Partida Rol por web

Pocos días han trascurrido desde que el camión de La Forja ha sido reparado completamente. Todo sigue adelante, es verdad que han acumulado dinero gracias a la última intervención de Glec, pero ahora estaban dos solos y ninguno de los dos era un pistolero. Threshun era el experto en comunicación, y Frank era el cerebro y conductor. Aún así, a pesar de que la voz de que La Forja estaba casi hundida, recibieron una llamada que Threshun respondió. Un nuevo trabajo. Recuperar una obra de arte de una cueva abandonada, a las afueras de Luna.

Frank acababa de venir de recoger el camión arreglado. Parecía contento. Con el camión arreglado era como si todo aquello no hubiera pasado. Bueno, sí. Había pasado y no había salido tan mal. Ahora tenían dinero. Y para bien o para mal, la gente pensaba que estaban fuera de juego. Todos salvo algunos. Peor para conseguir trabajo, pero mejor para pasar desapercibidos.

Al llegar a junto de Threshum, lo saludó como de costumbre y escuchó lo que tenía que decirle.

-Recuperar una obra de arte ¿eh? Eso está bien, pero seguimos necesitando un músculo que sustituya a Lyona ¿Cuánto tiempo tenemos?

- Básicamente un par de días. Poco margen pero la paga es suculenta.

Frank lo pensó un momento.

-Tú di que sí. Ya veremos cómo lo arreglamos.

Cuando Threshum dio el ok, Frank consultó su agenda de teléfonos. Negó con la cabeza cuando su dedo se detuvo de nuevo en el teléfono de las monjas. Ade...

Luego de sopesarlo durante unos segundos, se vio marcando el teléfono. En estos momentos, no había nadie de quien se fiase más. Sabía que mientras se le pagase el precio que pidiese, cumpliría su parte del trato. Era todo lo que necesitaba.

-Buenas...si. Frank ¿Qué tal Lyona?

Preguntar por su antigua compañera y empleada era más una cuestión de cortesía que otra cosa.

-Ok, Ade...tengo un trabajo y con Lyona fuera de juego necesito a alguien competente que me cubra las espaldas. Ya sé que esto es un tanto irregular, pero es para "ya" y necesito a alguien de quien me pueda fiar al 100% ¿Te apuntas? Te pagaré bien.

- Lyona se ha recuperado casi perfectamente. ¿Que es eso de que ya no forma parte de tu equipo? En cuanto al trabajo que tienes entre manos, no creo que haya problemas, me puedo pedir unos días libres y cubriros. 

-En nuestro último trabajo me apuntó con una pistola a la cabeza sin motivo-contestó Frank-O mejor dicho, por un motivo tan estúpido como injustificable. Siempre ha sido un poco excéntrica, pero ha acabado por perder la cabeza por completo. Y como comprenderás, no quiero tener en mi equipo a alguien de quien no me pueda fiar en una situación de peligro. De todos modos, no te he llamado para discutir sobre Lyona ¿estás dentro o no? Lo dicho, pagaré bien.

- Algo me ha contado la imbécil. No para de hablar de su nueva "amiga" y que yo debería de estar allí para ver lo que sucedió. Y bueno, que me fuese matado a mi, que la criada es mucho más rápida y fuerte. En fin... la tengo que aguantar el rato que esté aquí. - Suspiro resignada. - En cuanto al trabajo, ya te digo, puedo cubrirte, pero necesitas a alguien en el equipo. La gente no para de hablar de vosotros, y eso es malo para tu negocio.

-Joder, ya lo sé-dijo Frank un tanto exasperado-Pero como te dije, es una emergencia. Tenemos que decidir si aceptamos el trabajo para "ya" y no tengo tiempo de buscar un miembro permanente de la Forja en tan poco tiempo. Y menos aún, si pretendo que sea de fiar. Bueno, ¿estás dentro o no?

- ¡Estoy dentro tío! ¡Estoy dentro! ¡Joder!

-Bien, hermana, bien. Eso es lo que quería oír. Pasamos a buscarte en...¿media hora?-contesta Frank mientras por gestos, comunica a Treshun que acepte el trabajo.

- Perfecto. Perfecto. Hablaré con la Hermana Yolanda. Pásate. 

Asiento con la cabeza  y me pongo en contacto con el cliente. En el momento que me descuelgan, le comento la desición.

- Buenas, somos La Forja. Aceptamos el trabajo.

Frank condujo el camión hasta la igleisia donde deberían recoger a Ade, antes de comenzar el trabajo.

De camino, hizo un encargo a su compañero.

-T. ve buscando información sobre el lugar donde esa cueva "abandonada". Y sobre esa obra de arte: autor, última ubicación conocida, propietario...lo que sea.

- Eso está hecho.

Inmediatamente me dispuse a realizar el trabajo. Sentado en la parte de atrás de la cabina del camión, comencé a teclear mi ordenador para buscar información.

Veo llegar al camión de Frank y me acerco a ellos. He estado esperando unos minutos en la puerta de la Iglesia. En el momento que paran el camión, abro la puerta del acompañante y subo.

- Miro y sonrío a Frank. ¡Vamos!

-Que la gloria del cardenal esté contigo-dice Frank devolviendo la sonrisa, antes de arrancar-Encantado de tenerte con nosotros. Te prometo que será solo esta vez.

Frank condujo hacia la zona en la que estaban las cuevas.

-Te cuento. Debemos recuperar una obra de arte que se encuentra en una cueva..."abandonada" a las afueras de la ciudad. Yo es que no creo en las cuevas abandonadas y menos aún en las obras de arte que crecen en ellas. Por eso pensé que te necesitaríamos. El trabajo era para "ya", así que no hubo opción a hacer selección de personal para el puesto. Bueno T., ¿qué tenemos?

- Si, Frank, he encontrado algo. Por cierto, ¿Quién va a ir a la cueva? Alguien debería de quedarse aquí, con el camión. Por lo que pueda pasar. - Dejo que Frank asuma la pregunta y el plan. - Bien, primero quiero que observéis esto. - Les paso una foto impresa de unos camiones militares antiguos. - Os voy a contar lo que he descubierto de estos tipos, algo que sucedió hace cincuenta años. La caravana de guerra del ejército Bahuaus tipo VII C, los U-254 exactamente, recorrían estos territorios de Luna, dominando su parte del pastel. Su capitán era el Oficial veterano Wensel H. Aber. Un héroe condecorado con la Cruz de Hierro. Justo antes de la caída de Bauhaus de Luna, esta caravana inició su último viaje. Llevaban a bordo a un oficial del ejército Mishimés y se dirigían a Batavia. La misión era complicada, salían del Puerto de Kiel, hacían escala en la base militar de Itsugi y después atravesaban la compleja ruta de Magallanes que rodea Luna. Pero Aber consiguió salir airoso. Sin embargo... cuando tenían a la vista su objetivo... tanto la caravana como la tripulación vieron cómo su surte cambiaba. Una caravana Capitol sorprendió a los U-254. ¡Los Capitolinos no dudaron un momento y cargaron contra él hasta destruírlos! Los U-254 fueron destrozados. El Capi´tan Aber y cuarenta y cuatro de sus subordinados se escondieron en lo más profundo de una cueva. Hasta aquí lo que cuenta la historia. Sin embargo, hay algo más. Algo que se mantuvo en secreto. La noche antes de partir, un oficial apareció en el puerto de Kiel con una orden del gabinete de Paz Internacional que obligaba al capitán a llevarle consigo. Observad esto. - Les entrego otra imagen con un cuadro bellamente pintado. - El oficial guardaba con su vida este cuadro. Es del famoso pintor Augusto Yanke, y se llama "El vigésimo caballero guiado por Brunilda". 

Observo la imagen del cuadro.

- No le veo nada especial. Me gustan más las pintadas del metro de Luna.

-¿Cincuenta años?-Dijo Frank-No creo que debamos temer a lo que quede de una legión de octogenarios de Baohaus.  A no ser que tuviesen cámaras criogénicas o algo así. Pero el cuadro en cuestión no puede ser otro que ese. Por cierto que yo tampoco lo veo para tanto, pero entiendo que las leyendas hacen subir el precio de las cosas. Bien, habrá que andarse con cuidado. Y ahí dentro, iremos Ade y yo. No creo que sea buena idea que te metas en una cueva con superificies irregulares tal como está tu pierna. Tú te quedas en el puesto de comunicaciones y nos das apoyo.
 

- ¡Ahhhh! - Me sujeto la cabeza con ambas manos en señal de alivio. - Que bien.. sólo me he metido una vez en una cueva y fue hace años. Casi me asfixio como un idiota. En fin, no me extraña que no os parezca gran cosa. No era más que una marioneta de la academia de Bellas Artes Bauhaus. Nadie sabe por qué aquel oficial embarcó en el U-234 llevando consigo ese cuadro en vez de oro o documentación clasificada. Es un misterio. No ha quedad constancia del propósito de ese hombre. Solo hay una cosa segura. Que el cuadro aún está en la cueva. Nuestro cliente es un coleccionista Bahues. Es aficionado a las obras de arte de aquella época.