Partida Rol por web

-vamonos tiro de tu mano para salir del camión, -en cuanto salgamos debemos estar atentos a los vehiculos que pasan, podrian tratar de seguirmos, por aqui hay un luagr cercano... salimos del auto pistola en mano, viendo a todo posible sospechoso ibamos sigilosos llendo por un callejón... hacia un viejo escondite llegamos una hora más tarde

llegán a un departamento en una zona horrible de la ciudad, pero al menos es seguro es zona neutra y cualquier interferencia en ese lugar es peligrosa... el departamento es de tres habitaciones, cocina baño y sala de estar, esta decororado de forma sobria, pero bien guarnecido, puedes ver agujeros de bala en muchos lados, un radio que intercepta señales, algunas cajas con balas de diferentes calibres... fotos de Luis con algunas personas... algo de porno tirado por es suelo, latas de cerveza... el refrigerador es otra historia esta surtido de viveres y cervezas, -tomemos un respiro en lo que pienso que más hacer propone garnica

bien, la batuta es tuya

Aún tenía acelerado el pulso después de escapar de una situación como aquella. Dejé mis cosas en el suelo y me tumbé en la cama, agotada.

-Dios mío, Luis- dije-. De la que nos hemos librado.

No podía imaginarme el hecho de que hubiera salido mal. Si nos hubieran cogido o matado. Sacudí la cabeza para retirar esos pensamientos y me centré en el ahora. Miré a Luis. Lo cierto era que estaba más atractivo que nunca. Pese a la situación, no podía dejar de sentirme un tanto... caliente. Mis instintos más básicos despertaron con el peligro, con el éxito de la huida y con Luis. 

Me incorporé y me levanté de la cama.

-Si no te importa, voy a usar la ducha- le susurré al oído a Luis, de forma sensual-. No creo que tarde mucho, yo sola- agregué andando hacia el cuarto de baño y desabrochándome el vestido que deslicé por mi cuerpo hacia el suelo y lo dejé allí olvidado.

Dejé la puerta entreabierta y me metí en la ducha. Puse el agua caliente y sentí cómo se abría la puerta del baño. Sonreí para mis adentros.

Aún faltaba lo mejor.

Miré a Brunelle como iba hacia el baño, sentí algo moviéndose en mis pantalones, estaba claro tenía hambre y había un manjar para saciarlo, respire profundo y me levante del sillón di dos pasos y caí al suelo “demonios” me zafé los pantalones como puede y pude notar que traía un rozón de bala “con la adrenalina no lo había sentido” me incorpore de nuevo y ahora mis pasos eran torpes y me dolía mucho la cadera… “pensándolo bien desde la noche de cartas y la visita de Guaguatonga no he dormido ni un poco…” me di unos golpes a la cara “concéntrate hombre…” tomé un segundo aire y me dirigí a la ducha.
Mientras llegaba un precioso aroma inundaba la habitación, era ese mismo aroma que tanto me había gustado la noche anterior en el cuarto de hotel, mi excitación crecía junto con otras cosas… me acerque pro fin entre y me pose en la puerta totalmente desnudo y concentrado en lo que quería hacerte

Sophie, estas esperando a Luis en la regadera, con tanta preocupación calentura y adrenalina tu nivel de control ha bajado un poco más (me parece que ya tenias un punto menos… ahora estas en nivel 2.5 de 5) lo que significa que debes comportarte más como Brunelle. ¿ Cómo es eso? Te preguntas… pues bien esto es lo que tendrás que hacer:
Tú cuerpo sabe que quieres sexo, tú cuerpo provoca que lo obtengas entonces mientras abres las llaves del agua los objetos del baño te parecen mas sexuales, te estimulan la imaginación así que tendrás que describir un pequeño show sensual erótico y se puede porno, con lo que despertaras la pasión de ese que esta a la entrada

lista de objetos...

1.-un espejo enorme puesto de tal forma que quien este en el agua parece tener un gemelo

2.-hay una tina de baño enorme (en contraste con el cuarto pequeño)

3.-hay una tina de baño enorme caben 4 personas (leee mas abajo)

4.-un cepillo para la espalda con forma extraña

5.-un patito de hule

6.-un cepillo para la espalda con forma extraña

cuando dos o mas objetos son iguales se fusionan en un solo objeto...

por tanto 2 y 3 se convierten en un jacuzzy

4 y 6 se convierten en un "cepillo para la espalda" que cuando lo ves mas de cerca es un consolador muy exótico

Por el rabillo del ojo, vi a Luis que se quedaba en el umbral de la puerta.

-Vaya, así que hoy no actúas, sino que miras, ¿eh?- ronroneé, mientras todo mi cuerpo se mojaba por el agua caliente que caía-. Muy bien- dije, asintiendo con la cabeza y dejándome llevar por el cuerpo.

Miré mi reflejo en el espejo que había al lado de la ducha y con sensualidad empecé a besar a mi doble como si de una persona real se tratara. Cerré los ojos y pasé mi caliente y juguetona lengua por el frío y duro cristal con gemidos, mientras con la mano derecha me masturbaba salvajemente.

Con un grito, llegué al máximo placer. Me llevé los dedos a la boca y pasé mi lengua por ellos. En ese momento, me parecía lo más delicioso que había. 

Me despegué del espejo y con movimientos lentos y pausados, para que Luis se recreara en mi figura, me dirigí al enorme jacuzzi. Lo encendí y, mientras se llenaba de caliente y burbujeante agua, cogí un cepillo para la espalda y, mirando a Luis,  me senté en el borde del jacuzzi y me metí en la boca el cepillo, para sacarlo después, húmedo de saliva, y así varias veces.

Tras lo cual, me abrí de piernas e introduje el cepillo hacia mi interior, mientras me encogía de placer y gemía como nunca. Pausadamente, y mirando siempre a Luis, metía y sacaba de mi interior el cepillo. Cada vez salía más húmedo y, cuanto más húmedo salía, más me excitaba yo. Aumenté el ritmo e introduje y extraje e cepillo con más ímpetu, lo que me provocó el segundo orgasmo, acompañado de un potente jugo que salió disparado de mi interior en el momento del climax. Mis piernas temblaron durante unos segundos, convulsionándose, pero me sentía muy viva, como nunca antes lo había estado. 

Al momento siguiente, volví a introducir el cepillo en mi interior a tal profundidad que casi desaparecía por completo. Lo mantuve dentro, mientras cogía un segundo cepillo y lo introducía, con cierta dificultad, en el ano. Pocas veces había practicado el sexo anal, pero aquella ocasión era especial, la sentía distinta, con lo cual, fue un gran placer y no dolor el introducir el cepillo por el ano y, acompasadamente, volverlo a sacar y meter de nuevo, al mismo tiempo que seguía el otro cepillo dentro de mí.

Unos minutos después, saqué ambos cepillos y los comencé a lamer con impulsividad sin ni siquiera importarme que el que me había introducido por el ano tuviese un poco de sangre. Los lamí como si fueran la comida más apetitosa.

Dejé los cepillos a un lado y me concentré en el jacuzzi. Me mentí dentro y me puse frente a una de las paredes del jacuzzi. Activé los chorros al máximo y coloqué justo mi pelvis en uno de ellos. La sensación hizo que pegase un grito de auténtico placer. Sentir el chorro a tal potencia, era similar a las envestidas de ciertos hombres con los que me había acostado a lo largo de mi vida. Fue algo salvaje, pero muy placentero. 

Mientras el chorro me hacía sentir como nunca, con una de mis manos me masturbaba la zona del clítoris para sentir aún más placer. Mis gritos y gemidos cada vez subían más de tono a medida que llegaba al orgasmo. De vez en cuando, miraba a Luis y me pasaba la lengua por los labios para excitarlo aún más de lo que estaba.

Cuando el climax llegó, un fuerte grito salió de mi garganta. Se me quedó la mente en blanco y sólo sentía verdadero placer.

Me pellizqué los pezones para endurecerlos y me los llevé a la boa para morderlos al mismo tiempo que miraba a Luis. El pobre no iba a aguantar mucho más así, pero aún no quería que viniese conmigo. Éste era un espectáculo privado para él.

Encontré un patito típico amarillo flotando en el agua del jacuzzi. Lo cogí con ímpetu y, mirando a Luis, salí del agua y volví a sentarme en el borde del jacuzzi. Abrí las piernas y, masturbándome un poco antes, introduje la cabeza del pato en mi vagina. La sensación fue exquisita pues el pico daba contra las paredes de mi interior y hacía que aquello se intensificara aún más. 

Con los ojos cerrados y la boca abierta, mientras me masturbaba con el pato, me seguía acariciando y pellizcando los pezones, lo que me hacía pegar gritos de euforia y gran excitación.

En seguida llegué al orgasmo y grité como una loca de placer. Me saqué el patito y lo tiré sin ningún cuidado hacia el agua del jacuzzi con leve chapoteo.

Me puse de pie y me dirigí hacia Luis. Me arrodillé frente a él y me metí su miembro en la boca con desesperación. Con salvajes acometidas, hizo que me ahogara alguna que otra vez, pero eso no me importaba, incluso no me aparté cuando se corrió en mi boca.

Saqué la lengua con el fluido espeso y, con los dedos cogí un poco y me masturbé de nuevo con placer, mientras, con la otra mano, seguía divirtiendo al miembro de Luis.

Una vez más, volví a gritar de placer, mientras él hacia también lo propio.

Me levanté y caminé hacia el espejo. Apoyé mis manos en él y le indiqué con una sonrisa y una mirada a Luis que viniera y me divirtiera a mí también un poco.

Salvajemente y con mucha energía contenida, me acometío una vez tras otra, haciendo que mis pechos votaran a tal velocidad que casi me dolían. Mientras me penetraba, gritaba de excitación, resonando mi voz en todas las paredes del baño.

Cuando llegamos la orgasmo, sentí cómo se corría dentro de mi. Me di la vuelta y atraje a Luis hacia mí haciendo que mi espalda húmeda se apoyara en el espejo. Lo besé fieramente, ansiando sus besos y caricias como si los necesitara para vivir. Nuestros sonoros besos y gemidos se iban haciendo cada vez más altos, mientras yo le masturbaba a él y él hacia lo propio conmigo. 

Sin previo aviso, me introdujo media mano en mi interior y grité de sorpresa ante tal sensación. Sin embargo, me encantó y eché la cabeza hacia atrás mientras la introducía cada vez con más fuerza e ímpetu y yo gemía con más velocidad.

Terminé gritando cuando llegué la orgasmo y respiré con el corazón aún acelerado de la experiencia.

Lo miré con sensualidad y le dije, aún respirando entrecortadamente:

-¿Qué? ¿Te ha gustado este espectáculo?

Luis está dentro del jacuzzi, las burbujas lo revitalizan tiene una cara como si estuviera en el mismo nirvana, aunque su respiración no se calma, todo luce bien… un momento más tarde le repites la pregunta pero sigue sin contestar, te asomas a ver y el agua está completamente roja tiene los ojos un poco saltones pero se ve inconsciente, lo sacas de la tina y notas que su “rasguño” está mucho más grande que antes, con la excitación y la brusquedad se abrió su herida bastante y al meterse al agua su sangre se le escapaba sin posibilidad de sanar, lo miras preocupada y se ve más pálido, pero sigue vivo llamas una ambulancia pero no entran en ese vecindario… solo hay una salida ármate y busca la forma de llevarlo al hospital

-¡Luis!-le llamé, zarandeándolo-. ¡Luis, por favor, despierta!

Estaba un poco asustada y no sabía cómo llevar a Luis al hospital. Yo sola no podía, eso estaba claro. Me vestí con rapidez y miré, por ultima vez a Luis.

-Aguanta, amor mío- murmuré-. Ahora traigo ayuda-dije, dándole un beso en la mejilla.

Salí de la habitación y me dispuse a llamar a los vecinos para que me ayudaran a llevar a Luis al hospital.

Llamé a la puerta que había enfrente de la nuestra. Un hombre abrió y me miró con indiferencia:

-Por favor, señor, ayúdeme, mi...-¿qué narices era Luis para mí?- mi novio está herido. Pierde sangre y he llamado a la ambulancia, pero no pasan por aquí, así que necesito su ayuda, por favor- supliqué, al borde de las lágrimas y atropelladamente.

Deseé con todas mis fuerzas que aquel tipo se dignara a ayudarme.

El vecino era una persona que no inspiraba mucha confianza entre su cara de malhechor y la rata en su hombro… también estaba demasiado flaco como para pensar que podía cargar un cuerpo…
Pero bueno era tu única esperanza…

Escucho que tocan a la puerta y salgo enojado –quien es? Y que demonios quiere?
Al ver a la chica mi cuerpo quedo en shock… y escuchaba de sus problemas “mmm que rica mamita, esta vieja está bien buena… lo que le haría si la tuviera para mí” al terminar de escucharla puse una cara falsa de preocupación, -esta bien señorita yo le ayudare la sigo y con una sabana tapo el cuerpo y lo cargo cual costal de papas, salimos del edificio y detengo un taxi

-Muchas gracias- agradecí al hombre-. No sabe cuánto se lo agradezco- dije. 

Montamos a Luis en el taxi y me dirigí a la otra puerta.

-Muchas gracias de nuevo- le dije, al borde de los nervios.

"si, si gracias... pfff Esto no te saldrá gratis, nada gratis jejejee ya verás perra”  -oh pero señorita este es un barrio muy peligroso, permítame ayudarle un poco termino de meter el cuerpo al taxi, te metes y entro también –no tiene cara de conocer este lugar y los taxistas aquí tampoco son de fiar le doy un golpe al conductor el conductor voltea y solo dice: -está bien yo soy confiable, Lambert no podría hacerte una jugada chueca!! Nos subimos todos al taxi y vamos rumbo al hospital

Me quedé con la boca abierta cuando vi cómo el desconocido le daba un golpe al taxista.

-Pero, ¿qué es lo que hace?- grité.

No sabía por qué, pero no me gustaba aquel tipo.

-¡Pare el taxi!- exigí, gritando- ¡Por favor, pare el taxi! ¡Quiero bajar!

Era una estúpida. Nunca debí de confiar en nadie. Debí llevar sola a Luis al hospital. Me las hubiera apañado bien. "Estúpida", pensaba, mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla.