Partida Rol por web

BUSCANDO JUSTICIA

1 de Noviembre: Domingo por la noche; muelles fríos, plomo caliente

Cargando editor
17/02/2020, 23:02
Armour

La llegada de aquellos tipos me pilló completamente desprevenido. Aún me encontraba arrodillado, cubriéndome con el escudo, notando cómo la presión del mismo y de mi brazo habían logrado aguantar la explosión de aquella granada sin mayores problemas, cuando oí el grito. Sin embargo, tardé más de la cuenta en reconocer su procedencia, mientras me ponía de nuevo en pie oyéndolo todo como si el sonido procediera de todas partes a la vez.

Tan sólo en el último instante logré detectar a los dos hombres que venían hacia mí. Estuve tentado de sacar mi arma de nuevo, un viejo instinto aprendido a base de duro adiestramiento. Sin embargo, aquellos tipos iban con armas blancas, y sólo en el último instante decidí ahorrar munición por el momento. El primero de ellos acudió hasta mí con un hacha en la mano. Me eché hacia atrás y aproveché el impulso para girar sobre mi propio eje y lanzarle una patada en giro, que acertó de lleno. El talón de mi bota se clavó en su sien, y sus ojos se pusieron blancos casi al instante. Probablemente, ya estaba inconsciente antes de tocar el suelo.

El propio impulso de la patada me dejó en mala posición, cuando el segundo tipo trató de acuchillarme. Tuve que cambiar mi posición en el último instante, y a duras penas logré sacar un gancho a su mandíbula. No fue mi mejor golpe, pues fue con la izquierda, pero al menos fue rápido. En la derecha conservaba el escudo, y aunque era capaz de usarlo para golpear con contundencia, era más lento. Además, el veloz puño a la mandíbula del tío le dejó seco, cayendo a mis pies.

Mis ojos volaron rápido por aquel campo de batalla, dándome cuenta de que el arquero estaba dando buena cuenta de otros tantos delincuentes. Sin embargo, otros tres se dirigían a la mujer. ¿Tres para una? Iban más a por ella que a por cualquiera de nosotros. El feminismo llegaba ya hasta al mundo de la delincuencia.

Se están perdiendo los buenos valores, caballeros... -Comenté mientras tomaba mi escudo por un extremo y giraba sobre mí mismo, nuevamente. Pero en esta ocasión no para dar patada alguna, sino para tomar impulso y arrojar aquel enorme disco de metal, directamente hacia el matón más adelantado de los tres.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Iniciativa: -8

Cargando editor
18/02/2020, 09:45
. Matones doscaras

Montaraz es, sin duda alguna, un combatiente de corte clásico. Carente de su arco, se entrega a fondo al combate con armas empleando su espada, al más puro estilo de un esgrimista experimentado de la antigüedad. Sus movimientos son rápidos y fluidos, tanto que a los delincuentes apenas les da tiempo a reaccionar. El primero cae al suelo entre gritos de dolor, merced a una fea herida abierta en su torso, un tajo ascendente que no llega a ver, tan sólo a sentir. El segundo, sin embargo, interpone su puñal en la trayectoria, evidenciando que el arma del justiciero no es de la mejor calidad posible. El metal se quiebra, y ambos quedan desarmados en un instante. Un instante de duda, que es todo lo que Montaraz precisa para concluir esa liza con una buena patada.

El estilo de Armour es más actual, quizás menos vistoso pero igualmente contundente. Sin apenas florituras, una poderosa patada deja fuera de combate al primero de los matones, siendo un veloz puñetazo propio de un boxeador cerrado lo que hace lo propio con el segundo. Pero el justiciero llega aún más lejos, viendo el peligro que acecha a su reciente compañera, de la que apenas si sabe su nombre. El nombre de guerra, obviamente. Decide equilibrar un poco las cosas para ella, y aunque se encuentra lejos como para interponerse, arroja con fuerza su escudo que, como si de un frisbee playero se tratase, vuela hacia su objetivo girando en el aire. Sin embargo, no se trata de ningún disco de plástico, sino de uno metálico de gran peso, y cuando impacta en la espalda del delincuente, éste suelta el cuchillo que porta y cae al suelo inmediatamente, incapaz de moverse.

El escudo, al impactar, queda un instante en el aire, girando sobre sí mismo. Ese momento es aprovechado por otro de los matones para, soltando su propio puñal, coger el disco de metal con ambas manos, con toda la intención de golpear a la justiciera con él. De hecho, el impacto es brutal. El matón, aprovechando la inercia de su carrera, descarga todo el peso del metal sobre la mujer que tan sólo puede interponer sus brazos para tratar de detener tan descomunal ariete. Sin embargo, es un golpe demasiado fuerte, y se ve superada, con gran dolor en los antebrazos y las manos, y la propia inercia hace que el disco termine golpeando también su cabeza, aunque sólo de refilón.

No obstante, ese no es el mayor peligro. Prácticamente conmocionada por el embiste, no alcanza a reaccionar cuando el segundo delincuente llega hasta ella, hacha en mano. Antes de darse cuenta, ve el fulgurante avanzar de la hoja hacia su cabeza. La justiciera interpone su brazo para cubrirse, llevándose en el proceso un tajo que, si no fuera por las protecciones de su uniforme que se llevan la mayor parte, bien podría habérselo seccionado del todo. Apenas tiene tiempo para gritar de dolor cuando el matón, que se mueve  una velocidad endiablada, se agacha y lanza un segundo tajo al muslo de la pelirroja, con idéntico resultado. Un pequeño reguero de sangre brota de la herida, pero sin duda no es ni mucho menos tan grave como podría haber sido.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Matón 1 acción 1: Coger escudo
Matón 1 acción 2: Golpear con escudo (éxito: 9 puntos de daño [tras restar la RD])

Matón 2 acción 1: Hachazo (éxito: 2 puntos de daño [tras restar la RD])
Matón 2 acción 2: Hachazo (éxito: 3 puntos de daño [tras restar la RD])

Misery: -14 puntos de vida (y tu turno)

Cargando editor
18/02/2020, 12:29
Montaraz

La justiciera pelirroja no está fina, puede que la granada la haya aturdido a pesar de mi esfuerzo. Así que tras sacar mis puñales decido lanzarlos por la espalda a dos de los matones con los que se enfrenta. Tras lanzarlos me decido a enfrentarme al que tengo enfrente y que queda todavía en pie más o menos.

Me he quedado sin armas pero aún tengo puños y piernas y las puedo usar al estilo que he visto de las películas de artes marciales de los 70 y 80 que me tragué tantas veces.

Bueno toca tirar de nuevo de la lucha mano a mano

Lo desafío haciéndole la mirada del tigre para llamar su atención. Me llevo la mano a la nariz como imitando a Bruce Lee, para que sepa que mi maestros es el fundador del jeet kune do y luego en un movimiento rápido le lanzo otra patada giratoria a la cara para que se vaya a dormir un poco.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Director: Misery aún está en el asalto en que todos los demás han gastado ya sus AxA. Ahora le corresponde a ella actuar para dar por terminado el asalto.

Cargando editor
19/02/2020, 02:32
Misery

A cada paso que daba, más convencida estaba de que aquello no era lo mío.

Sin duda alguna, cuando todo aquello terminara, tendría varias decisiones que tomar; aunque una de las cuestiones a valorar estaba prácticamente decidida ya. Sólo esperaba a aquellas alturas que realmente llegara el momento de poder pensar en todo lo que estaba sucediendo como en algo pasado.

Uno de los matones que se dirigían hacia mí fue derribado por aquel objeto esférico que a veces parecía tener vida propia. El escudo de Armour me quitó a un enmascarado de en medio, dejándolo K.O., pero otro de ellos aprovechó el objeto para usarlo contra mí. Traté de impedir que el golpe que quería darme fuera demasiado duro, lo cual logré, pero aun así me vi afectada por este; llegando a darme incluso en la cabeza, aunque al menos no de lleno.

No me dio tiempo a reaccionar antes de que el último matón me alcanzara. Aún aturdida, traté de impedir que su hacha me alcanzara, pero no fue así; no evitando más que el que no fuera mi cabeza la afectada.

- ¡AAAAAH! - aullé de dolor ante el primer corte en el brazo, sin poder contener un grito en aquella ocasión, viéndome en seguida recibiendo otro corte en el muslo.

Volví a gritar, pero en aquella ocasión mi grito de dolor terminó convirtiéndose en una especie de grito de guerra. Tomé las riendas de la situación, apreté los dientes y le di una patada al malnacido del hacha, hundiendo mi bota con fuerza en la boca de su estómago y lanzándole hacia atrás. En seguida volví a erguirme, tan sólo para localizar la posición del otro matón, que aún tenía el escudo en sus manos. Lancé entonces una patada hacia él, más concretamente hacia una de sus rodillas, aquel desgraciado no caminaría en mucho tiempo.

- Vámonos de aquí... - terminé por decir cuando todo acabó, mientras me dirigía hacia el frigorífico, viniéndoseme a la mente durante un instante que el dolor que sentía en aquellos momentos sería mucho mayor en frío; y pensando en que merecían la pena uno y mil dolores como aquel si mi pequeña terminaba estando a salvo. - Voy a tener que dar muchas explicaciones en la tintorería. - bromeé, aunque sin alegría ni en mi voz, ni en mi rostro.

- Tiradas (2)
Cargando editor
21/02/2020, 09:39
# MUELLES DE METRO CITY

Los dos malnacidos logran causar, por primera vez en esta noche, verdadero daño a uno de los justicieros. Puede que, a la postre, les reporte un cierto nivel de orgullo, pues es algo que ninguno de sus compañeros ha logrado aún. Sin embargo, no es algo de lo que realmente alegrarse. No hay nada más peligroso que un animal herido, y desde luego la fiereza con que Misery se desquita con ellos da buena cuenta de ello. Apenas tarda unos pocos instantes, antes de que sus compañeros tengan ocasión de acudir en su ayuda, en dejar fuera de combate a los dos delincuentes.

El segundo de ellos, con la pierna rota, grita de dolor mientras cae al suelo, aún con el escudo estrellado de Armour entre sus manos, aunque éste no tarda en recuperarlo de éstas mientras pasa a su lado, dejando al secuestrador con su dolor. Los tres justicieros vuelven a reunirse, atendiendo a su alrededor por si aún les aguardan más sorpresas.

Y las hay, sin duda. Los tres se ponen alerta al oír una sonora explosión, lejana sin embargo. A ésta le sucede un sinfin de disparos de distintos tipos. Los tres, pero muy especialmente Misery y Armour al ser expertos en armamento de fuego, pueden distinguir diferentes calibres y tipos de armas. De largo y corto alcance, automática y en ráfagas, de pequeño y de gran calibre... Un auténtico tiroteo.

Y no es contra ellos.

Cargando editor
21/02/2020, 09:49
Armour

Las cosas se habían torcido demasiado, y apenas nada había logrado hacer por ayudar a la pelirroja. Sí, le había quitado a uno de los asaltantes de encima, pero otro de ellos había empleado mi propio escudo contra ella para allanar el camino de su compañero. Me llevé la mano a la pistola para extraerla de su funda y apoyarla con fuego de cobertura, pero antes de poder apuntar convenientemente, ella misma se había ocupado del asunto.

Pero estaba herida.

Guardé apresuradamente el arma y corrí hacia ella, tomando de nuevo mi escudo de manos de aquel desgraciado que, con la pierna rota, rabiaba de dolor.

Ésto es mío, si no le importa... -Le dije con cierta guasa al arrebatarle mi escudo, colocándolo a mi espalda en el arnés.

Nada más alcanzarla, quise comprobar el estado de aquellas heridas, aunque no era ningún experto en curas rápidas. Apenas si podría valorar si en su estado podía continuar sin problemas. Por fortuna, tras observar su brazo y agacharme a ver su muslo herido de cerca, tuve la impresión de que los cortes no eran profundos y que, aunque había un pequeño reguerillo de sangre cayendo por sus ropas, no revestían gravedad.

¿Lo lleva a la tintorería, Misery? Vaya, y yo lavando el mío a mano... -Continué su broma, tratando de restar importancia al asunto. Me puse en pie- No parecen heridas graves, aunque podrían necesitar algún punto. Al menos ya queda poco. La vía de extracción no está lejos, aunque espero que sepan nad...

Una explosión interrumpió la conversación, haciendo que me agachase ligeramente, girándome en busca de focalizar el origen. No fue difícil, ya que a la misma le siguió un auténtico tiroteo que no tenía pinta de cesar pronto.

Bueno, no se si será fuego amigo o enemigo, pero está claro que nos brinda una cobertura perfecta. -Comenté corriendo hacia la nevera donde Lis continuaba bajo protección- Será mejor ponerse en marcha. -Sugerí abriendo el frigorífico y sonriendo a la pequeña al verla acurrucada en su interior- Hola, ¿cómo estás? -Le pregunté en voz baja, sonriendo con confianza- ¿Te acuerdas de lo que te dije antes? ¿Que los valientes no son los que tienen miedo, sino los que lo tienen pero aún así hacen lo que deben? Me prometiste que serías una pequeña valiente, ¿verdad? -Le recordé guiñándole un ojo, antes de extender mis brazos y tomarla entre ellos, abrazándola y cargando con ella bien sujeta en mi pecho, al que también se abrazaría como había hecho antes.

Era el momento de salir de aquel infierno.

Cargando editor
24/02/2020, 14:42
Montaraz

Un tiroteo parece crear la distracción necesaria para poder escapar del almacén. No voy a comprobar si son amigos o enemigos en estos momentos pero me tomaré seguramente una bebida en su honor por sacarnos de este lío aunque ellos no lo sepan.

- No hace falta que me lo digáis dos veces...es hora de pirarse. - digo mientras me preparo para salir corriendo de aquel sitio. Armour indica que toca nadar o eso intuyo por sus palabras inacabadas, no es mi idea favorita de salir del sitio pero es lo que toca y más con todo lo que está pasando - Démonos prisa y saquemos a la niña de aquí, espero que olvide esta noche algún día. 

Al final sólo me quedan mis cuchillos para lanzar de arma, mis flechas acabadas y mi espada rota. La noche ha sido dura y me tocará crear otra espada en cuanto pueda aunque por suerte tengo algunas hojas de repuesto. Las flechas son algo más sencillo y tengo que empezar a traer alguna flecha especial más ya que he comprobado que son más que necesarias para aguantar un combate largo. Con dos explosivas podríamos haber resuelto esto mucho antes.

Pero para finalizar la noche hay que llevar a la niña con su familia.

- ¿Sabéis donde vive la pequeña? Si no os importa, si podéis llevarla vosotros me iré a descansar en cuanto salgamos de aquí. Si no os seguiré y ayudaré en lo que pueda hasta que esté sana y salva.

Cargando editor
25/02/2020, 23:35
Misery

Me sobresalté ligeramente al ver a Armour agachado a mi lado mirando mi muslo, más concretamente, la herida que había en este. En otras circunstancias no habría desaprovechado la ocasión de bromear con aquella situación, pero tras responder a la broma que sí había pronunciado, el justiciero se puso serio; siendo su discurso interrumpido por una explosión.

Pero esta no vino sola. En seguida advertí una serie de disparos muy diversos en lo que parecía ser un gran tiroteo, uno que no estaba dirigido ha nosotros, dándonos una gran oportunidad para salir de allí sin ser seguidos.

Allan en seguida puso de manifiesto aquello, adelantándoseme en ir en busca de mi hija. El encapuchado se mostró de acuerdo en partir cuanto antes, haciendo mención a sacar a mi pequeña de allí y a que ojalá esta olvidase esa noche algún día.

Miré a otro lado de inmediato, queriendo ocultar la expresión de la parte de mi rostro que quedaba visible. Liss no olvidaría aquella noche, eso era algo de lo que estaba completamente convencida, aunque esta tampoco era la peor noche de su vida. Sin embargo, haría todo lo posible porque pudiera vivir sin temer otra noche más así, y aquello comenzaba por dar un paso que me había negado a dar durante mucho tiempo.

Se acabó Metro City.

- Seguro que ella conoce su dirección. - comenté tras las últimas palabras del arquero. - ¿Verdad, pequeña? - le pregunté a mi hija con una sonrisa y el convencimiento de que así era, viendo que ya estaba en los brazos de mi protegido. - Yo la acompañaré hasta casa, si queréis, podéis iros cuando estemos fuera de peligro. - añadí mirando a los dos justicieros, encaminándonos ya hacia el exterior de la nave.

Cargando editor
26/02/2020, 10:39
# MUELLES DE METRO CITY

Los disparos continúan resonando por todo el hangar. A cada paso a la carrera que dan los justicieros, con cada nueva esquina que doblan, parecen en ocasiones producirse más cerca o más lejos. Se oyen también gritos en la distancia, gritos de los que es difícil discernir el mensaje, pero del que los tres son capaces de captar acentos, pues son voces autoritarias dando instrucciones. Se oyen voces con acento italiano, principalmente, e incluso en un momento dado, los justicieros ven a lo lejos a varios tipos accediendo al hangar a través de ventanas que estallan a su paso, descolgándose con cuerdas y aterrizando sobre torres de almacenaje con armas automáticas de gran calibre en las manos. Visten con cazadoras de aviador en cuero negro, con jerséis igualmente oscuros y de cuello alto, y llevan gorras en sus cabezas.

Sin embargo, los pasos del grupo llevan a una esquina concreta del hangar, guiados por el justiciero patriota que lleva a la niña entre sus brazos. Finalmente, cuando parece que todo lo que les aguarda es una pared, se detiene. Ante ellos, en efecto, no hay salida alguna, ninguna puerta ni escotilla. Tan sólo el muro, algunas cajas, y unas ventanas sucias que dan al agua del puerto. ¿No decía Armour que había una salida por allí?

Notas de juego

Tirada de Conocimientos Generales para saber algo de esos tipos.

Cargando editor
26/02/2020, 10:49
Armour

Un comentario del arquero me causó cierta desazón, y no porque fuera ni mucho menos malintencionado. Pensar en posibles secuelas que pudieran quedarle a la pequeña hizo que mi mandíbula se tensara, especialmente recordando todo por lo que ya había pasado aquella pobre criatura. No estaba en mi mano, sin embargo, más que mantenerla a salvo y llevarla ante sus seres queridos. Lamentablemente, incluso con toda la preparación y armamento del mundo, yo era sólo un hombre.

No olvidará esta noche. -Afirmé con vehemencia, mirando a la niña a los ojos, quien me devolvió la mirada- Pero la hará más fuerte. Una pequeña valiente, ¿no es así? -Pregunté a la niña sonriéndola, al tiempo que le guiñaba un ojo.

Aquello era todo lo que podía hacer. Aquello, concederle toda la confianza del mundo, y hacer valer esa confianza como era debido. Cumpliendo mi palabra.

Y es que el arquero parecía satisfecho con lo obrado, considerando sacar a la pequeña del hangar un objetivo cumplido, pero la pelirroja pretendía hacerse cargo de entregar a la niña a su familia, dispensándonos a los demás. No pude evitar sonreír ante tal ofrecimiento, que le honraba, pero que tendría que declinar.

Lo lamento, pero tengo la fea costumbre de cumplir con mi palabra. -Tuve que admitir, con aire elegante- Y le he dado mi palabra a la señorita de que la dejaría sana y salva con su familia. Tal vez podríamos hacerlo juntos, y plantearnos después algún tipo de... ¿colaboración?

Dejé aquella idea en el aire, ya que nos encontrábamos al final del camino. O al menos, en el punto de extracción. No tenía ni idea de quienes eran los tipos que habían llegado, pero sin lugar a dudas nos estaban facilitando una distracción más que adecuada. Ya habría tiempo de tratar de desentrañar lo que se estaba cociendo en aquel hangar, lo que había estado pasando toda la maldita noche. En aquellos momentos, la misión era Lis.

Bueno, como ya os dije, espero que sepáis nadar... -Afirmé, abrazando a la pequeña contra mi cuerpo y tomando impulso. Salté sobre una de las cajas más bajas para ascender desde ésta a otra más alta, que me permitía estar a la altura de aquellas ventanas, y tomando velocidad me arrojé hacia los cristales, tomando impulso en el último instante para girar sobre mí mismo hacia delante, de forma que atravesé los cristales, que se hicieron añicos a mi paso, al impacto del escudo que portaba a mi espalda, antes de precipitarme hacia las aguas.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Quien le siga, tirada oculta de Nadar.

Montaraz, recuerda que tú dispones de un medio alternativo para salir de ahí, mediante el garfio con cable (que por cierto, no te has apuntado en la ficha). Puedes, si lo prefieres, salir por el tejado, como entraste.

Cargando editor
28/02/2020, 18:18
Montaraz

Los que estaban armando ruido no sé quiénes son pero a favor hecho...no voy a cuestionar el motivo de esa "ayuda" o qué lealtad tengan. Hoy son aliados "momentáneos". 

Escucho el ofrecimiento de Armour, que entiendo que va por ambos justicieros así que le digo:

- No me importaría colaborar con vosotros, tener quién te guarde las espaldas no está mal. Al menos me he divertido mucho esta noche y la ciudad está un poco más limpia.

El problema es que el justiciero no comentó cómo habría que quedar por lo que en principio dudo entre seguirlo o ascender al tejado y salir por ahí. Ojeando encuentro una flecha perdida, seguramente del comienzo del tiroteo y me la guardo en el carcaj mientras miro a Mistery y le digo:

- Os cubriré desde el tejado, es por donde he entrado. ¿Quedamos en algún punto?

Dicho esto preparo el garfio para subir al tejado y salir por ahí con tranquilidad y al amparo de la noche.

- Tiradas (2)
Cargando editor
02/03/2020, 20:52
Misery

Armour se mostró demasiado optimista respecto a las consecuencias que tendría lo sucedido aquella noche en mi pequeña. Sin embargo, creyera o no que aquello era todo lo que le sucedería, agradecí en silencio lo que dijo; y es que estaba convencida de que tales palabras viniendo de él, ayudaron a mi hija en esos momentos.

Allan declinó mi oferta de encargarme en solitario de dejar a Liss en casa, proponiendo que nos encargáramos de ello juntos y que habláramos después de algún tipo de colaboración. Lo primero no me sorprendió, pero sí lo segundo, mirándole llena de sorpresa un momento; sin dejar de avanzar. No sabía cómo tomarme aquello, ¿iba en serio o me estaba tomando el pelo? ¿Sabía o no sabía quién era yo?

Pero entonces el arquero se pronunció. Había pensado que las palabras del justiciero iban por mí, pero al parecer no era así. Aparté mi rostro consciente del rubor que aparecía en ese momento en mi rostro fruto de mi error, aguardando a que el encapuchado terminara de hablar sobre que el colaborar le parecía una buena idea para pronunciarme.

Sin embargo, terminé por no responder, pues no estaba segura de qué decir y llegábamos ya al lugar desde el que debíamos salir, algo que más valía que hiciéramos rápido; pues mientras avanzábamos hacia aquel punto no me pasó desapercibido que algo gordo se estaba montando en aquel lugar, y aunque la cosa no fuera con nosotros, podría terminar salpicándonos.

Tras un breve comentario, Armour sujetó a mi pequeña y se dispuso a salir del lugar, abriéndonos paso gracias a su escudo y una de sus piruetas. Fue entonces cuando el arquero me dijo que tenía otro plan para salir, pretendiendo cubrir nuestra retirada y preguntándome por un punto de encuentro.

- Si no consigues darnos alcance, te esperaremos en la entrada a los muelles. - le dije rauda, tomando a continuación el mismo camino por el que había optado Armour.

- Tiradas (1)
Cargando editor
03/03/2020, 09:05
# MUELLES DE METRO CITY

La ruta de escape propuesta por Armour queda finalmente revelada. No es especialmente sigilosa ni sutil, pero sí parece medianamente efectiva. Tan sólo atravesar una ventana para precipitarse a las aguas del puerto de Metro City, y alejarse del hangar a nado. De hecho, el justiciero no espera siquiera a la posibilidad de una réplica, habiendo ya avisado con anterioridad que, para él, sacar a la niña de allí es la absoluta prioridad. El justiciero se precipita a través del cristal, que se hace añicos a su paso mediante una grácil y potente voltereta con la que golpea el vidrio con su espalda acorazada, y tanto él como la niña que lleva en sus brazos caen a las aguas oscuras del puerto con un sonoro chapoteo.

Tras él, Misery tarda un instante más en tomar su decisión. No habiendo prestado atención al tiroteo que continúa produciéndose en el hangar, no ha tenido ocasión de averiguar nada acerca de los tipos que han entrado. Poco importa. Lo único que le interesa es salir de allí con la niña, pero antes ofrece a Montaraz instrucciones acerca de dónde reunirse más tarde, ya que el arquero parece dispuesto a tomar otro camino. La justiciera se arroja a las aguas grácilmente, tomando impulso para sumergirse de cabeza en una caída vertical propia de un saltador olímpico. Apenas levanta agua en su zambullida.

Mientras tanto, Montaraz arroja el garfio de su carcaj a las alturas del hangar. Apenas ha logrado, por pura fortuna, recuperar una de sus flechas, pero habrá de ser suficiente. El cable se tensa y el arquero es izado hacia la estructura del techo del hangar, a una velocidad considerable. No obstante, no es tan vertiginosa como para no poder prestar atención a lo que sucede al otro extremo del hangar, donde los disparos y explosiones continúan.

Cargando editor
03/03/2020, 09:16
# MUELLES DE METRO CITY

En su ascenso, el arquero puede comprobar que un camión de grandes proporciones se ha adentrado en el hangar atravesando una pared. Es el punto de entrada principal de quienes están tratando de asaltar el hangar, quienes sin embargo parecen estar siendo repelidos. No son suficientes, y aunque cuentan con potencia de fuego, no es rival. Sean quienes sean, no parecen policías. Ni un uniforme ni una sirena. A las fuerzas del orden ni se les ve ni se les espera.

Pero no hay tiempo para quedarse a mirar. Montaraz asciende por las estructuras de metal del tejado hasta una de las múltiples ventanas, y desde allí sale al exterior, donde siguen escuchándose las explosiones y disparos. El tejado parece despejado, así que el arquero puede avanzar con relativa tranquilidad. Es el momento de decidir qué hacer, si buscar directamente a los dos justicieros que protegen a la niña, para cubrirlos desde la distancia; si unirse a ellos allá donde estén; o si acudir a la entrada del puerto como ha indicado la pelirroja, y esperarles allí.

Cargando editor
03/03/2020, 09:22
# MUELLES DE METRO CITY

Las oscuras aguas del puerto de Metro City reciben a los dos justicieros que huyen del hangar a través de una de sus ventanas. Misery es quien se ha zambullido con más gracia, y por ello es la primera en salir al aprovechar su mejor orientación bajo el agua. Armour, por su parte, ha aterrizado bruscamente en el agua de espaldas, y bajo el agua tarda unos instantes en orientarse para nadar hacia la superficie. Con una iluminación adecuada, tal como le han adiestrado, buscaría las burbujas y seguiría su recorrido hacia la superficie. Sin embargo, bajo las aguas del puerto en plena noche la oscuridad es total. Por ello, tarda algo más en orientarse correctamente y salir a flote.

Cuando lo logra, lo primero que oye es la tos ahogada de Lis entre sus brazos. La pequeña parece sufrir una breve arcada y escupe algo de agua, pues parece que ha tragado en el proceso. Sin embargo, parece estar bien. Nada que no sea comparable a una aguadilla infantil propia del verano. La niña parpadea varias veces y suelta el cuello de Armour para quitarse el agua de los ojos un instante, y es cuando el justiciero se da cuenta de que sus labios tiemblan de frío.

Ambos justicieros nadan hacia los pilares en que se sustenta la parte del hangar que se suspende sobre las aguas del puerto, y desde allí hacen lo propio siguiendo el muro hasta encontrar una escalerilla, lo bastante apartada del propio hangar como para no estar a merced del tiroteo que continúa dentro. La primera en llegar es Misery, quien dispone de sus dos brazos para nadar con libertad. Armour, con Lis en brazos, debe nadar por dos con un sólo brazo, así que es más lento. El escudo a su espalda no ayuda. Sin embargo, ambos salen de las aguas del puerto chorreando, encontrándose en una explanada que parece ser empleada como aparcamiento de maquinaria diversa, desde máquinas elevadoras a vehículos comerciales. El lugar parece desierto.

Cargando editor
03/03/2020, 12:08
Montaraz

Espero unos minutos para ver que no corren peligro los que están nadando, así los cubro desde la distancia al menos durante unos instantes y esperando que la niña no sufra más en lo que queda de noche.

En cuanto creo que el peligro para ellos ha pasado decido largarme y esperarles en el punto que me ha indicado la Misery. Por lo que me acerco a recoger mi motocicleta si es posible o si no salgo corriendo moviéndome por zonas oscuras o poco iluminadas hasta la entrada. Siempre preparado por si tengo que defenderme o ponerme a cubierto ya que la situación aún está caliente y prefiero evitar tiroteos hacia mi persona.

Cargando editor
18/04/2020, 11:43
Armour

La ruta de escape no era un asunto sencillo, pero dadas las circunstancias y a pesar de cargar con la niña no resultó una evasión demasiado accidentada. Logré sumergirnos de forma correcta, y una vez bajo las aguas encontré el camino hasta la superficie sin retrasarme en exceso, algo que me preocupaba precisamente porque no sabía cuanto tiempo lograría la pequeña aguantar la respiración. Por suerte, Lis era toda una campeona, y aunque parecía haber tragado algo de agua, en seguida logró recuperarse y respirar con normalidad.

En seguida te saco, pequeña. Aguanta, concéntrate en sacar la cabeza del agua. -Le pedí en voz baja, mientras la acomodaba bien sujeta con un brazo para poder nadar tirando de ella hacia la orilla.

Al llegar a la escalerilla con la que poder salir del agua, volví a acomodar a la niña en mi pecho, abrazada a mi cuello, de modo que podía emplear ambos brazos para ascender. No lo hice hasta asegurarme de que la pelirroja estaba bien y que podía seguirnos, lo cual agradecí con un suspiro de alivio. No me apetecía demasiado dejar a la niña sujetándose sola a aquella escalera para tener que zambullirme en busca de la mujer.

Me preocupaba el frío. Especialmente por la pequeña, aunque también era posible que la pelirroja lo padeciera. Todos, de hecho. Yo mismo lo tenía, algo que me recordaba a algunas de las maniobras con las que el ejército nos preparaba para ese tipo de situaciones. Sabía hasta dónde podía aguantarlo, pero no hasta dónde aguantarían ellas.

¿Todo bien? -Pregunté a Misery una vez estuve arriba, aguardando junto a la escalerilla a que la mujer subiera, tendiéndole incluso la mano una vez afrontaba el último escalón- Debemos darnos prisa, o esta pequeñina se va a quedar helada. Creo que en las alforjas de la moto tengo una pequeña manta, pero aún así. Por cierto, mi moto está... -Me giré un instante, calculando nuestra posición en el puerto y trazando una ruta hasta mi vehículo- ...por allí. Lejos del tiroteo, por fortuna.

Cargando editor
22/04/2020, 21:38
Misery

Salí rauda de aquel lugar, con el único pensamiento en mi mente de ver a mi hija sana y salva cuanto antes. No era la primera vez que me sentía así. No era la primera noche que me sentía así. Pero ello no hacía que aquel sentimiento fuera menos intenso que la primera vez. De echo, puede que fuera peor, y es que era consciente de lo que aquel tipo de situaciones podía acarrear, lo había vivido en mis propias carnes. Mi hija lo había padecido en las suyas. No podía permitir que sufriera más.

Zambullirme en aquel agua helada ni siquiera me procuró una sensación de frío, no inmediata. Logré escapar mejor de lo que hubiera imaginado, y al salir a flote me dirigí hacia aquellos pilares, aunque no sin antes asegurarme de que Allan y mi pequeña se encontraban bien. Tardaron unos pocos segundos más que yo en salir a flote, pudiendo escuchar a mi hija toser tras ello, pero con el convencimiento de que no requerían mi ayuda continué avanzando.

El frío invadía mi cuerpo mientras aún éramos capaces de escuchar disparos de fondo. Seguí nadando, siguiendo aquel muro que me llevaría hasta una escalerilla, y una vez allí aguardé a que Armour y Liss me dieran alcance. Ante la mirada del justiciero asentí con mis labios temblorosos, dejando que pasaran ambos por delante. Al llegar mi turno, noté cómo me costaba ascender, sintiendo mis músculos entumecidos; y acepté la mano que me ofreció mi protegido.

- T-todo bien. - respondí ya una vez arriba, temblándome ligeramente la voz, mientras movía mi cuerpo en pos de que este entrara al menos algo en calor y comprobaba cómo estaba mi hija.

Allan continuaba hablando mientras tanto, señalando que debíamos darnos prisa y preocupándose de mi pequeña, tras lo que indicó dónde había dejado la mencionada moto. Miré con extrañeza en tal dirección, frunciendo el ceño ligeramente antes de volver a pronunciarme.

- Creo que la mía también. - dije aún pensativa mientras escurría mi cabello, tras lo que miré al enmascarado. - Vamos, no hay tiempo que perder. - añadí pronto, dedicando una sonrisa a mi hija antes de ponernos en marcha.

Todo va a salir bien. Todo tiene que salir bien.

Cargando editor
23/04/2020, 11:03
# MUELLES DE METRO CITY

Moverse entre los vehículos amontonados de mala manera en la explanada resulta sencillo. Ambos justicieros no tardan en avanzar entre ellos con la máxima cautela, compartiendo ruta y agachándose ligeramente para no ser vistos. Armour, con la niña entre sus brazos, permite que Misery avance delante, más ligera y con mayor movilidad. Por fortuna, no hay incidente alguno antes de abandonar la explanada, que les deja justo frente al hangar por el que accedió la pelirroja en primera instancia.

Allí se encuentran ambas motos, la que la justiciera empleó para llegar al muelle, sustraída a uno de los matones del hotel, y la moto de carretera que atrajo su atención cuando rondaba el puerto en busca de alguna pista. No es hasta ahora que se da cuenta de a qué se debía su presencia allí, y con ello también logra comprender la presencia de aquel matón inconsciente con el que dio justo a los contenedores de basura. Había sido Armour quien había llegado primero, aparcando allí su vehículo y noqueando a un vigía antes de adentrarse en el hangar.

Sin embargo, ambos justicieros se detienen poco antes de alcanzar las motocicletas, pues algo en ellas llama su atención. Los ojos de ambos buscan en los alrededores la presencia de alguien más, pero el lugar parece vacío. Los disparos a lo lejos continúan, salpicados de alguna explosión, así que si aún quedaba algún matón en la zona debe estar sumido en la batalla campal. Pero en las motos hay algo. Se trata de un objeto oscuro, metálico y plano, salpicado de puntas, uno de cuyos extremos afilados se encuentra clavado en un lateral del asiento de cada una de las motos. Un objeto en cada una, con una longitud similar a la palma de una mano.

Parece representar la forma de un... murciélago.

Cargando editor
23/04/2020, 11:14
# MUELLES DE METRO CITY

Cubres con cautela a los dos justicieros que te han servido de aliados durante la noche. Portan la niña hasta fuera del agua, y comienzan a moverse con presteza entre los distintos vehículos agolpados en una explanada que parece hacer las veces de aparcamiento improvisado y almacén de maquinaria. No da la impresión de que vayan a tener problemas en alcanzar su destino, pues la zona está despejada y los disparos y explosiones esporádicas provienen de otra zona más alejada. De modo que, una vez están a cierta distancia, decides dejarles a lo suyo y recorrer tú el camino hasta tu moto para ir a la entrada del muelle y reunirte allí con ellos.

Es en ese momento, cuando te das la vuelta para marcharte, cuando algo impacta en la chapa del tejado, muy cerca de ti, y te sobresalta. Si ha sido un disparo, ha sido silencioso. ¿Un silenciador? ¿Acaso otro arquero? Te pones en guardia, preparado para responder, pero sólo el silencio te recibe. El silencio que permite el tiroteo lejano. Pero ni hay nuevos disparos ni una mera sombra que te indique la presencia de alguien más.

Es entonces cuando te fijas en lo que ha impactado. Se trata de un objeto oscuro, metálico y plano, salpicado de puntas, uno de cuyos extremos afilados se encuentra clavado en un lateral del asiento de cada una de las motos. Un objeto en cada una, con una longitud similar a la palma de una mano.

Parece representar la forma de un... murciélago.