Partida Rol por web

En ese momento se abrieron las puertas de la sala de reuniones y salió una mujer que rondaba los treinta y pico, vestida de traje y con un maletín en la zurda. Mark flanqueaba su diestra manteniendo una expresión hosca y poco amigable, y aun así tuvo la deferencia de estrecharle la mano y escupir un escueto gracias. Se quedó de brazos cruzados junto a la puerta mientras Dimitri acompañaba a la mujer hasta la puerta de salida. Laura la despidió de camino también con un 'hasta mañana'.

-¿Cómo ha ido? -preguntó Eliot poniendo una mano sobre el hombro de Darryl, que se había acercado siguiendo los pasos de Dimitri hasta la mesa.

- Bien. - comenzó, para luego añadir - Y mal. -

- Mejor lo hablamos dentro, es un asunto un poco peliagudo el que se nos viene encima. - respondió al gessto de Eliot con una palmada en el costado mientras se acercaba a Mark - Lamento si no es un buen momento, pero tenemos que hablar sobre lo que ha pasado en la entrega. Nadie ha salido herido y Walter vendrá dentro de un rato, pero cuanto antes sepáis esto, mejor. -

El President clavó sus ojos en él y resopló por la nariz asintiendo y señalando el interior de la habitación. Esperó a que todos los implicados estuviesen dentro antes de cerrar y tomar asiento donde le correspondía apoyando los codos sobre la mesa.

-¿Y bien?

Comenzó contando la entrega desde el principio: la llegada, la vigilancia de Walter y el primer contacto con el traficante. El disparo y la confusión. Añadió también lo rápido que había cazado Christopher al traficante y su propio tiro para frenar al que estaba huyendo hacia el callejón.

- Nos llevamos al que Chris había cazado en la furgoneta y le apretamos las tuercas hasta que habló. Le preguntamos quién era su jefecillo y nos nombró a un tal Hugh. También nos dijo dónde recibían el material y lo cocinaban... y aquí entra lo peliagudo. Nos nombró el lugar y Walter dijo que esos terrenos pertenecían a Travis. Ha ido a buscarle para traerlo aquí, supongo. Quizás le hayan estado engañando y pueda ayudarnos con todo esto... o quizás sea algo mucho peor. - finalizó, cruzándose de brazos y dejando en el aire aquella duda que todos tenían - Walter ha pedido precaución con este asunto y bueno, creo que deberíamos hacerle caso. -

El relato causó, como era de esperar, miradas de desconfianza que se sucedieron entre unos y otros. Darryl pudo apreciar como el ceño de Mark marcaba una arruga cada vez más profunda y sus dedos se aferraban al borde de la mesa con fuerza.

-Travis no es un traidor -sentenció con voz grave y conteniendo la rabia. Y lo decía del mismo modo en que lo diría alguien dispuesto a defender su palabra a punta de pistola.

-Nadie ha dicho que lo sea. El viejo está manejando el asunto y aquí nadie va a tirar una piedra sin cerciorarse primero. ¿Verdad? -Paseó la vista por el resto buscando apoyo.

-Claro que no. Solo hemos traído la información, nadie está acusando a Travis de traidor -repuso Christ tras carraspear para recuperar un tono convincente. Mirar a Mark a los ojos le quitaba la valentía a la mayoría, pero Darryl ya había lidiado con esa mirada varias veces.

Sin embargo, Eliot se limitó a cabecear como un perro al que le dan órdenes, y Darryl pudo intuir que estaba lejos de compartir esa opinión. Y antes de que nadie pudiese volver a abrir la boca sonó el motor de la furgoneta a las afueras.

-Se acabó la charla. Dimitri, recoge los teléfonos y llama a 'Doggy' para que mueva el culo hasta aquí. Y a los Prospect. Vamos a hablar con Travis y después se votará qué hacemos con él y con el sitio y el tal Hugh.

El Sgt. at Arms asintió y se levantó para buscar la caja de metal donde guardaban los teléfonos móviles antes de una reunión formal. Método preventivo.

Darryl sintió que aquello dificilmente iba a acabar bien. Tenía una sensación incómoda que le estaba advirtiendo de algo e intentó distraerse pensando en otra cosa, pero se dió cuenta que no podía quitarse el asunto de la cabeza mientras sacaba el teléfono móvil y lo metía en la caja con un gesto rápido.

Rezó en su fuero interno porque la sangre no llegara al río en el club, pues ya habían tenido suficiente hace unos años con la marcha de Travis: quizás las heridas no habían cerrado para todos y si volvían a abrirse podría ser otro duro golpe para ellos... y Darryl no tenía claro que dos fuesen a ser algo que el club pudiese soportar.

Impaciente observó a través de la puerta para ver si Walter y el propio Travis aparecían. Quería que la reunion comenzara de una maldita vez.

Y mientras Darryl se preparaba para lo que iba a ocurrir los implicados atravesaron la puerta en silencio y de forma ceremoniosa. Primero Travis, con su traje y el susto todavía marcado en la cara, pálido como el papel. Se acercó a él para estrecharle la mano y musitar un agradecido 'Bienvenido a casa' antes de acercarse una silla plegable que descansaba en la pared. No tenía derecho a una silla de las que ellos usaban, ni a voto ni a nada que ellos no consintieran. Darryl recordó brevemente el día que le quitaron su tatuaje. No fue bonito ni agradable; Eliot tatuó sobre el símbolo hasta dejar tan solo un enorme borrón negro sobre su espalda y brazos. Pero eso era lo que ocurría cuando uno abandonaba el club, que no había vuelta atrás de ninguna de las maneras. Algunos lo aprendían por las buenas, como Travis, y otros...

Walter, siguiendo sus pasos, cerró tras de sí y tomó asiento junto al President. Nadie dijo nada y un pesado silencio se adueñó del lugar. Dimitri encendió un cigarrillo y le ofreció al resto. Y mientras la sala se fue ahogando por el humo, Darryl tuvo tiempo de sobra para meditar sobre lo que estaba haciendo y a dónde le iban a llevar sus pasos. Aquello pintaba mal, y su instinto le decía que solo podía ir a más. Pero era su Club, eran sus hermanos y en el fondo algo les debía. No le habían repudiado, no como a Travis. Le habían dejado espacio y le querían de vuelta. Pero las cosas, como siempre, solían ser más profundas de lo que en principio parecían.

Diez minutos más tarde Maxwell llegó de forma apresurada. Se disculpó tomando asiento saludando brevemente al resto y guardó silencio mientras Mark se recomponía en su asiento haciendo crujir los dedos de sus manos antes de empezar a hablar. Puso a la mesa al corriente pidiéndole a Darryl que resumiera el encontronazo de aquella tarde y, una vez todos estuvieron al corriente, miró fijamente a Travis con aquellos ojos lobunos y le pidió que se explicara. El ex-member se puso en pie manteniendo una extrema rigidez en los miembros y se aclaró la voz antes de empezar.

-Lamento que las circunstancias os hallan llevado a dudar de mí, pero no tengo nada que ver con el tráfico de droga. Al menos directamente. El terreno del que hablas me pertenecía, pero lo vendí hace varios meses -Se agachó midiendo mucho los movimientos que hacía para coger la bandolera que llevaba consigo. Sacó un portafolios algo arrugado y lo dejó sobre la mesa empujándolo con los dedos hacia Mark-. Es la venta de las tierras. Como ya os dije, ha habido mucho movimiento de compra-venta últimamente. Me ofrecieron mucho dinero por ellas y las vendí a un tal Anthony Ogden. Una empresa de cultivos agrícolas, Philip Morris Inc., fue la compradora real. No soy el único. Más gente de Lake Atwood ha estado vendiendo propiedades por muy buen precio a esta u otras asociadas menores. Imagino que el que quería meterse aquí lo hizo cuidadosamente y asegurándose de que nadie pudiera echarlo con facilidad.

Mark cogió el portafolios y lo abrió echándole un breve vistazo antes de pasárselo a Max, que era el que realmente entendía sobre aquello. Este lo examinó con detenimiento pasando las hojas con cuidado, sin embargo el President se cansó de esperar antes de que este llegase a dictaminar algo. Se inclinó para susurrarle algo a Walter y este asintió. La mesa, intranquila, se volvió hacia él mientras Travis permanecía todavía de pie.

-Quiero que hagas una lista de la gente que ha estado vendiendo tierras en estos dos últimos meses. -Travis asintió con rapidez-. Y que convenzas a todo el que esté pensando en hacerlo de que no lo haga.

-Haré lo que pueda.

-No he terminado -espetó de mala gana Mark-. Vas a sonsacar todo lo que puedas de esa empresa y sus asociadas, y hasta dónde tienen metidas las zarpas. Y colaborarás en todo lo que te pidamos hasta que esto se haya solucionado. ¿Entendido?

Travis asintió de nuevo sosteniéndole la mirada a duras penas. Tras unos segundos, Mark hizo un gesto con la mano señalando la puerta y Travis repitió el cabeceo acercándose a la mesa para recoger el papeleo, pero Dimitri puso la mano abierta sobre este y negó lentamente.

-Esperaré fuera... -musitó el ex-member, y giró sobre sus talones dejándolos a solas.

- Sea o no verdadera su versión, no es algo que pueda investigar él solo. Si alguien está moviendo hilos de tal manera en Lake Atwood tenemos que movilizarnos para saber más o se nos va a caer todo encima cuando sea demasiado tarde. -

Se inclinó hacia adelante en la mesa, apoyando los codos para mirarles de uno en uno. - Además, los Burning Tire tienen que estar relacionados con todo esto. Quizás por completo o quizás estén únicamente apoyando estos negocios... sea lo que sea, hay que actuar. - se permitió dar un golpe en la mesa, no demasiado fuerte - Cuanto antes. -

Darryl encontró aprobación en la mirada de Mark, pero Eliot se adelantó.

-Yo digo que vayamos a encargarnos de ese sitio y los echemos a patadas. A quien sea que esté allí.

-Eso no servirá más que para despertar al avispero -protestó Maxwell, y Walter lo respaldó asintiendo con la cabeza.

-Pero no podemos quedarnos sentados. No podemos recuperar esas tierras y, como dice Darryl, tampoco podemos dejarnos pisotear más -siguió Dimitri cerrando el puño sobre la mesa-. No sé que clase de asociación tienen los Bruning Tire con empresas de ese calibre, pero hay que actuar deprisa.

Pero el que llevaba la voz cantante, Mark, permanecía misteriosamente silencioso frente al intercambio de opiniones que se sucedió un poco más. Christopher dijo que había que ser precavidos, Dimitri enfatizó en la necesidad de vengar a los hermanos caídos y Walter intervino para remarcar que el tema de la droga estaba llegando a temas particularmente sensibles y que había que pararlo aunque fuese de manera temporal hasta que se les ocurriera una medida mejor. Todos parecieron más o menos de acuerdo en eso.

- Si entramos a ese sitio como una manada de bisontes demoliendo a palos lo que encontremos sólo conseguiremos que el siguiente sitio que descubramos esté protegido con escopetas y fusiles de asalto. Y no me gustaría tener que perder a más hermanos en otra batalla campal. - dijo con gravedad, alzando un poco la voz - Hay que descubrir de dónde viene todo esto: rodear poco a poco el cuello de esos hijos de puta y cuando tengamos suficiente sobre ellos, apretar con tanta fuerza que se les revienten los ojos. -

- Pero si no tenemos más información lo que conseguiremos será otra desgracia. Hay que empezar por eso. -

-Ya, pero no tenemos otro sitio por donde empezar, Darryl. Ese Hugh es el único nombre que tenemos y ya ha metido mucha mierda aquí -Protestó, y todos supieron que hablaba por su chica. O lo que fuera que denominase a Kitty.

Christopher se mesó la perilla con un codo apoyado sobre la mesa.

-¿Por qué no le capturamos? Él podrá darnos la localización de pedidos, quién los transporta, si es que alguien lo hace. Y posiblemente sepa si hay más cocinando. Vayamos como gatos en vez de cómo toros. Y si lo hacemos bien, quizá recuperemos algo de autoridad. No podemos perder las riendas de Lake Atwood. Eso nos haría parecer muy débiles y, además, nos haría vulnerables.

- Cazarle a él es una buena idea. Si no es quien manda, podrá decirnos quién es esa persona. Podemos obligarle a hablar y si no, seguramente nos de más pistas que seguir. - asintió, conforme con las palabras de Chris. Trasladó su mirada a Mark y Walter, alternando la vista entre ellos - ¿Qué os parece? -

El President, que se había mantenido silencioso, puso una mano extendida sobre la mesa y pronunció las palabras:

-Votemos para ver qué se hace con el sitio y con Travis.

Su mirada fue a parar a Darryl casi como una advertencia, y le costó entender que debía marcharse. Él no tenía voto en aquella mesa, todavía.

Soltando aire por la nariz se levantó, estirando las arrugas del pantalón. Hizo un gesto con la cabeza y salió por la puerta, menos ofendido de lo que esperaba. Al fin y al cabo, con la explicación de Walter sobre por qué no tenía aún el parche, todo le parecía mucho menos un insulto...

...pero ahí estaba, fuera, como Travis. Le miró al salir con cara de circunstancias. - Espero que digas la verdad, porque esto es algo gordo. - advirtió sin nada amenazador en su voz, sólo como un comentario sincero