Partida Rol por web

Hector mira de reojo a Mateo y dice - Si tuviera una gota de Vitae por cada vez que me han dicho eso... -  despues de eso, corre la vista hacia Javier y con un gesto sadico agrega - Ninguna, realmente no tienen ninguna garantia mas que mi palabra. -

Una vez dicho eso, se dispone a buscar en su bolsillo dos papeles, al sacarlos pueden ver que son dos cartas selladas. Una de ellas se la entrega a Adrian en la mano y la otra a Mateo.

Estas señores -Les dice al tremere y al toreador- Son cartas de sus respectivos clanes que me han pedido personalmente que se las entrege, al parecer el señor Adrian fue confundido en un principio con uno de los malkavians culpables del atentado contra la capilla tremere por uno de nuestros agentes y traido aqui, luego se llego a un acuerdo con su clan para que el se quedara.

Mientras que el señor Mateo esta acusado de traicion, por tramar un golpe al principe Maximiliano con uno de sus viejos enemigos - Hace una mueca burlona - Quizas la confusion fue de cuales son sus aliados, es gracioso que incluso otro miembro de su clan haya atestiguado en su contra.

Luego de eso, se queda callado para ver la reaccion de Mateo y Adrian.

Adrian, no tengo demasiado tiempo para escribir esta carta, la verdad es que la caida de la gran capilla ha sido terrible para todos, el Gran Regente fue asesinado durante el atentado y el clan afronta varias discusiones internas, Franco tomo el liderazgo y me ha pedido personalmente que actues como nuestro agente dentro de los asuntos del principe, para enterarnos mas acerca de sus proyectos y mas aun, si es cierto que apoya a los malkavians. Toda la información que puedas conseguirnos sera de gran ayuda.

Lamento tu situación actual, pero todo es por el bien del clan, estaremos en contacto.

      Gabriela      

Sr. Mateo Serra Olivé:  Su situación actual no ha pasado desapercibida por parte del Clan Toreador, Sir Gregorio Planzzini al enterarse del problema llamo  el señor Oscar Preetick que hablo personalmente con las autoridades correspondientes de la camarilla para exigir una explicación. En un principio el Sheriff no parecía estar muy convencido de que usted fuera un traidor, por lo que estuvieron apunto de soltarlo, pero Julieta Bean, dijo haber escuchado cosas  extrañas entre usted y Alexander Legendre, quien según el príncipe es un alborotador. El Clan no puede entrar mas en estos conflictos, especialmente habiendo un toreador de testigo, por lo que le pedimos disculpas, ya que usted siempre fue un excelente y apreciado miembro, pero no podemos hacer nada para ayudarle. Aun así, nos gustaría que nos tenga informados de cualquier cosa que podría ser de interés para el Clan.

Secretaria de la primogenitura del Clan Toreador.

Así que el tal Adrián está aquí sin que se le acuse oficialmente de nada, solo por una confusión. Y su clan coopera. Y pese a todo le arranca el corazón el setita para que esté tan preso como nosotros. ¡Huele a podrido! Y tiene guasa que lo piense yo. ¡Ja!

Me acomodo aún más, esto parece que va para largo y puede ser divertido ver como convertimos las acusaciones del maldito insidioso en paranoia entre nosotros. Si pudiera sonreír lo haría gustoso.

Su excaso conocimiento del idioma castellano hacia imposible a la británica entender la mitad de las quejas de los demás vástagos, si es que eran quejas o insultos.

- ¿Y yo qué? - exigió saber Michaella, ahora con una sonrisa torcida. - ¿Le cogí prestado algo a alguien? ¿Le toqué las narices lo suficiente a algún chupón como para que me hayan detenido? ¿Y qué hay de mi Sire? ¿Es él culpable de algo?

El Tremere leyó la carta con una leve sonrisa, la letra de Gabriela era inconfundible y sus palabras brindaban un escaso consuelo en vista de su situación. Quizá esta fuera su manera de cobrarle lo de la pierna, aunque lo más probable era que fuera una maniobra política.

- Error - Dijo Adrián y plegó el papel para guardarlo en el bolsillo de su camisa, y con una sonrisa encaró a Hector. - Supongo que negociar una devolución adelantada de mi prenda no es una opción. ¿Verdad? Porque sabiendo que de todos modos estaría aquí voluntariamente no es necesaria la extorsión. - se encogió de hombros - Pero imagino que eso no les importa, y que marcaría una diferencia con el resto de mis compañeros... En fín, esta carta tiene más peso para mi que cualquie amenaza, pueden contar conmigo... - Amplió la sonrisa y se apoyó en una de las paredes - aunque tampoco creo que hubiera tenido opción de negarme.

Al oir sus palabras, Mateo pensó automáticamente en el hombre que trataba de destruirlo. Sabía que él era mejor y que las arpías lo adoraban. Tal vez por la escalada astronómica en su status, o por la creciente popularidad del pintor, era que intentaban defenestrarlo...pero luego leyó la carta...

- Pero si no conozco a ningún Alexander Legendre!!! recapitulando su lista social. Y más lo conocería si era un acérrimo enemigo del príncipe.

Y luego comenzó a atar cabos...

La última vez que había vistro y conversado con Juliet, había sido en su muestra momentos antes que me atacaran. Y luego conocí a esa mujer llamada Michaella y a Augusto Price, si mal no recuerdo..sí, así se llamaba, a menos que...

-A menos que tu mentor se llame Alexander Legendre no es así? Que su verdadero nombre sea ese...Mateo se vuelve hacia Michaella destilando una mirada furibunda. Su ceño se había crispado y sus colmillos se tornaron como pequeñas lanzas maquiavélicas. Unos segundos antes, un rostro perfecto y adónico era reemplazado ahora por unas facciones completamente desencajadas y agresivas...y se controló...

-Efectivamente hay una confusión. Ese hombre, estaba interesado en una de mis obras, quería que pintara por encargo espetando sus palabras hacia la mujer...

Tres han hablado. Tres son inocentes. Allá vuelan las piedras lanzadas por la cizaña que inmediatamente esconde la mano. ¡Qué estupidez! Aquí no hay inocentes. Será divertido ver como se destrozan aunque habrá que mantenerse a distancia para evitar las salpicaduras.

Aparentemente me desintereso de lo que ocurre en torno a Héctor, aunque en realidad no pierdo oído de lo que se dice. Me pongo en pie y con tranquilidad, incluso con parsimonia examino techos y paredes buscando de nuevo cables, altavoces o cámaras. También voy acercándome con precaución pero sin disimulo a la puerta.

-¡Qué boludo! Me olvidaba que soy sombras ahora. Je, esto puede ser interesante...- Conjeturó triunfante Angel ante la nula respuesta del agente enemigo. Con precaución, se fue retirando del foco de la escena para escabullirse luego  justo detrás de aquél sádico individuo que se hacía llamar Héctor. Poco a poco se fue asomando detrás de sus hombros con una sonrisa perversa en su cara y la mirada fija en la nuca del sujeto. Con una velocidad tremenda deslizó su mano derecha hacia su cinto para tomar su preciado cuchillo serrado, regalo de su difunto maestro León. Pero grande fue su estupor al darse cuenta que se lo habían birlado arteramente. Se llevó entonces ambas manos a la cabeza en señal de desconcierto y quedó allí paralizado e inmóvil. Por su mente desfilaron las imágenes de todas sus andanzas junto a esa preciada hoja de acero, y cada una de ellas le fue devolviendo de a poco a la realidad y a la tormenta que se estaba por desatar en aquella lúgubre oficina.

Natalia creyó que iba a enloquecer. Se desplegó sobre el hombre, enorme, inmensa, aunque sin moverse de su lugar.

- ¿¡Que no es necesario qué?! ¡¡Hijos de la gran puta!! ¡¡Encima que andan con todas sus putas mierdas se les ocurre decir que no es necesario ponerse agresivo!! ¡¿Y entonces qué mierda es necesario?! ¡¿Chuparle el culo a quien?! ¿¡Por qué no empezás por eso y te dejás de joder con todo esto?!

Se dio vuelta hacia los demás. Los miró. Unos intentaban defenderse, otros lo aceptaban con suma tranquilidad. ¿Cómo lo hacían? No sólo aquel hombre representaba a las autoridades que les habían dado una puñalada por la espalda, la única forma en la que las autoridades sabían tratar a la gente. No sólo representaba a los que les habían empujado a esa situación ridícula, sin salida, a aquella situación violenta, si no que además les insultaba, se reía de ellos, se permitía burlarse de lo que estaba sucediendo y encima, les amenazaba. Aquel nombre merecía que le retorcieran el cuello, le rompieran todos los dientes, y que se los metieran por detrás hasta que le salieran por la boca. Él y todos los que estaban detrás, incluido el Príncipe, y sobre todo el Príncipe. Su único consuelo era que no le habían echado mano a Joaquín, lo único que, se dio cuenta en ese momento, le había permitido quedarse estacada en su sitio sin saltar al suicidio para matar al mensajero.

Y entonces, por la cercanía con el sujeto, repentinamente se dio cuenta que uno de los otros había aparecido justo detrás de él. Levantó la mirada y la clavó en el que iba a atacar, y que de pronto se había detenido, paralizado. Conocía demasiado bien aquel lenguaje corporal como para confundir sus intenciones. Aquel iba a contarle el cuello al mensajero, pero por algún motivo, quizás porque no tenía con qué o porque había caído en la cuenta de un mejor plan, acababa de desistir. Lo miró, e inmediatamente golpeó el escritorio de nuevo con su mano, llamando la atención de Héctor, desviándola de la tentativa de ataque que había estado a punto de sufrir. Intentaba darle con ello cierto tiempo al otro para salir de su posición de derrota.

- Me podés llamar traidora, infractora, lo que más te guste, porque lo soy, y si conocieran algo de mí, sabrían perfectamente que me importa un carajo lo que la Camarilla y el Sabbat quieran hacer con la ciudad, porque no respondo a ninguna de las dos cosas. Que caiga o no la ciudad me tiene sin cuidado, porque cualquier cosa que la diriga, es la misma mierda. Hubieran tenido en mí una aliada si no se hubieran metido conmigo, porque yo no me iba a mover de donde estaba si nadie me jodía - Natalia enseñó los dientes. Esta vez, fueron los colmillos, dos dagas muy afiladas, pero menos que sus ojos - ¿Y tu palabra? No me jodas, no es tu palabra, es la de tus jefes. No sos más que una puta marioneta de este sistema - El gesto de Natalia se transformó a uno de asco, desprecio, cubriendo la ira - Y lo peor es que te gusta. Servir y obedecer, porque sólo esperás llegar a donde están ahora los otros, cortarles la cabeza, y ocupar su puesto para hacerle esto a otros. Hasta que alguien te la corte a vos.

Natalia repentinamente sonrió. Su rostro adoptó por un momento el rictus de una sonrisa premonitoria, y luego se relajó.

- Pero a ver, dale, sigamos. ¿Qué te dijeron tus patrones que nos repitieras? Nos sacaron el corazón, sí. Nos van a hacer cenizas si los traicionamos, sí. El tipo que está en el poder sabe que lo va a perder pronto, sí. ¿Y entonces qué? ¿Qué quieren que hagamos? Porque hasta ahora, hablaste mucho, pero no dijiste nada de nada.

La respuesta le llegó de parte del pintor y se giró hacia él, para mirarle directamente ante la mención de su Sire. De pronto, se encaró hacia ella con los colmillos desnudos y el gesto hostil, a lo que Michaella respondió de igual modo o peor. Se plantó frente a él con los caninos al descubierto (que no había retraido en ningún momento) y la pose orgullosa.

- Alexander no es ningún traidor - respondió. Lo cierto es que tener que estar defendiendolo sin saber qué ha sido de él se hizo bastante duro para ella. Quizás ya lo habían matado, quizás ya lo habían acusado y ahora querían que ella limpiara su nombre (lo cual era un detalle por su parte, pero si Alexander había muerto ella no estaba dispuesta a obedecer, prefería morir). Estaba convencida de lo que decía y creía ciegamente a su creador, por eso, la duda se enraizó y la desesperación y la frustración empezaban a hacerle perder la compostura. - ¡¿De qué se nos acusa?! - preguntó a Héctor.

Está bien, no pasa nada. :)

En una esquina, cerca de la puerta se ve claramente un aparato, parece ser un comunicador con un parlante del tamaño adecuado para ser una especie de altavoz, pero no se ve cable alguno. Tambien puedes divisar un lente en la otra esquina, si no lo hubieras buscado claramente no lo hubieras visto, ya que se camufla bastante bien en el techo, de seguro es parte de una camara que esta entre este piso y otro, o algo similar.

Hector hizo un gesto de sonrisa maquiavelica frente a la ultima pregunta de Michaella, parecia que estaba esperando que dijera algo asi -Se equivoca señorita Heinrich, Alexander Legendre como usted lo conoce - dice con frialdad - tiene un conflicto personal desde algunos siglos con el Principe Maximiliano, de hecho su sire es el mismo... y como usted sabra, este fue asesinado por el Sr. Alexander hace unos 500 años. Pero bueno, la verdad es que no conozco los detalles.

Se gira hacia Mateo - Sus excusas no tienen valor alguno, de seguro en la carta fueron muy claros, la sentencia ya esta dictada y nadie, nisiquiera su amado clan va a sacarlo de esta. -

Tipico de los Brujah... dice mirando de reojo a Natalia Su mision les sera encomendada en su momento, por ahora quiero que todos entiendan la razon por el que se encuentran aqui, lo importante de seguir sus ord...

Al no ver al malkavian en su linea visual, gira la cabeza y dice una simple palabra cáete, al instante Angel tropieza con sus propias piernas y cae hacia adelante, golpeandose la cara con el escritorio.

La proxima vez que pienses hacer algo, piensa que las paredes no solo escuchan y ven lo que sucede, si no que tambien tienen tu corazon listo para ser prendido fuego. - Dice sadicamente, parece que el suceso logro enojarlo un poco -

 Lo lento de actuar y las vueltas que da Hector para explicar las cosas, cada vez se vuelve mas molesto.

Los pequeños y simples descubrimientos que he hecho me animan a continuar examinando el entorno con mayor atención si cabe. Pero mientras continúo mi ronda algo me molesta. Las continuas referencias a ese Alexander traen a mi memoria hechos desagradables de mi pasado.

Ahí están los bellos y vanos vástagos, hijos de Caín, vacíos de todo, intentando llenar sus miserables vidas con odio ya que no es posible el amor. Hay un Alexander entre ambos ¿cuál será su relación? No puede ser el mismo, su apellido no coincidía. Aunque podría haberlo cambiado pero . . . no puede ser. Estamos muy lejos. Ha pasado mucho tiempo.

Mientras recorro el resto de la estancia me fijaré si existen ángulos muertos donde no puedan ver nada. Y seguiré buscando cualquier otra cosa interesante.

Javier apreto sus puños y permanecio inmovil, la situacion era bizarra, el maldito dilata el rollo como disfrutandolo - Largalo de una vez, ¿Que carajo hacemos acá? - Dice brusco y tratando en vano de ocultar su furia, inconcientemente va flexionando las rodillas, agazapandose, listo para saltarle encima al desgraciado.

Antes de que Angel pudiera retomar plena conciencia de la situación, sus piernas le traicionaron como en pocas ocasiones y fue a parar de cabeza contra el escritorio. Sintió un fuerte golpe sobre su rostro en su breve lapsus fuera del estupor, golpe que por otra parte le devolvió  a ese mismo estado mental inmediatamente. Se desplomó entonces pesadamente sobre el suelo, y rodó boca abajo  con ambas manos cubriendo su magullado rostro.