Partida Rol por web

Ensanché la sonrisa al ver que, finalmente, caía ante los placeres terrenales y lo seguí con la mirada en cuanto tomó al muchacho y enterró sus labios en los suyos.

Si es que, al final, todos caen, pensé, divertida, pasándome la lengua por los labios resecos y notando que mi respiración se volvía normal tras el susto de aquel hombre. Llegué a pensar que, realmente, podía haberlo destrozado todo. Que podía haber arruinado todo lo que me había costado crear esa farsa.

Respondí a la señal del muchacho con una ligera inclinación de cabeza y le agradecí con la mirada el hecho de que tuviera que aguantar aquello. El hombre estaba muy bien, pero era idiota como él solo.

Me encogí de hombros y me fui a buscar algo con lo que refrescar la garganta y así tomarme un respiro después de todo lo que había pasado y sin mirar hacia atrás, salí de aquella habitación con la cabeza alta y orgullosa por poder mantener aquel teatro un poco más sin ningún peligro.

Sales de la habitación y otro de tus jóvenes está haciendo rondas, este joven esta vestido elegante aunque con el mismo uniforme de mesero, lleva su charola y siente una fuerte necesidad de ayudarte, puedes ver y hasta cierto punto entender su desesperación.
El joven te da un pequeño reporte del resto de mafiosos mientras continúan caminando: en resumen no pasa nada, todo va según el plan.
Previendo tus necesidades el joven te entrega una bebida refrescante a basa de ginebra y agua quina, sabe amargo pero te re-establece, salen de la casa a la piscina, el sol brilla es media tarde y el agua está bastante antojable, todo está bien hasta que escuchas e nuevo una camioneta derrapando… “joder de nuevo?” es lo que piensas.

Miraba aquí y allá procurando y observando que todo fuera según lo establecido y suspiraba de alivio cuando así era. No me resultó en un principio fácil comenzar aquella farsa, pero pronto comencé a cogerle el truco y pude desenvolverme de manera correcta y un tanto natural, sin artificios o nervios.

Aunque sí que hubo algún que otro momento de flaqueza, pero se pudo solucionar bien, por lo que, de momento, estaba tranquila y deseosa de que la tarde continuara.

Agradecí al muchacho la bebida y entrecerré los ojos cuando vi el sol. Suspiré y llegué a pensar que, incluso, podía mantener esta farsa por el tiempo que yo quisiera. Miré a la piscina y me acuclillé, metiendo la mano en el agua, comprobando la temperatura y, al notar que estaba cálida, me dieron ganas de meterme y disfrutar yo también un poco de los lujos que me proporcionaba aquella casa.

Fruncí el entrecejo de inmediato cuando escuché el coche y miré por encima de mi hombro, agotada por que siempre tuviera que ocurrir algo inesperado.

-¿Qué es lo que pasa ahora?- pregunté, mientras caminaba hacia el lugar de donde provenía el ruido-. Más matones no- deseé. 

Para tu mala fortuna si, son más… piensa piensa que podrías hacer para que ni siquiera te traten violentamente? Una farsa más una bienvenida cálida? Se escuchan seis pasaos distintos.

Notaba los latidos de mi corazón en mi garganta y un hormigueo recorrerme todo el cuerpo. La pesadilla se volvía a repetir y no sabía cómo solucionarlo esta vez, cómo despertar.

Miré a mi alrededor y me decidí que, o mejor, era seguir con la misma farsa que hasta ahora. No pensaba amedrentarme. Lo más importante en esas situaciones no era un buen plan, sino llevar un papel en el que diera tal apariencia que permitiera salirse uno con la suya, engañar a los demás aunque fuese de la manera más ridícula.

Caminé hacia la entrada, escuchando los pasos y cambié totalmente la mirada y mi carácter. Fingía ser una dama que tenía un gran templo de placer, donde sus chicas y chicos se ocupaban de los instintos más básicos de las personas. Yo debía ser esa dama hasta el punto de terminar de creérmelo. Sin dudas. Sin tropiezos. Segura.

-¿A qué debo el honor?- pregunté, sonriendo, totalmente inocente, comenzando mi papel.

Uno de esos hombre te miraba molesto, -Si esta así de quieto y no hay rastros de sangre… eso significa que aún no llegan… otro más desenfunda pistola y te apunta- deja de esconderlos!!!  ¿en donde se encuentran? Si no me entregas a esos bastardos… otro más arroja un cadáver de una joven prostituta, esta maniatada y bien muerta, tiene signos de tortura.

No me gustaba la pinta de aquellos tipos. Sentía que volvían a perturbar mi plan creado para salir indemne de todo lo que estaba pasando a mi alrededor y no me producía ninguna ilusión.

-Lo primero de todo- dije, un tanto autoritaria-, cálmense- pedí, mirándolos-. Este es un lugar de ensueño donde no suelo permitir los escándalos, por lo que, háganme el favor de no elevar la voz.

Miré la pistola con la que me apuntaba y comencé a sentirme molesta y aburrida por que siempre me hicieran lo mismo, parecía que allí no servía de nada hablar.

-Vamos a ver- comenzaba a enfadarme de verdad-, lo que deb…- me corté en seguida al ver a la chica muerta y los miré, ahora asustada.

Di pequeños pasos hacia atrás y los miré de forma intermitente, sin poder evitar temblar ligeramente.

-Díganme, ¿qué es lo que quieren?- pregunté, atemorizada-. Esto no es más que un lugar para dejar que sus instintos más bajos se manifiesten. ¿De verdad que no quieren un poco de diversión?

-déjate de tonterías!!!!!!!!!! Le dio tres tiros al cadáver, -si esto fuera un sitio de placer y fantasía ¿Por qué esta tan parco y por qué me estoy enfadando? Una de tus chicas miraba todo eso por la ventana del primer piso (es una chica que no habías visto antes y es un poco mayor que tú aunque eso no le resta que sea hermosa) abre la ventana azotándola les mira a todos –oh y díganme si no es un lugar paradisiaco podrían ver esto? Se lanza desde ese lugar para caer cual nadadora olímpica a la alberca y nadar cual sirena en ella, su ropa, su porte, su energía… deja a estos hombres sin palabras, aprovechando que aun están embobados te lanza una mirada lujuriosa luego a ellos puedes entender claramente el mensaje “aprovecha que corte la tensión”

Realmente, la que se estaba empezando era yo. Tras tantos esfuerzos por mantener aquella mentira a flote, tenía que enfrentarme a esos tipos sin poder remediarlo.

Me aguanté las ganas de gritarlos, de decirles la verdad, de acabar con todo aquello de una vez por todas, pero justo cuando abrí la boca para hablar, aquella chica se tiró a la piscina y me hizo replantearme lo que estaba a punto de hacer.

Vamos, sólo tienes que aguantar un poco más, pensé, dándome ánimos.

-Entonces, caballeros, ¿qué es lo que quieren hacer?- pregunté, sonriendo.

Los hombres quedaron atónitos, ellos esperaban un mar de sangre una masacre, peleas y mucho riesgo y por el contrario solo se toparon con algo similar a un trozo del paraíso, uno de los hombres aún tenía una actitud de querer matar pero la “sirena” se encargo de calmarlo, el tipo que había arrojado a la mujer solo dijo –que rayos!!, lanzo su pistola y se metió a nada contigo, ese hombre si estaba dispuesto a hacerte el amor apasionadamente, segundos más tarde ya estaba besándote y tocándote tus hermosos pechos…

Me quedé con los ojos como platos al ver  cómo la situación cambiaba de repente. Creía que me iba a costar más convencerlos de que aquello no era peligroso, sino que era un sitio para disfrutar y demás… La misma historia que llevaba contando desde que me la inventé.

Y, sin embargo, al ver cómo aquel tipo se abalanzaba sobre mí y comenzaba a tocarme y a besarme, fue cuando me dije que había desaparecido el problema y que todo seguía marchando con normalidad.

No me gustaba que aquel tipo me tocara de repente, después de habérmelo hecho pasar tan mal creyendo que todo mi plan se acababa ahí mismo, y se lo dejé bien claro, tratando de zafarme de él y apartarlo de mi vista. Si alguien tenía que empezar algo, iba a ser yo, y no aquel cretino estúpido.

-Aléjate- dije, mirándolo-. No soy esclava de nadie. Si quieres un polvo, tendrás que currártelo mejor- sonreí-. Ahora mismo, soy una diosa para ti, por lo que, debes tratarme bien- dije, con un deje de orgullo-. Harás lo que yo te diga.

Callé durante un segundo y me señalé mi entrepierna.

-De momento, ¿qué tal si aventuras un par de dedos ahí dentro?- pregunté, lasciva-. Vamos, será divertido.

El hombre que no estaba haciendo nada comenzó a reír tras semejante respuesta –Rossco si serás animal jajajajajaja!!! Se acerca a Rossco y le da un empujoncito le hace un ademan de que lo observe y se voltea hacia ti –disculpe al bruto de mi amigo, te extiendo la mano para sacarte del agua, eso no es el comportamiento para un perfecto caballero te mira y viéndolo bien no es nada feo el hombre aquel. Sin embargo mientras tomas la mano de ese hombre el tal Rossco tiene pinta de estar enfurecido, como viendo que pasa… tiene la actitud de un momento de calma antes de una tempestad.

Me giré cuanto escuché la risa y fruncí el entrecejo, confusa. Aquel juego me estaba empezando a cansar. Mis nervios estaban a flor de piel y cada vez que escuchaba una voz más alta que otra, creía que era porque me habían pillado y descubierto el pastel.

Miré con el entrecejo fruncido la mano que me tendía y, en un primer momento, no iba a aceptar la ayuda, pero, me encogí de hombros y la tomé para poder salir de allí.

Me fijé durante un momento en el rostro de aquel hombre y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Ahora temía que tomara represalias pues lo veía realmente enfadado, aunque lo intentara disimular.

-Gracias- contesté al tipo que me ayudó salir y sonreí-. Veo que aún quedan caballeros- dije con un deje de malicia mirando al otro, para que se diera cuenta de que su actitud no había sido la más adecuada.

El hombrecillo no lo soporta más y se lanza con un puñal tras el otro hombre para asesinarlo, pum se escucha y el tipo cae muerto, otro hombre dentro de la camioneta le da un tiro y lo deja muerto, el hombre que te ayudo a salir no se inmuta, es más pareciera que esperaba esa reacción; sin perder más el tiempo te mira divertido y te roba un beso, el cual no es nada malo, de hecho besa bastante bien, puedes sentir como se levanta algo entre sus pantalones pero este caballero también es un poco brusco, no lo hace con fuerza ni te está obligando pero se precipita, usa una mano para metértela en la entre pierna y sobarte el clítoris.

Grité cuando aquel tipo se abalanzó contra el otro hombre con arma en mano y no pude evitar llevarme las manos a la boca, totalmente horrorizada. Ni me lo esperaba ni lo vi venir. Creía que estaba todo totalmente atado y solucionado y, al parecer, no podía haber estado más equivocada.

En menos de un segundo, todo acabó. El disparo, el hombre de la camioneta y la mirada neutra del hombre que me ayudó.

-Pero, ¿qué…?- me corté en cuanto me besó de forma fugaz y me lo quedé mirando, totalmente perpleja.

No sabía qué es lo que me pasaba últimamente, pero ninguna de las situaciones que habían ocurrido me las había previsto o las había dejado en la parte de “posible”. Estaba perdiendo facultades y más cuando vi la entrepierna de aquel hombre.

Alcé una ceja, ligeramente sorprendida y emití un grito ahogado cuando sentí su mano en mi sexo. Sentí una ola de calor invadirme todo el cuerpo y no pude reprimir que de mi garganta saliera un gemido, plancentero.

Moví ligeramente mis caderas y lo miré, apremiándole a que siguiera llenándome.

-bien mujer, no podía esperar menos de un sueño ¿cierto? Otra voz dentro de la camioneta grita –cierto!!!!! Sin mover de lugar el dedo comienzo a besarte y con la otra mano a acariciar tus nalgas, tu espalda, segundos después te tiro suavemente de los cabellos para hacer que tu cabeza se incline hacia tu espalda, colocando ambas manos sobre tus manos a modo de que no respondas te beso el cuello, son besos con un cierto dejo de fuerza pero que estimulan bastante bien tu ánimo, bajo la boca (con todo y besos) a la altura de tu escote, y en medio de ambas tetas continuo lamiendo y besando.

Devolví los besos con ternura, de forma suave, sin saber muy bien si aquel tipo quería que me presentara más sumisa o fuera más salvaje.

Sonreí al sentir su mano en mis nalgas y mi piel se contrajo, como asustadiza, y un escalofrío me recorría todo el cuerpo cuando su mano fue subiendo por mi espalda.

Grité sorprendida al sentir el tirón de pelo y noté una punzada de dolor en el cuello pese a que él lo hizo de forma suave, pero, no me importó. De hecho, aquello me estaba gustando, por lo que me limité a sonreír y a seguir moviendo las caderas.

Gemí de placer cuando noté el beso en el cuello y me mordí el labio inferior, sonriendo, mientras cerraba los ojos y me recreaba en el beso y en los labios que trabajaban.

-Sigue- murmuré, cuando lo noté por mi pecho y, resoplé, excitada, en cuanto comenzó a besarme entre los pechos-. Sigue, joder- añadí, un poco más fiera, temiendo que me dejara con el calentón.

Aquel hombre continuo haciendo su magia, cuando abrías los ojos lo único que mirabas era a esa sirena haciendo “malabares acuáticos” con su hombre ninguno de ellos era feo y eran bastante salvajes; tu te sentías cada vez más caliente, más sensual, estabas mas en brama, tu deseo era casi incontrolable cuando de la nada… observas una sombra detrás de ti, bastante larga no tienes tiempo de pensar o actuar de ninguna forma unas manos te aprietan el cuello y tu reacción natural es doblarte para zafarte, el hombre que te estaba excitando se rio y siguió manoseándote, al doblarte sentiste un miembro grande y gordo, estúpidamente caliente penetrarte… tanta excitación con tanta adrenalina y ahora esta sensación cualquiera se podría volver loco!!!