Partida Rol por web

Un dia mas abristeis los ojos, los tres en la misma celda minuscula, fria, humeda y mugrienta. Aun asi podiais sentiros afortunados. Teniais un baño en lugar de un cubo, un colchon y la puerta de la celda no se abria por la noche como solia pasar en otras.

Los guardias le llamaban accidentes pero era conocido que les pagaban para dejar algunas celdas abiertas. Cada mañana os despertabais con la noticia de un nuevo accidente, una paliza, una muerte o simplemente veiais a alguien en el patio incapaz de sentarse.

Apesar de lo apretados, en vuestra celda erais pocos. En la mayoria arrancaban las camas para meter mas presos y dormian apiñados en el suelo, siete u ocho tios.

Aquella misma mañana llegaron catorce nuevos pero no metieron a ninguno con vosotros. Los repartieron en el resto de celdas, lo cual comenzaba a oleros peor que las cañerias por la noche. Era un claro trato de favor que ninguno habia pedido pero imaginabais que tendriais que pagar por el, tarde o temprano.

Para colmo, los guardias os miraban como monos de feria, cuchicheaban y se reian entre si pero no os tocaban, ni un golpe, ni una bofetada...

Pese a lo reducida de la estancia, no se sentía mal, estaba casi casi como en casa. Tenía experiencia en eso, así que se sentó al otro extremo del cagadero, con el culo bien apoyado en el suelo, y sin apoyar la espalda en las rejas, sino contra la pared, para que no se la "clavaran" por la espalda.

Poco a poco empezó a extrañarse de lo cómodos que estaban, que no hubiese problemas, y que incluso, pudiera dormir un poco.

Sin mucho que hacer, estudiaba a sus compañeros, pero no quiso hablar hasta que las habladurías de los guardias fue evidente.

-¿Es solo a mi, o esto huele mal?

Inquirió, con la voz rasposa y medio ronca, por no usar la voz desde hace bastante. Lo cierto es que Travis pecaba de ingenuo muchas veces, pero aquello se llevaba la palma, si hasta él se había dado cuenta sus compañeros seguramente desde mucho antes.

un joven hombre se sienta en contra una pared, estira un poco su espalda y mira a su alrededor, es casi como si despertara de un sueño y cayera en una pesadilla,es claro que no ha dormido mucho, tal vez pensativo en el raro proceder de la guardia, o el simple sentido común de dormir en un antro donde te pueden atacar, matar o incluso cosas peores.
mira al reo que hablo,

es raro, que esos malditos nos traten tan bien, pero es la primera vez que logro dormir con las piernas extendidas en meses.
mira con atencion a la reja como si esperace que alguien entrace a asesinar a los presentes.

tendremos que andarnos con cuidado, estos bastardos degenerados están planeado algo.

Bill Shermann contemplaba la escena con indiferencia. Estaba sentado en la camilla, con el torso flexionado hacia delante, y el rostro semi-oculto por las manos. Las quejas de sus compañeros de celda no le sorprendían: todo aquello olía a podrido. Bill había oído unas cuantas historias desagradables sobre ese tema cuando aún era policía, e incluso se las había contado a algún idiota al que había tenido que acojonar antes de sacarle un buen puñado de información.

Al oir las palabras del segundo de sus compañeros, sin embargo, no pudo evitar sonreir.

- Claro muchacho. - replicó - Será mejor que tengas preparado el rollo de papel higiénico, podrías necesitarlo en cualquier momento.

Bill se resignaba. Si querían joderles, les joderían: eso estaba claro. Sólo esperaba que aquella broma macabra acabase rápido... y de forma poco dolorosa.

Sonrió. A veces, incluso él parecía un puto novato.

Escuchasteis pasos avanzando por el pasillo. Pasos seguros, de zapatos, no de las pesadas botas de los carceleros que tanto gustaban de marcar en las caras de vuestros desgraciados compañeros.

- Buenos dias señores.- os dijo un hombre, vestido con un traje negro a medida. Ropa cara y colonia aun mas cara. No era un abogado era un tio muy importante, con muchos creditos en su cuenta.

- Me llamo Patrik Lambert, represento a la cadena de television mas importante del mundo, la cual acaba de comprarles a ustedes para un nuevo programa. Deben sentirse afortunados, señores, van a ser estrellas de la pequeña pantalla.

Bill alzó la vista, con una mezcla de aburrimiento y asco. Así que es eso.

Seguramente la cadena habría querido que sus recién adquiridos artículos llegasen en buen estado, aunque dios sabría porqué. Sin duda les esperaba toda una serie de burdas humillaciones con las que entretener a la población, distrayéndola de la realidad de su esclavitud cada vez más evidente. Las palabras de aquel tipo sólo ponían de manifiesto lo que ya nadie se molestaba en ocultar. Habéis sido comprados. Ni que fuésemos ganado.

- ¿Afortunados? - contestó Bill - Lo dudo mucho. No me interesa.

Replicó con desdén, y apartó la vista del tipo perfumado. Le apetecía partirle la cara, pero dudaba que fuese buena idea.

Todas sus preguntas fueron respondidas por aquel hombre, y de nuevo, se sintió esclavo. Miró a Bill y negó con la cabeza, bajándola luego, derrotado.

-Supongo que ahora va a explicarnos en qué consistirá ¿no? aunque tengamos que hacerlo igualmente.

Antes ni se le habría pasado por la cabeza preguntar, simplemente, lo hacía, y punto, pero se había acostumbrado a la libertad.

Travis apoyó la coronilla en la pared y miró de reojo a Patrick Lambert.

- Es un espectaculo al mas puro estilo de un circo romano, pruebas de habilidad, combates y todo tipo de eventos.- comento el hombre pasando la vista por todos vosotros.- Naturalmente con un toque moderno. Seran los gladiadores del siglo 24, seran adorados por los niños, deseados por las mujeres y envidiados por los varones.- Aseguro.

- Veran, la cadena premiara sus esfuerzos con creditos y con estos podran pagar su libertad. La cadena esta dispuesta a darles extras para motivarles... ademas tendran por compañeras dos hermosas mujeres.

Travis sonrió y negó con la cabeza.

-Señor Lambert, lo explicas muy bien, sabes como vender una idea. Pero la pega es que todos los que estamos aquí vamos a morir allí abajo...

Recapacitó sobre lo que había dicho. Si. Iban a morir delante de las camaras, tal vez era mejor morir allí, que morir en prisión o en la calle. Si se salvaba, algo poco probable, podría conseguir créditos suficientes como para no morir de hambre, aparte de su libertad.

Resopló nuevamente.

-Ya nos has comprado, pero si no fuera así, te diría que yo voy.

- Vendria de igual modo pero su estancia seria mas... complicada.- dijo con una sonrisa cinica.- Tener una buena actitud les concedera mejoras en su vida que no tendran aqui pero si son tan pateticos que nisiquiera se esfuerzan, su vida sera corta y extremadamente dolorosa.

- Dentro de unas horas pasaran a recogerles, espero que reflexionen.

los ojos de jake parecen un par de platos, de alguna manera su mente no da crédito a lo que escucha, de todas las posibles cárceles, de todas las posibles celdas, BINGO una oportunidad clara, con un poco de suerte podría escapar de este basurero un poco antes.

el joven levanta el rostro, suena como un gran problema, y estos son generalmente los mas divertidos, respondame una pregunta señor vendedor, como compro mi libertad con esas ultima palabras su mirada proyecta decisión es casi como si le ofreciesen la cura a un enfermo terminal.

- Como todo, señor, con creditos. Cuando ganen un combate, cuando de den un buen espectaculo, cuando la gente les apoye.... ganaran creditos en su cuenta. Llege a la cifra necesaria y sera libre de irse.- respondio Lambert como si aquello fuera tan sencillo.- Ademas la cadena suele conceder pequeño premios a quienes dan mas audiencia, con un poco de esfuerzo e imaginacion lo lograran facilmente.

Travis escuchó atentamente y asintió despacio. Seguro que había trampa, como en todo, pero era a lo mejor que podían aspirar.

-¿Habrán más luchadores o será entre nosotros?

Dijo, levantando el mentón, dando a entender que se refiere a sus dos compañeros.

Ustedes seran un equipo, algunas veces habra luchas individuales o mixtas, dependiendo del interes del publico en ver un combate u otro pero deben saber que se esta preparandon varios equipos mas.- dijo sin querer especificar nada concreto.

Patrik miro su reloj, el mas caro del mercado. Valia mas que todas vuestras vidas juntas.- Tengo que ireme señores, pronto vendran a por ustedes.- dijo y sin mas se marcho.

Las horas pasaron sin que apareciera nadie... se hizo de noche.... Comenzasteis a tener sueño y os preparasteis para dormir. Posiblemente "pronto" se refiriera a unos dias.

Tuvo mucho tiempo para pensar. No dijo nada más en unas horas. Seguía sentado en el suelo hasta que empezó a anochecer y se marchó a la cama. Se sentía como un esclavo, si, pero con un esclavo que tenía oportunidades, tal vez, de hacer fortuna y comprar su libertad, y salir con créditos y fama a la calle. Era una opción a valorar.

Sus ojos se le fueron cerrando..y todo se volvió oscuro.

De madrugada, un foco potente de luz os hizo abrir los ojos cegandoos dolorosamente.

- ¡Arriba, reclutas!.- gruño un hombre enfadado.

Alguien entro en la celda y os esposo las manos a la espalda. Os empujaron por el pasillo hasta las duchas como a ganado.

Vuestros ojos se aconstumbraron a la luz y viste al dueño de los gritos. Iba acompañado de una docena de tipos uniformados, con la cara tapada por cascos negros que os rodeaban y empujaban constantemente.

Esos tipos os arrancaron la ropa sin miramientos y os tiraron a las duchas para suministraros un buen manguerazo a presion. El agua helada golpeo vuestra piel sin compasion con tal fuerza que os tiro al suelo brutalmente. Eso no les hizo parar, os dedicaron una gran cantidad de agua, hasta que quedasteis adoloridos, medio congelados y empapados. 

Despues os levantaron y subieron a en camillas, atandoos a ellas para que no pudierais moveros, donde eliminaron con una luz de laser GBH cada folinculo de vello que tenias de cuello para abajo. Nunca mas volveria a crecer ningun pelo por donde esa luz pasaba.

Agradeciste el agua helada de antes porque aquella luz roja que os lamia la piel quemaba como el infierno. Todo el cuerpo, de barbilla para abajo, se os quedo enrojecido e hipersensible, en especial la zona mas delicada de vuestra anatomia.

El hombre que estaba al mando os tiro un uniforme, un mono negro con una cremallera hasta el cuello.-Ponteros esto reclutas o la piel se te caera a tiras.- gruño tras soltarte las manos.- Sin tonterias a menos que querais que convierta vuestros culos en entradas del metro.
 

Aun estaba atontado por el sueño cuando irrumpieron, se incorporó y se resistió, pero se llevó un buen golpe y le esposaron.

-¿¿Que coño pasa?? ¿¿quienes sois??

Trató de preguntar, pero no hubo respuesta, solo le arrastraron con brutalidad, mientras trataba de frenarse, sin éxito, con los talones.

Le arrojaron a una ducha y recibió un golpe de algo duro...solo cuando notó la humedad, supo que era agua, le arrojaron al suelo y trató de taparse la cara para evitar los golpes ahí, mientras el agua aporreaba inmisericorde el resto de su cuerpo. Dolorido, y gimoteante, le arrastraron hasta una camilla y le subieron a la fuerza..Travis miró hacia ambos lados, respirando agitado, nervioso. Luego vino la depilación, apretó los dientes por el dolor y cerró los ojos, dolía bastante, pero ya le habían hecho algo parecido antes, pero no permanente.

Cuando pudo soltarse, estaba seminclinado, tiritando de frío, le costaba mantenerse en pie, y sus fuerzas se le iban por momentos, hasta que le tiraron el traje, levantó la mirada y respiró agitado. Se lo puso rápido, pero torpemente, por el frío y el dolor reciente de la depilación.

No protestó. Hizo lo que dijeron que hiciera y no protestó.

que maldita noche, la recuerdo como si fuera ayer, (momento de hecho fue anoche...) este sujeto nos vende la idea de ganar nustra libertad a costa de entretener a los que pueden pagar por televison, luego un anoche de perras, rebanandome los sesos pensando en que podia aguardarme, estaba tan ido que solo el egrito uno de mis compañeros de celda me desperto.

Cita:

era mas que obvio nuestros nuevos carceleros habían llegado, supongo que la gentileza no es un a de sus virtudes, pero por dios no era la primera vez, cuando se hacen visitas frecuentes un baño a la fuerza no es cosa rara, sin embargo lo del láser si fue nuevo y desgraciadamente doloroso.

estaba tambaleante, confundido y muy cansado pero no soy idiota esta gente quiere un show, así que no creo que nos maten rápidamente.

trato de incorporarme tembloroso aun me visto como puedo, y mientras lo hago miro a mi alrededor quiero saber donde estoy.

Bill miró con desagrado los monos que les habían lanzado. Todo había sucedido tan rápido que apenas había tenido tiempo de reflexionar.

Formar un equipo... ¿con este par de inútiles?

Era lo único que le pasaba por la cabeza. La ducha fría y la brutal depilación le habían dejado aturdido, atontado.

La noche anterior se la había pasado reflexionando, mascando lentamente el futuro absurdo que le deparaba. Después de años luchando contra aquella maquinaria que adormecía cada día más a la gente, se había convertido de la noche a la mañana en un payaso a su servicio. Sospechaba que miles de personas verían aquel show: sus exmujeres, sus dos hijos... y los hijos de puta que le habían metido en chirona.

Se sonrió. Sí, aquello era lo peor, una traición en toda regla a los valores por los que había luchado siempre. Pero no tenía opciones, y lo había sabido desde el momento en que le habían encerrado. Era una persona contra la fuerza de un océano, pero aún podía hacer algo. Algo que había estado mascando desde hacía meses. Y sólo necesitaba meterse unos cuantos créditos en el bolsillo... si es que aquel par de monos eran capaces de algo.

Bill miró al instructor un instante, mientras mascaba el grito. No rechistó. Con la cara de maricón que tienes, no voy a darte una excusa, pensó, mientras extendía los dedos hacia el mono que le habían lanzado, y se lo colocaba despacio...