Partida Rol por web

Michaella aguarda en la entrada del edificio, durante el viaje se habia mantenido distante y pensativa, su situacion no le agradaba en lo absoluto y en su mente, ella era la mayor victima de todo eso, lejos de su amado alexander, en una ciudad sucia que nada se parecia a su querida Londres y con un grupo, en el que absolutamente nadie le caia para nada bien.

Que poca decencia... ¿Acaso piensa jugar con nosotros como si fueramos sus juguetes? Es obvio que aquí, nisiquiera se encuentran nosferatus educados.

El enojo de Michaella se hacia notar en sus palabras, la rabai poco a poco empezaba a ocupar el lugar que hasta hace poco ocupaba la tristeza, como una forma de evolucionar y de adaptarse que tenia su mente, ya que de deprimirse no lograria nada en absoluto.

Una risa muy fuerte y grave se escucha en todo el lugar que pronto tiene un subito final, con la aparicion del Nosferatu en medio del salon.

Los rasgos de Esteban son bastante llamativos aunque no tan claramente marcados como los de Yadiel, su calvicie extrema se hace notar, pero aun mas la cantidad de berrugas que tiene a lo largo de toda su cara y especialmente en donde deberia estar su cabello.     Su mirada es penetrante y su menton esta manchada con sangre.

Esta vestido con una vestimenta claramente fabricada en Argentina, Una simple campera de cuero y un jean un poco roto, pero su acento muestra que claramente proviene de otro lugar.

-Tienen razon, dejemonos de juegos, creo que esta claro que no vienen con intenciones de hacerme daño. Ademas, siempre disfruto la compania de vastagos tan interesantes como ustedes mira a Mateo y luego a Michaella ¿Entonces que puedo hacer por ustedes mis "Refinados" y "Educados" invitados?-

El sonido del reloj podría haber sido muy placentero en otra situacion. Pero en la guarida de un Nosferatu se volvía inquietante, alarmante. La teatral entrada de Esteban logro que se relaje un poco; ver pdía significar la diferencia entre continuar con su no vida o volver al polvo. Aunque siempre podía haber otros en las sombras.

Javier carraspeó. No le gustaba mucho hablar, pero en aquel momento era necesario relajar un poco las tensiones antes que el Toreador o la Ventrue crearan un peligroso problema. Dio un paso adelante y habló con tranquilidad, pero con firmeza.

Maestro Nosferatu, como sabrás a veces las palabras estan demás. Un grupo tan... particular no debe haber pasado desapercibido por los tuneles. Si eres lo que necesitamos sabrás por qué vinimos.

Las palabras del tal Esteban y de mis compañeros me llegan ya amortiguadas por la distancia. Continúo mi paseo por la abandonada casona, ignorando a los pequeños habitantes que no faltan como las siempre presentes arañas. Me concentro en los sonidos para alcanzar el reloj que continúa emitiendo su llamada de metrónomo. En parte hipnotizado por su rítmico golpeteo lo busco. Quiero verlo, acariciar la vieja madera que imagino y sobre todo explorar el lugar donde reposa esa joya.

El Cainita miró al nosferatu tranquilamente y asintió con la cabeza, acercandose a él mientras inclinaba su cabeza hacia arriba, a modo de saludo

-Buenas Esteban, pues... Por los refinados y educados, tal vez un vaso de sangre con vino... Para mi, me bastaría con algo de información... Necesito saber de los anarquistas... La información que puedas darme es valiosa y útil solo si me permite llevar a cabo negociaciones efectivas... Y me deja prepararme para o que pueda aparecer... Por si las negociaciones se hacen con las manos en lugar de con palabras...-

Mantuvo silencio, esperando la respuesta del otro vampiro, era necesario no perder tiempo, y hablarle claro y conciso, como cuando algún enfermo moriría... Eso era todo lo que el sabía de hablar en público y así se mantuvo...

El nuevo y horrendo individuo sorprendentemente parecía haber alejado al perseguidor del malkavian, quién se sintió aliviado al ingresar en la lúgubre casa. Como a decir verdad no le interesaba demasiado lo que pudiera decir otro de esos desfigurados hombrecillos, no prestó demasiada atención a lo que este conversaba con los demás sujetos de la banda. Se contentó simplemente con contemplar el deplorable y un tanto melancólico ambiente del edificio. Algo en ese lugar le recordaba al viejo hogar donde había crecido en vida junto a sus tormentosos padres, un lugar descuidado por donde se le mirase. La única manera posible de ordenarle hubiera sido prendiendole fuego y amontonando las cenizas.

- Bah, ¿ nos vamos..?  - Pregunto bastante fastidiado una vez hubo visto todo lo que deseaba ver en ese antro del hombre rata. Lo peor de todo era que la noche no había hecho más que comenzar...

Con sigilo te acercas poco a poco hacia la fuente del sonido... En el camino puedes degustar el cómodo ambiente tipico de los nosferatus, un piso de tablas viejas y agrietadas, con alguna rata que pasa a la distancia, paredes viejas, corroidas y con marcas de humedad, pero quizas lo mejor sea la cantidad de telas de arañas, que estan en todos lados.

Finalmente llegas junto al famoso reloj, su golpeteo se siente mas grave y a la corta distancia, sientes una pequeña vibracion cada vez que golpea, mas alla de que tiene sus años y esta en una casa tan derruida, se lo ve muy bien cuidado, como si fuera algun tipo de tesoro invaluable para ese tal Esteban, a un costado ves claramente una inscripcion que dice

"Para un hermano y un amigo, espero que este reloj siempre te mantenga en horario - Mauricio"

Asi que ustedes son la nueva carne de Cañón del príncipe... interesante, he escuchado mucho de estos grupos de choque de la camarilla, pero nunca me alcanzo el tiempo para conocer a uno... Se queda pensativo unos segundos, con su mano derecha se frota su calva y berrugosa cabeza Asi que tienen que ver a los anarcos eh?... esta claro que el principe no se anda con misiones sencillas, especialmente porque el lider anarquista acaba de cambiar, nisiquiera yo se que clase de vastago es y puedo asegurarles que suelo estar bien informado.

Hace una pausa, camina un poco hacia el grupo mirandolos unos por uno, parece examinarlos con gran rapidez y maestria, como si buscara reconocerlos.

Interesante... tengo que admitir que no estoy deacuerdo con las medidas tomadas por el principe y si puedo hacer algo para ayudarles lo hare, pero ya saben como es esto... en la sociedad vampirica nadie se juega el cuello por nadie excepto que este obligado a hacerlo. Mientras dice esto ultimo, se fija especialmente en mateo, lo mira de arriba a abajo con cierta cara de asco en el rostro.

Si hay algo que deben saber si van a encontrarse con los anarquistas, es no mostrar ningun tipo de aire de superioridad y a toda costa evitar demostrar un apego hacia la camarilla o hacia su codigo de conducta, ustedes estan obligados a hacer lo que hacen, aprobechen la situacion y demuestren que en realidad no quieren hacerlo, probablemente de esta forma esos anarcos boludos vean "Un individuo reprimido que critica a su amo pero nada puede hacer" de esta forma quizas se solidaricen con ustedes, pero cuidado, no todos los anarquistas son tan tontos como se cree.

Si hay algo mas que quieran saber, pueden preguntarlo.

Mirando el buen estado del aparato y la inscripción en su lateral no puedo evitar pensar en mi propio mentor aquí.

¿Mauricio? ¿Mauricio Boedo? ¿Será él? Me pregunto en qué términos os separasteis Mauricio y tú. Puede que seas su vástago, sangre de su sangre pero ¿qué hay entre vosotros ahora? ¿Amistad, alejamiento, odio? Descansa viejo reloj, descansa guardián del tiempo.

Con un gesto respetuoso, casi una caricia, me alejo del viejo reloj y su sistemático marcapasos. Recorro el camino inverso sin perder ojo a lo que pueda encontrar pero sobre todo sin perder oído. La voz del tal Esteban me llega amortiguada por la distancia y lo que cuenta hace que me pregunte más cosas.

La información es mercancía valiosa en este mundo, tanto para los humanos como para nosotros. Él nos la ofrece de buena fe, abiertamente. ¿O no? ¿Quién te ha dicho que nos la des gratis? ¿O piensas pedirnos algo a cambio? No es que sea información muy valiosa pero nos ayuda, sin duda. Quizá le guste jugar e intervenir en las intrigas de la Camarilla. Maldito sea el príncipe y su parentela . . . bueno, ya lo son.

Con estos pensamientos retorno al lugar donde están todos.

Natalia se movió de donde había estado parada. Desde allí, en segundo plano respecto de sus compañeros, había estado observando a Esteban y a los movimientos que se habían producido en el lugar. Silencio, que se había adelantado a ser el primero en tirar la piedra llamó la atención de Natalia, pero luego James Bond había hecho lo propio con palabras quizás demasiado directas para un anfitrión como ese. Había algo en sus palabras, que no en la situación entera, que ponía a Natalia en alerta, más allá de la necesaria paranoia de estar en terreno ajeno frente a su dueño. La rapidez con la que había estado a disposición de decir algo al respecto de lo que se había preguntado, las aclaraciones pertinentes, todo, construía una especie de castillo sobre el aire que Natalia tenía tambaleante. Era claro que estaba manipulándolos, guiándolos a determinado puerto, para lograr determinado resultado. Era lo que tenía el poder manejar la información, como un monopolio de los medios.

No le preocupó ello: todos tenían su propia agenda. Sólo había que jugar, y por ello Natalia había quedado escuchando.

La Guía de conducta para encontrarse con un Anarquista causó que una sonrisa se fuera extendiendo por su rostro hasta casi tomarlo por entero. Mejor dicho, Guía para tratar con un anarquista desapercibido, o lo que era mejor, con un anarquista dispuesto a oír sólo lo que quiere oír. Básicamente Esteban había dicho mucho pero no había dicho nada, al menos nada que no pudieran extraer de su propio conocimiento. No vas a un individuo que quiere tirar abajo el poder jerarquizado diciendo que vienes de parte de ese poder, y mucho menos, demostrando amor por la idea de que la libertad sólo es posible en un marco social de cadenas. Eso era tan obvio que ni siquiera había que recordarlo.

- En un rato - le dijo Natalia a Ángel, mirándolo por un momento. Sonreía suavemente, y se acercó al Nosferatu - Bueno, la idea que a uno le viene de los anarquistas es que son un grupo caótico... pero por lo que has dicho, es claro que tienen una organización definida. ¿Qué nos puedes decir de ella, Esteban? Ha cambiado el máximo exponente, sí. ¿A quién sacó del medio? ¿Es de aquí el nuevo líder? - Natalia frunció un momento los labios - Si hay rotaciuones internas en el grupo, más nos vale conocer al menos cómo estaban antes de este cambio...

Vamos... la información es el bien mas caro en este mundo y creo que ya les he dado bastante ¿O no? y de todas formas, tengo cosas que hacer. Les vuelve a dar un vistazo a todos.

Pero si sobreviven a esto, vuelvan por aqui, de seguro podriamos ayudarnos mutuamente. Por ahora, nos veremos luego.

Y asi como aparecio, el nosferatu volvio a desaparecer en la nada.

Escuchas un susurro justo detras de ti Toma esto, quizas te ayude, despues de todo pareces la persona mas sensata del grupo.

Sientes un bulto en tu bolsillo y sientes como Esteban se aleja, al pasar tu mano por el objeto te das cuenta es que es una pistola.

Vaya perdida de tiempo... Dice Michaella, aun impresionada por la rapida desaparicion del nosferatu, en cuanto sale de ella se acerca a Pepe y le dice ¿Otra gran idea o vamos por fin a la tienda?

Pepe que aun seguia en la puerta tambien se impresiona con la rapida partida de Esteban y se pone un poco nervioso frente al comentario hostil de Michaella. Si... deacuerdo, Suban a la combi, Pepe los lleva.

Se me fue sin que tuviera oportunidad a preguntarle. Lo dejaremos para otro momento, ahora tenemos bastantes cosas en que pensar y dada nuestra ignorancia cualquier información es buena.

Dando un último vistazo a las polvorientas paredes, a los sucios suelos y sobre todo escuchando con deleite el metronómico reloj me despido del lugar hasta otra ocasión, no parece gustar a los otros. No sé que le ven de malo.

Está 'ien. 'a'oss allá.

Natalia se queda mirando a donde desaparece el Nosferatu al cual le estaba hablando. Se lleva las manos a los muslos, a la altura de los bolsillos bajo el sweater, y tamborillea con los dedos por un momento mientras el resto del grupo reacciona ante la desaparición. Sin embargo, excepto Gretel y después Capucha, el resto parece más bien anonadado, o demasiado indiferente para hacer algo. Incluso Violencia. Gira sobre su eje para mirarlos, arqueando las cejas, sin ser capaz de entender su inmovilidad. Eso es algo que se pinta como un cartel de neón en su rostro, la incomprensión, la falta de acción. ¿Qué pasaba con aquellos vástagos, sus compañeros forzados de turismo aventura, que parecían tan apagados de a ratos y tan poco dispuestos a defender sus existencias?

- Vamos, muchachos - dice, levantando las manos en un gesto inequívoco de seguir a Yadiel - Esto fue un touch and go y ya se terminó. Tratemos de ponernos las pilas a ver si terminamos con esto lo más rápido que podamos. Así vamos a llegar sólo hasta la esquina...

 Una vez todos en el interior del vehiculo Pepe arranca el motor y en pocos minutos llegan a tienda de ropa, toda cerrada con rejas y medio despintada.

Pepe apaga el motor, se baja y toca tres veces la puerta, esta se abre y el les indica con la mano que pasen.

Todos lo siguen y una vez adentro se encuentran con que no es nada que ver el interior con el exterior.

Increiblemente no hay nadie mas adentro que ustedes y Pepe.

Pepe conoce al dueño y si es en nombre de la camarilla no tiene problemas en que tomen todo lo que quieran.

- A ver... Mmm, que sea cuero, cuero, y algo de esto... - Murmuraba Ángel mientras tomaba la combinación de ropas que más se fuera acomodando a su monocromático gusto. Chaqueta de cuero negro, abajo  de la cuál continuó llevando su torso desnudo, botas y jeans del mismo color, lo esperado de un tipo rústico como él.

Cuando estuvo listo para partir se dirigió  nuevamente hacia el vehículo silbando por lo bajo una melodía tan irreconocible como caótica, y una vez a la par del volante se tomó la libertad de golpear con fuerza varias veces la bocina de la caminoneta para apurar a sus compañeros.

Mateo nada había dicho desde que aquel bicho había desaparecido. En definitiva era de esperar que esos asquerosos ultrajados se tomaran esas cosas de esa manera.Sabía que les generaba un infame placer jugar con la información y ver como el grupo de vástagos se desconcertaba con cierta información tan poco interesante. Le echó una mirada al otro asqueroso, meneando la cabeza...

Al llegar a la tienda, el Toreador bajó de segundo entrando en la estancia. Como era de esperar nada había que despertara algo en él. 

Al fin puedo desacerme de esta ropa mugrienta...Sin pudor alguno, quita toda su ropa quedando completamente desnudo y comienza a caminar entre los percheros.

Aquella imagen del Toreador desnudo hurgando entre las estanterías, probando la mercadería, podía corresponder ciertamente a un fabuloso adonis. Con su cuerpo exquisitamente tallado, hasta sus más pequeños músculos estaban marcados. Su piel de un blanco inquiuetante parecía tan cremosa como la leche, y su porte regio y calmado lo hacían un fantástico exponente masculino...

al cabo de un rato, se decide por unos pantalones de hilo blanco, y una camisa color verde oscuro. Algo clásico y discreto...

-Me tendré que conformar con estas cosas...Al menos no tendré que usar su sudadera. Señalando al Nosferatu...Nos vamos?

Al llegar a la tienda Javier se frenó en seco. Aquello se convertía ahora de algo extraño a algo bizarro. Encarnó las cejas, y murmuró:

¿Y luego que? ¿Un tour por la 9 de Julio? Espero que haya pizza, moscato, y fainá en al Palacio de las Pizzas de calle Corrientes...

Estaba muy molesto, sentía que los hilos de marioneta que se habían anudado sobre todos ellos los movian incoherentemente. Se arrancó la camisa, y el resto de la ropa, en medio de la sala, sin importarle mucho que el resto del equipo estuviera allí también. En sus épocas de mortal se enorguellesía de su cuerpo de deportista, prefectamente formado. Pero ahora ya no significaba mucho...

Buscaba unos simples jeans y una camisa frizada, pero se cruzó con algo que le llamo la atención. Un sobretodo de cuero marrón oscuro. Nunca había usado uno, y aquel perecía muy práctico y resistente. Pantalón cargo, cinturón ancho, borcegos acordonados, y una remera ajustada, todo negro, completaban la vestimenta.

Al verse en el espejo sintió que le agrabada aquel nuevo look. Un leve sonrisa, casi infantil, dejó expuestos sus afilados colmillos. Pero la sonrisa se borró rápidamente al recordar que estaba acompañado. Alguien lo habría visto sonreir tan tontamente? Esperaba que no...

Se diriguió hacia la puerta, y en camino encontró un par de guantes de cuero, que también tomó.