Partida Rol por web

Quell hizo un gesto con la mano, como indicando si el Hutt se refería a él, y luego miro a los lados. Evidentemente se refería a él. Puesto que no había nadie más allí.

Se acerco al Hutt con paso decidido y de manera altiva. Tratar con un Hutt siempre era complicado. Eran seres despreciables que solo sabían explotar la galaxia en su propio provecho. Y aunque no le diera ningún miedo aquel ser, si que le imponía respeto. Y lo peor que podía hacer era acercarse a él con miedo. Tenía que mostrarse seguro de sí mismo. Si no se lo merendaría. Y era algo que podía hacer literalmente.

Hola, soy Quell Breyard, manager del señor. Por lo que veo ese cabeza para nada se las ha apañado para conseguir que usted le dé un combate, espero que no haya llegado a amenazarle. Es una costumbre muy mala que aun no he conseguido quitarle. No se preocupe, es un luchador decente, seguramente aguante dos o tres rondas, dándole diversión al público. ¿Que es exactamente lo que desea de mi?

Vale, se había pasado, a Doe no le iba a gustar que el dijera que era el manager, pero quizás de esas manera el pudiera sacar una pasta extra, aunque también cabía la posibilidad de que le frieran el culo un momento más tarde.

Recto y con su proverbial sonrisa se planto frente al señor del aquel antro en el que estaba. Pero no hizo ningún ademan mas de concupiscencia. Sabia de sobra, que lo que tenía que decir, ya lo había dicho ya.

Ahora, a ver qué sorpresa le daba aquel bicho inmenso.

- HA..HA...Ha....

 Su cuerpo temblaba combulsionandose con su risa y su boca abierta mostraba una lengua larga y afilada que pronto se movió para hacer de los sonidos de su garganta otros más controlados que la carcajada, desafortunadamente, Quell Breyard no sabía Hutt, y eso, resultaba un problema.

 Quizás por pura experiencia, y no necesariamente por una reacción concreta de Quell, Ajuur el Hutt volvió a reir después de emitir ronquidos y sonidos guturales varios, era lo único que se entendía.

- Grunggtagal.....HA...HA...HA....

 Alzó la mano derecha, con un aparato que resultaba familiar para el noble, se trataba de una especie de PDA donde seguramente Ajuur anotaría datos importantes o enviaría información referente a las apuestas a los terminales. Su cuerpo seguía temblando, pero su sonrisa no desapareció, él si había entendido a Breyard, aunque tuviese otras cosas en mente para él...

  Con el gesto de su mano un droide de protocolo, similar al que usaba el "gobierno" Sith, se aproximó con un paso tintineante que dejaba oir la presión de sus articulaciones metálicas. Sus circuitos parecían algo quemados, como su carcasa metálica, sus ojos parpadeaban como si no dispusiese de demasiada potencia.

   - Saludos preceptor. Saludos, Amo.

 Fue escueto en sus presentaciones, sus brazos, separados estaban alzados hacia adelante y los movía sólo cuando hablaba. Su vocabulizador también se iluminaba.

   Con otro gruñido gutural Ajuur porisguió hablando, esta vez, el droide ayudaría a Quell a entender.

 - Su suprema y astuta presencia Hutt querría saber cuantos créditos está dispuesto a apostar contra o a favor de su protegido, Señor.

 Era una voz robótica insegura, y el Hutt, sólo estaba interesado en cuanto y por quién apostaba Breyard.

Quell saco la tarjeta con los créditos. Sabía lo que podía jugarse y lo que no.

Donde quieres que anote la cantidad. No voy a jugar mucho, no te conozco todavía. Lo que si te puedo vaticinar, es que mi amigo, ganara, y no solo ganara, sino que machara a su contrincante.

Se quedo mirando aquel insidioso robot esperando que le dijera la manera de cobro del dinero. Cuando le indico que marcara la cantidad, este hizo lo que considero justo.

Tío, me fio de ti, pero no podemos jugarnos mucho dinero.

Casi sin darse cuenta, sus dedos dibujaron una cantidad. Satisfecho vio como la apuesta iba directamente a la tabla de datos del Hutt. Y fue en ese preciso instante cuando guardo la respiración. Porque había apostado más de lo que tenía en liquido. Unos 200 créditos.

- Ha...ha....ha...

 Rió el Hutt con ganas, mientras dijo algo, a punto de escupir, de forma gutural en aquel idioma extraño y particularmente hosco, su piel era grasosa, palpitante, como la de un gusano gigante, sin embargo, daba un aspecto ligeramente duro que no lo hacía menos repugnante. Afortunadamente la galaxia era bastante tolerante con el aspecto de las diferentes razas, y..más afortunadamente todavía, contaba con mucha más población humana que de otras especies como aquella.

  El droide se precipitó a traducir:

 - Lo que el astuto Ajuut el Hutt quiere decir es que mientras mayor es el orgullo, mayor y más precipitada es la caída. No juzgará a su compañero hasta que lo vea combatir.

   Dentro de diez minutos podremos comprobar si sus sospechas son ciertas, y merece la pena.

 Luego se retiró...sólo quedaba esperar...

   La Arena era una construcción circular, en el interior de la propia cantina, donde habían colocado un "ring" apropiado para el combate, como no se trataba de un combate a muerte, había potentes generadores que impedían la posibilidad de que las armas hiciesen algo peor que un daño poco contundente, eso si, eran lo suficientemente fuertes como para dejar inconsciente a un hombre. Los disparos blaster sólo aturdían y las espadas y los cuchillos no eran capaces de penetrar en los escudos que se creaban alrededor de los participantes.

  A su alrededor, los espectadores gozaban de amplias gradas, que, en esta ocasión , como no solía ocurrir en mucho tiempo, se había llenado con todo tipo de gente, aunque tampoco era mucha, pues el combate se había preparado en muy pocos minutos. John y Breyard tuvieron que esperar casi una hora hasta que todo estuviese preparado, tiempo suficiente para correr la voz y poder sacar una rentabilidad a la organización de aquel evento.

  El Hutt, Ajuur, no asistiría a dicho combate, no era importante.

 El comentarista dio el campanazo de salida, John abandonó un cuarto con poca iluminación y completamente vacio, para encontrarse la arena de lucha, frente a él, otro hombre, algo más viejo, o..bastante más, se presentaba, con una espada como único arma.

 - ¡Señoraaas y Señoores! ¡Lleven sus miradas al centro del ring! Tenemos una importante presentación reservada para.... vosotros. - Dijo, tratando de hacerse el interesante, su voz reflejaba energía y lograba que la gente se pusiese eufórica. Todos aplaudían y viroteaban.

 - Lo habeis visto perder noche, tras noche, tras noche, PERO esta vez...¡el está en busca de carne fresca! ¡En la esquina norte del Ring, tenemos a....TIRO-FIJOOO DUUUUNCAAAN!

 Todos gritaron, aunque entre todo, se mezcló algún que otro abucheo. El comentarista no dio tiempo a más, y siguió con las presentaciones, realmente convencido, y animado.

 - ¡En el otro rincón, un recién llegado a la escena de duelos a la que estamos acostumbrados en TAAris. ¡Emergieendo de las sombraaas! ¡Sin historia! ¡Sin pasado! y....sin nombre...¡¡El Misterioso Extranjeeero!!

 Gran parte de los espectadores se levantaron, todo eran joviales gritos de ánimo y entusiasmo, la presentación había hecho temblar el corazón de muchos de ellos. Breyard tenía una vista genial, en uno de los asientos para gente verdaderamente importante, como "manager" del misterioso extranjero.

 Una nueva campana sonó, y Duncan estaba preparado. El duelo...había comenzado.

Tio-Fijo Duncan no se paró, como el novato, a comprobar como era la arena o cuanta gente había, ni se asombró con las presentación, ni sintió nada más que ese ánimo que lo impulsaba a ganar aquel combate. Llevaba una espada en la mano, como el Misterio Extranjero, pero no desaprovecharía una oportunidad igual.

  Clavó con las fuerzas de su brazo derecho la espada en el suelo, bien porque este era algo mullido o porque el filo de la espada cortaría un miembro sin darse cuenta, o puede que ambas cosas, y desenfundó torpemente un blaster. Su diestra, apenas había abandonado la empuñadura de su espada luchaba por desenfundarlo, de forme que casi se cae al suelo. Tuvo que ayudarse de su mano izquierda para que no acabase en el suelo. Una torpeza abucheada por todos y comentada por aquella potente voz, como un fallo típico de Tiro-Fijo Duncan.

  Su mirada, de ojos marrones, estaba clavada en el Misterioso Extrajero con odio, pero no quería intimidarle, o no era ese su objetivo principal, tan solo estaba apuntando. Se oyó el primer disparo, piernas separadas, manos entrelazadas cubriendo el blaster y una distancia de más de diez metros entre ellos. John tenía que espavilar o caería en el principio...

  - Asique el Misterioso Extrajento ¿eh? ...Novato...jaja...

Había venido mucho público, este negocio debía ser bastante rentable con el planeta tal y como estaba, bajo ocupación Sith, la gente encontraba en este derroche de violencia una forma de sentirse menos desgraciada y por que no, de evadirse de la realidad apostando algunos créditos.

¿Extrajento?... Niego con la cabeza justo antes de lanzarme rodando por el suelo para evitar sus disparos, sin duda yo era un novato, pero este era un veterano de la derrota, tan acostumbrado a recibir golpes en la cabeza que se había quedado medio tonto. Pues mira que bien.

Me habría gustado responder a Tiro-Fijo con alguna frase ingeniosa, pero después de la del pincho moruno de Breyard no se me ocurría nada decente. Jajajaja... Además, seguro que si permanezco callado se acrecienta mi reputación de "misterioso" extranjero.

Desde el suelo, con una rodilla clavada en el mismo, desefundo la pistola blaster con una maestría que esta gente no estaría acostumbrada a ver, manteniendo la espada firmemente agarrada con la otra mano. Duncan apenas tendría tiempo de ver el haz de luz de la energía del disparo blaster, que ya volaba directo contra la mano con la que empuñaba su arma.

Bien podría haberle disparado a la cabeza, pero no quería que esto acabara demasiado rápido, el público no solo quería ver ganar sino también espectáculo, además Breyard estaría por ahí y que cojones... quiero ser su puto amo.

   Una fuerte descarga de blaster dio en el hombro de John Doe, era irritante pero no podría matar a ninguna persona, la descarga casi le inmoviliza el brazo por el dolor, pero no lo hizo, su brazo izquierdo podía moverse con normalidad, aunque puede que su hombro se resintiera más adelante. Sus ojos fijos en Duncan dieron como fin un disparo preciso, el haz de luz impactó en su diestra, la sacudió con fuerza y su arma voló por los aires, quedando a medias entre la distancia del tirados y Doe, en medio de la arena.

  El público se agitaba, unos abucheaban a Duncan y otros gritaban eufóricos por la resistencia y la puntería del Misterioso Extranjero.

 - ¡Ohh! ¡Ese ha sido un duro golpe! ¿Podrá Duncan enfrentar al Misterioso Extrajero sin su arma blaster? ¿Preferirá empuñar su misteriosa espada nuestro nuevo luchador?

  ¡Duncan parece dispuesto a ganar este combate...aunque haya empezado con mal pie! ¡Ahí va!

 La voz del comentarista trataba de dar emoción al combate, aunque a decir verdad a la gente le había gustado ver como Doe aguantaba un disparo, muchos luchadores se rendían ante el dolor o caían fulminados.

Duncan blasfemaba agitando la diestra con un gesto absoluto de dolor, puede que si hubiese apuntado al pecho o a la cabeza Tiro-Fijo ahora mismo estuviese tendido en la arena. Sus ojos viajaron desde su mano hasta mantener la mirada con la de Doe, después, hasta su blaster, en el medio de la arena. Gruñó algo inaudible, y se armó de valor, cogiendo su espada con la zurda.

  La diestra le temblaba, por el dolor, y la seguía agitando como si tratase de despertarla, puede que nisiquiera la sintiese. Después cogió la empuñadura con ambas manos, hasta que sus nudillos se volvieron de un color blanquecino, era tan la fuerza con la que asía su arma que era probable que se estuviese haciendo daño. Alzó el mentón, orgulloso, y asintió para darse confianza a sí mismo.

  Vamos Duncan...¡es sólo un novato!

 Se lanzó a la carrera, espada en mano gritando como un loco, se veía su dentadura y sus ojos, clavados en Doe, si no estuviese controlado, es posible que quisiera acabar con él...afortunadamente, aunque quisiera, era probable que no pudiese.

  - ¡¡¡GRaaaaAAaAAaAAAA!!

    Hacía varios meses que Taea se encontraba sola, en Taris, puede que planeando su siguiente paso en la inmensa galaxia, estudiando nuevos planetas en los que contemplar cosas nuevas o quizás robarlas, Taris era un lugar aburrido, más la ciudad alta. Como sabía se trata de un planeta ciudad con mucha importancia y por lo que había podido averiguar incluso tenía su propia academia jedi, universidades, como Commenor, aunque no de tanta importancia.  La ciudad se divide en tres subniveles, y no tardó en aprenderlo, no le quedaba otra si quería sobrevivir allí, en la ciudad alta, como comunmente se llama viven los nobles y algunos comerciantes, desde que los sith establecieron su nuevo gobierno en el planeta sólo se permite el paso a humanos y todas las demás razas tienen el acceso vedado, aunque hay algunos privilegiados twi'leks, algunos esclavos o refugiados, que son tolerados. La presencia militar es cada vez mayor y las autoridades de Taris tienen menor fuerza aunque si la suficiente como para detectar a una jovenzuela y hacer que regrese a casa. Por otro lado...no sería del todo malo, ya que almenos podría escapar. Desde hace tres días existe un bloqueo que impide la entrada y salida de ninguna nave sobre Taris, esto está afectando a los comerciantes y se nota en sus carteras que apenas portan créditos. Todas las salidas posibles de allí se encuentran en la ciudad alta, es el único lugar con hangares que no supongan una muerte casi segura. En la ciudad alta hay una cantina, está bien para sacar tajada, pero dada la presencia militar y la situación de Taris, no es buena idea pulular por ahí.

   En segundo lugar la ciudad baja representa la cruda realidad de la riqueza del planeta, no hay seguridad, no almenos para alguien que no sepa como cuidar de si mismo, hay muchas bandas, entre ellas dos bastante fuertes, son bandas de swoop, las swoop son unas motos a reacción con las que se suele competir, Taris tiene su propio circuito y es uno de los más reconocidos de la galaxia debido a su dificultad, han sido varios los héroes de dicho "deporte" que han comenzado o terminado su carrera allí, aunque como no podía ser de otra forma últimamente estan de capa caida y más con la constante inestabilidad que el ejercito sith ha creado. La ciudad baja es una anarquía donde...o estás con alguna banda que garantice tu protección, aunque sólo los Vulkars negros o los Beks ocultos podrían hacer tal cosa, o pasas desapercivido y sin meterte en problemas, y lo segundo resulta realmente complicado. sin embargo es mucho mejor que la superficie. La superficie del planeta es un lugar enfermizo y salvaje donde se encuentran los desechos de los otros subniveles, adentrarse allí es de locos, existe una enfermedad que mata...o algo peor...a todos los que bajan, aunque hay rumores de que hay supervivientes, exiliados o expulsados de la ciudad alta o la baja, condenados a la probeza, la muerte y el olvido. El acceso se hace mediante ascensor, y no hay otra manera, salvo quizás precipitarse desde el cielo...que es precisamente lo que han hecho las capsulas de emergencia de una flota de la república, ahora los sith están agitados y tratan de conquistar la superficie y parte de la ciudad baja, las bandas de swoop luchan por su derecho a gobernar la misma y los habitantes de la superficie...quien sabe, quizás traten de extender su enfermedad a todo Taris por venganza.

   Mientras todo aquello sucedía, y mientras la mayoría buscaba aquellas capsulas, quien sabe porqué, Taea disfrutaba de su bebida en la sala principal de la cantina.

  Aquí se reune gente peligrosa, pero también alienigenas que tienen vedada la entrada a la ciudad alta, Ithorianos, sullustianos, twi'leks y otros encuentran allí, junto a muchos humanos un lugar donde liberar tensiones jugando una partida de pazaak, viendo las carreras de swoop o tomando una copa, no es extraño ver tiroteos o sufrirlos, los camareros son droides y todo está muy automatizado, se necesita un chip de créditos para casi todos los servicios, afortunadamente 99 tenía uno, desafortunadamente tras aquella bebida sólo le quedaban cinco créditos. Desde su asiento puede ver a varios twi'leks, miran hacia ninguna parte, aparentemente, pero Teaa sabe bien que tratan de observar de forma discreta, es Mission, no ha tenido el placer de hablar con ella pero sabe que es una de las twi'leks más jovenes y hermosas que haya visto jamás, ¿el problema? un gigantesco wookie con malas pulgas (y cierto olor...extraño...) no la abandona por nada del mundo. En los últimos días le has visto arrancar miembros a un par de humanos entrometidos, e incluso hacer huir con sus gruñidos a un par de cazarrecompensas, no es alguien al que se pueda tomar a la ligera.

  El bloqueo te impide salir del planeta y estás sin blanca, puede que dada la situación...buscar trabajo en una banda de swoop, dedicarse al pazaak (aunque no tiene baraja), apostar en las carreras o echarle el guante a una buena cartera en la ciudad alta, sean perfectas alternativas para que, en cuanto tenga la oportunidad se largue del aburrido Taris, aunque quizás ir buscando un piloto o una nave...no estaría de más.

   Las puertas permanecen cerradas y sabe que un gorila custodia la entrada, lo burló con facilidad pero será mejor que no se de cuenta de que ha entrado, asique si sale deberá hacerlo con cautela.  

    Hacía varios meses que el wookie se encontraba en Taris, puede que planeando su siguiente paso en la inmensa galaxia, estudiando nuevos planetas en los que contemplar cosas nuevas o quizás conseguir u buen trabajo como técnico, aunque conseguir los credenciales necesarios era dificil debido a una nueva corporación de comercio llamaza cerka o de cerca o zcerka o algo así..., Taris era un lugar aburrido, más la ciudad alta. Como sabía se trata de un planeta ciudad con mucha importancia y por lo que había podido averiguar incluso tenía su propia academia jedi, universidades y varios emporios de droides, pero a decir verdad se echaba de menos el sonido de la selva de kashyyyk y el aire que allí se respiraba, los rascacielos no podían compararse a los inmensos árboles de su planeta natal.  La ciudad se divide en tres subniveles, y no tardó en aprenderlo, no le quedaba otra si quería sobrevivir allí, en la ciudad alta, como comunmente se llama, viven los nobles y algunos comerciantes, desde que los sith establecieron su nuevo gobierno en el planeta sólo se permite el paso a humanos y todas las demás razas tienen el acceso vedado, aunque hay algunos privilegiados twi'leks, algunos esclavos o refugiados, que son tolerados, trabajó allí un tiempo a cargo de un pequeño negocio de droides, reparando y construyendo, no pagaban mal, pero no pudo quedarse. La presencia militar es cada vez mayor y las autoridades de Taris tienen menor fuerza aunque si la suficiente como para detectar a un wookie peligroso y hacer que regrese a casa o muera como esclavo. Por otro lado...no sería del todo malo, ya que almenos podría escapar. Desde hace tres días existe un bloqueo que impide la entrada y salida de ninguna nave sobre Taris, esto está afectando a los comerciantes y se nota en sus carteras que apenas portan créditos, ya nadie puede reparar un droide y los pocos trabajos que salen son de reparación o modificación de armas o swoops. Todas las salidas posibles de allí se encuentran en la ciudad alta, es el único lugar con hangares que no supongan una muerte casi segura. En la ciudad alta hay una cantina, está bien para sacar tajada, pero dada la presencia militar y la situación de Taris, no es buena idea pulular por ahí.

   En segundo lugar la ciudad baja representa la cruda realidad de la riqueza del planeta, no hay seguridad, no almenos para alguien que no sepa como cuidar de si mismo, hay muchas bandas, entre ellas dos bastante fuertes, son bandas de swoop, las swoop son unas motos a reacción con las que se suele competir, Taris tiene su propio circuito y es uno de los más reconocidos de la galaxia debido a su dificultad, han sido varios los héroes de dicho "deporte" que han comenzado o terminado su carrera allí, aunque como no podía ser de otra forma últimamente estan de capa caida y más con la constante inestabilidad que el ejercito sith ha creado. La ciudad baja es una anarquía donde...o estás con alguna banda que garantice tu protección, aunque sólo los Vulkars negros o los Beks ocultos podrían hacer tal cosa, o pasas desapercivido y sin meterte en problemas, y lo segundo resulta realmente complicado. sin embargo es mucho mejor que la superficie, al no entenderte te han dejado bastante en paz...nadie quiere problemas con un terrorifico wookie. La superficie del planeta es un lugar enfermizo y salvaje donde se encuentran los desechos de los otros subniveles, adentrarse allí es de locos, existe una enfermedad que mata...o algo peor...a todos los que bajan, aunque hay rumores de que hay supervivientes, exiliados o expulsados de la ciudad alta o la baja, condenados a la probeza, la muerte y el olvido. El acceso se hace mediante ascensor, y no hay otra manera, salvo quizás precipitarse desde el cielo...que es precisamente lo que han hecho las capsulas de emergencia de una flota de la república, ahora los sith están agitados y tratan de conquistar la superficie y parte de la ciudad baja, las bandas de swoop luchan por su derecho a gobernar la misma y los habitantes de la superficie...quien sabe, quizás traten de extender su enfermedad a todo Taris por venganza.

   Mientras todo aquello sucedía, y mientras la mayoría buscaba aquellas capsulas, quien sabe porqué, el wookie disfrutaba de su bebida en la sala principal de la cantina.

  Aquí se reune gente peligrosa, pero también alienigenas que tienen vedada la entrada a la ciudad alta, Ithorianos, sullustianos, twi'leks y otros encuentran allí, junto a muchos humanos un lugar donde liberar tensiones jugando una partida de pazaak, viendo las carreras de swoop o tomando una copa, no es extraño ver tiroteos o sufrirlos, los camareros son droides y todo está muy automatizado, se necesita un chip de créditos para casi todos los servicios, afortunadamente tenías uno, desafortunadamente tras aquella bebida sólo le quedaban quince créditos. Desde su asiento puede ver a varios twi'leks, miran hacia ninguna parte, aparentemente, pero sabe bien que tratan de observar de forma discreta, es Mission, no ha tenido el placer de hablar con ella pero sabe que es una de las twi'leks más jovenes y hermosas que haya visto jamás, ¿el problema? estás demasiado cerca y creen que la defenderias si la atacan o la fuerzan sospechas que se ha colocado cerca por ese fin, sabes que es inofensiva y que nadie se atreverá a molestaros. En los últimos días has tenido que hacerte valer, has dado unas cuantas palizas y has roto unas cuantas armas con tu fuerza bruta, eres respetado.

  El bloqueo te impide salir del planeta y estás sin blanca, puede que dada la situación...buscar trabajo en una banda de swoop, dedicarse al pazaak (aunque no tienes baraja), apostar en las carreras o buscar alguien que necesite reparar algo en la ciudad alta, sean perfectas alternativas para que, en cuanto tenga la oportunidad se largue del aburrido Taris, aunque quizás ir buscando un piloto o una nave...no estaría de más, lo primero es secundario ya que..tienes ciertas nociones de pilotaje.

   Las puertas permanecen cerradas y sabe que un gorila custodia la entrada, no se atrevería a mirarte...ese rodiano sabe bien que puedes cargartelo de un solo golpe.

El wookie apuró el vaso y se quedó mirando el fondo durante unos segundos que le parecieron eternos

¿Cómo he llegado a este vertedero...? Un maldito dia pierdes la cabeza y... -Suspiró- y... Kashyyyk se libra de un descerebrado en potencia... si es que por más vueltas que le de, me lo tengo ganado a pulso. Hiciera lo que hiciera, no fue excusa para que me rebajara a su nivel, a usar las garras... No se puede luchar con las garras, es animalesco, y alguien de mi... linaje no puede dar la espalda a las leyes de Kashyyyk

Mawikku se miró la zarpa derecha, y cuando la dejó en la mesa, repiqueteó las garras y miró de reojo a Mission, haciendo un gesto de saludo con la cabeza y volviendo a mirar el vaso.

Al cuerno... ¡este sitio apesta! Ya era bastante mala la ciudad Alta, sin nada de vegetación, ni fauna, ni nada que se le parezca, pero es que la ciudad Baja es AÚN PEOR!!

El hocico de Mawikku se frunció con amargura

No se da cuenta un wookie de lo único que es Kashyyyk hasta que lo pierde... maldita sea, y encima EMPEORA con esos Sith xenófobos y cabeza cuadrada, van a conseguir que aqui abajo la gente de muera de hambre...!
Hay que salir de aqui antes de que escasee la comida o enferme de esa maldita cosa que sufren los de abajo, pero con el bloqueo...

Hmm... podría ganarme la confianza de alguno de los de arriba, para ser de las pocas excepciones, pero no tengo ganas de que un dia no atiendan a razones... porque si no... ¿Qué otra me queda?

Casi como si su instinto girase su cabizbaja cabeza, ésta se hiró hacia la bola de sebo hutt.

No me jodas.... que va a ser ese el unico que pueda ayudarme...? Una cosa es no ser trigo limpio, pero este es directamente trigo podrido.

Resopló y se levantó de la silla, ajustándose el cinturón y colgando la ballesta en su sitio. Echó una mirada a la chavala twi'lek y la saludó con la mano al pasar junto a ella. No le molestaba que buscase su protección, mientras no le involucrase directamente. Al fin y al cabo el temor que inspiraba y qe se habia visto obligado a reforzar, serviria de algo a alguien más que parecía inofensiva. Lo parecía.

Se acercó al hutt y sus secuaces, tratando de mantener porte intimidatorio, pero sin hacer ningún gesto agresivo, tan solo caminar bien erguido, por así decir. Al llegar, habló en su propia lengua. Aquello era siempre un problema al que se estaba acostumbrando...

Ggraañññ  ¿WaaAAaaaOoOOoaaahhh?....

   El wookie terminó su copa, se puso en pie, ajusto su ballesta a la espalda y se aferró al cinturón con ambas garras, miro a los lados, y alzó la mano sin gruñir para hacerle saber algo a Mission, aunque parecía un simple saludo. Había permanecido unos minutos, después determinarse su copa, observando el fondo vacio, no parecía estar feliz, pero no se podría decir que nadie en la ciudad lo estuviera.

   Sus pasos eran seguros, y no caminaba demasiado encorbado, la gente se apartaba a su paso y la twi'lek sólo miró contestando con la mano alzada y centrandose en su bebida, sus ojos bailaban entre los extremos analizando la situación, lejos del wookie era una presa fácil, igual que 99. Éste se dirigió a la sala en la que se encontraba Zax y los cazarrecompensas, puede que tuviese tratos con él, alguna cuenta pendiente o simplemente quisiera hacer dinero entregando a algún moroso...

   Dos de los twi'leks que estaban tan interesados en Mission borraron aquella faceta y...le siguieron.

   El droide se agitó moviendo los brazos y avanzando un paso, quizás para interponerse entre el amenazante wookie y el gran Hutt, estaba algo destartalado y era igual que todos los que iban por la ciudad alta, los sith habían estado haciendo la propaganda de su nuevo gobierno con ellos, daban información muy limitada sobre los sith. El modelo era el mismo, pero las funciones eran diferentes, Mawikku sabía que tenía instalado un paquete de traducción y otro de habilidades, este último en el brazo izquierdo, también llevaba un escudo para droides en la carcasa y no sería extraño que tuviese algún arma aunque si la tenía estaba muy biene scondida.

  El hutt era...grotesco, y era algo que nunca le importaría a un droide con aquella programación, saludó con una especie de metálica reverencia y su voz informatizada le hizo saber como se encontraba la situación tanto al Hutt como al wookie.

  - Amo, éste individuo le desea una buena tarde y se interesa por la necesidad o no de un interprete para que le entienda, oh su magnificencia. - Al hacerlo, el wookie ya habría conseguido la respuesta, si lo necesitaba, y era el propio droide que le acompañaba tan "timidamente", un alivio pues Miwikku tampoco entendía el horroroso lenguaje Hutt.

- Watagabanarata....wookie bunta lanayalaba uhmna grim na, lac choba. - Respondió energicamente, combulsionandose su pecho grasiento y sus manos, con cierto esfuerzo como si sus músculos no le permitiesen mover tal cantidad de sebo, golpeó la espalda del droide, que se adelantó y giró sobre si mismo de forma cómica, un golpe casi doloroso que lo dejó confuso e hizo que las luces de sus ojos parpadeasen.

 - Lucca...basca!

 No podía darse el lujo de gesticular demasiado, pero lo intentaba, miraba al wookie con curiosidad.

- El excelentisimo Zax el Hutt - dijo recuperando la voz con altibajos tras el golpe, a duras penas manteniendo el equilibrio - exige que se le de un mejor trato, y se pregunta porqué debería hablar con alguien como usted. Con...con...- el droide dudaba como si añadiese cosas de su propia programación - con todo el respeto que merece su raza y sus capacidades para amputar miembros en seres orgánicos, señor.

  Hizo una pausa, miró al Hutt como buscando permiso para continuar, este amenazó con volver a golpearle y el droide prosiguió con cierta normalidad.

 - Mi poderoso amo está muy ocupado y no está aquí para responder preguntas banales, Se preguntaba ¿Qué le ha llevado a molestarle?

 La cabeza del droide se ladeó ligeramente, espectante.

 El excelentisimo Zax el Hutt exige que se le de un mejor trato, y se pregunta porqué debería hablar con alguien como usted.

¿Cómo pueden hacerse respetar esas... ¿Cosas? Cualquiera podría matarlos con... Joder, si no haria falta hacer nada, solo dejar de darles de comer. Mi olfato me dice que voy a arrepentirme de hacer tratos con esta cosa...

 Con...con... con todo el respeto que merece su raza y sus capacidades para amputar miembros en seres orgánicos, señor.

¿Capacidades para amputar miembros? Droide imbécil, ni que fuera un deporte wookie o algo así. Como si necesitara amputar brazos para hacerme respetar... Bah, no merece la pena ni explicárselo. Además, tampoco conviene explicar que no me apasiona arrancar brazos, mejor que crean lo contrario.

 Mi poderoso amo está muy ocupado y no está aquí para responder preguntas banales, Se preguntaba ¿Qué le ha llevado a molestarle?

Poderoso... le iba a enseñar a esa cosa lo que es el poder... si fuera el jefe de mi clan, a falta de mi padre
El wookie arrugó la nariz, aquél recuerdo lo torturaba a menudo, demasiado a menudo, tan pronto como surgía una ocasión de pensar en ello... y lo atormentaba. No podia dejar que aquel suceso le afectara por siempre, eso lo sabía, pero una cosa era el dicho... y otra el hecho.

A ver... ¿Cómo se lo digo lo bastante 'respetuosamente'...?  Sonrió un poco mientras se frotaba los bigotes, para disimular Si por mi fuera, un escupitajo seria una muestra de respeto.

Carraspeó como si se pusiera serio y habló.
Veamos... un poco de tira y afloja... si puedo, no me bajaré los pantalones. Al fin y al cabo "doy miedo", y todo eso... y por lo visto un poco de halago no irá mal.

WooOoooOOoaaAAaaa gruaaAAAaaaññññrrr ñiiAaaAAaaaaaaa... Grioñññrruñññññ WoooaaaauuUUUuuuuuaaaAAAAaaaaaa

-Hmph... no puede ser- masculla 99 tras comprobar un par de veces que el contenido de su alargado vaso sigue tan vacío como hace cinco minutos. Entonces lo deja con un golpe seco sobre el mostrador, entre mosqueada y resignada, saca su tarjeta de uno de sus amplios y recosidos bolsillos... saldo cero. Saca otra... lo mismo, y así con hasta cuatro tarjetas distintas, ninguna de su propiedad. La última y la única guardada a buen recaudo posee algo de fondo, pero insuficiente incluso para alimentar una rata. ¡Menudo día le esperaba!

Se levanta entonces de su taburete farfullando alguna que otra maldición más, colocándose bien la raída y desgastada capa para aprovechar el momento y mirar a su alrededor con disimulo.
No parece haber nadie con el que poder establecer negocios o tratos que no impliquen muertos, y la verdad es que eso no acaba de gustarle demasiado... aunque quizá si podría arriesgar sus últimos créditos en alguna apuesta. No tiene mucho que perder.

Se acerca a uno de los muchos monitores del lugar y se concentra en las imágenes por un momento. La verdad es que no tiene demasiada idea de carreras así que...
Es en ese momento cuando distingue al wookie moviéndose, como para no verlo, y arquea una ceja visiblemente. Al parecer la cosa puede ponerse interesante.

Por un segundo duda en avisar a la twi'lek, pero probablemente a la bonita "tentaculoide" poco le importa el estado de su, probablemente, guardaespaldas, y ella aprovechará los restos para quedarse su ballesta... o bueno, lo que pueda, hay que estar atentos.
Así pues, cuando la pareja de hombres se dirigen hacia la enorme mole de pelos, 99 les sigue a una distancia prudencial, pasando desapercibida entre la multitud de truhanes de la cantina y sus sombras para escoger una buena posición que le permita presenciar el posible "espectáculo". O al menos eso espera, la mañana se presenta muy aburrida...

- HaHAHAHAHAHA...hahaha....- Su cuerpo tembló riendo, era tal la fuerza de su garganta al hacerlo que resonó en toda la sala, algunos cazarrecompensas y un par de twilek's, un varón y una mujer, se dieron la vuelta para estar atentos a los sucesos que estaban por pasar, había oido gruñir al wookie en aquello que parecía un idioma pero aquella ya fue demasiado. La risa no necesito de traducción por parte del droide de protocolo que se encontraba junto a Zax el Hutt.

  - Duwanabanda lanauga chureideron womgrat. Di gamna tulka, Huttue solene. HahahahaHAHAHA. - quizás ante tal espectaculo dos varones más a espaldas del wookie se sumaron a la congregación, observaban y cuchicheaban entre ellos, moviendo sus lekku* discretamente. Iban armados, cada uno, almenos, con una pistola blaster de mano, no parecían muy peligrosos pero si algo desesperados. Sus ojos eran grandes y estaban fijos en Mawikku aunque éste, no tenía forma de saberlo.

  Un rodiano con aspecto despistado observaba distraído en una de las esquinas de aquella gran habitación, vestía como un piloto de swoop y llevaba un blaster enfundado bajo su diestra.

  El droide se apartó para no ser golpeado por el Hutt de nuevo y se dispuso a traducir al wookie la respuesta de su amo.

- Su ilustrisima personalidad no ve como podría alguien como usted contribuir a sus deseos, y le hace saber que lo que pide es imposible, no para un ser superior como el Gran Zax el Hutt pero si para alguien de su nivel. - Y podía intuir que quizás lo que estuviese diciendo era una traducción amable evitando las mismas risas.

  Zax no volvió a hablar, sin embargo, el droide tomó la iniciativa que, sin duda, tenía programada en casos como aquel para atender peticiones como aquellas. Puede, de otra forma, que las últimas palabras del Hutt fuesen una orden expresa para que así lo hiciera.

  Separó los brazos y balanceó su cuerpo para asegurarse una posición alejada de Zax y del wookie, fuera o no un ser inorgánico no tenía bases de datos que conformaran los beneficios de quedarse sin parte de sus funciones físicas a través de una amenaza hostil o una acción de cólera, estaba acostumbrado, si es que un droide puede estarlo, a tratar con gentuza.

  - Me temo que abandonar el planeta con el bloqueo Sith es demasiado complicado, pero el Gran Zax el Hutt le ofrece la oportunidad que le da a todos, ganarse un nombre y sufcientes beneficios como para tomar el primer transporte viable cuando esto sea posible.

   Si así lo desea puedo mostrarle las recompensas por la cabeza de ciertos seres orgánicos.

 Ahora todos los de aquella sala debían saber que es lo que buscaba aquel wookie, no tardaron en afinar el oido y desviar la vista a sus propios asuntos, pero quizás fuese demasiado tarde para no manchar su imagen o contribuir a que fuese aún más respetado o temido. El droide se quedó esperando, Zax ignoraba al wookie, aunque con su diestra, a duras penas hacía un movimiento que le instaba a alejarse con el droide.