Partida Rol por web

Cadenas de Libertad (Privada)

Prólogo. Cadenas

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26/10/2023, 19:04
Máster

 

     Los rayos de luz de un atardecer sangriento deslumbraban la embotada visión de Jackeline, mientras esta era empujada y abucheada en su paseo de la vergüenza por el camino principal del pueblo. Caían desde las ventanas de las casas a sendos costados del camino vasos de tinaja y vegetales podridos, así como de la turba de más de un centenar de personas que delineaban la senda de barro y sangre hasta su inexorable final.

     Allí, encadenada por las muñecas, se veía arrastrada junto a su tripulación a un viaje solo de ida hasta la silueta a contra luz de una compleja estructura  alzada a los cielos llena de sogas, mientras soldados de la Royal Navy le proferían algún que otro culatazo en el costado; o disparando allí mismo a uno de sus compañeros, Philip, un hombre regordete sin un ojo en un intento de escapar… dejando que la turba de “personas” lo rematara a patadas.

     Jackeline escuchó como sus huesos se rompían uno a uno, lo escuchó al pasar cerca, siendo apuntada por los soldados en una clara señal de “ni lo pienses”.

     ¿Y esa gentuza llamaban diablos y demonios a los piratas? ¿Así iba a acabar su historia? ¿!En manos de estos desgraciados hipócritas?!

     No podía pensar con claridad, los golpes en la cabeza solían producir ese efecto. Todo pasó muy deprisa…

     Una repentina emboscada marítima de la Royal Navy apenas habían dejado atrás puerto. Galeones de su majestad contra una pequeña fragata de apenas veinte piratas. La velocidad del navío no sirvió de nada ante el repentino ataque, como si el mismísimo Davy Jones permitiera a los marines esconder sus barcos debajo del agua para emerger en el momento propicio.

     Lo peor fue cuando la propia Jackeline iba a realizar tiros de cañón en defensa del fuego enemigo.

     Y comprobó que todos estaban saboteados.

     Traición…

     —Pobre Jack— dijo una voz cercana—, te han dado una buena… eso te pasa por no dejar de luchar cuando incluso nuestro patético Capitán se había rendido.

     María. Formaba parte de la misma tripulación de Jackeline, una mujer hermosa de ojos verdes y piel morena cuya figura era especialmente remarcada ante el uso de un corsel de cuero y unos pantalones ceñidos. Su acento español se remarcaba en su inglés fluido.

    Salió de entre la turba como si nada, caminando despreocupadamente cerca de Jackeline, acercándosele con una extraña y sensual elegancia.

     —Jack… pobre Jack— clamó arrastrando pesada y burlonamente las palabras—… la Era de los Piratas llega a su fin, ¿Dónde esta la épica y el supuesto honor al morir estúpidamente junto al bando perdedor?—miró en la lejanía, a aquella silueta mortal cada vez más cercana. Se le acercó al oído, mordiéndoselo—; aliarse con el vencedor siempre es el mejor negocio.

     Jack… sí, así lo llamaban. Para el mundo, ella era él.

    Una mujer disfrazada de hombre, una mujer brava como la mar y libre como el canto del viento, aquella que hizo temblar los reinos del mismísimo Poseidón, la pirata más legendaria de todos los tiempos.

    La llamaban Jack, pero su nombre era Jackeline. Y esta es su historia.

                                   

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26/10/2023, 22:36
Jacqueline Jones

"Maldita sea mi estampa" pensó fastidiada Jackie,tras recibir el decimoquinto golpe en las costillas que el corsé que aplanaba los pechos no había amortiguado.

Su mala idea se había incrementado al ver la cobardía de su Capitán y la grosería de sus blasfemias iban in crescendo, conforme la rabia amenazaba con estallar. Le faltaba poco para reventar ante el comentario de María, esa mujer ante la que todos los grumetes sucumbían, por la que el vigía del palo mayor, tenía siempre su vela a media asta y por la que el capitán, pasaba noches tórridas de insomnio. Ella, la que podía mostrar una porción generosa de pecho en los escotes indecentes que portaba y quien se inclinaba demasiado al baldear la proa.

Sujetada por los brazos y con las botas arrastrando por el adoquinado irregular, lleno de mugre, aguas fecales y bosta de caballo reseca, me resistí, rezando por que el gorro y el vendaje del pecho se mantuvieran discretamente en su sitio.

 

- Traidora - mascullé entre dientes ante la mera idea de cambiarme al bando que nos había oprimido a mí y a mi familia por tantos años.

Vi ondear a mi tío como una bandera ante la horca. Por piratería

Vi ondear a mi hermano, como otra bandera ante la horca. Por piratería

Vi ondear al hombre que amaba, como una bandera raída al aire. Por piratería.

Y a este paso, me vería ondear a mí misma, como un trapo roñoso, o caminar por la pasarela, con un sable a la espalda. Traición o muerte y cualquiera de ambas opciones eran igual de malas.

Las ganas de esputarle en la cara eran tan grandes como las de patearle la rabadilla, pero con el labio hinchándose y restringida de movimientos, las opciones habían mermado tanto como mis posibilidades de supervivencia.

Y todo.... por piratería.

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28/10/2023, 20:53
María "Ojos de Sirena"

    Viendo conseguida su búsqueda de una reacción, María río entre dientes suspirando como si aquella mirada cargada de odio fuera un deleite para sus sentidos.

    Sin embargo, la sonrisa facinerosa se torció en un gesto de repugnancia a la velocidad en la que suceden tres parpadeos.

    —¿Te crees mejor que yo? — le dijo al oído, todavía manteniendo la cercanía. Jackeline podía oler su fragancia floral. Era de lo más pulcra, eso era una novedad para muchos piratas, algo realmente exótico —, tu habrías hecho exactamente lo mismo si te vieras contra la espada y la pared. Yo no he hecho más que sobrevivir, Jack, tú y tu estúpido idealismo… siempre has sido tan ingenuo.

   De pronto en un arrebato repentino la traidora agarró el cuello de la camisa de Jack, encarándose con él. La fila se paró en seco, cosa que al parecer no importó demasiado; tener unos segundos más para practicar el lanzamiento de objetos y el maltrato de cautivos parecía una gran alegría para los marines y pueblerinos.

   —Podrías haberte salvado— rezonjó. Estaba tan cerca que Jackeline olía su dulce aliento aderezado con la fragancia del vino especiado —, solo tenías una tarea que cumplir: ser me fiel y leal, mequetrefe. Sé reconocer la valía, y tú, alfeñique, morirás con el resto de estos parias a los que tan fielmente servías sin saber las atrocidades que cometían de puertas para dentro… incluso para ser piratas.

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30/10/2023, 22:25
Jacqueline Jones

María le sacaba de quicio casi tanto como la cobardía que había demostrado ¿Pretendía acaso que se vendiera a ella misma y al resto de la tripulación? Un capitán, o en este caso un contramaestre a bordo, responde de los suyos y sería traicionarse a sí misma, sus ideas y su gente que al igual que ella, pasearían la tabla.

- Serte leal, es ser desleal al juramento pirata - escupió entre dientes, puesto que sabía cómo se las gastaban sus secuaces y las felonías que habían cometido, tropelías en puertos y rupturas de las promesas. Pero lo peor, no era eso, sino el saber que era lealtad a su catre lo que se esperaba y el bueno de Jack o más bien, el raro de Jack, era de los pocos que no habían sucumbido a sus encantos engañosos de sirena maléfica, y terminado ahogado en el fondo de sus pozos oscuros, que tenía por ojos.

No había sido idealismo. Eso lo tenía claro. María los había vendido al mejor postor, a saber por qué promesa de riquezas o poder. De alguien así, cuya fidelidad sólo se pagaba con doblones, no era buen consejo el fiarse.

- Te pagarán un día con la misma moneda, María. El día que la profundidad de tu escote sea incapaz de comprarte la libertad - zafándose de su agarre, alertada por la posibilidad de que la apertura de esa camisola raída y gastada, dejase verla venda que cubría y disimulaba certeramente la curva de sus pechos ocultos.

El redoble seguía sonando y el impulso de la cola le hizo dar un paso inseguro hacia delante, cuando la bota pisó un charco putrefacto, que mojó el bajo del vestido de María.

- Un día te acordarás de lo que te digo, cuando la belleza ajada no te abra las camas ajenas - despreció mientras algún impulso de las cadenas, le conminaba a seguir caminando en dirección al patíbulo.

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30/10/2023, 23:29
Máster

    Las palabras hieren a menudo más hondo que las espadas, eso era una verdad inamovible cuya veracidad y fuerza cobra mayor sentido cuanto más crece una persona.

    Algunos las usan como un veneno de acción lenta en el organismo, una creciente dolencia y malestar al principio sutiles y escondidos entre piropos y un tanto de dulzura, maltratando y manipulando la psique de una alma inocente. Otras son como besos de primavera en una tarde invernal, alentando el corazón y avivando la llama de la esperanza como lo haría el discurso de un verdadero Capitán Pirata.

    Y luego estaban aquellas que Jack había lanzado a María, aquella sibilina serpiente, arpía y traidora, tan acostumbrada al oscuro lenguaje de las mentiras como las manos de un artista lo están a su pincel, que aún con todo cuanto sabía del mundo de las palabras, tuvo que dar un paso atrás.

    Las palabras de Jack eran disparos de cañón, fulminante martillo e hiriente espada en el esternón. El odio impreso en cada sílaba, la furia rugiendo en su mirada, fue demasiado incluso para aquella hermosa y podrida mujer, que vio como el olor de su alma se transmitía a su ahora ropa sucia y con olor a meado y detritos fecales.

    Pareció que fuera a decir algo… pero no hubo nada. Apretó los puños, la boca, frunció el ceño, y dejó a Jack avanzar antes de que un soldado pensara darle algún otro golpe a traición.

    La fortuna sonrió a Jackeline al menos una última vez. Esa mirada aterrorizada, ver a esa arpía huir en plena confrontación… esa era la felicidad, el placer de las pequeñas cosas.

    Hace mucho que no sentía miel en los labios, entornados en forma de media luna por una sonrisa fugaz e incontenible: la de aquella que va a morir con la cabeza alta, sin renunciar a sus ideales y principios.

    Una aútentica pirata.

    —¡ALTO, ES UNA ORDEN! !PARAD! !MALDITA SEA, SOLDADOS, DESPEJAD A LAS MASAS!

    Gritó un teniente, ordenando a los soldados que apartaran a la turba que impedía el avance de los piratas, pues a ese ritmo ni siquiera iban a llegar vivos a la soga. Disparos resonaron, gritos, confrontación entre las tres partes. Jackleine se vio en medio de todo eso, empujada al suelo por un marine, viéndose de pronto rodeada de piernas.

    Cuando de pronto, Jackeline sintió que algo le golpeaba el brazo de forma suave, y lo que fuera cayó al suelo. Brillaba, ¿qué…?

    Una llave, la llave de las cadenas.

    Miró a un lado, a otro… y entonces, se percató de que una sombra se alzaba en una gran casa a su izquierda, a contra luz del sol. ¿Eso era un hombre? ¿Pistolas en las manos?

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30/10/2023, 23:36
Jacqueline Jones

El placer que sintió, al sentir el ramalazo de dolor corriendo por el rostro hipócrita de María, estuvo a punto de reventar el corsé que contenía su busto y sus formas en una discreta forma andrógina que le permitiera seguir comandando y guardando el secreto que su género, evitando acabar en catres y castigos que por desgracia, solo se le estaban reservados a las mujeres, cuyo único lugar en este mundo y bajo esta bandera, era servir como trofeo al mejor postor. María, a su pesar, así lo había demostrado negociando su salvación al precio más caro, pues la siguiente  pena, era yacer contra su voluntad en manos de sus captores.

Un esbozo de sonrisa macabra afloró en las comisuras rubicundas de Jackie segundos antes de recordarle su frágil posición de cautiva.

Y solo unos segundo después del horror, la respuesta a todas sus plegarias, si es que existía un dios pirata anclado sobre el cofre maldito, en medio del océano, vino en forma de socorrido tumulto, donde brazos se confundían con piernas, amigos con enemigos y turba con caos y desolación.

El resto de las cosas habían pasado a un insignificante segundo plano, cuando el brillo del metal forjado restañó en sus ojos como una promesa herrumbrosa de libertad. ¡Una llave! Una que se apresuró a agenciarse subrepticiamente para poder deshacerse de los grilletes que le separaban del escape.

La sombra de la figura se proyectaba opacando el halo de seguridad que le prometía el vástago de la llave y algo en su interior se preguntaba sobre su procedencia y sus intenciones, parado, en medio de la marabunta y el estupor del caos.

Con el rabillo del ojo, buscando camuflarse en el desconcierto de los disturbios, como buena contramaestre, trató de pergeñar abruptamente un plan de escape, que tenía más cabos sueltos que el navío fondeado en puerto, pero se le antojaba, la única opción de continuar con vida. Al fondo, reptando hasta la casa podría encontrar un lugar donde ocultarse hasta que las aguas volvieran a su cauce.

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20/11/2023, 12:59
Director
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26/11/2023, 21:06
Director
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12/12/2023, 11:40
Director