Partida Rol por web

Brothers of Mayhem

6. El poder de la sangre

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15/09/2014, 05:23
Raven Parr

Gasolinera, Tucson

22 de Julio, 1995 - 21:50

"Estoy muerta de hambre" había dicho Rose, continuando la frase con una demanda de helado. Y esa era la razón por la que habían parado en una gasolinera cualquiera. El sol se había desvanecido hacía algo más de una hora, coincidiendo con la habitual llamada de Rose para que acercase a recogerla a otro motel distinto al de la noche anterior. Darryl había dejado de preguntárselo hacía tiempo, aunque eso no significase que su cabeza estuviese despejada de dudas, preguntas y curiosidades. Ella las valía, después de todo.

-¿Te gusta este? -preguntó asomando una tarrina de helado de galletas por encima de la estantería que dividía los pasillos. Escuchó cómo lo destapaba y emitía un sonido incierto que apuntaba más a que no iba a pasar por la caja registradora-. No puedo creer que no tengan de piña. Una vez probé uno estando en California que, dios mío, ojalá lo hubiese podido transformar en persona para llevarlo a Las Vegas y casarme con él. El mejor helado del mundo...

Y continuó su historia mientras revolvía el congelador de los helados en busca de un tesoro perdido. Siempre parecía tener algo que decir, una historia que contar, una anécdota que se ajustaba a cada momento y situación. Darryl nunca había conocido a una chica así: segura, taimada, libre de miedos o prejuicios. Y mucho menos una que no supiera cómo controlar o por dónde iba a salir, y quizá por eso, por la imposibilidad de controlar la situación cuando estaba con ella era que tanto la codiciaba.

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16/09/2014, 11:35
Darryl Emerson

Rose comía como una cerda, preocupándose poco y menos por su figura. Abusaba de su cuerpo con alcohol, continuas noches sin dormir y aun así, seguía teniendo un cuerpazo de espanto. Era, entre las que ya había listado, una de las tantas cualidades de aquella chica, totalmente diferente al estilo remilgado y extremadamente coqueto (pero en el fondo inseguro) de la inmensa mayoría de mujeres americanas.

Apoyó su hombro izquierdo en un expositor de gominolas y la miró con una media sonrisa y la ceja levantada, escuchando su historia de desamor con el helado. - No habría salido bien. El primer mes todo habría sido maravilloso, pero pronto la piña comenzaría a agriarse, el helado se quedaría arenoso y acabarías dejándole tirado en cualquier estación de servicio... Es lo que pasa en todos los matrimonios: al final, el helado acaba echándose a perder. - se inclinó un poco cerca de ella para observar mejor el interior del recipiente - Bueno, podría estar bien. Todo lo bien que pueden estar estos helados. -

Observó con disimulo a su alrededor, buscando al dependiente: por suerte no tenían quince años ni eran negros, lo que habría asegurado tener al dependiente detrás a cada paso, 'reponiendo producto' o 'colocando los estantes'. - De entre todas las cenas que se te podrían ocurrir, ésta es la más sana y equilibrada de todas, sí señor. ¿La acompañará la señorita con unas barritas Mars? - le dijo con sorna, sonriéndole

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19/09/2014, 00:23
Raven Parr

-Barritas Mars. Iugg. ¿Qué clase de lunático tarado come esa basura para desayunar? –protestó exageradamente alzando ligeramente el tono mientras se guardaba un par en el interior de la chaqueta. Le devolvió la sonrisa acompañándola con un giño-. ¿Tú no quieres nada? ¿A qué hora te has levantado?

Dio varios pasos laterales hasta quedar frente al refrigerador donde se encontraban las cervezas y se inclinó para echar un vistazo más detenidamente.

-¿Crees que podemos parar en una licorería? Todo esto es pis de vaca.

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27/09/2014, 22:02
Darryl Emerson

Miró a los lados para asegurarse de que no tenían al dependiente cerca cuando Raven se guardó las Mars. No pudo evitar pensar que no tenía precisamente unas curvas de espanto para poder esconderse tanto producto, pero no era la primera vez que la veía conseguirlo.

- Me he levantado... sobre la hora de comer, un poco antes. Lo justo para desayunar bacon, huevos revueltos y salchichas pudiendo disimular. - le dijo con una sonrisa mientras se acercaban a las cervezas. Si fuesen adolescentes no se habrían librado del dependiente desde que entraron, pero una vez pasabas cierta edad parecían comenzar a confiar en que no les ibas a limpiar medio local cada vez que entrabas. Ilusos.

- ¡Eh - le empujó con la cadera, haciéndola a un lado mientras abría la nevera y sacaba cuatro cervezas - Tenle un respeto a mi pis de vaca, prepotente. Es mucho más agradecido que cualquier licor... -

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01/10/2014, 00:57
Raven Parr

Lo cierto es que, cuando uno la miraba de cerca y sin maquillaje, Rose no parecía tener más de dieciséis o diecisiete años, lo que no dejaba de ser aterrador a su manera. Luego uno intercambiaba un par de conversaciones y aquella sensación de estar infringiendo la ley se evaporaba en cuestión de minutos. Pero de vez en cuando volvía, y cada intento por descifrar su edad había caído en saco roto.

Rose puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza intentando apartarse el flequillo de los ojos. Aquel día estaba especialmente ondulado y rebelde.

-Vale, vale. No he dicho nada… -Se acercó a él, se puso de puntillas y dejó un beso en su mejilla-. ¿Pero podemos pasar? ¿Hum?

Y hubo algo en la forma de pedirlo que sonó a travesura. Y es que cuando uno pasaba cierto tiempo rodeado por mujeres, acababa por aprender verlas venir de lejos casi por instinto.

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03/10/2014, 19:27
Darryl Emerson

- ¿Acaso crees que comprar cerveza va a disuadirme de comprar más alcohol? - le preguntó con una sonrisa y alzando una ceja. Aquellos detalles, como la incomodidad que a veces le provocaba pensar en la edad que podría tener, ese morbo en querer descubrir cada día qué se ocultaba tras aquellos ojos claros. Lo más sorprendente (o lo más poco habitual para él) era que aquel interés y aquel misterio no se había esfumado a la semana, como solía pasar con el resto de chicas, mucho más planas y sosas que Rose.

Cuando ella bajó de darle un beso, instintivamente le cogió el brazo a la altura del codo y la miró a los ojos, tan tenso como juguetón. La tensión sexual entre ellos era evidente y aquellos gestos le obligaban a controlarse, lo cual no era nada fácil. Tras unos pocos segundos, le hizo un gesto hacia arriba. - ¿Pagamos las cervezas? - obviamente, ni mención a todo lo demás que ella se había escondido

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21/10/2014, 18:21
Director

La muchacha abandonó el lugar con parsimonia, y cuando Darryl terminó de pagar la encontró sentada a horcajadas en la moto fumando con tranquilidad y degustando lo que parecía ir a ser su cena. Pusieron rumbo a la Licorería más cercana con el viento cálido del verano azotando de lado. Había una persistente humedad que anunciaba tormenta, y que se pegaba a la piel incluso bajo la ropa dejándole una desagradable sensación. El lugar estaba a punto de echar el cierre a sus puertas. En el parking estaba casi vacío, iluminado débilmente por el neón de la licorería y un par de farolas que luchaban por mantenerse encendidas, pero aún quedaban desperdicios de la humanidad arrastrándose para conseguir algo con lo que ocupar la noche. Mientras desmontaban, un hombre de espaldas anchas y cabeza rapada que lucía una plaquita de empleado sacó de la tienda a otro individuo de aspecto desliñado. Rose colgó el casco del manillar y se acercó evitando en lo posible acercarse de más y cruzando el marco de la puerta con una sonrisa encantadora de las que no se deberían compartir.

Dentro, una mujer robusta de mediana edad y con demasiado maquillaje, limpiaba el desperdicio de alcohol que alguien había tirado al suelo.

-Ten cuidado, encanto. Pasa por aquí -indicó señalando con el palo de la fregona y mascullando por lo bajo.

-¿El whisky? -preguntó Rose, y siguió las indicaciones hacia el final del segundo pasillo.

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29/10/2014, 18:08
Darryl Emerson

Tras pagar aquello y llegar al umbral de la gasolinera, se paró a encenderse un cigarro mientras la miraba. Sus ojos recorrieron su cuerpo desde los pies hasta su rostro tan indiferente en aquel traje de cuero y no pudo volver a evitar preguntarse de dónde diablos había salido una mujer como aquella. Sencillamente, por mucho que intentaba hacer comparaciones jamás conseguía equiparar lo que tenía con ella a ninguna de las relaciones que había tenido hasta el momento.

Desde aquella incómoda noche se habían acostado unas cuantas veces en aquellos meses, pero ni el propio Darryl ni ella misma se estaban entregando a una pasión desenfrenada y frenética. Esa era otra de las grandes diferencias y uno de los motivos por los que comenzaba a aburrirle el resto del tiempo que no estaba a su lado. Con Rose, todo se veía más atractivo, siempre había adrenalina por generar y cada día parecía diferente a los demás.

Al llegar a su lado, subió a la moto sin mirarla ni decir nada, poniendo rumbo a la licorería. Desmontó de la burra mientras observaba aquel espectáculo y entró tras Rose, echándole un ojo al local mientras la señora le decía dónde se encontraba el whisky.

- ¿Dónde crees que terminaremos tras la borrachera de hoy? Me conformaré con tener la ropa en su sitio... o no. - el motero agarró las caderas de Rose, observando la nevera donde tenían el whisky expuesto - Un Dalmore o un 100 Pipers no estaría nada mal... -

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30/10/2014, 22:11
Raven Parr

Rose volvió la cabeza para besarle.

-Eso ya veremos… ¿Qué hay de un Jim Bean? –propuso cogiendo una de las botellas-. ¿Hum? O quizá…

Se inclinó ligeramente para revisar la estantería en busca de otra marca, pero algo irrumpió en su cabeza. Su cuerpo se quedó inmóvil durante varios segundos y después se incorporó dirigiendo toda su atención hacia la puerta que daba a la trastienda. Darryl ni siquiera se había dado cuenta de que esa puerta quedaba a su izquierda, tras la siguiente estantería.

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30/10/2014, 22:15
Director

A los pocos segundos hubo un sonoro estruendo de la trastienda, una mezcla de cristales rotos y madera crujiendo. Silencio, además de los ecos del bullicio. Después, la dependienta empezó a dar voces y escucharon claramente el característico chasquido de una escopeta tras comprobar que había balas en el cañón.

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31/10/2014, 05:41
Darryl Emerson

Rose a veces se quedaba mirando a la nada, pensando en cosas que él no era capaz a deducir, pero que pasara por aquel momento en ese preciso instante le resultó extraño. Cuando la joven miró hacia la puerta de la trastienda, la confusión por el aparatoso ruido de lo que debía ser una ventana rota se transformó rápidamente en alerta cuando escuchó el claro sonido de una escopeta cargada.

Como movido por un resorte, Darryl agarró a Rose por la cintura para interponer la estantería entre la puerta y ellos, mientras su mano libre se dirigía a la parte de atrás de su pantalón, donde estaba guardada su pistola, bajo la chupa de cuero. - No se te ocurra asomarte... si las cosas se ponen feas, haré algo de jaleo para que puedas salir corriendo. - le susurró al oído mientras agarraba la empuñadura del arma con fuerza. Intentó mirar por encima de la estantería buscando al empleado fornido y de no encontrarlo, rodearía la estantería en la que estaban ambos para intentar ver qué estaba ocurriendo dentro desde una distancia segura

Notas de juego

Daaaaaaaang, nada mejor que llegar a las 6 de la mañana para postear.

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04/11/2014, 17:10
Raven Parr

-¿Qué demonios haces, Darryl? -masculló agresivamente-. Esto no nos incumbe. Salgamos de aquí.

Rose dio un fuerte tirón de él echándolo varios pasos hacia atrás. ¿Cómo? No le dio tiempo a pensarlo. Sus ojos centelleaban de una forma que no había visto antes, un estado primitivo y visceral que le hizo estremecer sin apenas darse cuenta. Ella se dio la vuelta y echó a correr, agazapándose cuando un rugido (¿rugido?) reverberó procedente del almacén, la clase de sonido que podría aparecer en cualquier película de terror, pero con tal fuerza que hasta las vibraciones se hicieron sentir en la punta de sus dedos. ¿Qué era? Ni Dios quería saberlo, aunque la curiosidad resultaba complicada de matar incluso cuando todos sus instintos chillaban al unísono "peligro inminente".

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04/11/2014, 17:42
Darryl Emerson

Le sorprendió verse arrastrado de repente por la joven, pero estaba demasiado preocupado por el ruido de la parte trasera como para darle importancia. Su primer pensamiento fue que el borracho al que habían tirado se había colado por la parte de atrás, atravesando la ventana para dar un susto, llevarse algo de bebida del almacén o quizás ajustar cuentas.

Sin embargo, y aunque estaba siguiendo a Rose, se paró en seco cuando aquel rugido hizo temblar tanto el lugar como todo su cuerpo. Se giró intentando volver a enfocar la trastienda: normalmente algo así le aterrorizaría, pero el desconocimiento de qué se encontraba allí detrás mas la fuerza que le daba tener la pistola en la mano le mantuvo en el sitio.

- ¡No, espera! - buscó con la mirada por el local al dependiente grandullón o a la señora mientras cogía el arma con ambas manos, ya sin preocuparse por esconderla. No iba a cortarse en pegar un tiro o dos si algo un animal rabioso o algo así salía de aquella puerta. - ¡Tengo que saber qué cojones pasa! -

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04/11/2014, 22:24
Director

-¡¿Qué demonios es eso?! ¡¿Quién anda ahí?!

La dependienta, arma en mano y encañonando la puerta, se encontraba a punto de abrirla. Del otro no había señales en el local.

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04/11/2014, 22:30
Raven Parr

-¡Darryl! -gritó ahogadamente, agarrándole por el brazo-. No tienes nada que saber. Vámonos de aquí, por Dios. 

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04/11/2014, 22:32
Darryl Emerson

- No me voy a mover de aquí, Rose. Si hay una puta masacre aquí por no haber intervenido no me lo iba a quitar de la cabeza, joder. - en su época con los Brothers of Mayhem no le había importado nunca llevarse alguna vida por delante por el bien del club, pero siempre se trataba de enemigos, gente que le haría lo mismo si tuviese la oportunidad. Sin embargo, si se trataba de gente ajena a todos aquellos asuntos... no podía evitar sentirse culpable si no interviniera.

Y ninguna cara bonita, por mucho que le atrayese, le iba a sacar de sus principios. - ¡Vuelve a la puta moto si tienes miedo! -  espetó intentando quitársela de encima, ya que si tenía que disparar con ella estorbando había más posibilidades de que le diese a la dependienta

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16/11/2014, 22:54
Raven Parr

La expresión de Rose varió a una mueca severa, casi desafiante, y Darryl casi pudo escuchar todos los palabros que se le pasaban por la mente. Sin embargo, sin añadir nada se dio la vuelta y se alejó inclemente emitiendo un bufido y agarrando una botella de licor de paso.

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16/11/2014, 22:56
Director

Casi al mismo tiempo, la dependienta abrió la puerta. Hubo un pronunciado silencio de los que no deberían existir, además de una persistente oscuridad en el interior.

-¿Quién anda ahí? ¿Timothy? -Avanzó un tembloroso paso hacia adelante, alargando la mano hacia un lateral donde Darryl dedujo se encontraba el interruptor-. Más te vale salir con las manos en alto porque estoy encañonando la puerta.

La habitación se iluminó tras un leve tintineo, aunque el motero no alcanzaba a ver el interior. La mujer permaneció inmóvil frente a ella, y sin previo aviso levantó el arma y disparó haciendo inaudibles varios improperios. Algo rugió con la fuerza de un motor, obligando a la mujer a retroceder y finalmente abandonar su firme posición para huir como alma que lleva el diablo.
 

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10/12/2014, 12:37
Darryl Emerson

Aquella vocecilla en su cabeza seguía chillándole que corriera junto a Raven, pero su corazón palpitaba tan rápido tanto por el miedo como por la emoción de saber qué diantres se encontraba al otro lado de aquella puerta. Alzó la pistola de forma instintiva cuando la mujer disparó y no pudo evitar retroceder unos pasos al sentir arder de la tensión todos los músculos de su cuerpo.

-  Pero qué cojones... - murmuró apretando los dientes: ya tenía la piernas en posición para salir corriendo e intentó recordar cómo se abría la puerta para que no le entorpeciera la huída si hiciera falta.

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15/12/2014, 23:59
Director

En su mente algo no encajaba: la gente no huía así como así de atracadores (especialmente tras tener el coraje de encañonar la puerta), y los asaltantes tampoco emitían terroríficos rugidos. Podía ser una broma de muy mal gusto, pero cuando aquella mandíbula de colmillos retorcidos asomó y una figura peluda y deforme se adentró en el local, Darryl tuvo la certeza de que aquello no tenía nada que ver con nada que se hubiese encontrado hasta el momento. Un instinto más profundo se avivó en su interior, una fuerza primitiva y visceral más poderosa que el miedo que no encajaba en su realidad. Una verdad jamás contada.