía respecto a las señales misteriosas?" Puesto que se encontraban tan cerca de la frontera, tal vez, las señales del cielo eran visibles desde la misma fortaleza... El guerrero decidió reunirse de nuevo con el grupo. "Ellos sabrán que hacer..." pensó aún avergonzado por la alocada idea de preguntar a una desconocida...  

Mientras recorro el almenaje en compañía de Marcus no puedo evitar dar una mirada al patio de entrenamiento donde Ragaard paraecía estar muy feliz. "Vaya ese sujeto nunca cambiara, quizá deba dejar de intentar comprenderlo y simplemente aceptar su forma de ser. Veamos que sucede" - pienso mientras observo la aprensión con la que Ragaard mira el entrenamiento.

Disculpe capitana. ¿Existe aquí alguna biblioteca en la cual un arcanista como yo pueda profundizar un poco en sus estudios del arte? - pregunto con mucha amabilidad mientras observo el cielo en busca de cualquier clase de anomalía.