Partida Rol por web

El golpe que recibió Arianne la dejó impactada. No solo las habían secuestrado, drogado y violado sino que ahora también las maltrataban. Se podía soportar hasta un punto, pero tratarlas de esclavas era algo que de ninguna manera aceptaría Karin. ¡¡No somos de nadie zorra!! ¿Te crees que por ser la líder de una tribu eres la que manda? ¡¡Vete al infierno!! ¡¿Como te atreves a pegarla?! ¡¿Ahora también nos vais a maltratar?! Pues lo tienes claro si quieres que nos quedemos aquí y disfrutemos "algo" porque para que lo sepas no me gusta nada las personas como tu! Zorra! Que, ¿Me vas a pegar? Venga! Acerca esa mano que te la voy a arrancar de un mordisco! No soportaba que se creyesen con derecho a algo tan asqueroso como eso. Iba a hacer todo lo posible para que esa mujer no se acercara a ella a más de la distancia de ese momento. Miró a su alrededor y después miró a sus compañeras intentando enviarles un mensaje de que debían actuar ya.

La gran dama paso una mano por su cara, limpiándose las babas de Arianne. -Querida, eso te hará mas daño a ti que a mi. Creo que por hoy ya he perdido suficiente la compostura. Respondiendo a tu estúpida pregunta. Dijo la gran Dama mirando esta vez a Karin. -Acaso vosotros los humanos tenéis derecho a enjaular, esclavizar y hacer lo que quieran con aquellos animales que llamáis mascotas? Nosotras hacemos lo mismo con los vuestros, me da a mi que es prácticamente lo mismo, salvo que nosotras buscamos el entretenimiento y el placer. Con lo de golpear, no soy de las que golpean, pero si insultáis mi cargo claro que os golpeare. Intentare no repetirlo, pero eso es solo cuestión vuestra mientras tanto… Se quedo un momento pensativa. -Esta noche os quedareis bajo mi techo...si, sin duda, antes de llevaros mañana al campo de entrenamiento. Riz cariño, preparales unas correas y una buena jaula, diría que la que usamos hace tres meses debería valer. Comento mientras Riz asentía y se iba a una habitación de la cabaña, escuchasteis unos ruidos y al dejaros ver su interior visteis una jaula parecida a la que habíais visto aquella mañana.

-Venga id entrando vosotras mismas o no tendréis cena. Dijo tranquilamente la gran dama, mirándoos con los brazos cruzados. -Veremos como estáis mañana cuando la flor ya os haya hecho efecto.

Arianne cerro la boca apretando fuerte los dientes. Odiaba a aquel monstruo con todas sus fuerzas. Por un momento deseo poder echarle el polvo a ella para que supiera lo que se siente.

Arianne decidio no moverse ni un milimetro por su propia voluntad. Aquella puta no le iba a quitar su orgullo por su propia voluntad.

-Que te follen, guarra. Yo de aqui no me muevo.

Aquello cada vez iba de mal en peor y ahora incluso parecía que las iban a obligar a dormir en una jaula como si fuesen simples animales, sabiendo que al día siguiente vendría lo peor de todo aquello cuando tratasen de "entrenarlas" para convertirse en las esclavas de aquellas locas. Angelica estaba un tanto desesperada puesto que no sabía que hacer para salir de aquella situación además de todo lo que había sucedido, por eso mismo optó por ponerse de rodillas para tratar de pactar algo con la Gran Dama. -P-Por favor, deja que mis amigas se marchen del lugar... A cambio me convertiré en vuestra esclava, perra o lo que queráis que sea pero dejadlas ir a ellas.

No sabía hasta que punto funcionaría aquello y menos cuando estaban siendo bastante agresivas, pero si había una forma de salvarlas a ellas tenía que intentarlo aunque aquello significase convertirse en el juguete sexual de todas esas locas.

La respuesta de la gran dama dejó sin palabras a Karin. Era cierto que los humanos ataban a los animales y les obligaban a hacer lo que querían, aún así lo que hacían no estaba bien, ellos eran seres con conciencia.

¿El campo de entrenamiento? ¿Pero quién se ha creído que es usted? ¡No somos animales! No puede compararnos! Karin empezó a mover su cuerpo con brusquedad para liberarse, aunque sabía que sería inútil, las ganas de estrangular a esa mujer cada vez se hacían más y más fuertes. Pero el comentario de Angélica paró el ataque de Karin haciendo que se girase rápidamente y le diese un cabezazo en la cabeza Solo faltas tú diciendo estupideces. ¿Acaso quieres ser su esclava toda la vida? Perdona, pero yo no me voy a sacrificar por vosotras, aquí o todas juntas o nada. ¿Entendiste? Vamos a matar a esa zorra las tres. No tengo ganas de perder a otra amiga No quiso girarse a ver a Amy como estaba, aunque la imagen no se iba de su cabeza. Utilizada, violada... podría ser peor,sí, pero tenía demasiadas cosas pendientes como para quedarse en ese lugar. ¿Y su familia? ¿Y sus otros amigos? Las tres lo tenían, y si se quedaban en ese lugar no volverían a verlos nunca jamás.

Miró a Riz y le sacó la lengua con descaro Estoy de acuerdo con Arianne. Si tanto os gusta follar, ¿porque no folláis entre las dos?

-Están pesadas, seguro que les has dado la flor Riz? Pregunto la gran dama a Riz mientras ella asentía divertida. -Pero claro, cierta lamia las ha hecho quedarse a gusto, normal que ahora estén así. No se preocupe gran dama, un par de horas mas con tranquilidad y le volverán las ganas. Respondió Riz de lo mas divertida, era como si todas vuestras criticas cayeran en saco roto.

Con la cola, Lyra alzo un poco del suelo a Angelica solo para llevarla ella misma a la jaula. -No me seas remolona, venga cariño no sufras que cuando acabes seras para mi. Ya veras que no sera tan malo. Respondió de una manera sinuosa. Al contrario que su trato, la gran dama dio una fuerte pisada al suelo y unas lianas de un color de madera salieron del suelo. Aunque en un principio os resististeis esas lianas eran de lo mas fuertes, no tardaron en arrastrarse para llevaros a las jaulas y cerrar la puerta tras de ellas. Ahora mismo estabais encerradas, era difícil saber si podríais salir de allí, pero quien sabe.

-En fin preciosas, os daré un par de horas para que reconsideréis vuestra actitud, esto puede ser placentero o no tanto. Seguro que lo entendéis. Dijo la gran dama antes de dirigirse hacia vuestra antigua amiga, aunque en ese momento desapareció de vuestra vista. Riz y Lyra os despidieron con la mano, saliendo de la cabaña y dejándoos a vosotras solo con la tenue luz de las luciérnagas y el sonido de los gemidos de vuestra amiga.

Cuando recibió aquel cabezazo se echó hacia atrás a la vez que se llevaba las manos al lugar golpeado mientras gimoteaba por ello, sabía que quedarse allí significaba renunciar a muchas cosas pero estaba dispuesta a ello si con eso conseguía salvar a sus amigas de alguna forma u otra. Por desgracia no pudo hacer mucho más puesto que Lyra aprovechó para llevarla hasta la jaula con su cola, la cual parecía ser bastante fuerte al igual que las de una serpiente. -Yo... Yo no quiero ser de nadie... -Murmuró de forma que solo ella pudiese escucharlo a la vez que se mordía el labio inferior para tratar de contener la impotencia de aquella situación.

Tras aquello las tres fueron encerradas en aquella jaula antes de que la Gran dama fuese a aprovecharse de Amy, cosa que se podía escuchar perfectamente mientras a ellas les tocaba esperar su turno en unas horas y más tarde aquello que llamaban "campo de entrenamiento". -Tenemos que salir de aquí cuanto antes... Esto es humillante... -Volvió a murmurar esta vez para sus amigas.

Arianne se devanaba los sesos tratando de encontrar una ruta de escape pero no se le ocurría nada. A las malas, ella ya había probado los efectos de la planta y sabía cómo paliarlos. Si tenía sexo con Angie, podría estar lo suficientemente tranquila para intentar estrangular a la gran dama o, mejor, darle a probar de su misma medicina, empolvarla en polvo de la flor.

-No todo está perdido. Tengamos paciencia y la oportunidad de escapara se presentará.

Karin no quería perder la esperanza, tenía que haber una solución para salir. Pero no creía, como decía Arianne, que la oportunidad saldría de la nada. Tenían que pensar.¿A caso crees que nos caerá un milagro del cielo? No seas estúpida. Tenemos que buscar sus puntos débiles. Esta noche misma debemos actuar, o sino mañana acabaremos esclavizadas. Karin no quería perder la esperanza, tenía que haber una solución para salir. Tenían que pensar. Tal vez la gran dama era poderosa, pero si no eran ellos los amos de la tierra significaba que no lo eran tanto como lo parecían.
Son posesivas, adictas al sexo, su líder es la gran dama, no parecen ser impulsivas... venga ayudadme un poco, algo malo tendrán que tener. Su paciencia estaba en el límite, no aguantaría ver como pasan las horas mientras ellas no hacen nada. Tal vez en ese momento no tenían ninguna manera de escapar, pero nada ni nadie es invencible.

Parecía que el tiempo no pasaba, no se os ocurría nada para poder escapar de la jaula en la que os habían metido. Es mas, ahora teníais un problema extra. Podíais echar la culpa a los incesantes gemidos que escuchabais, a la situación o a la droga que os habían puesto. Pero con cada segundo que pasabais dentro de esa jaula, mas pervertidas os sentíais y mas encendidas estabais. El efecto estaba volviendo con mas fuerza y quizás no duraríais tanto como la ultima vez. Por fortuna alguien velaba por vosotras tres.

Encima de la pared, a la altura de la ventana, visteis unas orejitas de zorro moverse de lado a lado, escuchando los gemidos de la habitación hasta que se unieron los de la gran dama. Entonces unas manos pequeñas, con unas mangas de túnica blanca, dejaron un pequeño ratoncito blanco encima del alfeizar de la ventana. El ratoncito, de forma diestra se fue deslizando por las estanterías, plantas y suelo de la cabaña para poder llegar a vosotras sin ser vistas. Entro un momento en la jaula, olfateando el ambiente, antes de salir una vez mas, corretear por las maderas que la formaban y empezar a roer las cuerdas que la sujetaban.

Después de una hora mas o menos, cuando parecía que no ibais a aguantar mas. Los sonidos cesaron, parecía que se habían ido a dormir, mas o menos al mismo tiempo que el ratoncito acababa su trabajo dejándoos libres. La mano que había soltado al ratoncito os hizo unas señales para que fuerais con ella, pero debíais ir con cuidado o no lo lograríais.

Aquello comenzaba a hacerse eterno, parecía que no les quedaba otra que seguir escuchando los gemidos de Amy que poco a poco iban haciéndose más fuertes como si estuviese disfrutando de todo aquello mientras que Angelica se preguntaba si habría alguna forma de salvarla también a ella por muy difícil que fuese. Mientras se preguntaba todo aquello se fijó que algo se movía en la ventana; unas pequeñas orejas de zorro se habían asomado mientras se movían al ritmo de los gemidos, como si alguien estuviese atento a ellos. Fuese quien fuese dejó entrar un pequeño ratón blanco que se dirigió a las tres jóvenes para roer las cuerdas que las mantenían presas.

El tiempo pasó lentamente mientras escuchaban como los gemidos de la Gran dama se unían a los de Amy antes de que ambas quedasen en silencio como si se hubiesen dormido, a su vez el pequeño ratón había terminado su trabajo y ahora podían moverse libremente para escapar una vez más. -Tenemos que salir de aquí cuanto antes, supongo que lo más rápido es salir por la puerta aunque tendremos que evitar hacer ningún ruido o exponernos demasiado... -Murmuró Angelica a sus amigas, esperando saber la opinión de estas.

Arianne se calló la boca porque las que habían estropeado su plan con la boticaria habían sido precisamente Karin y Angelica pero sabia que no serviria de nada enfadar mas a su amiga. Al cabo de unas horas apareció otra mano amiga en forma de raton, que las liberó. Ari se apresuró a dejar la celda y dirigirse a la ventana, para ver si se podía salir por allí.

Los gemidos estaban impacientando aún más a Karin. El efecto de la flor estaba volviendo, tenían que salir de ahí antes de que la cosa empeorase. Por un milagro de dios, la solución no tardó en aparecer. Al ver al pequeño ratoncito ir a roer las cuerdas, se fijó en la dirección de dónde había venido y vio unas pequeñas orejitas moviéndose. Sonrió aliviada y, cuando el ratón acabó, Karin no tardó más que para asentir a sus amigas y dirigirse hacia la chica de las orejitas. Al final tenías razón Arianne, si que cayó un milagro del cielo.

Cuando llegasteis a la ventana, sin que la gran dama os atrapara ni mucho menos la mano de la joven que os estaba ayudando os ayudo a cruzarla, no era otra que Shimi. -Pero que hacéis? Tontas no debisteis haber vuelto a la casa de la gran dama. Si hubierais ido al campo de entrenamiento no habríais salido de allí con la voluntad de escaparos. Tomo a su rata, que rápidamente se oculto en su túnica, mejor no pensar en que parte, y se dirigió a su casa dejando la puerta abierta para que una vez entrarais poder cerrarla. Por el momento estáis a salvo.

-No se que os a pasado ni como lo habéis hecho pero….pero que te a pasado Angelica?! Exclamo sorprendida al ver el nuevo miembro de Angelica, por supuesto las tres estabais desnudas, tanto que la mascota de Shimi levanto las orejitas para mirar y movía la cintura de lo mas contenta. -No, no, no, tu ahora ya tienes tu juguete, venga a dormir. Le ordeno con tono autoritario dentro de lo que cabía para que dejara de prestar atención. -Ahora que haré con vosotras tres?

Finalmente optó por seguir a Arianne y cuando llegaron a la ventana se encontraron de nuevo con Shimi, la cual las había salvado una vez más de todo aquello antes de ayudarlas a escapar por la ventana y regresar a la casa de esta donde podían permanecer más tranquilas por el momento.

Shimi aprovechó para preguntar sobre lo que le había sucedido, haciendo que Angelica se tapase aquel nuevo miembro a la vez que se sonrojaba de forma tímida. -T-Tomé algo que no debía cuando me dejé llevar por los efectos de la flor... -Murmuró aun en aquella posición, incluso tapándose aun más cuando la mascota de Shimi se percató de que estaban desnudas y parecía que quería divertirse con ellas, algo que le costaría rechazar si le insistía puesto que el efecto de la flor ya comenzaba a hacer más fuerte una vez más. 

Respiró un par de veces profundamente para tratar de relajarse un poco, sabía que solo quedaban dos dosis para calmar la flor así que al fin y al cabo o bien alguien se quedaba con las ganas o aquella noche terminarían por divertirse todas juntas una vez más. -Nos capturaron aprovechando que la flor estaba teniendo su efecto...

Siguió a Shimi y a sus compañeras hasta la casa de la chica. Se alegraba de volver a estar allí. No lo hicimos por propia voluntad. Fuimos a buscar las hierbas, pero... Se sonrojó al pensar lo sucedido,
poniéndose más calentita.

Dio un pequeño salto hacia atrás al escuchar a la chica. Se le había olvidado lo sucedido con Angélica. No pudo evitar enrojecerse un poco al ver el miembro de su compañera, tenía muchas ganas desde hacía un rato de tirarse contra ella, pero rápidamente se sacó esa idea de la cabeza, si seguía por ese camino acabarían peor que la última vez. -¿Cómo sabías que estábamos encerradas? Y... nos podrías dejar algo de ropa? Dijo para intentar tapar el miembro tentador de Angélica y también taparse un poco ella.

-Shimi! Que alegria verte! Nuestro plan se fue al garete y nos han vuelto a capturar! Intentamos conseguir una droga para la guardiana pero la lamia boticaria nos enredo y nos capturaron! Sacanos de aqui, por favor! No quiero ser la esclava de ese marimacho!

-Vale, vale, vale de una en una, de una en una. Dijo Shimi intentando tranquilizaros a las tres, cada una alterada por su propia historia, aunque fuera conjunta. -Lo que esta claro es que habéis fallado en vuestra primera salida. Pues….em… Se inclino un momento para mirar el futa de Angelica, sin tocarlo solo observarlo para confirmar lo que ya sabia. -Si es lo que creo que es, no creo que tenga nada para ti. Solo la boticaria puede poner estos miembros a excepción de la gran dama y solo ellas pueden quitarlo. Por el momento tendrás que convivir con ello. Fue informando mientras se alejaba un poco. -Por lo de la ropa, no me importa que toméis mas, pero no mucha mas que me quedare sin, ademas era difícil no veros si la lamia os llevaba a rastras. Y….con lo ultimo.

Shimi se acerco a Arianne y le tomo de la mano, mirándola con un poco de pena. -Lo lamento mucho Arianne….Si pudiera sacaros no os habría traído hasta aquí, os habría llevado a la salida siempre que hubierais prometido no decir donde esta este lugar. Pero no puedo, no tengo la llave, no puedo accionar el ascensor, no tengo vuestra cura. Velo por vosotras todo lo que puedo y esta noche os quedareis aquí por que si salís ahora os atraparan. De hecho hasta mañana a la media noche no podréis salir de nuevo. Yo pondría mas días, pero os acabarían atrapando. No puedo hacer mas si no quiero meterme en un lio. Incluso me quedaría con alguna de vosotras si llegáis a ser vendidas…

Ari, desanimada pero aún determinada a escapar contestó.

-Vale pero, entonces, ¿Qué hacemos ahora? ¿Dejamos pasar los días y ya está? ¿Y el efecto de la flor, cuando desaparecerá? ¡No quiero tener que vivir pendiente del sexo toda la vida! -dijo procurando no mirar el pollón de Angela. 

Se sobresalto visiblemente ante las replicas y gritos de Arianne, moviendo las manos de manera nerviosa como intentando buscar una salida que no encontraba. -Yo...la verdad….no te...no te sabría decir… Podéis dejar pasar un par de días pero lo malo es que el efecto de la flor es...permanente a no ser que os toméis la cura. Se que es difícil pero de verdad yo mas no…no puedo ayudaros.