Partida Rol por web

Caminos del Viejo Mundo

El camino

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13/11/2013, 12:00
Director

El resto de vuestra estancia en Mittleresdorf fue breve y anodina. Los guardias no os querían allí, así que pronto os fuisteis de aquel lugar. Sin embargo, el grupo se dividió. 

Hans Ziegler, el sigmarita, creía que era adecuado informar al templo más cercano sobre lo ocurrido, y tanto Timmy el halfling como Fenris decidieron acompañarle. Sorprendentemente, también Kima decidió separarse del grupo. Quizás aquella aventura había sido demasiado para ella, o quizás simplemente partió en busca de ser recompensada por el templo por la muerte del brujo Dustermann. Desde luego, parecía que las mujeres imperiales no se parecían a las bretonianas. 

En cuanto al estaliano, de él nada se supo. Parecía que había escapado, aprovechando el jaleo del ataque. Por lo poco que pudisteis averiguar antes de marcharos, algunos creían haberle visto salir de la prisión, y avanzar hacia la mansión. A partir de ese momento, nadie sabe que fue de él. Quizás fue con intención de aprovechar el alboroto para robar, pero la presencia skaven le disuadió, o quizás fue secuestrado por un grupo de estos... O simplemente se marchó. 

Los que quedasteis allí, unidos en cierto modo por lo que acababais de pasar, continuasteis el viaje. Avanzasteis hacia el norte, persiguiendo a aquel enano que os relató las maravillas de Zhufbar, ofreciendo la posibilidad de unirse a él para liberar la ciudad enana de la presencia piel verde. Sin embargo, parece que Grod Puño de Trueno siempre os lleva algo de ventaja. Sin embargo, vuestra sed de aventuras (y de riquezas, en algunos casos), es lo suficientemente fuerte para seguir en su búsqueda, aunque el rastro cada vez está más frío. 

Al menos, el camino ha sido provechoso en parte. Ofreciéndoos para proteger algunas caravanas comerciales, habéis conseguido algo de dinero y sustento, lo que os ha permitido moveros tan lejos sin muchas dificultades, y también sin muchos contratiempos. 

Finalmente, os encontráis en algún punto indeterminado del este de Stirland, en una zona boscosa, quizás una prolongación del Gran Bosque, siguiendo una carretera no muy transitada. Hace varios días que dejasteis el último pueblo atrás (y, con él, al viejo comerciante al que estabais escoltando), y, por lo que os dijeron en la posada, aún os quedan otros tantos para llegar al siguiente. El día es típico de final de verano en el Imperio, el sol luce con fuerza, sin embargo en el horizonte se acumulan nubarrones de tormenta. Es probable que a lo largo del día descargue sobre vosotros, como un claro anuncio de que el invierno empieza a extender sus garras. Estas y otras reflexiones anodinas pueblan vuestra mente, cuando al doblar una esquina, los árboles descubren una tétrica escena. Apoyado contra un árbol, a un lado del camino, yace lo que parece el cadáver de un joven. 

Notas de juego

PD: apuntaos unas 15 coronas de oro, y comida de viaje para tres semanas. 

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13/11/2013, 14:17
Sir Landuin Noirfeu

Era de esperar que el grupo de dividiera, si bien aquello no afectó al caballero que no deseaba a algunos de aquellos hombres cerca, lamentaba otras pérdidas, en especial la de Kima pues pese a su temperamento era una buena persona.

No hay quien entienda a las mujeres... menos a las imperiales. Espero que el sacerdote informe de lo ocurrido y los sigmaritas terminen el trabajo, aquel brujo bien podría ser líder de algún aquelarre.

Los días habían avanzado apenas en un suspiro, el viaje junto a sus nuevos compañeros era peculiar, la presencia del enano traía momentos de tensión innecesarios, era demasiado tozudo y malhumorado, sin embargo aportaba otros grandes momentos cómicos y alegres aunque pudiera no parecerlo.

Quizá en la próxima ciudad encuentre un buen herrero... es hora de conseguir algo más de armadura y un establo decente para que descanse, noble montura esta... espera ¿eso es un cuerpo?

Al observar el cadáver Landuin se apresuró picando espuelas mientras observa el entorno, quien hubiera atacado si fue reciente, podría estar cerca.

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14/11/2013, 00:46
Otto Eberhardt

Otto había decidido continuar su viaje con aquellos hombres, antes desconocidos, ahora compañeros de armas. Ahora mucho más unidos que cuando se conocieron por los horrores contra los que combatieron, dedicaron su tiempo a una aventura en común.

- Explicadme otra vez esa historia sobre el enano Zhufbar y los pieles verdes... - Les rogó a sus compañeros con su duro acento del norte del Imperio, quería conocer más de sus próximos pasos. Era extraño que Otto diera pie a una conversación, pues era un hombre callado, de pocas palabras y reflexivo. Sin embargo no ponía malas caras a sus compañeros cuando estos no paraban de hablar, y en ocasiones se decidía a dar su opinión.

Durante el viaje también se interesó por las costumbres de la caballería bretoniana, aspecto extraño pero de gran calado para el joven escudero. Esa curiosidad mantenía su espíritu para ganarse el favor de llegar a ser un Caballero del Lobo Blanco, ya que aunque distintos, caballeros bretonianos y caballeros del Lobo seguían siendo caballeros.

Entre estas y otras reflexiones distraía sus pensamientos el escudero cuando vieron la escena inquietante. El bretoniano se apresuró a vigilar la zona, y fiándose de su pericia, así como la de sus compañeros para detectar posibles enemigos, Otto fue hacia el cadáver, con el escudo en la mano y la otra preparada para hacer uso del martillo si hiciera falta, pero con intención de examinar qué había ocurrido, y qué había causado la muerte de aquel hombre.
 

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14/11/2013, 11:08
Magnar

El viaje como escolta de caravanas no le sentó mal a Magnar. Contaba sus historias y bebía aún más. También tenía momentos en los que pelear contra algunos incautos asaltantes, y si no, casi siempre acababa casi a puñetazos con otros miembros de la caravana. Muchas veces le paraban a tiempo, otras cuando ya se había lanzado de cabeza contra algún otro y ya le estaba zurrando la badana.

-...y entonces, cuando estaba rompiéndome los nudillos contra la cara de ese infeliz que criticó mi cresta de color naranja, me rompieron una silla en la espalda, me levanté y era la camarera, ¡LA PUTA CAMARERA A LA QUE ESTABA DEFENDIENDO! -gritó indignado- Si la gustaba que la manosearan o que la babearan que no se pusiera a gritar que la ayudasen -dijo alterado- mujeres. Así pues, cogí mi jarra de cerveza y me largué de allí.

Ese era el final de otras de las muchas historias de peleas en las que sus golpes eran truenos de un dios enano contra el suelo, en las que arrancaba la pierna a un ogro a mordiscos y, que si todo lo que decía era verdad, estaba cerca de poder casi volar. Así eran las historias de un enano, cada vez más fanfarronas y sin sentido.

Cuando iba a abrir la boca para añadir algo más, Otto preguntó por ese enano que habían nombrado y los pieles verdes. Soltó un escupitajo que podría llenar un pequeño lago- Pieles Verdes, malditos sean -dijo mientras seguía caminando esperando que les dieran más información. La verdad es que les tenía un odio visceral a esos seres, insaciable era su sed de sangre.

Magnar olisqueó el aire, como si fuera capaz de captar si había brujería en el ambiente o no. Los no-muertos le daban asco, siempre acababas con trozos de carne putrefacta por encima y eso no era de su agrado.

Martillo en manos, se dispuso a intentar observar lo que había a su alrededor, como si pudiera preveer cualquier movimiento o ataque que se fuera a lanzar contra él.

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16/11/2013, 01:50
Director

Cuando os acercáis, reparáis mejor en aquel cadáver, que parece ser un hombre joven, que es o era razonablemente apuesto. Presenta cuchilladas enormes en el pecho y el estómago, y su sangre se derrama sobre el barro. Allí ha debido haber un buen combate, hay algunas huellas en el barro que le rodea, y cerca de su mano derecha descansa la que debía ser su espada, con la hoja rota. Sin duda, se quebró en la lucha. 

De pronto, el "cadáver" tose débilmente, expulsando algunas gotas de sangre, y se mueve un poco, pasando a miraros.

-A... Agua...

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16/11/2013, 15:46
Otto Eberhardt

Otto, que había ido hacia el cadáver se sorprendió cuando este se movió. Por un momento temió lo peor y agarró el martillo con fuerza, pero rápidamente comprendió que en realidad aquel hombre no estaba muerto, y se tranquilizó, aun así había que actuar rápido, pues estaba en un grave estado.

Sacó con presteza su bota con agua y terminó de acercarse a aquel hombre intentando no avanzar por donde las huellas recientes todavía se encontraban. Mientras le acercaba el agua, le dijo en un tono bajo para tranquilizarle:

- Tranquilo, no os haremos daño, aguantad. - Acto seguido se giró hacia sus compañeros y les preguntó:

- ¿¡Sabeis tratar heridas!? - Con signos de acuciante necesidad en su tono.

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18/11/2013, 09:52
Sir Landuin Noirfeu

- Bandidos... hombres bestia... - murmuraba el caballero mientras oteaba el límite del bosque esperando algún movimiento enemigo - Morgan ¿podéis hacer algo con esas heridas? - aquel joven parecía condenado

 

 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción

Tirada: 1d100

Dificultad: 33-

Resultado: 46 (Fracaso)

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18/11/2013, 13:42
Magnar

-A mí no me miréis, yo se provocarlas, no curarlas -dijo Magnar mientras se mantenía alerta y en posición. Quería evitar ser sorprendido por lo que fuera, por lo que se mantuvo atento a cualquier cosa.

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18/11/2013, 19:43
Director

El hombre bebió agua con ganas, hasta que finalmente se atragantó en su precipitación, y empezó a toser. Cuando recuperó el habla, o al menos algo parecido, dijo:

-Gracias... No... No creo que saquéis nada mirando. Fueron hombres bestia. Volvía a la casa de mi familia y me asaltaron. Supongo que no soy demasiado buen combatiente, ¿eh?-dijo, intentando esbozar una sonrisa, aunque el gesto se vio truncado por otro ataque de tos, expulsando más sangre. 

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18/11/2013, 19:53
Otto Eberhardt

Otto, al ver que el herido, aunque con buenos ánimos, estaba cerca de la muerte, intentó conseguir la máxima información posible antes de que fuera tarde:

- Cuentanos lo que viste, ¿Cuántos eran? - Y pensando en el pobre hombre y su familia: - ¿Hacia dónde está el pueblo más cercano y cuánto se tarda? Intentaremos llevarte para que te sanen si es posible. Informaremos a tu familia, ¿En qué dirección está tu casa? ¿Cómo te llamas?

Pareció algo brusco (por la situación, no por el tono que intentaba ser tranquilo y calmado) pero Otto era un tipo de pocas palabras y no tenían tiempo, el tacto a la hora de hablar con aquel hombre era secundario.

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19/11/2013, 12:35
Morgan Bernhardt

Morgan no había pronunciado palabra desde que encontraron al joven. Se acercó presuroso para prestar ayuda, pero no tenía los conocimientos necesarios, solo lo que había visto hacer en diversas situaciones.

- No, Sir Landuin, me temo que yo no tengo tales conocimientos. Lastima que Hans no esté con nosotros.- Susurró en contestación al caballero.

Después, sacó una prenda de su mochila, la dobló y presionó en la herida intentando cortar la hemorragia, eso era lo que siempre se hacia.

 

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20/11/2013, 16:43
Magnar

-Hombres Bestia -dijo escupiendo el enano a un lado- Otto, lo llevamos o lo dejamos, pero no me gusta estar parado, me pongo nervioso.

El enano odiaba quedarse parado en mitad de un camino a modo de "asaltarnos por favor" y miraba hacia todos los lados. La cháchara no era lo suyo, lo suyo era dar martillazos.

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20/11/2013, 20:18
Director

-El pueblo... Está en esa dirección-dijo el hombre, señalando débilmente el camino que seguíais-volvía de allí a casa de mi familia, y llevaba ya 4 días de marcha. Me asaltaron unos tres hombres bestia, y volvieron a internarse en el bosque tras darme por muerto. 

Ante la mención de la sanación, el hombre esboza una leve sonrisa y niega suavemente con la cabeza.

-Mi nombre es Gustav Vonreuter. Y soy hombre muerto, lo he aceptado. Pero mi familia... Por favor, han demostrado ser amigos de un extraño moribundo, sólo necesito que hagan algo más por mí... El hogar de mi familia, Schloss Vonreuter, está a sólo unos días de viaje hacia el sur. Cojan esto... Es el sello familiar...-dijo el joven, tendiendo con manos temblorosas hacia el escudero un disco de hierro que cabe en la palma de la mano. Sin embargo, las fuerzas le fallan, y este cae al barro, dónde resalta la insignia: un hacha con una serpiente enroscada.

-Ésto les demostrará que dicen la verdad... Vayan, por favor, y díganles lo que le ha ocurrido a su hijo. Díganselo y permitan que me lloren...

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21/11/2013, 08:46
Sir Landuin Noirfeu

Aquel pobre desgraciado moría y el caballero era consciente, visto que los hombres bestia debían haberse ido y Magnar saltaría contra cualquier estúpido que decidiera atacarlos, desmontó de su caballo para aproximarse al joven antes de poner rodilla tierra a la derecha del escudero - Así lo haremos Gustav Vonreuter, entregaremos vuestro sello en el hogar - sentenció Landuin al tiempo que colocaba su mano sobre la cabeza del moribundo - La paix soit avec vous, la Dame guider votre chemin au royaume de ton Dieu... - murmurando en bretón una plegaria hasta la expiración de Gustav

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23/11/2013, 11:05
Magnar

-A no ser que piensen que lo matamos nosotros y nos intentamos hacer pasar por amigos para hacerles lo mismo -dijo el enano. Era un cascarrabias y un mal pensado, sí, pero es que los humanos se lo ponían demasiado fácil en esas ocasiones- al menos murió luchando, espero que me ocurra lo mismo -dijo, e hizo una inclinación de cabeza ante el moribundo- Si quieres una muerte rápida, solo tienes que pedirla.

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25/11/2013, 23:26
Otto Eberhardt

Otto miró con decisión al hombre que perdía la vida en sus manos, agarró el sello familiar fuertemente y prometió a aquel hombre entregar tanto el sello a su familia.

Dejó al caballero bretoniano que siguiera dándole sus oraciones, pues lo hacía con buena voluntad, a pesar de que seguramente aquel hombre esperaría las palabras de un sacerdote imperial.

Una vez a parte, Otto consultó al grupo:

- Si no llevamos el cuerpo a su casa, deberíamos al menos enterrar su cadáver, Magnar tiene razón, se precipitó a la muerte de forma honorable, espada en mano...

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25/11/2013, 23:32
Director

Al hombre no le da tiempo a decir nada, pues sus ojos se cierran nada más escuchar la promesa del sello. Su pecho deja de subir y bajar trabajosamente, y todo su cuerpo deja de moverse. Parece que al fin ha encontrado la paz de la muerte, y el fin del dolor. 

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26/11/2013, 09:06
Sir Landuin Noirfeu

Menudas ideas tiene este enano... cuando un hombre actúa de buena fe no debe temer nimiedades incluso en este imperio de desconfianza...

Cuando el hombre murió Landuin se puso en pie mirando a Otto - Ayudadme a cargarlo en el caballo, vamos a llevar el cuerpo hasta Schloss Vonreuter - eso evitaría desconfianzas y permitiría que la familia preparase como su dios ordene al difunto

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26/11/2013, 23:06
Otto Eberhardt

Al escudero le agradó que el caballero bretoniano accediera a llevar el cadáver, no estaba seguro de haber sugerido una buena idea, pero si le parecía bien a alguien más del grupo, recuperó la confianza.

Ayudó a Sir Landuin a subir el cuerpo sin alma al caballo, guardó el sello en el lugar más seguro que encontró de sus ropajes de escudero, habiéndolo limpiado antes y miró al resto del grupo esperando una decisión sobre partir en el momento.

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27/11/2013, 08:29
Sir Landuin Noirfeu

Su familia lo agradecerá... - Parfait, aprovechemos ahora para avanzar mientras dure el buen día, quizá si esas nubes descargan debamos resguardarnos - con cuidado de asegurar el cuerpo mientras montaba su caballo